Es de gran importancia para la clase
trabajadora y las izquierdas en general, comprender la naturaleza del “nazifascismo”
que está resurgiendo en la actualidad. Sin tener una comprensión clara no es
posible combatirlo y llegar a frenarlo y derrotarlo antes de que sea demasiado
tarde.
A menos que lo veamos desde unas perspectivas de la estructura de clases de la
sociedad capitalista y de la correlación de fuerzas entre capitalistas y
asalariados, la clase trabajadora no
podrá prepararse para las luchas que se avecinan contra el avance “nazifascista” en ascenso en toda
Europa.
El capitalismo como sistema social
surgió históricamente y se desarrolló a partir de la decadencia del sistema
feudal claudicante. Durante largo tiempo hasta el estallido de la Primera
Guerra Mundial, era un sistema más o menos progresista que permitió el
desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, el poder del individuo sobre
la naturaleza y, como consecuencia, aumentó el nivel cultural y de vida de una
parte de la humanidad en los países más avanzados.
A pesar de las crisis sucesivas e
inevitables del sistema, la riqueza crecía en los principales países
capitalistas, incrementando la productividad que llevó a una mayor expansión de
las industrias a expensas de los antiguos métodos de producción aumentando el
número de la clase trabajadora a costa de la agricultura y de los artesanos.
Durante los últimos 300 años, la
clase trabajadora en su lucha contra la explotación de los capitalistas,
crearon sus propias organizaciones de la clase obrera, como sindicatos, partidos
y organizaciones sociales de izquierdas.
Debemos recordar siempre como
trabajadores que los derechos actuales, de reunión, asociación, libre
sindicación, petición, manifestación, huelga, libre expresión, trabajo digno, derecho al voto y otras conquistas sociales,
no fueron concedidos con benevolencia de la clase burguesa dominante, sino que
siempre ha sido el fruto de las luchas sociales del movimiento obrero, el
feminismo, la lucha contra el Cambio Climático,etc. que unas veces se
conquistan y otras nos la arrebatan, con artimañas o a veces por la represión y
la fuerza bruta del Estado.
Fueron conquistas que se
alcanzaron tras implacables e incesantes luchas obreras, obligando a los
capitalistas a ofrecer concesiones, de los beneficios enormes que les reportaba
y le siguen reportando, la expansión del
capitalismo que evoluciona hacia el oligopolio, acumulando enormes riquezas y poderío,
formando monopolios por los imperialistas, cumpliéndose los análisis que
elaboró Marx, desarrollando el capitalismo y la acumulación de grandes cárteles,
en un colosal sistema bancario potente donde concentran sus capitales, legales
e ilegales, como los Paraísos Fiscales, que ningún gobierno se atreve a
desmantelar por lo que les sirve para un control de las riquezas cada vez más
acaparador de los mercados mundiales.
Como función histórica del sistema
capitalista, en determinadas etapas, las naciones capitalistas de forma
inevitable y necesariamente, entran en conflictos de competencias entre las
empresas y en sus ansias frenéticas de conquistar y extender sus fuerzas en los
mercados, que se enfrentan entre sí llegando a acumular bloques potentes, como
vemos ahora, en su disputa por la hegemonía mundial en la invasión Rusa de
Ucrania y la respuesta de la OTAN, desatando conflictos y guerras que se
extienden por todo el planeta.
El desarrollo de las fuerzas
productivas se expande más rápido que los mercados y los capitalistas intentan
superar las fronteras nacionales de los adversarios, con el objetivo de
defender o consolidar su propiedad privada de los medios de producción.
Las Potencias se retan entre si, siendo esa una de las principales
contradicciones insalvables del sistema capitalista que les llevó a la Primera
y la Segunda Guerras Mundiales y ahora
se disputan y nos amenazan con la Tercera Guerra Mundial que podría ser atómica.
Esa belicosidad, no solo está llevando a los pueblos a un
estado de pauperización creciente a escala mundial, con hambrunas terribles en
África, Latinoamérica y muchas otras partes del planeta, con oleadas
inevitables de migrantes, en este sistema caduco y belicoso del capitalismo
mafioso que no quiere ni puede proporcionar ninguna seguridad a las
poblaciones, incrementando permanentemente la brecha entre ricos y pobres, con
hambrunas terribles, paro creciente, un
nivel de vida cada vez más bajo de las masas y la negación de un empleo digno,
sufriendo pobrezas extremas, que está arruinando también a pymes y autónomos produciendo esa miseria creciente que afecta a
los estratos más bajos de la población, cuya posición social se ve arruinada
por el sistema capitalista que sigue incrementando sus obscenas fortunas.
Para combatir a la clase
trabajadora y a los sectores más empobrecidos, la burguesía capitalista ya no
puede basarse en utilizar brutalmente solo el antiguo modelo de fuerzas
productivas en algunos países más desarrollados, sino que saquea y explota
permanentemente a los más atrasados que se rebelan porque millones de pobres no
pueden vivir ni comer.
En las modernas condiciones donde
exista una democracia aunque sea burguesa, ningún estado podría durar mucho
tiempo si se basa en la fuerza bruta contra los pueblos, al menos en las etapas
actuales si se formase una base de lucha internacionalista de masas.
Como hicieron en los años 30 Hitler,
Mussolini, Franco y demás carniceros, aplicando aquellas terribles y brutales
Dictaduras policiaco/militares, está claro que por ahora no les sirve, aunque
lo están intentando sus herederos, en Hungría, Polonia, Italia, y amenazan con
tomar el poder en el Estado español, como plantea la Alianza PP/VOX.
Por ahora no se atreven, porque saben que la lucha obrera tiene fuerzas
para frenarlos y combatirlos e incluso derrotarlos, cuestión que deben entender
los dirigentes de izquierdas, antes de que sea demasiado tarde, de los
contrario, existe el peligro de que los capitalistas apuesten por una salida hacia el “nazifascismo”,
si encuentran un apoyo de la clase media, los grandes empresarios, los
banqueros y las organizaciones tradicionales de las derechas, incluida una parte importante de los Mass Media, que ya
circula una Declaración Política de 200 periodistas de derechas, mercenarios al
servicio de la burguesía, alentando a la
rebelión contra el futuro Gobierno PSOE/SUMAR, antes de que se forme, demostrando
que están vendidos y al servicio
del Capital, el clero y algunos militares traidores, que fue lo que
significó la Santa Alianza que apoyó y financió a Franco en su golpe del 18 de
Julio contra la República.
(Continuará mañana con la parte 2
final)
COMISIÓN PERMANENTE.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCIA.
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