Tal día como hoy
20-N, muchos elementos del PP siguen celebrando su triunfo electoral, en este
primer año, quizás rezándoles a sus santos enterrados en “El Escorial”, con una
fe ciega en la resurrección de su “Caudillo”, cuyas posiciones políticas añoran
e intentan recuperar con su mayoría absoluta en esta democracia trucada,
queriendo hacer honor a aquel rancio lema del que lo dejó todo “atado y bien
atado”, en este intento de centralización para volver a aquello de su “España,
Una, Grande y Libre”, pero la clase trabajadora tiene poco que celebrar bajo
este modelo de remedo del fatídico “bienio negro” que nos ha tocado sufrir.
El Partido Popular
está intentando llevar a cabo un proceso más bien contra-revolucionario,
ultra-conservador, o reaccionario, con
una forma aparente de “democracia burguesa”, que está llevando a los ciudadanos
a situaciones sociales anteriores a 1978, acabando con las conquistas de los
últimos 35 años y llevando a cabo todo lo contrario de lo que prometió en su
programa electoral.
Las bases del
obsoleto sistema capitalista se han hundido, afectando al Estado español con
gran virulencia y al resto de Europa,
arruinando a las capas medias y llevando a la miseria y al paro a las clases
trabajadoras. Eso está alcanzando unas condiciones de radicalización y
fermentos de lucha de masas que pueden derivar en situaciones revolucionarias,
con posiciones ya claramente de rebeldía que empujan hacia el camino de la
insubordinación e insurrecciones sociales, contra los ataques y recortes que
exigen las distintas burguesías nacionales, aquí llevadas a cabo por el Gobierno
del PP sumiso a los poderes económicos imperialistas. Ese malestar alcanza cada vez a más capas de
la pequeña burguesía que se ven lanzados a la ruina y que rechazan con furia,
repugnancia y odio creciente a los poderes establecidos, a las grandes
superficies que les ahogan con la competencia y a los monopolios imperialistas,
sobre todo, financieros, que les niegan el crédito bancario necesario para la
supervivencia, o tiran a la calle a los
menos favorecidos por no poder pagar sus hipotecas aumentando los desahucios.
La hoja de ruta
impuesta por el imperialismo que quiere restaurar la tasa de ganancias a toda
costa, en el menos plazo posible, exige restablecer la férrea “dictadura
financiera” pero cada vez alcanzan más rechazo de las masas que se movilizan
contra esos ataques. En momentos de auge y resurgir del movimiento obrero,
cuando comienza una fase ascendente, será cada vez más difícil para la
burguesía el conseguir dominar y seguir engañando a las masas con panaceas
mentirosas como “los brotes verdes” y las noticias fraudulentas de que “las mejoras
en los índices macroeconómicos” mejorarán la economía para 2014, cuando las
necesidades y los problemas no pueden esperar. Los ciudadanos estamos hartos de tantas
mentiras para intentar apaciguar las luchas y seguir intentando la instauración
burguesa de un gobierno títere y totalitario, de tipo “tecnócrata-mafioso” que defiende a los
banqueros y especuladores y ataca a la población trabajadora.
En toda la vieja
Europa nos encontramos con un cuadro de recesión que camina aceleradamente
hacia el abismo de la generalización y alcanzará pronto a los países dominantes
más potentes como son Francia y Alemania que no podrán solucionar las
cuestiones sociales, si no es a base de cambiar su política de rapiña y
extorsión permanente, que les es casi imposible realizar.
El proceso en el
Estado español, camina por derroteros
similares a Grecia y Portugal, junto con el resto de países que están
catalogados como de “segunda división”, pero que se manifestará con el efecto
dominó igualmente en toda Europa durante el próximo periodo porque la clase
dominante no quiere ceder en modificar su política económica, porque el margen
es tan estrecho, que un cambio hacia el Keynesianismo aceleraría la
descomposición del modelo, derrotado por los déficits, y si continúan apretando
a la clase trabajadora con este modelo ultra-liberal, de los Chicagos
Boys, probado ya en América Latina
donde provocó revoluciones por doquier, la salida es también terrible por las
convulsiones sociales y la desestabilización que puede provocar, por lo cual,
los países, tanto los atrasados como los más desarrollados, se verán forzados a
enfrentarse, en diversos grados y con distintos ritmos, a la misma recesión,
que si se agudiza, podría arrastrar a los EEUU, China y resto de grandes
potencias, hacia el infierno de la depresión.
Una de las tareas
básicas que tenemos que acometer los trabajadores en este periodo es la
reconstrucción de corrientes fuertes en los partidos y sindicatos de
masas. La clase trabajadora está
buscando una dirección firme que ofrezca una solución socialista genuina, pero
tendrán que pasar por la experiencia del reformismo de izquierdas, bien socialdemócrata,
bien neo-estalinista y aprender de los errores rectificando por la presión de
las bases las desviaciones de los dirigentes.
Las batallas que
se han de dar por las reivindicaciones sociales y democráticas, sean
transicionales o económicas, lejos de ser anticuadas o estar obsoletas, como
insiste la burguesía para frenarnos, serán cada vez más amplias y convulsivas
en el curso de esta nueva época turbulenta en la que hemos entrado, adquiriendo
una importancia tremenda para el fortalecimiento de un movimiento obrero
unitario y potente.
De una forma
dialéctica, con alzas y bajas, con la acción y la propaganda teórica en contra
del gobierno reaccionario de la derecha, los trabajadores y nuestras
organizaciones tendremos que sacar las pertinentes conclusiones para cambiar a
los dirigentes que se conviertan en un freno y no estén a la altura de las
circunstancias que los momentos actuales requieren.
Las masas, con las
movilizaciones del 15-N y las posteriores, con las del 25-S y la potente Huelga
General de los Estudiantes y la reciente movilización continental europea del
reciente 14-N, han dado un claro mandato
a las direcciones para que rompan sus alianzas con la burguesía decadente y
corrupta sometida a los dictados del imperialismo, exigiendo que se pase de
posiciones defensivas hacia las ofensivas, por lo que, otra huelga general,
esta vez de 48 horas está siendo demandada, exigiendo la retirada de los
ataques que es imprescindible y dejarse de peticiones abstractas como lo del referéndum
y otras minucias.
Nuestros
compañeros que se encuentran en las direcciones del PSOE e IU, como máximos
representantes políticos de la clase trabajadora deben comportarse en línea con
las exigencias de unidad y lucha que se demanda desde las bases y batallar para
ofrecer un programa unitario que represente tomar cada vez más poder político y económico en manos de los
trabajadores mediante un gobierno de las izquierdas, que junto con los
sindicatos, represente la defensa de una alternativa socialista de sistema en
las próximas confrontaciones electorales.
La lucha por un
programa claro, genuinamente socialista, con propuestas sociales como la
defensa de lo público, la Sanidad, la Educación, los Servicios Sociales, las
inversiones productivas en puestos de trabajo, un plan de choque contra el paro, el control de las palancas fundamentales de la
economía, como la banca, los grandes latifundios, y las multinacionales,
mediante las nacionalizaciones y el control democrático de la producción, es la mejor forma de movilizar a la clase
trabajadora para luchar contra este podrido sistema capitalista y empezar a
construir una nueva sociedad que actúe en beneficio democrático de la mayoría
que es la clase trabajadora y no de una ínfima minoría de banqueros y
especuladores que no han sido elegidos por nadie.
Precisamente para
ello es necesario defender la reivindicación de una nueva Ley Electoral
proporcional, eliminando la trucada e injusta Ley D’hont, para que nos basemos
realmente el sufragio universal desde los 16 años, y se alcance una verdadera
democracia proporcional, no solo en las elecciones generales, autonómicas y
locales, sino en cada una de las empresas, y en las organizaciones políticas,
sociales y sindicales, para que se
ejerce la verdadera democracia, la democracia bajo control obrero, la
democracia social, en todos y cada uno de los estamentos del Estado y de la
producción.
Estamos hartos de
las mentiras de la burguesía y las organizaciones reformistas que las apoyan,
que parlotean constantemente sobre los “derechos democráticos” pero que lo
entienden solo para alcanzar el poder y legislar en contra de la mayoría del
pueblo, que sigue dominado por camarillas burguesas, bajo la amenaza de Cartas
Magnas que ni ellos mismos respetan, pero que cuando el pueblo exige el
cumplimiento de nuestros derechos, como el derecho a la vivienda digna, al
trabajo, a la educación, a la sanidad y demás derechos, nos reprimen y amenazan
con la fuerza incluso de los fusiles, en sus santas alianzas, sin atreverse a
consultar democráticamente al pueblo para que se manifieste libremente, lo que
retrata a estos elementos que se las dan de “demócratas” cuando en realidad
desprecian de verdad este modelo de decisión y participación ciudadana en las
tareas de gestión compartida de la administración del Estado.
Cualquier
observador medianamente inteligente se tiene que dar cuenta que en Europa se
están dando circunstancias sociales con modificaciones profundas en las
composiciones de las fuerzas políticas y sindicales, pues los partidos clásicos
de la burguesía están desprestigiados y son incapaces de ofrecer respuestas,
pero igualmente la socialdemocracia clásica y los neo-estalinistas, están
consiguiendo con su falta de alternativas, similar desplome de sus expectativas
de apoyo, o un crecimiento débil. Han surgido en Alemania, Grecia, Francia,
Italia, etc, grupos por la izquierda de los partidos clásicos de los
trabajadores, que cuestionan el sistema. Esto está provocando una serie de
crisis internas en la propia izquierda que se ve forzada a recomponerse, lo que
podría arrastrarnos a enfrentamientos y a una serie contante de crisis y
escisiones prematuras y perjudiciales, cuya responsabilidad va a recaer, principalmente, sobre las cabezas de nuestros dirigentes
actuales, si no son capaces de enfocar la cuestión de forma diferente, girando
a la izquierda y ofreciendo claramente la respuesta que las masas esperan.
El sistema
capitalista está en crisis total, en
recesión económica, con divisiones en las cúpulas de las burguesías
respectivas, las potencias capitalistas están enfrentadas, divisiones en el
Pentágono, la CIA con dimisiones internas, las burguesías europeas, entre los
llamados “tecnócratas” y los políticos clásicos de las burguesías nacionales,
con diferencias profundas, enfrentamientos graves entre la burguesía “españolista”
y la burguesía “catalanista” e “independendista”, con acusaciones de
corrupciones y evasiones en paraísis fiscales del “Menos” indicado y “Menos hábil”
(-+- = +), críticas internas en los
partidos y sindicatos de izquierdas que cuestionan las políticas aplicadas,etc,
todo ello expresa la madurez del factor
objetivo y la debilidad del factor subjetivo, o sea, la necesidad de que surja
una fuerza que actúe como portavoz con autoridad que aglutine a las masas que
se encuentran en una profunda orfandad a merced de los ataques de la burguesía,
por lo que el proceso de surgimiento de corrientes y grupúsculos efímeros será
inevitable en el próximo futuro. Pero lo
que si es necesario es construir la dirección con autoridad (que no
autoritarismo) necesaria que se base en la capacidad que tiene la clase
trabajadora y la juventud en formar los cuadros necesarios para hacer frente en
el transcurso de las luchas que ya han llegado para quedarse y en base a la
experiencia, las batalla entre las clases y la defensa firme de una verdadera
alternativa que deberá estar representada por un programa genuinamente
socialista; organicemos y unifiquemos a
la clase trabajadora para cuando llegue el momento ser capaces de tomar el
poder y transformar este podrido sistema capitalista, empezando la construcción
de una nueva sociedad: La Sociedad Socialista.
ÁREA DE
COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA
SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
is-psoe.malaga@terra.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario