30 de julio de 2009

ROCA PRETENDE DESPEDIR A 713 TRABAJADORES.

El ERE temporal ha preparado el terreno para este nuevo ataque a los puestos de trabajo ¡Hay que preparar un plan de lucha a nivel estatal contra los despidos. Cuando las plantas de Roca todavía están en pleno parón por el ERE temporal, la multinacional catalana ha presentado un nuevo ERE, esta vez de extinción de contratos. Nada más y nada menos que 713 despidos (de una plantilla de 2.388 trabajadores).

La fábrica de Gavá P1 y la de complementos, según el calendario del ERE temporal vigente, tiene parada la producción en julio y agosto, y de nuevo en diciembre. La fábrica de Gavá P2 está parada de mayo a agosto y de nuevo en noviembre-diciembre-febrero. La fábrica de acrílicos, durante julio-agosto, octubre y diciembre.

Todo esto las direcciones de CCOO y UGT lo defendieron como alternativa a los despidos, pero de nada ha servido. Al contrario, como explicamos en su momento, la aceptación del RE temporal, lejos de despejar la amenaza de nuevos ataques, ha preparado el terreno para el nuevo ERE de extinción de contratos.

Ahora hay que cambiar radicalmente de política. No se puede hacer ninguna concesión. Ya se han hecho muchas en el pasado más reciente y no han servido de nada. Hay que preparar desde ya un plan de lucha, a nivel estatal, con el objetivo de presionar a la multinacional, al gobierno de Montilla en Catalunya y al de Zapatero en Madrid. ¡Rechazo contundente del ERE de despidos! ¡Ni un solo despido en Roca!

Hay que convocar asambleas de trabajadores en Gavá , Alcalá de Henares y Alcalá de Guadaira, para discutir el plan de lucha, elegir un comité de lucha amplio, con representantes de las tres plantas que respondan ante las asambleas y preparen un plan de lucha coordinado y conjunto.

El grupo Roca alega unas pérdidas de 95 millones en el 2008. Pero, sin restarle importancia a la caída de ventas en el Estado español, producto de la crisis inmobiliaria, incluso estas cifras habría que ponerlas en cuestión. Porque, ¿no es verdad que durante este mismo ejercicio 2008 el grupo Roca ha destinado más de 400 millones de euros a comprar empresas en India, Taiwán, etc., y a invertir en nuevas plantas de producción en China, Portugal, Marruecos y Europa del Este?
Lluis Perernau.
Militante de U.G.T.

28 de julio de 2009

ANDALUCÍA AZOTADA POR EL PARO.

En Andalucía la tasa de paro llegará al 29%, con 1,2 millones de desempleados a finales de año. Después del verano ya habrá un millón de parados. Lo certifica el último informe de Analistas Económicos de Andalucía (grupo Unicaja), presentado en la sede de la entidad financiera malagueña.


“El principal drama es el desempleo, con crecimiento del paro desorbitado en los últimos trimestres que genera una posición compleja en muchas familias a nivel nacional y a nivel regional también”, admitió el consejero delegado de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba.


En Andalucía tenemos 164.355 familias donde todos los miembros de la misma están parados. Entre ellos hay 86.000 niños menores a su cargo que sufren también las consecuencias, pues en esos hogares no trabajan ninguno de sus progenitores. La principal causa de preocupación de los andaluces es sin duda el paro forzoso. De entre las 2.600.000 familias de nuestra Comunidad Autónoma, el número de parados se eleva a 998.700 personas. El 73 % de la población desempleada busca activamente empleo pero no encuentra nada, según “La Encuesta de percepción laboral de Andalucía 2008”.


Según informa UGT las cifras más altas de paro se registran en las provincias de Cádiz y Granada donde hasta un 7,4 % de las familias se han detectado que están en esa situación precaria mencionada. En cuanto a Jaén, Málaga y Córdoba también han superado la media andaluza, con el 6,8%, 6,6 % y 6,4 % respectivamente. Por otra parte en las provincias de Almería, Huelva y Sevilla el año 2008 terminó con menos de un 6%.


En lo que se refiere a las ayudas que reciben, solamente un 63 % de los parados de Andalucía cobran algún tipo de prestación. El 37 % restante no cuenta con ninguna ayuda de las Administraciones Públicas. En Cádiz, Jaén y Sevilla tenemos un 38 % de parados en esa delicada e injusta situación.


Ese estudio mencionado revela también que el 35 % de los parados aseguran que “no encontrarán ningún nuevo empleo en un corto período de tiempo”. La angustia, la decepción, el mal ambiente, las enfermedades por stress están aumentando. El informe es desolador y exige sacar el debate a la calle para pedir soluciones urgentes.


Desde Izquierda Socialista de Málaga-PSOE-A hemos venido manteniendo un debate sobre la crisis, sus consecuencias tanto sociales como económicas, políticas, culturales y humanitarias. Hemos editado una Revista con los análisis y conclusiones a las que hemos llegado presentando propuestas concretas que podrían dar solución a muchos de los problemas que plantea el actual modelo liberal-capitalista, que debe ser transcendido porque se ha convertido en un freno absoluto para el desarrollo y el bienestar de la humanidad.


Entre otras aportaciones reproducimos a continuación el capítulo final de la citada Revista, que con el título ALTERNATIVA PARA LA CLASE TRABAJADORA ANTE LA CRISIS CAPITALISTA, sometemos a la consideración de nuestra clase como documento a debate que presenta nuestra corriente y que es del tenor literal siguiente:



“LA LUCHA CONTRA EL PARO PASA POR LA NACIONALIZACIÓN DE LA BANCA EN BENEFICIO DE LOS TRABAJADORES


La dominación de la economía mundial por el capital financiero, que ha subordinado al capital industrial y comercial, es la consecuencia lógica del desarrollo del imperialismo globalizado. La banca privada y unos cientos de multinacionales concentran en sus manos la dirección de la economía, y las vidas de la mayoría de la humanidad. En un polo nos encontramos con que el 2% de la población del planeta posee una riqueza equivalente al 50% de toda la riqueza mundial. En el otro polo nos encontramos un océano de pobreza con cerca de 1.500 millones de parados y alrededor de otros 3.000 millones de seres humanos que malviven con rentas en torno a los dos dólares diarios.


Bajo el desarrollo del imperialismo la expansión artificial del crédito ha estallado a causa de la crisis cíclica de sobreproducción, inevitable bajo el capitalismo. A base de la llamada “ingeniería financiera”, que es el eufemismo con que esconde la burguesía el aparato especulativo de la gran estafa, han organizado los sistemas piramidales de las “subprimes”, hasta que han hecho saltar la Banca Mundial. De esta forma ha colapsado un mecanismo esencial en el funcionamiento del capitalismo, que a su vez se ha combinado con el hundimiento de la economía real, la depresión del consumo, la caída de la producción y la aparición de un “ejército de reserva de mano de obra” de cientos de millones de parados. Esta es la prueba más evidente del carácter reaccionario del capitalismo: para sobrevivirse a sí mismo tiene que proceder a una destrucción masiva de fuerzas productivas y riqueza.


El PSOE tiene que reconocer la realidad que ha sustentado una gran e insana parte del crecimiento de la economía española en la anterior década que, simplificando, podemos sintetizar en la política mancomunada de bancos, constructoras e inmobiliarias con la aquiescencia y/o ceguera de los poderes públicos que permitió, todo ello, la formación de la enorme burbuja especulativa en el terreno inmobiliario. Ahora vamos a pagar las consecuencias:


1. la economía española está endeudada por un valor que supera los dos billones de euros (incluyendo la deuda familiar y empresarial).

2. El hecho de que los capitalistas se lanzaran a perseguir el “becerro del oro” enterrando billones en el ladrillo en vez de dedicarlo a inversiones más productivas ha “anclado” la débil competitividad de la economía española, lo que va a hacer que el proceso de destrucción industrial que sobreviene tras toda crisis de sobreproducción vaya a ser más duro y duradero en la economía española. Evidentemente esto significa que en los próximos años el capital privado (ya de por sí bastante endeudado) va a invertir poco o nada en nueva industria o empleo (ahí tenemos la caída de la producción industrial de más del 20% en febrero último).

3. El espectacular auge del paro y de los impagos de empresa y familias va a originar una tendencia a la insolvencia de la banca que posiblemente pueda originar el colapso del conjunto de la banca a pesar de todo el dinero que el Estado regale a la misma.


En este sentido, un aspecto especialmente importante para millones de familias trabajadoras que han accedido a una vivienda en los últimos años, consiste en la creciente imposibilidad de hacer frente al pago de sus hipotecas, merced al drástico incremento del paro y al deterioro de las condiciones laborales y salariales que se está dando y que va a empeorar si no hay un cambio urgente en la acción de nuestro gobierno. Esta es la base que sustenta el estallido de lo que puede ser la “subprime hispana”.


Desgraciadamente, el programa del Gobierno está consistiendo en apuntalar el valor artificial creado en el último boom inmobiliario, que va a colapsar irremediablemente siguiendo las leyes propias de la economía capitalista, con lo que se están tirando decenas de miles de millones de euros de nuestros impuestos a un “agujero negro”, todo ello en beneficio de unos pocos. Si no se revierte esta situación, lo mínimo que va a pasar para la inmensa mayoría de este país que en nada tenemos responsabilidad de todo este estado de cosas generado, es que nos vamos a ver obligados a sostener durante décadas el pago de una gigantesca Deuda Pública que se va a crear para apuntalar las jugadas especulativas de unos pocos capitalistas.


El “ciego mercado” dominado por el capital financiero ha demostrado en los hechos que su única estrategia de construcción económica reside en asegurar sus beneficios “de hoy” sin preocuparse de la solvencia, bienestar y un futuro digno para la inmensa mayoría “el día de mañana”. Hay que llamar a las cosas por su nombre: sólo con una auténtica política socialista que concentre lo fundamental de los recursos económicos se pueden planificar las inversiones, la producción, la enseñanza y el bienestar del mañana para la inmensa mayoría.


Es necesario, por tanto, sobre todo bajo un gobierno socialista como el del PSOE, que tiene el apoyo de la mayoría de la sociedad, constituir un sistema único de créditos e inversiones, siguiendo una planificación científica y racional que corresponda a la defensa democrática de los intereses de la inmensa mayoría de la población y de los pequeños y medianos ahorradores e impositores de la banca. Para ello, es urgente cambiar la política económica y monetaria practicada hasta ahora. No es posible salir de la crisis utilizando los mismos mecanismos liberales que han llevado al colapso a la economía, por lo que la única política correcta sería utilizar todos los recursos financieros disponibles para la creación de un “BANCO PÚBLICO ESTATAL ÚNICO”, (con la unificación de las Cajas de Ahorros), para poner la economía al servicio de la producción y ésta al servicio de los seres humanos.


Es completamente inviable que el gobierno intente convencer a la Banca Privada de que conceda créditos, cuando el sistema está completamente colapsado. A los jefes de la banca privada sólo les interesa obtener gratis los fondos del Estado para mantener sus insultantes beneficios (casi 18.000 millones a final de 2008 repartidos en su mayor parte entre sus accionistas a pesar de la insolvencia que ellos saben de sobra que padecen). Para ello, es urgente decretar asimismo la expropiación de los bancos privados con el objetivo de concentrar todo el crédito en manos del Estado, para gestionarlos democráticamente entre el Gobierno, los sindicatos de clase, los propios empleados de la Banca, y el conjunto de las organizaciones obreras, como la mejor forma de democratizar los recursos financieros, evitar la corrupción y la especulación.


De hecho, la nacionalización en la práctica de la banca se está llevando a cabo de una u otra manera por gobiernos de todo signo político en todo el planeta. Desgraciadamente, se está llevando a cabo poniendo los recursos públicos al servicio de la burguesía y salvando los intereses del capital privado con los dineros de toda la población. Nosotros defendemos el paso de estos recursos al servicio democrático de la ciudadanía y bajo su control. Esta segunda modalidad, no significa ni mucho menos la expropiación de los pequeños ahorradores, depositarios, ni clientes de la banca. Es más bien al contrario, para los clientes del banco, una vez nacionalizado y democratizado esos recursos dinerarios, todos los depositantes de la Banca Pública tendrán la garantía del Estado y podrán crearse las condiciones necesarias más favorables que incluso tienen hoy y que pueden ofrecer los bancos privados que tienen totalmente atascado el funcionamiento de la economía.


De esa forma, una BANCA PÚBLICA ESTATAL ÚNICA, puede establecer condiciones más favorables para otorgar apoyos a los pequeños y medianos empresarios, a los agricultores, a los pequeños comerciantes, a los pensionistas, a los ahorradores, a la vez que se permitiría la inversión en los gastos sociales, vivienda, sanidad, educación e infraestructuras públicas tan necesarias dando empleo a millones de jóvenes y trabajadores.


Por tanto, proponemos:

1) PLAN DE INVERSIONES Y MEJORAS SOCIALES.

1.1. PLAN DE VIVIENDAS PARA TODOS. Poner en marcha un plan de construcción de UN MILLÓN de viviendas sociales; municipalización del suelo urbano para liberar suelo barato. Nacionalización de las grandes empresas constructoras, fuertemente endeudadas, para gestionarlas democráticamente bajo control obrero. La Vivienda es un Derecho de la ciudadanía, no un negocio de especuladores y corruptos. Impuestos progresivos sobre los especuladores que poseen gran cantidad de viviendas vacías, para forzar a sacar estas viviendas en alquiler y evitar que la vivienda sea un medio de especulación. El Gobierno debe desconocer el valor actual de las deudas hipotecarias de las familias obreras, que están ligadas al valor artificial del suelo originado en el boom inmobiliario, que ahora se está derrumbando. Ninguna familia obrera debe pagar más del 20” de su Salario Familiar. Plan de alquiler estatal con ofertas habitacionales que no sobrepasen el 20% del Salario familiar.

1.2. EDUCACION: Incorporación de los centros concertados a la Educación Pública, que será única, gratuita, laica, de calidad y científica, incrementando hasta un 7 % del PIB los presupuestos.

1.3. SANIDAD: Incremento de un 20 % de los presupuestos de la Sanidad Pública, con el objetivo a corto plazo de eliminar las listas de espera y mejorar la atención sanitaria global. Plan de inversiones en Hospitales y medios sanitarios. Desarrollo real de la Ley de Dependencia e incremento de los puestos de trabajo del personal dedicado a la salud pública para atender dignamente a todos los enfermos.

1.4. LUCHA CONTRA LA ESPECULACIÓN Y LA CORRUPCIÓN. Frente a la crisis económica, intervención del gobierno en la economía. Que no se cubran las pérdidas de las empresas privadas con dinero público. Nacionalización sin indemnización de todos los especuladores que ahora declaran pérdidas y presentan Expedientes de Regulación de Empleo, poniendo en peligro miles de empleos entregando esas empresas en manos de los trabajadores con apoyo financiero y técnico por parte del Estado. Los representantes del Partido en las Instituciones no deberán cobrar más de la media del sueldo de un trabajador cualificado.

1.5. INVERSIONES PÚBLICAS: Contra la huelga de capitales y la caída brusca de las inversiones privadas y dado que los capitalistas españoles no invierten, se procederá a incrementar la inversión por parte del Estado en I+D+i. Introducción de la robótica y las nuevas tecnologías para garantizar los puestos de trabajo en cada empresa social que lo requiera, bajo una planificación racional de los recursos y bajo control democrático de la gestión por los trabajadores.

2) PLAN SOCIAL DE CHOQUE CONTRA EL PARO.

2.1. Jornada laboral continua de 35 horas semanales sin reducción salarial con el objetivo de repartir el trabajo como un bien escaso.

2.2. Para dar paso a la juventud, jubilación a los 60 años, con contratos de relevo y fomento del contrato de aprendizaje.

2.3. Contra la eventualidad y la precariedad, fijo a los 15 días en puestos fijos y contratos de fijos discontinuos en puestos eventuales.

2.4. Plenos derechos laborales como ciudadanos, para los inmigrantes, por lo que es necesario derogar la actual Ley de Extranjería, introduciendo también cambios que favorezcan el asilo político. Alta de oficio a todo trabajador que esté prestando servicios y no esté de alta pasando a contrato fijo de plantilla.

3) FORTALECIMIENTO DE DERECHOS SOCIALES Y FOMENTO DE LA PRODUCCIÓN.

3.1. Reestructuración de las Oficinas de empleo; un puesto de trabajo o subsidio de desempleo indefinido igual al Salario Mínimo, eliminando los subsidios paulatinamente al ofrecer la Administración un trabajo en base a la creación de empresas públicas.

3.2. Lucha contra la inflación. Escala móvil precios-salarios, con subidas y revisiones cada 3 meses bajo control de comités sindicales, asociaciones de consumidores y gobierno para evitar la inflación descontrolada.

3.3. Salario mínimo de 1.000 euros para todo trabajador a partir de los 16 años y salario máximo de altos cargos públicos y privados que no superen cuatro veces el salario mínimo, regulados a través del IRPF a través de una reforma impositiva progresiva y justa.

3.4. Lucha firme contra la discriminación de la mujer, exigiendo el cumplimiento por Ley de "a igual salario, igual trabajo", sin excepción con fuertes sanciones para los patronos que infrinjan esa legislación.

3.5 Poner la economía al servicio del ser humano y no del lucro de una minoría. Nacionalización de la banca, de los latifundios de más de 200 Ha. y de los monopolios, indemnizando a los pequeños accionistas necesitados y poniendo estos recursos productivos bajo control de los trabajadores, para evitar la corrupción y los despilfarros. Así se planificaría democrática y científicamente la producción poniendo la economía al servicio de la sociedad, cumpliendo la aspiración del programa inicial del PSOE, que es "la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su declaración y conversión en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes", como defendían Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE y UGT.”

AREA DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.


NOTA: Si estás interesado en recibir la citada Revista gratuitamente, puedes contactar con la Coordinadora en Málaga:

Teléfono: 687. 666. 009 ó solicitarla mediante un correo electrónico a:

is-psoe.malaga@terra.es

26 de julio de 2009

HISTORIA BREVE DE IZQUIERDA SOCIALISTA-PSOE

El día 2 de Mayo de 1879 se funda en Madrid el Partido Socialista Obrero Español, por lo que podemos considerarlo uno de los partidos obreros más antiguos que siguen existiendo.


Fue fundado por un grupo de compañeros socialistas encabezados por Pablo Iglesias con el firme propósito de representar y defender los intereses de la clase trabajadora, que surgía como consecuencia del desarrollo de la revolución industrial, con el objetivo declarado de la toma del poder político por parte de la clase trabajadora y la consecución de la nueva sociedad socialista, propio de la declaración de principios basada en el marxismo que inspiraba el programa.


Posteriormente, los socialistas fundarán la UGT (Unión General de Trabajadores). Desde un principio fue esencial en la estrategia socialista la vinculación con la clase trabajadora, clase a la que se dirigía el partido, empezando por sus organizaciones básicas, los sindicatos de trabajadores. La vinculación entre el sindicato (UGT) y el partido (PSOE) forma parte de la historia del movimiento socialista, y sigue siendo fundamental en el estado español, y a nivel internacional, el trabajo de los socialistas en los sindicatos de trabajadores a la hora de lograr el proyecto socialista.


Una parte importante de los debates durante todo el siglo XX dentro del PSOE fue el mantener una política de independencia de clase o el ir de la mano de partidos de las clases medias “progresistas” a la hora, por ejemplo, de formar listas electorales o ante acontecimientos de singular importancia.


La estrategia que habían defendido los fundadores del socialismo científico (Marx y Engels) propugnaba que el partido obrero no debía renunciar en ningún caso a ocultar su voz, programa y principios al movimiento obrero, no supeditando éstos a la hora de lograr acuerdo cualquiera con otra organización. Por otra parte, Marx y Engels siempre fueron muy críticos a la hora de lograr cualquier tipo de alianza con partidos burgueses, pues creían que distorsionaban ante los propios trabajadores los objetivos finales de la lucha por el socialismo, al poderse crear falsas ilusiones y confusión entre el movimiento obrero acerca de los representantes políticos de la burguesía, la hoy llamada “derecha política”.


Años más tarde, proclamada la II República, el PSOE obtiene 131 diputados, convirtiéndose en el partido más votado y siendo durante el bienio de 1931 a 1933 la fuerza fundamental en la coalición que se formó con los partidos Acción Republicana y el Partido Radical Socialista.


A lo largo de la historia, la situación social vino sufriendo procesos diversos de radicalizaciones y confrontaciones ideológicas motivadas por la lucha entre las clases, que también tuvieron sus reflejos en el debate interno del PSOE, como vimos en los años 30, sobre todo a partir de 1933, cuando gana las elecciones el partido reaccionario de la CEDA y suben al gobierno las derechas durante el bienio negro.


Progresivamente se producen confrontaciones de corrientes de opinión que salen a flote en la lucha dialéctica para dirigir al partido. Las fundamentales fueron las encabezadas por Julián Besteiro que era la más moderada, la de Indalecio Prieto que representaba al ala más centrista y el ala más a la izquierda liderada por Francisco Largo Caballero. Ésta última fue girando hacia posiciones cada vez más de rechazo a las instituciones podridas del sistema burgués y hacia la defensa de un programa de transición que rompiese con el capitalismo y pusiera las bases para construir el socialismo. Esta corriente es la que podríamos definir como la Izquierda Socialista en aquel momento dentro del partido, salvando las distancias con la actualidad.


Tras ser derrotada la República, principalmente por los errores cometidos por las direcciones del movimiento obrero, en la postguerra el PSOE realizó intentos en la clandestinidad para reconstruir el partido, pero varias direcciones fueron desarticuladas y encarceladas, por lo que la arriesgada actividad se fue debilitando y hubo de ser continuada en el exterior, en México y luego desde Francia, donde se reconstruyó su dirección


La historia del PSOE está documentada en miles de libros que recogen los más de 130 años de luchas del movimiento obrero en la búsqueda del camino hacia el socialismo, con sus aciertos y sus errores, por lo que, invitamos a todos a profundizar en ese periodo.


* Los años 70. La transición.-


Damos un salto en la historia y comenzamos a analizar en concreto el período a partir de finales de los años 1970 tras el paréntesis de 40 años de negra reacción franquista donde sufrimos la pérdida de las libertades, la represión más brutal y el exterminio y desmantelamiento de todas las fuerzas de la izquierda.


En el año 1972 el PSOE celebró un Congreso donde se produce una escisión entre los socialistas del exilio y los del interior, surgiendo dos alas: el PSOE (Histórico) y el PSOE (Renovado). En 1974 se celebra el Congreso de Suresnes (Francia) donde el nuevo PSOE (Renovado) recibe el espaldarazo formal de la Internacional Socialista, que estaba controlada por el Partido Socialdemócrata Alemán que dominaba la Internacional. Por otra parte, las Juventudes Socialistas habían adoptado en su congreso de Lisboa de 1974 un programa genuinamente marxista, que defendía la independencia de la clase trabajadora y la lucha de clases para la consecución de la toma del Poder por parte de aquella.


Aunque parezca una paradoja, el PSOE de esa época estaba a la izquierda del PCE, pues su programa político oscilaba entre la orientación al marxismo y el reformismo de izquierdas. Esto reflejaba el ambiente convulsivo y el estado de ánimo que existía entre las masas del movimiento obrero, que batallaba por mejoras salariales, por conquistar las libertades políticas y sindicales con enormes dificultades, pues necesitaban quitarse de encima el corsé de la Dictadura franquista. Pero la represión era tremenda.


En el 27º congreso, celebrado en diciembre de 1976, el PSOE reflejaba en su programa de transición al socialismo una alternativa basada en el análisis y las propuestas del marxismo. En la resolución política aprobada se recogía entre otros puntos la "superación del modo de producción capitalista mediante la toma del poder político y económico y la socialización de los medios de producción, distribución y cambio por la clase trabajadora".


También el programa recogía el derecho de autodeterminación para las nacionalidades históricas y otras medidas de carácter marxista. El PSOE era visto como un partido que iba a suponer un cambio real en las condiciones de cambio político y social que pedía la clase trabajadora. Todo ello fue determinante para que ya entonces en las primeras elecciones democráticas de 1977 el PSOE fuese el partido más votado en las cuatro provincias de Euskadi.


Los historiadores reconocen al 27º Congreso como uno de los más democráticos de la historia del PSOE. Asistieron unos mil delegados que eran elegidos directamente por las bases de las Agrupaciones locales. En este Congreso se enfrentaron abiertamente las dos corrientes fundamentales: una que representaba la alianza de fuerzas social-liberales y socialdemócratas moderados, que encarnaba la renovación y el giro a la derecha; la otra, la Socialdemócrata de izquierda, que seguía reivindicando el marxismo como seña de identidad del socialismo histórico, produciéndose la mayor crisis vivida en el seno del Partido desde la escisión “de facto” que se dio en los años 30.


En la etapa moderna, después de la llamada “transición” de la Dictadura franquista a la democracia burguesa actual, el acto de fundación de la corriente IZQUIERDA SOCIALISTA-PSOE podemos establecerlo por tanto en el 28º Congreso del PSOE que se celebró en Mayo de 1979.


Los puntos más relevantes de aquella polémica eran, en primer lugar, la definición ideológica del partido, donde la dirección sucumbió a las presiones de la Internacional Socialista que pedía en primer lugar la homologación europea del partido rechazando el marxismo; segundo, la estrategia política a desarrollar (reforma del sistema heredado del franquismo y no “ruptura” con él) y en tercero, el modelo de partido nuevo que se quería construir, con menos participación por parte de las bases.


En ese Congreso fue aprobada la gestión de la Comisión Ejecutiva por un 68%. Contradictoriamente, en la Comisión de la ponencia ideológica se rechazó la posición oficial que fue sustituida por la que presentó el sector crítico del ala izquierda, que era del tenor literal siguiente:


“El PSOE reafirma su carácter de partido de clase, de masas, marxista, democrático y federal.(…)”.


El 61 % de los delegados votan a favor de la ponencia ideológica presentada por el sector de lo que empezó a llamarse la Izquierda Socialista, lo que hace que Felipe González, ante tal derrota ideológica, anunciase que no se presentaría a la reelección de la nueva Comisión Ejecutiva. Hubo una reunión urgente del sector crítico, compuesto por Tierno Galván, Paco Bustelo, Pablo Castellano y Luis Gómez Llorente, donde valoraron si presentaban una candidatura alternativa.


La mayoría de los delegados que habían votado la ponencia de defensa del marxismo daban por hecha, sin ningún trauma, la decisión correcta de dotar al Partido de una dirección coherente con esa posición que estaba en concordancia con las resoluciones programáticas adoptadas. No obstante, desde nuestro punto de vista, se produce en esos momentos uno de los acontecimientos más trágicos en la reciente historia del PSOE. Los representantes del sector crítico de lo que sería luego la Izquierda Socialista no se atrevieron a dar la batalla y no presentaron la Candidatura alternativa a la Dirección Federal, revelando con ello ciertas dudas e inconsistencia en los hechos a la hora de poner el programa marxista en la práctica.


En su lugar, plantearon la creación de una Comisión Gestora que tuviese como misión la convocatoria de un nuevo Congreso, que tendría que ser Extraordinario, con el intento de elegir una dirección consensuada entre los dos sectores enfrentados con la sana intención de “salvar la unidad del partido”. Esta fue la manera en que el PSOE perdió la oportunidad de mantenerse en el camino del marxismo y el inicio del giro a la derecha que venimos observando en las tres últimas décadas.


Ese Congreso Extraordinario tuvo lugar en el mes de octubre y los oficialistas renovadores consiguieron la introducción de un cambio estatutario para la elección de los delegados que habrían de asistir en representación de los afiliados de base. Estos delegados no representarían ya a las agrupaciones locales de base, como democráticamente había sido norma en el partido, sino que daba poder de representación en segundo grado a las Federaciones Provinciales y Regionales.


Esa nueva fórmula, menos democrática, usurpaba radicalmente la representación directa de las bases. Al mismo tiempo, la corriente oficialista de Felipe y Guerra, también recurría a algunos subterfugios, como el hecho de celebrar asambleas mal convocadas conscientemente que excluían a los sectores críticos, debates limitados en el tiempo, reserva de modificar en las listas los dos primeros puestos y otros procedimientos que perjudicaban la democracia directa de los votantes.


Todo esto iba acompañado de una cierta “ingenuidad” por parte de la dirección del sector crítico que no quiso, no supo o no pudo prepararse con firmeza para dar la batalla democrática seria que la clase trabajadora con sus luchas estaba exigiendo. Todo ello propició que la Comisión Ejecutiva que encabezó Felipe González alcanzara el triunfo presionando para que en la resolución sobre el marxismo se acordara un compromiso, por lo que la definición de “marxista” del PSOE quedaba excluida.


En síntesis, la evolución del proceso tuvo las tres fases siguientes:

- 27º Congreso. Con el lema “Socialismo es Libertad” se celebra en Madrid en diciembre de 1976. Era el primer congreso que se celebraba en territorio español tras el golpe de Estado de Franco. Es elegido Ramón Rubial como Presidente y Felipe González como Secretario General. Las tesis aprobadas se reclaman del marxismo, en democracia y con libertades.
- 28º Congreso. Bajo el lema “Construir en Libertad” celebrado en Madrid en mayo de 1979. Como se explicó anteriormente, las bases del congreso rechazan la pretensión de Felipe de retirar la definición marxista del PSOE. Dimisión de Felipe y se forma la Gestora que dirige José Federico de Carvajal que convoca el nuevo congreso.
- CONGRESO EXTRAORDINARIO. Con el lema “Forjando el socialismo”, tiene lugar en Madrid, en septiembre de 1979. Abandono del marxismo como ideología oficial del partido, aunque se mantiene como instrumento crítico y teórico por la corriente Izquierda Socialista que queda constituida como corriente de oposición interna a las tesis oficiales.


Las dos posiciones enfrentadas se mantuvieron en el seno del partido, siendo la corriente mayoritaria ganadora la liderada por el Secretario General Felipe González, que planteaba que era necesario articular un proyecto socialista autónomo que no tuviese grandes vinculaciones orgánicas con otras fuerzas de la izquierda.


La consecuencia interna más importante de ese Congreso fue el fortalecimiento del aparato burocrático del partido y el aislamiento del sector crítico. Se perdió la oportunidad que existía de haber conseguido un giro a la izquierda en el PSOE, ocurriendo todo lo contrario. Para ello impuso los criterios de lo que vino en llamarse posteriormente el guerrismo, con un criterio de control férreo a través de la vicesecretaría general del partido que llevó a cabo Alfonso Guerra, número dos del partido. Éste fomentó la política interna de unidad por la fuerza para conseguir un partido muy disciplinado y compacto, debilitando la democracia interna y exacerbando el hiper-liderazgo de Felipe.


* La conformación de Izquierda Socialista.-

La corriente crítica era la liderada por Luis Gómez Llorente, que había quedado en minoría. En ella una gran mayoría de delegados continuaron reivindicando el modelo de partido y la estrategia política aprobada en el 27º Congreso, celebrado en diciembre del año 1976. En ese Congreso, como hemos venido explicando, se defendía un modelo de socialismo marxista, autogestionario, obrerista, con fuerte vinculación con los sindicatos de clase (sobre todo con UGT y CCOO), que propiciase un frente social de progreso con otras fuerzas de la izquierda y que planificara una política exterior neutralista para el Estado Español, defendiendo el NO a la OTAN claramente, a la vez que se rompiese definitivamente con los restos del antiguo régimen. Estas tesis conectaban el legado del marxismo con una corriente bastante libertaria que venía procedente de la crisis del 1968 que recorrió toda Europa y que enlazaba con la entonces reciente Revolución de los Claveles de 1974 en Portugal.


Esta corriente de oposición se aglutinó en una corriente con el nombre de Izquierda Socialista-PSOE, sufriendo muchas dificultades, ninguneos e incluso desprecio por algunos compañeros, principalmente del ala más social-liberal y pro-burguesa. Esto queda claro en los mecanismos de elección de las listas, donde se primaba mucho más a los “personajes independientes” que a los propios militantes de Izquierda Socialista”, como puede comprobarse al examinar la historia ya que fueron descabalgados sistemáticamente de la mayoría de los puestos, tanto a escala orgánica como institucional. Bastantes compañeros críticos fueron defenestrados con métodos poco democráticos, apartados de la militancia. Otros cedieron a las presiones, incrustándose de forma oportunista en el aparato oficialista y abandonando la corriente con un claro lineamiento con las tesis oficialistas.


Izquierda Socialista criticaba que el partido, bajo la dirección de la corriente mayoritaria felipista centraba su acción política exclusivamente en el campo de las instituciones, abandonando la ideología, la movilización social, quitando poder a las Asambleas de base, difuminaba a los Comités de base de las Agrupaciones Socialistas a la vez que fomentaba las acciones del Partido en la exaltación de un adalid único, con un culto exagerado a la personalidad que estaba asumiendo toda la imagen y la referencia de la organización.


Izquierda Socialista criticaba también la introducción del interclasismo (pacto con otros partidos burgueses, o de derechas), verticalizando la actividad del partido, implantando el método de listas cerradas y bloqueadas para la elección de cargos, e impidiendo la elección y revocabilidad directa de los cargos, con lo que se eliminaba el control obrero de base dando pie a tendencias burocratizadoras, a la degeneración y a la corrupción, como desgraciadamente hemos podido comprobar.


Los hechos demostraron que el partido perdió militancia. Hubo a partir de entonces menos asambleas de agrupación y menos control de la base, potenciándose una presentación del partido a través de los mass media, con la introducción de técnicas burguesas en el aparato de propaganda, a la vez que se aplicaban métodos expeditivos con sanciones fulminantes y procesos de expulsiones de algunos sectores críticos que defendían el marxismo.


Con el objetivo inmediato de llegar a gobernar cuanto antes, tiraron por la borda los programas y propuestas acordados en el 27º Congreso, tesis que habían sido discutidas y apoyadas por miles de afiliados de base que planteaba una transformación socialista. Fue pues, asumida la moderación ideológica, defendida por la dirección “renovada”. Algunos sectores de izquierda vieron en esto también un requisito impuesto por los poderes fácticos a la dirección del partido para tener posibilidades de asumir algunas parcelas de poder y acelerar la marcha de la llegada al gobierno.


La interpretación de la Comisión Ejecutiva Federal encabezada por Felipe González, al analizar las elecciones de marzo de 1979 fue que todavía el partido aparecía como muy radical, lo que les alejaba del triunfo electoral que con impaciencia esperaban; así que sacaron la conclusión de moderar cada vez más las tesis del partido asumiendo claramente posiciones “social-liberales” de reformistas de derechas, lo que cada vez dejaba menos margen para reformas sociales profundas.


Los representantes e ideólogos de la burguesía comprendían que la correlación de fuerzas era favorable al movimiento obrero en su lucha por el socialismo, la democracia y la libertad. Por eso presionaban pública y privadamente a la dirección del partido de cara a lograr el aislamiento de los críticos. Está más que demostrado que la oposición interna de izquierda a la política oficial fue bastante mal tratada, a veces incluso calumniada y vapuleada, sobre todo por la prensa burguesa, que la denominaba como corriente crítica, radical y marxista, a la vez que alertaba de los peligros que un triunfo de esta corriente podría conllevar, sobre todo, bueno es reconocerlo, para los intereses de la burguesía.


La corriente Izquierda Socialista explicaba desde sus inicios que el Partido estaba abdicando de las señas de identidad propias del socialismo y que a su vez cedía y se acercaba a las preferencias de los segmentos electorales que permitían acceder a la mayoría, pero abandonando la ideología socialista, provocando giros de acercamientos cada vez más hacia la derecha. Posiblemente, la consecución del proyecto socialista reclamado por los defensores del marxismo hubiese implicado una labor pedagógica del partido mayor dentro de la sociedad. Pero, como explicaban los compañeros por entonces, inevitablemente sectores de las capas medias se unirían a los trabajadores en su lucha por el cambio político y social y podrían quedar anclados bajo la influencia socialista a condición de que el PSOE presentase un programa claro que solucionara los problemas de la inmensa mayoría de la sociedad, demostrando en los hechos que de manera duradera el socialismo suponía una ruptura con el capitalismo en el que se basó el franquismo.


Muchos de los representantes de Izquierda Socialista se dedicaron esencialmente a la batalla interna sobre aspectos orgánicos para evitar el deslizamiento de una organización obrera de izquierdas que corría el peligro de someterse cada vez más al servicio de un líder único, abandonando la lucha por la causa de los trabajadores y los pobres. Más de una vez, Pablo Castellano tuvo que intervenir en los Congresos denunciando estos temas, considerando por consiguiente que la valoración crítica del proceso en la Transición era mejorable como cuestión primordial, pero ya se había perdido la mayoría y sabemos que el pegamento que unifica el poder crecía y se desarrollaba con el nuevo modelo basado en el personalismo.


Tras el Congreso Extraordinario de 1979, con la introducción de modificaciones profundas en el régimen estatutario del partido que beneficiaba decididamente a las mayorías, cercenando a las minorías, la corriente Izquierda Socialista salía bastante debilitada, consolidándose de forma abrumadora las tesis de la corriente encabezada por Felipe González, pero la corriente minoritaria aguantó la presión y pudo consolidarse, continuando con bastantes dificultades, como corriente socialista democrática, con escasos recursos, muchas veces con financiación personal de algunos de los militantes porque la dirección del partido negaba a los militantes el pan y la sal.


En el Manifiesto de IZQUIERDA SOCIALISTA-PSOE de noviembre de 1980, entre otras tesis se defiende:


«El PSOE y, en su seno, la Izquierda Socialista, retomará como primordial objetivo interno y externo la lucha ideológica y la formación ciudadana, consciente de que dicho esfuerzo, por lento y difícil que sea, fortalece la organización obrera»


* Los años 80.-

El PSOE consigue la victoria electoral en octubre de 1982, fruto de la decepción de la inmensa mayoría de la sociedad con las políticas de ajuste de la derecha exfranquista, que ve cómo su descomposición queda patente con la crisis de la UCD. Reflejando un profundo descontento con todas las promesas incumplidas por Suárez, el que luego ha sido falsamente elevado como adalid de la democracia, más de 10 millones de votos populares llevan al poder por primera vez en la historia de este país a un partido obrero con mayoría absoluta, más de un 48% de votos y 202 diputados.


El entusiasmo era desbordante y decenas de miles de cohetes fueron tirados al aire, botellas de cava descorchadas anónima pero masivamente en muchísimas casas, muchas de ellas por militantes comunistas que, de esta manera, se unían alegres a la celebración colectiva de la clase trabajadora para celebrar que por primera vez un partido obrero ganaba las elecciones por mayoría absoluta. De hecho, las ganas de cambio fueron tales que. muchos centenares de miles de tradicionales votantes comunistas centraron sus votos en el PSOE con el fin de desalojar a la odiada derecha.


Como bien recuerdan todos los que vivieron aquello, nunca hubo un dirigente en la historia contemporánea de este país que concitase tantos apoyos como Felipe González en 1982, que tuviera tal posibilidad de cambiar la sociedad de arriba abajo por la fe que fue puesta en él como representante del principal partido obrero, fe prácticamente acrítica en muchas ocasiones, fruto de las ganas enormes de transformar la sociedad expresadas en esta ocasión electoralmente.


Desgraciadamente, la dirección del PSOE ahora unificada en torno a un programa genuinamente socialdemócrata, tenía una hoja de ruta que pasaba por no transformar las flagrantes contradicciones del capitalismo español, manteniendo la base del régimen económico. De hecho, sus primeras medidas supusieron una de cal y otra de arena pues, aunque entre otras cosas terminaron de generalizar la aplicación de la Seguridad Social a toda la población, llevaron a cabo un programa de ajuste para lograr el apoyo de la burguesía y del imperialismo.


Así, el PSOE, encabezado por Felipe González y Alfonso Guerra renunció a salirse de la OTAN, como había prometido en las elecciones. Cerró algunas de las empresas industriales más emblemáticas como Euskalduna, Altos Hornos del Mediterráneo y otras. Tras la dura recesión de 1981, que en el estado español se mantiene hasta 1985, la dirección del PSOE parte de la premisa de que el Estado no podía intervenir para dirigir la economía, a pesar de que la anarquía capitalista abocase al cierre a miles de empresas. Eso sí: billones de pesetas de las de entonces, con dinero de nuestros impuestos, fueron destinados a reflotar empresas y bancos en quiebra (Banca Catalana, RUMASA...) que siguieron en la órbita privada.


Se trataba de crear seguridad para las inversiones capitalistas foráneas que, aprovechándose de unos trabajadores que eran de los peor pagados de Europa, comenzaron a invertir de nuevo en nuestro país cuando el ciclo económico comenzó a repuntar. Fue entonces, en 1986, cuando el estado español entró en la UE (antes Comunidad Económica Europea) y comenzó a beneficiarse de los Fondos estructurales y de Cohesión: los capitalistas alemanes y franceses necesitaban del estado español para fabricar mercancías que fuesen en gran parte exportadas: por eso querían construir autopistas, puertos y vías férreas; para mejor exportar sus productos. Durante una generación la economía española ha jugado ese papel dentro de la división internacional del trabajo y, hasta cierto punto, se benefició de ello. Ahora esto se ha acabado, pero ya hablaremos de esto más adelante...


En lo que respecta a la Izquierda Socialista, la situación era bastante adversa pues tanto Francisco Bustelo como Gómez Llorente, dos de los líderes más destacados, se habían apartado voluntariamente de la actividad orgánica porque en realidad existía una cierta desazón entre la militancia de la Izquierda Socialista en el PSOE. Es preciso recordad como Pablo Castellano, que era el Portavoz de IS-PSOE se encontraba a menudo con el dilema de mantener la especificidad del Socialismo de Izquierda y a la vez someterse a la disciplina del voto en el Parlamento, viéndose obligado a romper dicha disciplina por motivos de conciencia.


Tras las jornadas de reflexión celebradas en Diciembre de 1986 en Hervás, en la provincia de Cáceres, donde se mantuvo un debate profundo sobre el futuro de la izquierda, la crisis de la democracia burguesa y el socialismo democrático, el filósofo García Santesmases, Pablo Castellano y algunos militantes más de la corriente, que eran miembros del Comité Federal del PSOE, sufrieron una reprobación por el partido, al posicionarse claramente Izquierda Socialista en la Campaña de la OTAN, por el NO en el referéndum, a la vez que pedían claramente la desaparición de las bases norteamericanas del suelo español.


Esta reprobación tensionó tanto la situación que meses después provocaría la expulsión de Pablo Castellano del partido en octubre de 1987, al denunciar este dirigente un caso de probable corrupción de un dirigente socialista. Eso provocó una pequeña escisión de compañeros de Izquierda Socialista, que, a través del PASOC (Partido Acción Socialista heredero del PSOE (Histórico), desembarcarán en Izquierda Unida. La dirección del PSOE en esa época cometió errores garrafales como hemos dicho: claudicaciones ante las Reformas de Reconversiones Industriales o el inicio de una cierta escalada de privilegios, cercanos a las corruptelas, de algunos líderes del partido en las instituciones.


Esto no fue nunca comprendido ni respaldado por los votantes o militantes del partido, ni tampoco el hecho de mirar para otro lado ante la escalada de corrupción que empezó a darse, que fue una de las causas de la derrota electoral en 1996, con Solbes como ministro de economía a las órdenes de Felipe González. Otra causa para esa derrota fue el gestionar nuevamente la economía capitalista ante otra recesión entre 1993-95, con cierres de empresas y el inicio de la privatización masiva de empresa públicas (REPSOL, Argentaria, Gas Natural, Endesa, Telefónica...), que luego culminaría el PP a partir de su victoria en 1996.


A partir de estos conflictos, Antonio García Santesmases es elegido portavoz de la corriente a partir de 1987, defendiendo Izquierda Socialista una idea de izquierda más plural, incluso defendiendo la unidad de acción con Izquierda Unida, adonde habían ido a desembarcar muchos compañeros desencantados con los procesos de corrupción, de falta de reformas profundas y estancamiento de la marcha del socialismo. La tesis de Izquierda Socialista, lideradas entonces por García Santesmases, Manolo De la Rocha y otros, seguía siendo la de defender en el seno del Partido el fortalecimiento y la consolidación de un ala de izquierdas lo más amplia posible, crítica y plural, que recuperase las parcelas de democracia interna y libertad de expresión que habían sido debilitadas por la práctica del proceso de burocratización e institucionalización sufrida por el Partido.


En Julio de 2001 se celebra en Madrid una Conferencia Política, en la que se reclama, entre otros, el “Derecho a expresar el propio pensamiento y proponérselo a los demás que compete a cada afiliado individualmente, así como al conjunto de afiliados que, coincidiendo en criterios y opiniones, constituyan una corriente en el seno del Partido”, lo que representaba la defensa irrenunciable de dos puntos básicos para el trabajo interno, como eran: “Libertad de Expresión y Democracia Interna”.


Estas tesis son desarrolladas por muchas otras zonas en las que son aplicadas de la siguiente forma, como podemos examinar en provincias como Málaga que adopta la siguiente resolución de funcionamiento:


“Somos parte de la corriente de opinión IZQUIERDA SOCIALISTA-PSOE; formamos en nuestra provincia la Izquierda Socialista de Málaga-PSOE-A, aglutinando a los compañeros que se quieran adherir a la corriente, desde el interior del partido o ingresando en la corriente y simultáneamente afiliándose al PSOE.


En esta corriente admitimos la coexistencia de opiniones diferentes y hasta divergentes siempre que vayan encaminadas a la lucha contra el sistema burgués y tengan como objetivo combatir a la derecha desde posiciones de la izquierda.


Consideramos que la diversidad de voces enriquece el debate político. Rechazamos la confrontación y los ataques personales que puedan generar situaciones insultantes o enfrentamientos ajenos a la lucha política.


Somos parte de esta corriente política socialista que defiende las ideas y el método del materialismo dialéctico con el objetivo de alcanzar un programa socialista internacionalista.


Defendemos y luchamos para que los recursos económicos y el desarrollo de la sociedad y de la cultura estén bajo el control democrático de la propia población y no en manos de las camarillas formadas por las multinacionales, los banqueros y los grandes empresarios.


También vemos necesario luchar por reformas parciales y por mejorar a corto plazo, las condiciones de vida y trabajo de la clase trabajadora y el resto de las capas oprimidas.


Pero coincidimos con los clásicos del socialismo en explicar que sólo con la transformación socialista de la sociedad pueden solucionarse de manera permanente los problemas de la clase obrera y de los pobres del mundo.


Por ello consideramos que sigue siendo necesario plantear las reivindicaciones socialistas encaminadas a la nacionalización de la banca, los monopolios y los latifundios para que toda esa riqueza sea gestionada democráticamente por los trabajadores, con un plan socialista de producción, con el objetivo de acabar con la explotación y la opresión y alcanzar una verdadera sociedad socialista.


Los valores que defendemos son los de la solidaridad, la cooperación, la fraternidad, la igualdad, la libertad socialista, la honradez y la firmeza.


Hemos sido críticos y lo seguimos siendo, en primer lugar contra el sistema imperialista, contra el capitalismo, la derecha política y sus defensores, contra sus guerras y sus invasiones, pero igualmente hemos sido críticos y lo seguimos siendo, con los regímenes estalinistas burocráticos, dictatoriales y degenerados como los que había en la URSS que tanto daño han hecho al socialismo y a los trabajadores.


Luchamos por una verdadera democracia socialista, la democracia de la mayoría, que es la clase trabajadora y los pobres.


Llamamos a seguir participando en los movimientos de masas de la clase obrera y de la juventud, con la táctica de buscar la unidad con el resto de partidos de izquierdas y en sintonía con los trabajadores y nuestros sindicatos de clase, sobre todo con los mayoritarios UGT y CCOO.


Hacemos nuestra la Resolución de la Conferencia política de Madrid, del 20 y 21 de Julio de 2001 reclamando, como en ella se menciona: “el derecho a expresar el propio pensamiento y proponérselo a los demás (que) compete a cada afiliado individualmente, así como al conjunto de afiliados que, coincidiendo en criterios y opiniones, constituyan una corriente en el seno del Partido”, lo que venimos haciendo a través de la corriente de opinión Izquierda Socialista-PSOE.A”.


En noviembre de 2004 se celebra una Conferencia a cargo de Antonio García Santesmases, en la que hace un resumen de los “20 años de Izquierda Socialista”, que está disponible para todo militante que quiera consultarlo con la sola molestia de solicitarla a nuestra corriente.


El día 26 de Junio de 2005 se celebra en Madrid una Asamblea General de la corriente en la que se aprueban una serie de resoluciones con una moción de urgencia en defensa del Pueblo Saharaui, en los que entre otros puntos decía:


“Expresar nuestra enérgica condena a la brutal represión contra las manifestaciones que tuvieron lugar recientemente en el Aaiun”(…)


El 4 y 5 de Febrero de 2006 se celebran las II Jornadas de Izquierda Socialista donde asisten unos doscientos representantes de la corriente de la práctica totalidad de la geografía, donde se aprueba una declaración final que resume los postulados y las tesis que defiende esta corriente.


Otras muchas reuniones y actos se continúan realizando como por ejemplo, una nueva reunión de la Coordinadora Federal en noviembre de 2006, donde se preparan documentos para presentar al Comité Federal con nuestras propuestas. Unas Jornadas en Castilla-León celebradas el 3 de marzo de 2007, el 27 de mayo se tratan cuestiones puntuales como “Autónomos y Dependencia”, el 18 de Mayo de 2007 se acuerda una resolución pidiendo una “Asamblea Constituyente Europea”.


En Valencia se celebraron las Jornadas Federales de la corriente, los días 22 y 23 de septiembre de 2007, donde se debatieron a fondo las cuestiones más importantes de la situación política, bajo el título de: “Ante la globalización neoliberal: la globalización socialista”.


Las condiciones objetivas y subjetivas están modificándose y de nuevo, como explica la dialéctica, los cambios bruscos y repentinos que se están produciendo en la conciencia de las masas, hacen que esté siendo más preciso que nunca un paso al frente de los afiliados, simpatizantes y militantes que queremos continuar la lucha por el socialismo, dado que las tesis de fortalecer el partido por la izquierda se empiecen a desarrollar como estamos viendo en Aragón, Valencia, Madrid, Asturias, Galicia, Andalucía y otros territorios, donde se vienen celebrando recientemente conferencias y asambleas de reorganización de la corriente crítica.


En la actualidad, Izquierda Socialista tiene como portavoz estatal al diputado por Madrid Juan Antonio Barrio de Penagos acompañados por los miembros de la Coordinadora Federal Pepa Pellicer y José Antonio Pérez Tapias. El compañero Pérez Tapias es, a su vez, portavoz en Andalucía junto a Miguel Manzanares y Manuel Gómez. Izquierda Socialista hasta las presentes elecciones en Europa de 2009 tenía también un representante por el PSOE en el Parlamento Europeo por Izquierda Socialista al compañero Vicent Garcés. Todos ellos trabajan en la línea de fortalecer la corriente, a la vez que tienen la misión de ejercer la crítica interna en los órganos de representación a los que pertenecen.

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NOTA: Este es un capitulo de la Revista que acaba de presentar nuestra corriente Izquierda Socialista de Málaga-PSOE. Si estás interesado en recibir la revista, puedes solicitarla y te la remitiremos gratuitamente, indicándonos mediante correo electrónico tu dirección postal para enviártela.

Escribrenos a:
is-psoe.malaga@terra.es

24 de julio de 2009

EL PARTIDO POPULAR APOYA A LOS GOLPISTAS EN HONDURAS.

Con el transcurso del tiempo la situación en Honduras, tras el golpe de Estado, en vez de estabilizarse como pretendían los golpistas con el único apoyo de la burguesía hondureña con el apoyo del ejército dirigidos por el ejército americano adistrado en el la Escuela de las Américas, lo que está encaminándose es hacia una guerra civil. En Tegucigalpa se vive bajo el toque de queda, irrespetado por la lucha popular. Ha habido choques entre las fuerzas golpistas alrededor de la Casa Presidencial contra decenas de miles de manifestantes que llevan semanas exigiendo el retorno del Presidente Zelaya. Estos métodos represivos ya se han cobrado miles de heridos y algunos muertos pues los militares tienen órdenes de disparar a discreción. A través de imágenes transmitidas por TELESUR los manifestantes han sido apaleados, replegados por chorros de agua tintada de rojo para marcar a los que protestan.


Es un verdadero escándalo la posición del PP ante estos acontecimientos que han sido condenados por la ONU y toda la comunidad internacional incluso por gobiernos de derechas, pero con esto de Honduras, ya es la segunda vez que el Partido Popular dirigido ahora por Rajoy y antes por Aznar, manifiesta su apoyo al Golpismo. El ala dura franquista del PP ejerce su poder y manifiesta posiciones incompatible en una democracia, como es la posición de lo que representa tolerar, alentar y apoyar lo que ha sucedido en este país, en el que unos militares entraron por la noche en la casa del Presidente que había sido elegido democráticamente por el pueblo hondureño, lo sacan encañonado de la cama en pijama, lo meten en un avión y lo sacan por la fuerza del país. Como es normal, todos las instituciones internacionales y gobiernos de todo signo han calificado lo sucedido de Golpe de Estado, pero el PP se niega a reconocer este hecho.


Desde Izquierda Socialista del PSOE de Málaga, como no puede ser de otra manera, también condenamos a los responsables, como ha hecho correctamente nuestro gobierno dirigido por el compañero Zapatero, rechazamos el golpismo y no reconocemos al gobierno iletígimo que quiere suplantar al presidente salido de las urnas. Es un escándalo mayúsculo que la Fundación FAES, cuyo presidente es el Señor Aznar, haya difundido en internet unas posiciones en las que defienden sin fisuras su total apoyo al golpe de Estado. Para esa Fundación dirigida por altos cargos del PP, lo que ha sucedido en Honduras es solamente que “el ejército hondureño ponía fin de manera prematura al mandato”. ¿Quiere esto decir que si estalla la guerra civil y hay decenas de miles de muertos por culpa del golpismo, los señores de FAES nos ilustrarán con el eufemismo de que solamente eso representa quizás “poner fin a la vida de manera prematura a los ciudadanos que mueran” sin condenar el golpe?.


Existen precedentes de las alianzas de la dirección del PP en estos trances, porque no olvidamos que en el año 2002, el gobierno dirigido entonces por Aznar estaba apoyando claramente el golpe de Estado contra Hugo Chávez en Venezuela, pues así quedó revelado por los telegramas cifrados que desde el ministerio de Asuntos Exteriores de España llegaron a la embajada en Caracas y que hizo público en el Congreso el Ministro Moratinos. Sentimos escalofríos, sobre todo aquellos a los que nos tocó vivir bajo la dictadura de franco más de treinta años, cuando pensamos que si el Partido Popular es capaz de participar en esas tramas golpistas, apoyar y justificar golpes de estado a estas alturas de la historia solamente porque esa ha sido la posición del sector más duro de los Halcones del Ejército Norteamericano que es el que manda las fuerzas armadas en Honduras, ¿hasta dónde estarían dispuestos a llegar aquí en el Estado Español, que es donde quieren gobernar?.


Como dice nuestro compañero Fernando Buen Abad en un artículo, donde se hace un llamamiento a la Huelga General en honduras, en su apartado titulado “Trabajadores del mundo, todos con el pueblo de Honduras”, y continúa: “Preparemos la supresión de la esclavitud. Quitémonos las lágrimas y pongámonos las mejores luchas de los trabajadores, de un continente a otro. Hagamos permanente este llamado mundial para el rescate del Trabajo como una operación social conjunta. El Trabajo alienado es lo que nos hunde en el pasado. El Trabajo esclavizado nos enseña la moral de los esclavos y nos impone el modelo psicológico del patrón con sus ambiciones por explotarnos de manera, siempre, más voraz.


En la lucha los trabajadores necesitamos, ahora más que nunca, organizaciones de masas, ante todo sindicatos capaces de luchar contra todo sometimiento al estado burgués que busque maniatar al trabajador con fascistas o "demócratas". Solamente los trabajadores, capaces de dirigir sus sindicatos con un grado firme de independencia política y de clase, pueden tener éxito contra las manías de la burocracia reformista y eso incluye a la estalinista. Hay que combatir, además, las tentativas sectarias de "pequeños sindicatos revolucionarios" que se hacen pasar por ediciones de bolsillo del "partido" para socavar a los trabajadores su derecho legítimo a la dirección de la clase obrera sin mecenas ni caudillos.


Cada fábrica, tierra, actividad laboral cualquiera, debe abrirse con furia, con nuestros motivos, profundos y pesados, por el vórtice y el vértigo, nuevo y eterno, contra un mundo esclavizante que nos ata los cascabeles de la explotación más infernal cabalgando a lomos de sollozos resignados. Va siendo la hora de rescatar el Trabajo de ese mundo mutilado donde nos desgarramos, va siendo la hora de pegar un salto grande hacia la revolución del Trabajo, de una vez por todas, que cambie el mundo.... que cambie la vida.


La Huelga General no es una medicina milagrosa. Su poder y su poesía están amenazados permanentemente, de una parte, por las condiciones y manías objetivas del capitalismo en descomposición y por otra, con la política de traición de ciertas "organizaciones obreras" avejentadas y corruptas, secuestradas por burócratas tutifruti. Los trabajadores viven agobiados bajo aparatos burocráticos que los han traicionado miles de veces. Negocian y venden Huelgas de manera rápida. Son una plaga de parásitos que los trabajadores deben identificar y combatir, con todas sus fuerzas, porque ha costado muchas luchas y vidas, entre otras cosas. Tarde o temprano se a esos parásitos, a veces infiltrados, en las fotos de los diarios abrazando a los empresarios y a los políticos de turno.


La Huelga endereza la espalda del obrero, quiebra la yunta del esclavo, mata al fantasma de los miedos... ese es su papel cada jornada, su papel contra la espalda fatigada, contra el peso de las sombras, contra el paso dolorido. Las Huelgas verdaderas son poemas y son incendios que propagan la luminosidad de la revolución. En brazos de la Huelga todos los principios obreros son obuses encendidos que estallan en el corazón de la hora presente. La Huelga es una subversión, no sólo intelectual, que se hace para salvar a las generaciones futuras, es un poema sin moral de reconciliaciones hipnóticas. Un poema de lucha, agitación, propaganda y organización. Poética de la lucha para superar las condiciones objetivas con la revolución como guía y contra la falta de madurez que aun aqueja la capacidad de dirección del proletariado que, nos e queda quieto y ya fragua dirigentes genuinos y nuevos. Poema de todos contra la confusión y descorazonamiento con que nos envenenan los traidores... contra la falta de experiencia, contra el desánimo. Contra el miedo. Poema que escribimos entre todos para ayudarnos a luchar, para ayudarnos a encontrar el camino hacia la transformación definitiva y permanente del mundo, de las mentalidades y de los corazones. Todo un poema.


En las condiciones del capitalismo en descomposición, los trabajadores cuentan con la Huelga para impulsar un método de lucha que permita derrotar la vida triste de los oprimidos, las amenazas del pauperismo. La Huelga general es una herramienta hermosa e implacable. Reivindica el derecho al trabajo y una existencia digna para todos. Que nadie nos asuste, no podemos entregarnos a la degeneración burguesa y vivir como trabajadores humillados crónicamente, de las migajas de una sociedad en descomposición, porque somos los productores de toda la riqueza... que nos saquean y hurtan. Contra toda esta degeneración criminal contamos con nuestra fuerza organizadora y, además, con la Huelga general... Urgen más Huelgas, más luchas rebeldes, más almas y también más fuerzas para renovar incluso al viento, para zarandear el trapo de las banderas dormidas y levantar como soles nuestros brazos entumidos. Es necesario terminar con el espíritu blandengue. Hay que avanzar con la revolución armados con Poesía de Huelgas, también, que trasformen a los trabajadores, los enamore de su fuerza y sea una puerta abierta que nos conduzca donde no hemos llegado... una puerta para entrar a la vida verdadera. Al cielo que nos pertenece.


La huelga por si no lo es todo... nos falta mucho todavía. Después de una Huelga uno aprende la diferencia sutil entre extender una mano y encender una revolución, un alma y uno aprende que la Huelga no significa sólo compañía... significa seguridad de fuerza unida fraternalmente. Y uno empieza a aprender verdaderamente, que los huelguistas no son abstractos, no son promesas, uno empieza a aceptar sus posibilidades concretas de triunfo. Con la cabeza alta y los ojos abiertos permanentemente. Como la revolución.


Son absolutamente vitales los comités de fábrica. Son parte de la preparación paciente y profunda con que los trabajadores construyen un doble poder al interior de la fábrica. Y es responsabilidad nuestra, como trabajadores, apoyar a la consolidación de esos comités que, tarde o temprano, serán motores de todos los movimientos sociales verdaderamente importantes. La formación de los comités bien puede ocurrir también en espacios de lucha contra las guerras, contra la inflación, contra la represión y la censura... en fin... su importancia radica en que comportan mil maneras en que la lucha de clases perfecciona los medios y los modos para fortalecer la unidad y las luchas por todas partes. Pero siempre hay que mantener en claro que no hay transformación social posible, parcial, si no hay transformación social completa... si no se produce una revolución socialista y permanente. Es muy fácil caer en espejismos si se mira sólo la superficie de los problemas y si nos conformamos, ilusionados, con reformas y bisutería política. El debate entre el capital y el trabajo no debe olvidarse ni debe olvidarse que, en la raíz de todos nuestros problemas está la propiedad privada y el estado burgués.


Hace falta la Huelga General y existen buenas condiciones para ello. Pero necesitamos una dirección buena. Seguir la lucha hasta vencer. Huelgas fortalecidas, extendidas a todos los sectores, organizadas por comités de Huelga en cada empresa, centro de estudio, barrios... como una oleada con vientos frescos, decidida y clara. Que inspire confianza y provea fortaleza. Ahora mismo millones de jóvenes y trabajadores han probado en la práctica que se puede luchar, que se tiene fuerza para poder ganar esta batalla, que no se trata de una minoría débil o frágil. Ni en Francia ni en Usa, ni en China ni en Ecuador... Hay un despertar de la lucha preñada de política revolucionaria. Mientras el capitalismo sólo ofrece guerras, miseria y explotación nosotros podemos ofrecernos el socialismo auténtico, con los métodos de la clase trabajadora, la única que puede conseguirlo.


Amar nuestras Huelgas abona el mañana. Hacerlas nuestras siempre como estallido consciente y dirigido a ganar el cielo y la superficie de la luna, incluso. No falta mucho. La Huelga tiene sus sábanas impregnadas con la aurora de la revolución. Iremos mucho más lejos porque tiene sentido, porque debemos escribir la historia por nuestros medios más concientes... elevar contenido de nuestras ideas mejores y nuestros proyectos más ambiciosos: la humanidad liberada por sí misma. Huelga color humano con impulsos de corazón y acción insurrectos. La Revolución está por hacerse, todos los medios son buenos (si no son injustos) para aniquilar las ideas burguesas, la explotación, la propiedad privada, la acumulación... sin concesiones. Contamos también con la Huelga como Poesía contra toda clase de conformismo, Poesía de los trabajadores con espíritu nuevo, de horizontes ensanchados, para ganar todas las armas y las herramientas que ayuden a crear una vida plena, esta vez de todos, nacida de lo mejor que sepamos ganar y crear...maravillosa por eso. Un poema en serio. Sería hermoso. "Solamente lo maravilloso es bello".””

AREA DE INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.

Is-psoe.malaga@terra.es

22 de julio de 2009

LA CRISIS CAPITALISTA Y LA LUCHA CONTRA EL PARO.

A mediados de junio, el gobierno de Zapatero tuvo que reconocer que sus perspectivas optimistas sobre la evolución del paro estaban completamente infundadas. Tras la reunión del Consejo de Ministros del 12 de junio, la ministra de Economía, Elena Rodríguez Salgado, presentaba un panorama desolador al respecto: la cifra brutal de cuatro millones de trabajadores en paro va a mantenerse al menos hasta 2012.


Respecto al número de parados sin ningún tipo de protección, aunque el Ministerio de Trabajo anunciaba a principios de junio que era "sólo" de 300.000, los datos que se recogen provincia a provincia (por ejemplo, únicamente en la provincia de Granada hay 22.000 parados en esa situación) demuestran que cerca de un millón de trabajadores carecen ya de cualquier ingreso.


Y la perspectiva es escalofriante. De cumplirse las expectativas del gobierno, hacia mediados de 2010 cerca de 1,8 millones de parados dependerán del apoyo familiar o de las redes públicas o privadas de asistencia social para subsistir. Incluso aunque la situación del empleo mejorase hacia 2012, como espera el gobierno, eso sólo significaría que hacia mediados de ese año la cifra de parados bajaría por primera vez de cuatro millones. En ese momento, y si no se cambia la regulación actual de la cobertura por desempleo, lo más probable es que el número de trabajadores sin ningún ingreso, sumidos en la más completa miseria, supere los tres millones.


Estas circunstancias imponen que la lucha contra el paro deba convertirse en uno de los puntos centrales de los programas de las organizaciones sindicales y de los partidos de izquierda. Pero antes de plantearnos las medidas que permitirían a los trabajadores del Estado español luchar de forma efectiva contra el desempleo, debemos preguntarnos las razones por las que el paro golpea de forma tan dura a la economía española, y por qué, incluso con crecimiento positivo del PIB, no se prevé recuperación del empleo.


El carácter atrasado del capitalismo español

A pesar de que el crecimiento de los últimos años ha sido en ciertos aspectos espectacular, y claramente más alto que el de la gran mayoría de los países desarrollados, la naturaleza del capitalismo español no se vio alterada por ello. El atraso orgánico de la burguesía española, que se expresó en su incapacidad para impulsar la revolución industrial durante el S. XIX, se ha mantenido hasta nuestros días.


En la época de decadencia del sistema capitalista, los rasgos parasitarios congénitos del capitalismo español se han fusionado con lo más avanzado del moderno capitalismo financiero. Las grandes familias de la burguesía española, que amasaron sus fortunas en un mercado cerrado, fuertemente protegido de la competencia exterior por elevadísimas barreras arancelarias, que disponían de la política monetaria para ganar artificialmente competitividad en los mercados internacionales a través de las devaluaciones, y, sobre todo, que basaban sus extraordinarios beneficios en la explotación salvaje de la clase obrera industrial y agrícola, se han movido como peces en el agua en el capitalismo de los hedge-funds, de los "grandes inversores" como Bernard Madoff, y de los sofisticados instrumentos financieros que fueron el detonante inmediato de la actual crisis en septiembre de 2007.


Estos capitalistas estaban acostumbrados a utilizar el Estado como salvador de empresas ruinosas. El Instituto Nacional de Industria (INI), creado por Franco, fue el instrumento de una industrialización sin riesgos, que evitaba que el capital privado se viese obligado a invertir para crear la infraestructura industrial básica (electricidad, acero, industria química, maquinaria, ferrocarril, etc.), y que facilitaba a las empresas privadas servicios y suministros a precios subvencionados, a costa, claro está, de la sobreexplotación del conjunto de la clase obrera.


Junto a esta función de inversor subsidiario, el INI se ocupaba de garantizar que las aventuras empresariales fallidas no tuviesen repercusiones en el patrimonio de los honorables capitalistas. A lo largo del franquismo, importantes empresas de varios sectores (astilleros, metalurgia, textil, etc.), cuyos propietarios las habían llevado a una situación de ruina, muchas veces a causa de operaciones abiertamente delictivas, fueron nacionalizadas para salvar los capitales privados, manteniendo en muchas ocasiones a los antiguos propietarios al frente de las ahora empresas "públicas".


Con estos precedentes, no es de extrañar que la inversión privada de la burguesía española se haya concentrado, durante el último boom, en los sectores que requieren una inversión mínima en capital fijo, que no requieren de una mano de obra especialmente cualificada (lo que facilita el recurso masivo a la mano de obra inmigrante), y que garantizan rápidos y elevados retornos del capital invertido.


El sector estrella de este periodo ha sido, sin duda alguna, el inmobiliario. ¿Qué mejor terreno para conseguir beneficios astronómicos en plazos muy cortos que operar en el mercado de la vivienda? Se trata de uno de los bienes más básicos (todo el mundo necesita una casa para vivir), que opera con un bien escaso (el suelo urbanizable), que no requiere de grandes inversiones de capital (ya se encargan los bancos de prestar masivas cantidades de dinero), que ofrece un ciclo de retorno inigualablemente rápido (un año puede ser suficiente), y, por encima de todo, que permite traspasar el riesgo al comprador a través de la subrogación del crédito hipotecario.


Y si a todas estas ventajas le unimos el recurso masivo a la contratación temporal, ya tenemos reunidos los ingredientes básicos del boom de la economía del Estado español. Y son precisamente todos estos factores los que explican que, ante los primeros síntomas de la crisis de sobreproducción, ante una demanda que se contrae a toda velocidad, las empresas se hayan apresurado a realizar los correspondientes ajustes mediante una drástica reducción del empleo temporal, ya sea directo (personal de plantilla con cualquiera de las modalidades en vigor de contrato precario) o indirecto (personal de ETTs y subcontratas). El coste sumamente bajo, o incluso en muchos casos nulo, del despido de empleados con contrato temporal, opera como un poderoso incentivo para que las empresas no se molesten en buscar cualquier otro tipo de alternativa.


La previsión de que la recuperación económica no va a suponer una reducción del paro se aplica a todos los países capitalistas. En su reunión preparatoria de la cumbre que celebrarán en Italia en este mes de julio de 2009, los ministros de economía del G-8 lo han anunciado: el paro continuará aumentando en los países del G-8 a pesar de la recuperación. Pero en el Estado español este fenómeno llega mucho más lejos. Desde marzo de 2008 a marzo de 2009 en los 27 países de la Unión Europea se destruyeron 2.720.000 empleos; de ellos, prácticamente la mitad, 1.305.000, corresponden al Estado español. El segundo país en el ranking de creación de paro es Gran Bretaña, con "sólo" 295.000 empleos destruidos.



¿Qué significa el paro para los trabajadores?

Más allá de los números impersonales de las estadísticas, el paro es la mayor amenaza que se cierne sobre el conjunto de los trabajadores. Desgraciadamente, en el Estado español sabemos muy bien las terribles secuelas que el paro trae consigo: hundimiento personal, caos familiar, incremento del fracaso escolar, degradación de las condiciones de vida de barrios y hasta de comarcas enteras...


La geografía del paro en el Estado español, desde la crisis de los años 80, se corresponde casi milimétricamente con el mapa de la distribución del consumo masivo de tranquilizantes y antidepresivos. De forma general, en los consultorios de la Seguridad Social se puede constatar y medir el efecto destructivo del paro en la salud psíquica y física de los trabajadores y de sus familias.


Y no son sólo los afectados los que individualmente sufren los efectos del paro. Las condiciones actuales de las comarcas afectadas por las reconversiones industriales de los años 80 (la minería del carbón, el sector naval, etc.), y de las comarcas rurales afectadas por el paro endémico que castiga a los jornaleros agrícolas, son una muestra viva de la naturaleza criminal del fenómeno del paro y del sistema económico que lo genera y al que es connatural: el capitalismo.



Por un puesto de trabajo o subsidio indefinido.-

El primer objetivo que tiene que plantearse una lucha consecuente contra el paro es el de evitar que ningún trabajador, sean las que sean sus circunstancias anteriores, se vea obligado a mendigar o a vivir de la caridad o la asistencia social.


La angustia de no saber de qué va a comer la familia el próximo mes tiene que acabarse. Los trabajadores en paro quieren trabajar, ofrecen su fuerza de trabajo en el mercado, rebajan sus condiciones, aceptan cambios de profesión y función, aceptan movilidad geográfica, aceptan turnos que destrozan su vida personal y familiar. ¿Y cuál es su responsabilidad si los dueños del capital han decidido que invertir no vale la pena, que es mucho mejor dedicar su dinero a la especulación, por ejemplo en deuda pública, que se dibuja ya en el horizonte como la próxima burbuja financiera del capitalismo?


Los parados no son culpables de las decisiones de los empresarios ni del funcionamiento general del capitalismo. Por ello, una vez que finalice el periodo legalmente establecido de cobro de la prestación por desempleo, hay que exigir como reivindicación irrenunciable el derecho a un puesto de trabajo o a un subsidio indefinido por importe del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).


Cubrir durante un año al conjunto actual de parados sin cobertura con una renta igual al SMI supondría algo menos del beneficio neto obtenido en 2008 por el Banco Santander. Y si lo comparamos con los beneficios agregados de todo el sector financiero, el inmobiliario y las grandes constructoras, garantizar un ingreso mínimo a todos los parados es perfectamente posible.


Por supuesto, nuestros patronos nunca van a estar de acuerdo con nuestros cálculos. Defienden su parte del pastel, claro está. Pero los trabajadores podemos demostrarles, con cifras en la mano, que la cobertura indefinida del paro es totalmente viable en términos económicos. Es la escandalosa desigualdad en la distribución de la renta lo que la impide, y para corregirla estamos dispuestos a luchar.


Las luchas de los años 80

Fue precisamente la lucha por ampliar las prestaciones lo que articuló las grandes movilizaciones de los parados en los años 80. De forma similar a lo que ocurre a día de hoy, el carácter atrasado del capitalismo español se manifestó con toda su crudeza, aunque, a diferencia de la situación actual, la distribución geográfica y sectorial del paro era bastante menos homogénea.


En las comarcas y sectores donde la situación de muchas familias se hizo insostenible, los parados, a la vista de que las direcciones reformistas de los sindicatos se despreocupaban respecto a su situación, se organizaron en asambleas, que contaron con la participación activa de cientos de miles de trabajadores y sus familias.


El efecto de estas asambleas fue eléctrico: los parados tomaron inmediata conciencia de su enorme fuerza. Trabajadores que se habían sentido hundidos y al borde del abismo (por ejemplo, quién escribe estas líneas tuvo que atender más de una vez en su casa de Ferrol a viejos conocidos, trabajadores de la construcción y de las auxiliares del sector naval, que con cuarenta o cincuenta años, y después de veinte o treinta años de trabajo duro, se veían obligados a recorrer las viviendas de los barrios de Caranza y Esteiro pidiendo comida) se sacudieron de encima el desánimo y el abatimiento. Todos juntos se dieron cuenta que la resignación no era el camino, sino la reivindicación y la lucha.


Las plataformas reivindicativas se discutían en las asambleas, con la aportación de todos, de tal manera que cada consigna era sentida como propia por cada uno de los participantes. Las diferentes acciones reivindicativas se preparaban en la propia asamblea, de manera que se consiguió un ánimo participativo de una fortaleza extraordinaria.


Por ello, no es de extrañar que de forma inmediata se alcanzaran éxitos notables en algunas zonas. Lo más destacado, por su relativa generalización, fue que en algunas comarcas se consiguió prorrogar de facto el subsidio de desempleo más allá del período reglamentario de cobertura. Ante la presión de las asambleas de parados, los directores provinciales del INEM daban orden a sus oficinas de que siguiesen pagando el subsidio, en las condiciones pactadas con las propias asambleas.


También, en muchas otras zonas, se consiguió imponer a las empresas con fuerte rotación de personal (fundamentalmente, empresas de la construcción) que la contratación pasase por la asamblea de parados, evitando de esta forma que los empresarios se aprovechasen de la desesperación de los parados para empeorar aún más las condiciones laborales.


Pero, los mismos factores que facilitaron los primeros éxitos de las asambleas de parados, se acabaron convirtiendo en una fuente de debilidad. El principal factor de debilidad de este movimiento fue su incapacidad para extender sus conquistas y, por tanto, para consolidarlas. La extensión del subsidio de desempleo más allá de su periodo legal fue, sin duda, un gran logro, pero sólo benefició a un número pequeño de trabajadores. Únicamente en zonas con una fuerte concentración de parados y tradición de lucha se arrancó esta medida a la Administración, pero una gran parte de los parados permaneció al margen de esta mejora.


Además, en las zonas donde se consiguió esta conquista, las condiciones concretas de aplicación eran totalmente heterogéneas. Por ejemplo, en algunas localidades de Vizcaya se consiguió que los padres de familia cobrasen el subsidio de forma indefinida; en Córdoba se consiguió la extensión para todos los parados, fuesen o no padres de familia, pero sólo durante 180 días adicionales, etc.


La ausencia de un programa y una organización unificada en todo el Estado impidió que las conquistas locales se extendiesen a todos los parados, lo que hubiera permitido crear las bases para una lucha mucho más fuerte y ambiciosa, y para consolidar el terreno conquistado.


Pero aunque hubieran contando con una organización en todo el Estado que permitiese coordinar y unificar las luchas, las asambleas de parados presentaban otro punto débil: su separación del movimiento obrero organizado, de los sindicatos.

Por rechazables que nos parezcan las políticas de constante retroceso y concesión de las actuales direcciones sindicales, la vinculación de las luchas de los parados con los trabajadores con empleo, organizados en sus sindicatos de clase, es imprescindible para avanzar. Separarse de los sindicatos no sólo debilita al movimiento de los parados, sino que favorece las maniobras de la patronal para enfrentar a diversos grupos de trabajadores. La experiencia de los años 80 demostró la facilidad con la que los empresarios conseguían dividir a los trabajadores entre sí, a veces apoyándose en las debilidad organizativa y política de las asambleas de parados.



Unificar la lucha de los parados con la del resto de trabajadores

El programa de lucha contra el paro tiene que basarse en una idea central: el problema del paro es un problema que afecta al conjunto de la clase trabajadora, y no sólo a quienes tienen la mala suerte de estar sin trabajo.


El paro afecta de forma inmediata, claro está, a quien es despedido o a quien no encuentra su primer empleo. Pero, acto seguido, el paro actúa como un ariete contra las condiciones laborales de los que tienen empleo, especialmente contra sus condiciones salariales. Por ello, la necesidad de unificar las luchas de parados y empleados no responde a una exigencia abstracta de "solidaridad", sino que es una imperiosa necesidad práctica para que los trabajadores, en conjunto, podamos afrontar en las mejores condiciones, las múltiples situaciones adversas que la crisis nos impone.


De forma aparentemente paradójica, el rápido incremento del desempleo en el Estado español no ha traído aparejado el correspondiente descenso de los salarios. Más bien al contrario, los costes laborales unitarios se han encarecido ligeramente a lo largo de 2008 y esa tendencia se ha confirmado en el primer trimestre del 2009, con una subida en torno al 2,1%.


La explicación de este hecho reside en que la destrucción de empleo temporal significó que las empresas prescindieron de sus trabajadores jóvenes y peor pagados, mientras que mantuvieron a sus asalariados con mayor antigüedad, ya que su coste de despido es incomparablemente mayor. Y son precisamente los trabajadores más antiguos los que normalmente perciben los mayores sueldos.


Debido a esta situación, no debería resultarnos sorprendente el coro de voces que reclaman al unísono la revisión de las indemnizaciones por despido de los asalariados con contrato indefinido. Desde el gobernador del Banco de España, al presidente de la CEOE, y desde los cien "expertos economistas" al servicio de la patronal al gobernador del Banco Central Europeo, todos identifican como principal problema económico el "elevado" coste del despido.


De momento, el gobierno de Zapatero, consciente de quiénes son sus votantes, se resiste a aplicar estas medidas. Pero sea como sea, la ofensiva de la patronal está en marcha, y su objetivo es el ataque al empleo fijo, con la finalidad de sacar el máximo partido a la situación de desempleo masivo.


Rebajando los costes de despido de los trabajadores fijos, en nombre de la "solidaridad con los parados y los necesitados", se favorecería la bajada de los salarios. De conseguir sus objetivos, la patronal se aplicaría de forma inmediata a sustituir trabajadores fijos, que todavía pueden plantar cara ante la pérdida generalizada de derechos, por parados sin otra opción que aceptar lo que la empresa imponga o volver al paro. Una pérdida terrible de poder adquisitivo para el conjunto de los trabajadores es lo que está ahora mismo en juego.


Y esta amenaza es lo que une los destinos de parados y empleados. Frente a la demagogia de la derecha, hay que decir que no es verdad que los salarios "altos" sean un freno al empleo. El empleo depende de la inversión, sea pública o del sector privado, y no del nivel salarial. De ser cierto lo que plantea la derecha, los países europeos con mayores salarios (Alemania, Luxemburgo, etc.) deberían estar hundiéndose en el paro masivo, y en cambio los países con los salarios más bajos (Portugal, Marruecos, etc.) ¡deberían ser el paraíso del pleno empleo!... Evidentemente, sobran los comentarios.



Reivindicaciones frente al desempleo

Por tanto, la defensa del poder adquisitivo de los salarios, el incremento del SMI hasta los 1.100 euros, que es el importe necesario para vivir con una mínima dignidad, deben inscribirse como reivindicaciones básicas en el programa de parados y empleados.


Y no sólo la defensa del empleo fijo y los salarios une a los parados y los empleados. Las características del boom han provocado que un número muy elevado de familias trabajadoras esté enredada en la trampa de las hipotecas. Aunque los tipos de interés se mantienen de momento bajos, la evolución del volumen de deuda pública anticipa una tendencia al alza. Pero incluso con los tipos más bajos de la historia, las familias en situación de desempleo se ven a menudo obligadas a suspender el pago de sus cuotas hipotecarias. Aislados, ningún trabajador, ninguna familia, puede enfrentarse al poder de un banco. Pero con la lucha unida de parados y empleados, de los que ya no pagan su hipoteca, de los que van a tener que dejar de pagarla en los próximos meses, y de los que no duermen por las noches pensando en qué harán si pierden su trabajo, podremos plantar cara al capital financiero. ¡Ningún embargo, ningún desalojo de una familia que no pueda pagar su hipoteca!


La carga que una familia trabajadora debe pagar por su vivienda no puede superar el 10% de sus ingresos. En paro o trabajando, la hipoteca no puede pender como una amenaza sobre las cabezas de los trabajadores. Y mucho menos cuando el sector bancario está recibiendo una lluvia de millones de dinero público.


¿Y qué deberíamos hacer si la banca se niega a aceptar esta pequeña limitación a su ansia de beneficios? En ese caso nuestra exigencia tiene que ser la inmediata nacionalización de la banca, sin indemnización, y bajo control obrero. Si el sector financiero sólo sabe hacer negocios arriesgando el dinero de los demás (los ahorros de los trabajadores, los fondos de pensiones, y el dinero de los impuestos) carece de sentido que siga un minuto más en manos privadas. Nacionalizada y bajo control de los trabajadores, la Banca podría dedicar sus inmensos recursos a la financiación de la inversión productiva necesaria para satisfacer las necesidades sociales y para crear empleo.


Por último, parados y empleados deben unir sus esfuerzos por conseguir que el paro se afronte de la única manera racional que puede concebirse: el reparto de las horas de trabajo. ¿Qué sentido puede tener que con cuatro millones de parados sigan haciéndose cientos de miles de horas extras, en muchos casos no pagadas? La única razón de este sinsentido es la necesidad de los empresarios de reforzar sus beneficios. Como primer paso, debemos exigir una inmediata reducción de la jornada de trabajo a 35 horas sin reducción salarial. Manteniendo nuestro poder adquisitivo aseguramos una demanda para los bienes producidos. Reduciendo la jornada obligamos a los empresarios a contratar a más trabajadores para atender esa demanda de bienes. Efectivamente, el margen de beneficios se reducirá ligeramente, es decir, que el patrimonio de los empresarios se verá ligeramente resentido, pero esta reducción de su riqueza no afectará negativamente al conjunto de la economía.


Un caso especial lo plantean las empresas con EREs, o con reducciones encubiertas de plantilla. Es verdad que la crisis afecta a algunas empresas. Pero los trabajadores tenemos que comprobarlo por nosotros mismos, revisando la contabilidad de la empresa, comprobando cuáles han sido las decisiones empresariales que han podido tomarse años atrás y dónde ha ido a parar el dinero obtenido durante el periodo de crecimiento económico. Incluso en el caso de que la empresa esté efectivamente en crisis, eso no significa que tengamos que aceptar que las consecuencias las tengamos que pagar los trabajadores mientras que el empresario sigue viviendo en la abundancia con el dinero acumulado en el pasado a costa de nuestro sudor.


Y si la verificación de los libros demuestra que la crisis es real, nuestra respuesta tiene que ser la aplicación de la escala móvil de horas de trabajo. Aunque la carga de trabajo sea pequeña, siempre podrá repartirse entre toda la plantilla. Cuatro millones son demasiados parados, y hay que evitar incrementar su número. Bajo control de los trabajadores, hay que plantear el reparto del trabajo entre el conjunto de la plantilla, de la forma más adecuada para no afectar a la producción (reducción general de la jornada diaria, turnos semanales de tres o cuatro días, etc.). Nadie sabe mejor que los propios trabajadores cómo organizar eficientemente nuestro trabajo. La lucha contra el paro tiene que plantearse luchando contra los despidos. Esta lucha une por igual a parados y empleados.


En la lucha contra el paro hay que unir nuestras reivindicaciones inmediatas con una perspectiva global de lucha contra el sistema capitalista. El paro es una dilapidación completamente innecesaria de riqueza, pero es inevitable en un sistema basado en propiedad privada de los medios de producción y la ley del máximo beneficio individual. El problema del paro sólo tiene solución en una sociedad socialista, y sólo en ella podremos consolidar todos los avances que conquistemos ahora. Por eso la lucha contra el paro es una lucha fundamentalmente política, una lucha que pasa por recuperar a los sindicatos y partidos obreros -fundamentales para organizar todo el potencial revolucionario de nuestra clase- para el objetivo histórico por el que fueron creados: la transformación socialista de la sociedad.


Escrito por Antonio G.Sinde.

20 de julio de 2009

ALTERNATIVA PARA LA CLASE TRABAJADORA ANTE LA CRISIS CAPITALISTA.

DOCUMENTO A DEBATE QUE PRESENTA IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE DE ANDALUCÍA.

El presente documento es fruto de un año de debates y reflexiones que hemos llevado a cabo los compañeros pertenecientes a Izquierda Socialista de Málaga-PSOE, motivados por lo negativa y rotundamente con que se está expresando la crisis capitalista para la clase a la que pertenecemos, la clase trabajadora. Fruto de estas iniciales reflexiones se convoca, en noviembre pasado en Antequera, la I Conferencia en Andalucía de nuestra corriente de opinión, Izquierda Socialista. Allí, diferentes representantes de cada provincia aportan su visión sobre dicha situación, como queda reflejado en el capítulo V.

El capítulo III es un pequeño estudio histórico acerca de las diferentes corrientes que han jalonado el PSOE en sus más de 100 años de historia, centrándose la parte más decisiva del texto en la época contemporánea, y en particular, en el surgimiento y desarrollo de Izquierda Socialista después de la Transición.

El capítulo IV aporta uno de los manifiestos más básicos para entender el desarrollo a partir del cuál se puede entender el carácter de Izquierda Socialista en Málaga.

El capítulo II, el más actual junto con el VI, está dedicado a analizar ampliamente la actual crisis capitalista de una manera profunda, basándonos en los últimos datos conocidos, que no hacen sino apuntalar las ideas esenciales que defendimos en la Conferencia de Antequera. Al final del capítulo VI viene un compendio básico del programa que creemos humildemente que el PSOE debiera defender en la situación actual.

También aparecen al final del documento nuestras direcciones web, de correo y teléfonos para contactar con nosotros, debatir y profundizar sobre este debate de urgente actualidad que proponemos. En esencia, aunque en este documento aparecen con claridad ideas nítidamente definidas, consideramos el conjunto del presente trabajo como un borrador sometido a permanente debate para que participen todos los compañeros del PSOE, todos nuestros simpatizantes, y todos los miembros de la clase trabajadora y aquellos que luchan por la plasmación en la Tierra del ideal del Socialismo.

Es preciso rearmar al Partido ideológicamente, dotarnos de las mejores tradiciones, estudiando a los clásicos socialistas, analizando la historia, la economía, sacando el debate a la calle para avanzar en la lucha por la nueva sociedad socialista que los trabajadores del mundo necesitamos. El Socialismo no es ninguna Utopía, sino que se ha convertido en una Necesidad imperiosa para la Humanidad. Te invitamos a participar en el debate, como afiliado, simpatizante o como trabajador crítico que quiere respuestas a la situación que estamos sufriendo, pero debemos recordar aquello que nos dice el clásico: “La emancipación de la clase trabajadora será obra de la propia clase o no será”.

II. LA LUCHA POR EL SOCIALISMO ES MÁS NECESARIA QUE NUNCA.

* La crisis económica.-

Según los economistas burgueses más prestigiosos, el capitalismo se encuentra en su crisis más importante desde los años 30. Estos mismos analistas auguran años de estancamiento económico y social, con todo tipo de derivaciones políticas y crisis sociales. El Fondo Monetario Internacional (FMI) en su informe último dibuja un sombrío panorama. Prevé que el PIB mundial caerá por primera vez en 60 años y vaticina una caída media del PIB de los países del planeta en torno al 1.3 % este año. El PIB en la zona euro llegará a caer hasta un 4,2 % este 2009. Dicen que se trata de la recesión más profunda desde la II Guerra Mundial. Llegan con retraso a las mismas conclusiones que algunos habíamos previsto en un artículo del 1-10-2006. El FMI se alinea así con economistas como Paul Volcker, (EEUU) que ha bautizado la crisis actual como “La Gran Recesión”.

La espiral descendente de la economía capitalista es como un terremoto que ha sacudido el sistema hasta sus cimientos. Pero aún no ha terminado este seísmo, porque las réplicas pueden agravar la situación. El pronóstico del FMI para la economía española es que sufrirá este año una contracción del 3% debido al “colapso de la demanda externa, el impacto de la corrección inmobiliaria en algunos países (Irlanda o España) y mayores restricciones financieras”. Como consecuencia de este doloroso ciclo económico, la tasa de paro prevista para España se eleva hasta un 17,7% al final de este año y pronostica llegar al 19,3% para el 2010, cifras que con los últimos datos oficiales conocidos en primavera parece que se van a quedar cortas. La revisión es drástica y afecta a todas las áreas económicas del mundo sin perspectivas de retornar a un crecimiento sólido hasta 2014.

Los estrategas de la burguesía están revisando sus previsiones constantemente y han entrado en una situación de pánico agudo que ha hecho caer bruscamente las perspectivas de inversión del capital privado. La Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF, inversiones en medios de producción) de los capitalistas está por los suelos y este índice es el que representa las previsiones de inversión de hoy que son los puestos de trabajo que se tienen que poner en marcha mañana. Por tanto, la inversión privada se ha derrumbado, lo que demuestra que bajo el capitalismo a corto plazo no hay ningún futuro para los millones de parados. Esto se resolverá a través de la lucha obrera para exigir nuestros derechos como clase en la marcha por el socialismo en un combate feroz.

El debate se empieza a centrar en si habrá o no una “depresión”, con el peligro de la “deflación” (caída generalizada de precios, y también de beneficios), lo que puede provocar un desajuste cada vez más brutal del capitalismo con una dislocación de los mercados y oleadas de quiebras y cierres inminentes. Los economistas burgueses no tienen ni la más remota idea de cómo atajar el problema. Han gastado ya más de 3,5 Billones de dólares, una gran parte intentando sostener el falso y supuesto valor de los activos inmobiliarios en que se apoyaban los balances de los bancos. Por ahora no han logrado nada concreto, salvo incrementar en muy poco tiempo la deuda pública, que se puede multiplicar en muy poco tiempo, y que se pagará con nuestros impuestos.

Creen que el problema es solamente financiero, (craso error), pues no es la falta de créditos lo que ha desencadenado la crisis, sino al revés: es la crisis cíclica de sobreproducción, de onda larga, con su caída brusca de la demanda lo que ha producido el estallido de la burbuja inmobiliaria, en primer lugar, que inmediatamente se trasladó a las finanzas, rebotando luego al sector comercial, industrial y agrario.

Es preciso analizar asimismo la “Tendencia a la Caída de la Tasa de Beneficios”. Aunque muchos analistas han negado la vigencia de esta Ley, que es cierto que no opera en todas las circunstancias de la misma forma, sí lo es que afecta en algunas, por lo que no se debe descartar a priori como insisten en afirmar una cierta parte de los economistas más “mercenarios” del capitalismo.

Durante 20 años la tasa de ganancias creció de manera más o menos aceptable para los burgueses, pero no para la clase trabajadora, porque los datos económicos muestran un estancamiento casi generalizado de los niveles salariales, agudizándose la polarización entre ricos y pobres debido al aumento del grado de explotación de la clase obrera en el mercado mundial, con empujes a la baja de los salarios de los obreros de los países industrializados que se están incrementando radicalmente ante el brusco aumento del paro.

En principio los trabajadores hemos podido acceder, gracias al incremento nominal de nuestros salarios, a más productos que no podíamos comprar hace 20 años (entre otras cosas, porque algunos no existían entonces). Pero el trabajador medio europeo no puede acceder de forma generalizada a todos los productos nuevos que ha generado el capitalismo y cuya existencia, riqueza y valor vienen determinados por nuestro trabajo: el salario del trabajador medio no ha subido de manera relativa en la misma medida que se ha ido generando nueva riqueza. De ahí que se produzca la crisis de sobreproducción capitalista.

Por ejemplo, en el estado español, la construcción de viviendas colapsó igualmente por una falta de demanda, porque los precios subieron en 15 años, sobre unas 14 veces más que los salarios. Incluso en prácticamente todos los países europeos (y más aún en los USA), los trabajadores han visto cómo sus salarios reales (descontando la inflación y las horas extras) bajaron, por lo que hoy en día los salarios de los trabajadores han visto disminuir su peso en la contabilidad nacional en beneficio de los beneficios empresariales. Así, en el estado español, la masa salarial global que constituyen las rentas del trabajo ha sido mermada en más de 10 puntos en relación a las rentas del capital medidas en porcentaje del PIB.

El capitalismo hace tiempo que está en la fase imperialista y abarca ya a todos los países. Las inversiones en China fueron del orden de 50.000 millones de dólares anuales aproximadamente durante las últimas dos décadas. Este potencial de producción ha servido para acelerar la competencia entre bloques, con el dumping social que ello ha representado. Las contradicciones del capitalismo se están reproduciendo cada vez a escala más global. Esta depresión en la que transitamos por sus inicios no tiene precedentes, pues según muchos analistas pudiese ser más profunda que la de 1929. Esto es una receta acabada para un incremento de la lucha entra las clases, cuyos intereses siguen siendo contrapuestos e irreconciliables.

La perspectiva, por primera vez en la historia, de una recesión mundial sincronizada está sucediendo por lo que es previsible un enfrentamiento y una guerra comercial profunda entre los tres grandes polos del capitalismo (China, Europa y Estados Unidos) lo que hará que se profundice la crisis económica, política y social. De hecho, estamos viendo ya como cada país, desde el más humilde como Ecuador, pasando por el estado español, hasta los USA, están tomando decenas de medidas de apoyo económico a “su” industria nacional. También se está incrementando en determinados casos las tasas aduaneras. El liberalismo en el comercio se hace de esta forma totalmente inviable y los gobiernos van a basarse cada vez más en el proteccionismo. Esto podría desarrollará tendencias nacionalistas en lo económico lo que sería, como ir de Málaga a Malagón. Todo esto restringirá aún más el comercio mundial y la economía. Hay que recordar que esto es lo que exacerbó aún más la crisis económica en los años 30.

En países intermedios como España, que tienen una gran vulnerabilidad financiera debido a su atraso histórico, los capitales están huyendo rápidamente a refugios más seguros, con efectos devastadores en la economía real, pues eso equivale a una Huelga de inversión de capitales muy peligrosa para la estabilidad.

Tenemos ejemplos de lo que puede ocurrir en algunos países donde el Estado puede colapsar, como en Islandia, que es ahora un país en plena bancarrota. Está habiendo manifestaciones enormes cuestionándose las medidas que toman gobiernos que plantean ataques furibundos a los intereses de los trabajadores, como hemos visto en Grecia, Francia, Italia. En el estado español también las hemos empezado a ver empezando por Euskadi, donde el 21 de Mayo hubo una Huelga General que aunque convocasen tan solo los sindicatos nacionalistas, tuvo un seguimiento bastante importante, expresando el profundo descontento social acumulado.

La industria del automóvil está colapsando a escala planetaria, pues de una oferta de más de 90 millones de vehículos que se producen al año, solamente unos 60 millones tienen demanda concreta. Los recortes se presentan brutales. La construcción naval construyó 9.000 buques nuevos con un exceso de capacidad enorme que ahora no pueden ser utilizados. Igual pasó con la vivienda. Hay un excedente en la actualidad al haberse restringido el comercio marítimo mundial que se demuestra en la existencia de unos 500 buques atracados para su desguace que están casi nuevos. Los gobiernos están tomando medidas para proteger los intereses de sus respectivas burguesías a las que sirven, por lo que el comercio mundial busca salidas en el proteccionismo que será como saltar de la sartén al fuego.

Los datos de caída del comercio mundial aceleró el colapso en aquella época trágica de los años 30 cuando las medidas proteccionistas fueron tan nefastas para la economía mundial. En la actualidad los datos del descenso del comercio mundial superan en algunos sectores a aquel período por lo que nos encontramos al borde de una guerra comercial. La caída de las exportaciones también se hará notar en las cuentas de Japón, cuyo PIB puede llegar a caer un 5,80 % este año lo que arrastrará a otros países de su órbita.

Entre 1990 y 2006, con el comercio mundial creciendo a un 6 % de media, el PIB mundial tuvo un crecimiento medio del 3 %. Según el FMI, el PIB de EEUU retrocederá un 2,60% este año. Ahora, sin embargo, el comercio mundial ha caído a un -6 % en un año, por lo que este decrecimiento puede ser aún mayor. Esto está colapsando las exportaciones de casi todos los países. El pronóstico del FMI es que el PIB mundial caerá en 2009 entre un 0,5 y un 1 %. Hace sólo dos meses aventuraban que el crecimiento sería de un 0,5 %. El FMI informa que “La revisión refleja unas turbulencias financieras incesantes, nuevas estadísticas negativas, una confianza que se hunde y el efecto limitado de las respuestas políticas en la restauración de la salud del sistema”. Pero lo más importante y nocivo son los efectos que esto acarrea. Esto provocará enormes turbulencias y conflictos sociales debido a la destrucción masiva de tejido industrial, del comercio y la agricultura.

* La situación internacional.-

Existen ya síntomas de desintegración del capitalismo que tienen un cierto paralelismo con el inicio de la caída del Imperio Romano. Es la agonía lenta en la que ha entrado el capitalismo decrépito, senil y degenerado. Si analizamos la situación en el mundo árabe todos los países están sentados sobre un polvorín: Pakistán, Irak, Irán, Egipto, Marruecos, Afganistán e incluso la rica Arabia Saudita, cuya clase dirigente, en complot con el Imperialismo de EEUU, ha conseguido empobrecer también a su clase trabajadora. Para comprobar esto, solo basta con comparar la renta per cápita de ese país hace 30 años, con la actual.

Las masas están luchando desesperadamente, desgraciadamente con una falta enorme de alternativas políticas por la crisis de los partidos comunistas, que sí tuvieron fuerza en muchos de estos países en los años 60 y 70. De ahí el surgimiento del fundamentalismo religioso, que mezcla la opresión social y política flagrante que se vive en estos países con una supuesta y demagógica salida religioso-nacional a estos problemas, bajo la batuta infame de unos dirigentes corruptos sometidos a la voz del Imperio o a la voz de los Imanes fundamentalistas. En muchos de estos países los procesos revolucionarios están distorsionados pero siguen latentes, porque en el fondo la Revolución es una cuestión de pan y los alimentos escasean agravándose la situación por las subidas especulativas de los cereales y otros alimentos que sumen en hambrunas y hunden cada vez más en la miseria a millones de pobres inocentes. Por eso, a pesar de los imanes, las ideas socialistas volverán a brotar con fuerza también en estos países.

Los imperialistas han causado estragos en muchas de esas zonas con la política de aniquilamiento llevada a cabo por el Gobierno Bush, con su canje desigual de “sangre por petróleo”. Cada vez mayor número de analistas económicos, sociales y políticos, venían planteando que los EEUU habían perdido la guerra de Irak y también la de Afganistán, pero ni Bush ni sus aliados, de cuyo más firme defensor y amigo hace gala el antiguo Presidente Sr. Aznar, han querido admitirlo. La guerra contra las “armas de destrucción masivas” eran una gran mentira demostrada. La masacre y el sufrimiento de las masas de ese país ha sido horrible y lo han hundido materialmente en la “edad de piedra”.

El efecto en la conciencia de la clase obrera del mundo, desde Latinoamérica hasta los países de tradición islámica, ha dado un salto cualitativo, y el odio a lo que representa Occidente por el castigo recibido por tantos millones de inocentes tendrá su efecto más tarde o temprano por los errores y abusos cometidos. Este error ha tenido que ser reconocido por la portavoz del gobierno de EEUU, que ahora aporta un intento de rectificación a través de la política de buenas intenciones del nuevo gobierno Obama, que se ve forzado a tender la mano al mundo árabe con la intención de abortar algunos de esos procesos que estaban llevando a levantamientos populares y revoluciones.

La situación de la clase obrera en América Latina también ha cambiado. La debilidad de EEUU se refleja en que ya ha sido incapaz de intervenir militarmente como lo hizo en el pasado con los sangrientos golpes en Chile, Granada, Nicaragua… Ahora incluso el pueblo americano, cansado de la brutalidad de los Republicanos y acusando profundamente el malestar de la crisis económica, ha optado por Obama con la esperanza de que se produzca un “Cambio” en sus vidas. Esto demuestra que la población ha girado a la izquierda.

Sabemos que tanto los Republicanos como los Demócratas son ambos políticos capitalistas y no podrán solucionar la cuestión social. Es importante resaltar el proceso de auge que están llevando a cabo los distintos partidos y coaliciones de izquierdas en América Latina, resaltando el reciente triunfo del FMLN en El Salvador, que acompaña a Ecuador, Paraguay, Brasil, Chile, Argentina, Nicaragua, Venezuela y algún otro, en ese giro a la izquierda del movimiento obrero buscando el camino del socialismo en todo el continente.

No habrá un desenlace rápido de la ecuación porque el factor subjetivo es débil, pero el proceso hará que ese giro se transforme en la necesidad de formar partidos de izquierdas. Incluso está implícito que un fuerte partido socialista pueda surgir en EEUU, ya que cada vez existen más presiones en los potentes sindicatos para que rompan también con los Demócratas y conformar así un genuino partido obrero.

* El estado español.-

En el cénit del boom económico, hace dos o tres años, se había instalado en la conciencia de millones de trabajadores que el capitalismo les podría ofrecer una cierta alternativa. Ante la inexistente explicación alternativa por parte de nadie desde la izquierda política o sindical, millones de trabajadores se lanzaron por la pendiente del crédito, única alternativa que les ofrecía el sistema para tener un proyecto de vida. Todos hemos visto cómo parecía que nos “regalaban” créditos. Mientras tanto, los economistas y políticos oficiales decían que “no pasaba nada”, que “España iba bien” o que “éramos más ricos porque teníamos más propiedades”.

Con todos estos condicionantes, creyendo que el trabajo nunca iba a faltar, en base al trabajo duro, a las horas extras, trabajando los dos miembros de la pareja, muchísima juventud se arriesgó y empeñó en hipotecas a 25, 30 y hasta más de 40 años. Los dirigentes de la izquierda no alertaron a los trabajadores de lo trágico que podía llegar a ser esta situación. Como explicamos al final de este documento, desgraciadamente, cuando el PSOE llegó al poder en el 2004, alentó y siguió con el “ladrillo y el endeudamiento” como modelo de crecimiento. En el período 2005-7 los beneficios de los empresarios y banqueros fueron insultantes. Incluso desde una óptica estrictamente reformista o socialdemócrata, con unos dirigentes luchadores y previsores, se podía haber presionado al capital lo suficientemente como para reducir de manera importante los niveles de eventualidad y mejorar mucho más el débil “estado de beneficiencia” que tenemos en el estado español, que no se puede comparar en prestaciones sociales en absoluto a los países germanos o nórdicos de Europa.

Evidentemente la crisis capitalista era inevitable y los despidos y ataques a los derechos de los trabajadores que estamos empezando a ver se hubieran dado en esencia. Pero el movimiento obrero se hubiera encontrado en una posición más fuerte de cara a medirse a la situación negativa que vivimos. Todo esto no hace sino demostrar que el sindicalismo del “pacto por el pacto” no ha servido de nada: en años de bonanza donde los empresarios han visto subir sus beneficios con cifra de dos dígitos, los trabajadores hemos visto bajar nuestros salarios reales.

Cuando se acepta el capitalismo como el único sistema posible, nuestros dirigentes sindicales y políticos se quedan sin alternativas. En la mesa de negociación el empresario no encuentra contrapartida a su discurso, llegándose a la falsa concepción de que únicamente es posible mantener los derechos sociales y crear empleo si antes el empresario tiene beneficios. Incluso en los últimos 20 años se ha llegado tan lejos que esas promesa empresariales de mejoras quedaron postergadas una y otra vez, firmándose en los últimos años todo tipo de pactos por nuestros dirigentes para limitar las subidas salariales en los convenios. ESTOS SON HECHOS. Esto es lo que demuestra que la teoría y práctica de la tradición política reformista o socialdemócrata, en la época actual, lleva a la dêbacle: al “reformismo sin reformas”.

De la mejor época de crecimiento económico que nos ha proporcionado el capitalismo en las dos últimas décadas, los trabajadores hemos salido con salarios reales más bajos, más endeudados que nunca y con un nivel de eventualidad desconocido hace treinta años.

Dicho eso, los trabajadores somos hoy más fuertes que nunca. Creamos toda la riqueza que existe y sin nuestro permiso no se mueve nada en esta sociedad: ni un autobús, ni un tren, ni se enciende una bombilla... Somos más de 17 millones de asalariados. Muchos trabajadores que estaban cansados y desmoralizados han sido sustituidos por millones de jóvenes con nuevas energías que aprenderán de la situación que se abre delante de sus ojos. No se van a quedar parados si peligra su hipoteca o ven incierto el panorama para los hijos que le han nacido.

El cambio de tendencia económica que presagia un largo proceso de estancamiento económico o una nueva depresión económica, obligará a los empresarios, debido a la caída de su tasa de ganancia, a profundizar en los ataques a las condiciones de vida y de trabajo de las masas. Estamos asistiendo al incremento del paro más importante de la historia, incluso más rápido que en los años 30, con lo que la conflictividad social es inevitable que se vea asimismo acelerada, con giros a la izquierda en oleadas por el movimiento obrero.

Aunque gobierno y patronal han hecho todo lo posible por asumir la crisis mediante un “aterrizaje suave”, no han podido evitar la brusca caída económica que está teniendo consecuencias muy graves: el paro se ha disparado y aunque momentáneamente podría noquear al movimiento obrero, luego lo espoleará, cuando las masas no vean otra alternativa salvo la lucha. Entonces habrá inevitablemente un endurecimiento en las luchas.

* Necesidad de un giro a la izquierda en las organizaciones obreras.-

Esta situación está provocando un cambio molecular en la psicología del movimiento obrero, que indudablemente va a espolear un incremento explosivo la lucha en el terreno sindical, pasando de la apatía y de la dejadez a la actividad sindical e incluso política, cuestionándose grandemente las direcciones actuales que están con las tácticas y estrategias desfasadas del anterior periodo. Los dirigentes sindicales, si no actúan con inteligencia y cambian inmediatamente el chip, se verán en un compromiso, obligándoles la situación a girar a la izquierda, o serán sobrepasados por los acontecimientos y barridos por la fuerza de la lucha de masas. Si en un momento dado no sirven para satisfacer las necesidades reivindicativas que exigirán los trabajadores, serán sustituidos por otros más a la izquierda. Se podría dar el caso de indisciplina sindical, con el fortalecimiento de las incipientes corrientes críticas que están surgiendo cada vez con más fuerza en el seno de los sindicatos y partidos obreros.

Las condiciones objetivas están madurando para estos procesos de forma agigantada. Estamos en los inicios de los procesos de luchas entre las clases, por mantener las actuales condiciones de vida, que la recesión capitalista nos está arrebatando. Las tareas de los socialistas pasan por defender la necesidad de un fuerte ala izquierda en el seno del PSOE, para profundizar las conquistas sociales y combatir a la burguesía cuyo principal brazo político es el PP, con la santa alianza de los poderes fácticos incluyendo el “ejército pancartero de las sotanas”. Ellos se preparan para el ataque a los trabajadores, agitando en primer lugar furibundamente contra Zapatero y la izquierda para destrozarle.

Nuestra tarea también pasa por continuar organizándonos cada vez mejor, buscando confluencias con los demás partidos y sindicatos de izquierdas, haciendo un llamamiento a los trabajadores para que se movilicen en la lucha por el socialismo, para fortalecer nuestras organizaciones: en aspectos sindicales, políticos, y de otra índole, tanto en el aspecto cuantitativo como sobre todo en el aspecto cualitativo. Los trabajadores más que nunca necesitamos saber con exactitud qué está ocurriendo. Las viejas ideas que nos decían acerca de que dentro del capitalismo se iban a resolver nuestros problemas fracasaron: las nuevas generaciones están más explotadas que nunca, más endeudadas que nunca y con un futuro desolador ante sí.

Por tanto, desde IS-PSOE de Málaga, creemos que hay que fomentar el debate en las viejas y sanas ideas socialistas que dieron lugar a la conformación del PSOE: las ideas del materialismo dialéctico, esto es, las del marxismo, que es la expresión más acabada de la conciencia de nuestra clase y que están siendo reclamadas en todos los continentes.

Todo esto da la razón a nuestra corriente, que contra viento y marea, luchando en contra de todos los que nos decían que se habían superado las crisis y que el socialismo ya no era necesario, hemos venido manteniendo la necesidad de volver a los clásicos para rearmar ideológicamente al partido, dotándonos de un mayor contenido socialista, exigiendo más democracia, más participación y más acción tanto en el seno del partido como en la sociedad.

En momentos tan cruciales a los que nos enfrentamos, el partido tendrá que optar. Y como decía Pablo Iglesias, “o con los unos o con los otros”: o bien cede a las presiones de la derecha del PP, o de CiU-PNV, y aplica una política de recortes sociales, que represente quitar dinero del bolsillo de los trabajadores para restaurar la tasa de ganancias del capital y dar una salida capitalista; o bien, basándose en la fuerza de la mayoría que es la clase trabajadora, plantear un programa auténticamente socialista que beneficie a la clase a la que el partido se debe, a los trabajadores y a las capas más desfavorecidas de la sociedad. Nuestra posición siempre ha sido clara, que la “crisis la paguen los capitalistas”.

La clase obrera con sus movilizaciones y luchas entrará en un período de agitación y efervescencia similar al de los años 70 pero a un nivel superior, con más experiencias, más fortaleza, más libertad y más organización.

El movimiento en la lucha de clases está resurgiendo con una fuerza colosal, ahí tenemos la lucha en Latinoamérica. Desgraciadamente, cuando ahora hay que demostrar más firmeza y confianza en la movilización social que nunca, muchos dirigentes han perdido la confianza en la lucha de masas, pero es un tremendo error. Nunca los trabajadores conseguimos nada gratuitamente y fue precisamente en las épocas de más movilización social de nuestra historia cuando conseguimos los avances más importantes: el derecho al voto para la mujer en los años 30; en los 70 y 80 mejora de la escuela pública, el Estatuto de los Trabajadores, los derechos democráticos ...

Nadie nos regaló nada. Y ahora, como siempre nos ha enseñando la historia, los capitalistas que siguen controlando los sectores decisivos de la economía por encima de los gobiernos, van a pelear ferozmente entre sí por los mercados menguantes que existen y tratarán de recomponer su tasa de ganancia machacando los derechos sociales. Si los economistas defensores del capitalismo dicen que nos encaminamos hacia una época en lo económico como la de los años 30, tenemos que sacar la conclusión de que aunque la historia nunca se repite igual, sí hay muchos de los retrocesos sociales y políticos que se dieron por entonces, que también se darán a una escala parecida.

Creemos que quien no esté preparado para una época en la que tendremos que luchar por mantener nuestros derechos más básicos, comete el mayor de los errores. Miremos la historia de nuestro Partido: a finales de los años 20 del pasado siglo los dirigentes de nuestro Partido habían aceptado acríticamente la práctica y esencia del reformismo, junto con la política del realismo y del pacto con partidos burgueses que conllevaba. Se llegó a tal nivel de realismo y de pragmatismo en la dirección del PSOE que, por entonces, Largo Caballero (que estaba en el sector “de derechas” de la dirección en aquella época), llegó a participar en reuniones de asesoramiento oficiales del Ministro de Trabajo del Dictador Primo de Rivera. Todo ello ¡Cuando el PCE o la CNT estaban ilegalizados y se practicaba la Ley de Fugas asesinando a sindicalistas detenidos!

Posteriormente, el propio Largo Caballero, bajo el giro a la izquierda que vivió el movimiento obrero en toda Europa durante los años 30, fue influido por los trabajadores y cambió su discurso, girando bruscamente a la izquierda. En ese contexto, Largo Caballero, en la cárcel en 1934, leyó por primera vez en su vida a Marx, y se convenció de la necesidad de la transformación socialista de la sociedad.

En los años que vienen por delante, podemos estar seguros de que surgirán dirigentes dentro del PSOE que, por su contacto con el movimiento obrero y bajo la presión de éste, reclamarán la superación del capitalismo. Las luchas de la Transición serán espejos donde mirarnos, incluso veremos luchas más amplias, como insistimos que ya está sucediendo en Latinoamérica a un nivel superior cuantitativamente al de los años 70.

Este proceso quizás no se dé automáticamente, lo mismo puede tardar meses o pocos años. Pero está implícita la posibilidad de que se produzca un cambio repentino en la conciencia de las masas pues, como decía Engels, “hay épocas históricas en las que parece no ocurrir nada en 20 años, y otras en las que parece que ocurre todo en 20 días”. Una vez más, desmintiendo a todos los agoreros que han venido pregonando el fin de la historia y la desaparición de la clase obrera como clase en sí y clase para sí (la entierran sobre el papel una y otra vez, de acuerdo con sus deseos, pero prematuramente), el espíritu de lucha y sacrificio de las masas resurgirá de sus cenizas como el ave Fénix, y todos esos oportunistas, trepas, acólitos serviles y corruptos del gran capital se verán sorprendidos.

Es preciso continuar luchando por esa nueva sociedad de personas “libres, justas, iguales, honradas e inteligentes” basada en una economía socializada y planificada, una nueva sociedad por la que un puñado de trabajadores empezaron a luchar hace tiempo y que debe seguir siendo la aspiración natural de cualquiera que se considere digno de pertenecer al género humano y que honestamente quiera avanzar hacia la superación de esta sociedad de clases mediante la constitución del SOCIALISMO.

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NOTA: Estos son los dos primeros apartado de la Revista que acaba de presentar nuestra corriente Izquierda Socialista de Málaga-PSOE. Si estás interesado en recibir la revista, puedes solicitarla y te la remitiremos gratuitamente, indicándonos mediante correo electrónico tu dirección postal para enviártela.

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