La clase trabajadora de Málaga, al igual que el resto de
Andalucía y demás CCAA, respondió en la calle con una potente huelga y una
masiva manifestación de más de 100.000 personas, según el Diario “La Opiniòn”,
rechazando de plano la política de recortes del gobierno de Rajoy. Es la manifestación más numerosa desde la del
4 de Diciembre de 1977 según algunas fuentes.
En Sevilla marcharon entre 140.000 y 150.000, en Córdoba se
dan cifras de 45.000, en Jaén los
sindicatos calculan unos 50.000 manifestantes, en Huelva unos 40.000, en Almería unas 25.000, en Granada en torno a
15.000, en Cádiz 20.000, además de
otras manifestaciones en ciudades importantes como Jerez 20.000, Marbella,
Algeciras, Antequera, etc, es decir, más
de 500.000 personas han acudido en Andalucía a las manifestaciones de protesta,
además de otros cientos de miles en Madrid y demás capitales de provincias
alcanzando a más de 100 ciudades, clamor
que tiene que ser escuchado por los poderes dominantes, por los dirigentes
políticos y sindicales que tienen que reflexionar.
Está claro que ante el panorama de descrédito de la política
del Gobierno del PP, un aspecto que preocupa a los trabajadores y que marca la
gravedad de la situación es la enorme orfandad política en la que se encuentra
la clase trabajadora, por la debilidad de la oposición de izquierdas debido a
su fragmentación y atomización e igualmente en el aspecto sindical que
desalienta a muchos trabajadores.
Los dirigentes sindicales de CCOO y UGT, como responsables
máximos de la representación de los trabajadores tienen que comprender el
alcance de estas protestas y desechar la idea incorrecta de querer llegar a acuerdos
con el PP profundizando su política de pactos y consensos que no nos lleva a
ninguna parte porque no ofrecen más que recortes. Deben dar un giro a la izquierda y plantar
claramente tanto al PP como a la Patronal, que retiren los ataques y las reformas
de inmediato o de lo contrario convocar una nueva Huelga General, esta vez de
48 horas, porque se ha demostrado que fuerzas tenemos de sobra para rechazar
los ataques a los que hemos estado sometidos los trabajadores.
La presión, la firmeza y la determinación, con un plan de
luchas ascendentes son los determinantes que puede condicionar la respuesta que
la clase trabajadora está dispuesta a dar para tumbar los planes de la
derecha. La clase trabajadora está
dispuesta y decidida a llegar hasta el final, pero dependerá de la actitud de
nuestros dirigentes sindicales y políticos, que deben ganarse todavía más la confianza de
los trabajadores, porque se nos ha venido sometiendo a una presión enorme en el
día a día durante cuatro años en las empresas, con pérdidas de puestos de
trabajo, con cambios de ritmos y salarios de forma unilateral, debido a la contra-reforma laboral del PP y a
los abusos de los patronos, pero también a la tibieza de la oposición,
(Sindical y Política) que ha sido
demasiado permisiva y condescendiente.
Esto ha hecho que la reacción de los trabajadores frente a
esos ataques y recortes no hayan producido unas luchas masivas tan enormes, como éstas del 14-N, porque faltaba una
dirección unificada y el movimiento se había expresado de forma semi-espontánea
a través del 15-M, del 25-S, de luchas sectoriales y de empresas, porque no
encontraban el cauce que se necesita, como ha sido la Huelga General
Ibérica, en conjunto con nuestros
compañeros de Portugal, que también han
respondido con huelgas y movilizaciones en diversos países de Europa, con una
manifestación masiva en París, que es la cuna de la Revolución, así como en
numerosas ciudades de Francia, con más de 100 manifestaciones en Italia, y
miles más en toda Europa.
Estos movimientos actúan como el canal de expresión del
profundo descontento social existente acumulado, expresando la rabia y el
cabreo de las masas, en Grecia, en Chipre, en Italia y en todas partes, que ha empezado su proceso ascendente de forma
clara, tanto contra la burguesía en primer lugar, pero también con un
cuestionamiento del modelo de “democracia burguesa”, corrupta y decadente que
ha puesto el aparato del Estado completamente al servicio de la Banca y de los
especuladores y corruptos, para salvar sus intereses en contra del pueblo.
El tapón que representaba para la lucha la estrategia
desmovilizadora que venía impuesta por las cúpulas de UGT y CCOO, ahora tienen
que ser modificadas, (esperemos que tomen buena nota nuestros dirigentes), por
un sindicalismo más participativo, democrático y combativo como exigen los
momentos actuales, para hacer que este tipo de protestas sociales democráticas
se puedan llevar adelante pasando de posiciones DEFENSIVAS a tomar la iniciativa y pasar a la OFENSIVA,
si de verdad queremos conquistar una salida por la izquierda que favorezca los
intereses de la mayoría que es la clase trabajadora y no que sigamos la hoja de ruta impuesta por
la minoría de banqueros y grandes
empresarios que son una ínfima minoría, que ejercen sobre los trabajadores
la cruel “dictadura del Gran Capital”.
Es preciso tener en cuenta que el aspecto más importante de
estos acontecimientos de luchas masivas del 14-N, va a ser la profunda huella
que va a dejar en el movimiento obrero, en el proceso molecular de toma de
conciencia que se puede ver acelerado,
desarrollando ese enorme potencial que bulle en la cabeza de la clase
obrera, como es la necesidad de la Unidad, expresada en las frases millones de
veces coreadas por millones de gargantas, como es lo de que “Juntos Podemos”,
“El pueblo unido jamás será vencido”, “Así, así, ni un paso atrás, contra los
recortes, Huelga General”, etc, porque
sin el permiso amable de la clase obrera, ni funciona una fábrica, ni se
enciende una bombilla, ni se mueve el transporte, ni se producen alimentos, ni
se comercia con nada, como ha quedado demostrado cuando se hace una
Huelga, por lo cual, SÍ es posible
exigir que se cambie de política, para tener una mejor Sanidad, Educación,
Servicios Sociales y se empiece a invertir en la creación de puestos de trabajo
que mejoren nuestra calidad de vida.
Tenemos que frenar los nuevos ataques que la derecha quiere
aplicar, porque tenemos fuerzas y además porque
las fuerzas van a ir en aumento ya que se van a expolear las acciones de
luchas del movimiento obrero, pero que tienen que ser unificadas en acciones,
movilizaciones y huelga, lo más unitarias posible, porque la política de la división y
de querer salvarse cada sector por su lado es completamente errónea, así como
el intentar el pasteleo entre la Patronal y los Sindicatos, porque el pacto
está totalmente agotado.
Desde la corriente Izquierda Socialista-PSOE de Málaga,
hacemos un llamamiento a la reorganización sindical, a la potenciación masiva
de los sindicatos, que deben ser reforzados con campañas de afiliación, para
contrarrestar la política de desmantelamiento y aniquilación iniciada por el PP
en colaboración con la Patronal. Es
preciso reconstruir las secciones sindicales donde no las haya, exigir un
funcionamiento más democrático y participativo, porque los próximos meses van a
ser de lucha frontal contra aquellos que quieren seguir condenándonos al paro,
a bajos salarios, a la precariedad y a la miseria, que tenemos que responderles
que no estamos dispuestos a seguir aguantando tantas imposiciones completamente
antisociales y antidemocráticas.
Debemos continuar la lucha decidida, tanto en el plano
sindical, como en el político, reforzando nuestras organizaciones de
izquierdas, para dar la batalla contra los que reprimen nuestros derechos, nos
criminalizan, nos desprecian y nos atacan, reflejado incluso a través del
aparato burgués de los medios de comunicación en semi-monopolio, por lo que es
completamente legítimo levantarnos y decir ya basta, les guste o no les guste a
la burguesía, exigiendo justicia social.
Por ello, la tarea de organizarnos en cada puesto de trabajo para
dar la respuesta que la ocasión se merece es totalmente imprescindible, porque
nuestros dirigentes están obligados por el mandato recibido en esta maravillosa
respuesta que ha dado la clase trabajadora en esta histórica fecha del 14-N, de
ponerse al frente de la lucha, para que podamos defender entre todos, con
“honradez y firmeza”, lo que la clase trabajadora exige, como es un mundo mejor para todos, acabando con la
explotación, la opresión, la especulación y las desigualdades que representan
el sistema capitalista, que es el causante de todos los males que padece la
Humanidad, porque bajo ese corrupto modelo no hay futuro digno para la clase trabajadora, a los que tenemos
derecho como seres humanos.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.
Is-psoe.malaga@terra.es
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