Las dificultades que atravesamos puede hacernos pensar,
aparentemente pero es todo lo contrario, que la burguesía está más fuerte porque ha
pasado a la ofensiva atacando a la clase trabajadora con la intención de restaurar la tasa de gananciasque se les ha derrumbado debido a la crisis
estructural cíclica de onda larga que experimenta el capitalismo desde 2007, que se ha convertido en una profunda recesión
ya que no hay posibilidad de expansión económica solo aplicando políticas de
austeridad, pero lo contrario tampoco vale porque dispara los déficits
acelerando la bancarrota; políticas intermedias es tener lo peor de ambos
modelos que llevan a la economía a la depresión y a la quiebra de forma lenta.
Dialécticamente todo se está convirtiendo en su
contrario porque la decadencia del sistema capitalista, fortalece y espolea a su vez la lucha de la clase trabajadora, lo
que significa en realidad un debilitamiento de la burguesía y la hace menos capaz de remachar su
dominio sobre las masas, de forma violenta, a la vez que le impide una salida a la crisis,
viendo en realidad que el PP, que tiene mayoría absoluta, se ha quedado más
solo que la una, ante el reto que le ha lanzado la clase trabajadora,
secundando las 80 Manifestaciones convocadas por CCOO y UGT, con la magnífica demostración de fuerza del
pasado día 19, que ha dejado a Rajoy
colgado de la brocha.
El capitalismo se enfrenta a un período similar al de
los años 30, aunque a un nivel superior,
pero la degeneración de las cúpulas de las organizaciones obreras, que han
asumido el papel de “salvadores del sistema”, con sus políticas de pactos y
consensos, cuando no hay margen para ello,
están concediendo un respiro al
capitalismo, pero al comprender que el PP nos ha declarado la guerra, esas cúpulas
sindicales tienen que optar, “o con los unos o con los otros, no se puede
servir a dos amos a la vez”, como decía el abuelo.
Por otra parte, el fracaso de los intentos de golpes
de estado cruentos, como estamos viendo en América Latina, es una
demostración concreta de la incapacidad
de la burguesía de atacar militarmente el conflicto de clase y desarrolla una
táctica que consiste en prolongar la situación para ver si se apaga y fracasa
la ola revolucionaria, como la única garantía de que la burguesía pueda tener
una oportunidad para salvar su sistema, porque el recurso del neofascismo y la
reacción monstruosa de la represión sangrienta es un modelo que ya no puede
aplicar aunque lo intentaran.
Las masas de la clase trabajadora serán puestas a
prueba en la lucha y cuando comprendan que hace falta una herramienta, aunque
puede parecerles que están algo gastadas, intentarán recuperar a sus viejas organizaciones, pero
para dotarlas de una estrategia y una táctica correctas, que surgirán de las corrientes del socialismo
marxista que se están fraguando en el seno del movimiento obrero, que será
capaz de reintegrase en la vorágine que se abre en el movimiento de masas de
los trabajadores con gran fuerza, tomando posiciones cada vez más firmes y de
vanguardia.
La tarea básica en el periodo que se nos abre es la
reconstrucción de una nueva dirección de los partidos y sindicatos de izquierdas, pero eso no puede
surgir de la nada, sino de un trabajo paciente y sistemático en el interior de
las organizaciones políticas y sindicales, sobre todo en las organizaciones
mayoritarias tradicionales, como siempre ha ocurrido en la historia, porque
mientras se lucha y se defiende el programa genuinamente socialista para la
potenciación de las organizaciones allí donde tengamos oportunidad de hacerlo,
mientras se lucha y se defiende la necesidad de un programa anticapitalista
como la verdadera alternativa al actual sistema en descomposición, los
trabajadores no pueden esperar que esto surja de improviso, sino que es un
trabajo que requiere esfuerzos, constancia, formación, acción y teoría.
La clase trabajadora está buscando y reclamando una
solución socialista, pero tendrá que pasar por la experiencia de sufrir, como
ya lo está haciendo, las consecuencias
de la acción política incorrecta de la socialdemocracia y del estalinismo, y
asimilar que incluso los anteriores modelos de vida no se pueden conseguir ahora bajo el capitalismo, porque el sistema
en su declive no tiene margen para el reformismo.
Pero sin embargo, cualquier lucha firme por las
reivindicaciones económicas, democráticas y transicionales, lejos de ser
imposibles o estar obsoletas, en el curso de la ápoca en la que hemos entrado,
adquieren una tremenda importancia para la regeneración y construcción de la
dirección socialista firme que la clase trabajadora necesita.
Nuestra corriente Izquierda Socialista tiene que continuar con la propaganda, con los
análisis, con la teoría, pero también con la acción diaria, contra las medidas
del gobierno del PP, que es
completamente reaccionario y anti-obrero, por lo que tenemos que seguir
fortaleciendo las clásicas organizaciones de los trabajadores, restaurando la
confianza en nuestras propias fuerzas, en la acción, en las manifestaciones, en
la solidaridad, en la unidad, y en una mejor organización para recuperar el
apoyo de las masas, pero para que rompan cualquier idea que pueda representar
una alianza o una confianza con la burguesía decadente y sus aliados los
imperialistas porque no hay salida en el marco estrecho del capitalismo, aunque
resulte dura esta afirmación, pero como decía Largo Caballero, “ a la clase
trabajadora hay que decirle la verdad, aunque le duela”.
Nuestros compañeros de la dirección deben comprender
que las organizaciones de masas que quieran representar y defender claramente
los intereses de los trabajadores, tienen que preparar a los trabajadores para tomar el poder
político y económico en sus propias manos, con ideas socialistas claras y con programas
que representen alternativas de sistema, porque la burguesía, si continúa mucho
tiempo en el poder, nos llevará a la edad de piedra.
La consigna de un gobierno de los trabajadores, un
gobierno de coalición del PSOE con IU, en alianza con los sindicatos UGT y
CCOO, S.E. CGT y demás fuerzas que se quieran sumar, defendiendo un programa conjunto, un programa
genuinamente socialista, es lo que debiera ser utilizado por nuestra dirección,
como venimos haciendo desde nuestra corriente para movilizar a los
trabajadores, bien sean socialdemócratas, socialistas, comunistas o anarquistas
para luchar juntos contra la clase capitalista.
La burguesía y las organizaciones reformistas hablan
mucho sobre los derechos democráticos, pero cuando ejercen el poder, dentro del marco de esa “democracia burguesa”
se ponen al servicio del capital porque todo sigue en manos de la banca y de
las camarillas burguesas, que algunas están infiltradas en los partidos de
izquierdas, para descarrilar la marcha hacia el verdadero socialismo.
En momentos críticos como los actuales, después de la
enorme manifestación de fuerza expresada por la clase trabajadora en la jornada
del 19 de Julio pasado, la reivindicación de la DIMISIÓN DEL PRESIDENTE DEL GOBIERNO, y que
se abra un nuevo proceso electoral, debiera jugar un papel importante en las
propuestas de nuestros compañeros parlamentarios y demás representantes en las
instituciones, así como en las cúpulas de los partidos y sindicatos de
izquierdas, porque es el clamor que se palpa en la calle, es el deseo de la
inmensa mayoría de los ciudadanos.
Esa reivindicación deben estar vinculadas a consignas
por un Estado Federal, Laico, Republicano y sobre todo, desarrollar un programa
amplio, que sea una verdadera alternativa económica, con un plan detallado de
producción en todas las ramas, tanto en la agricultura, la industria, el
comercio, los transportes, la educación,
la sanidad y los servicios sociales.
En caso de pretender llevar a cabo ese plan sin recursos financieros, sería una verdadera
utopía, por lo que debe estar enlazado
con la propuesta de una Banca Pública Estatal, que no puede ser posible más que
ejerciendo el derecho político de nacionalizar la banca, por motivos de
utilidad social, con indemnización solo
en caso de necesidad comprobada, para garantizar los depósitos y poner la
economía al servicio democrático de la producción.
Es de máxima urgencia, para afrontar conflictos como
el de los mineros pasando el control de
las minas, de los ferrocarriles, de las grandes industrias, a manos y bajo el
control de los trabajadores, expropiando las grandes empresas que presentan
situaciones de conflictividad social, para que sean intervenidas sus cuentas,
abriendo los libros de contabilidad, para ver dónde han ido a parar los
beneficios de los últimos años,
procesando a los gerentes y consejeros corruptos, para que cumplan en prisión sus penas por los
desfalcos y manipulaciones contables, que representan delitos contra el pueblo.
Es imposible desarrollar en un articulo el programa
socialista genuino que debe proponerse a la clase trabajadora, que hemos venido
planteando en documentos como “Propuestas desde la Izquierda” (*), pero en
síntesis debe constar como mínimo de los siguientes apartados:
1)
Nacionalizar el sistema financiero bajo el
control democrático de los trabajadores y sus organizaciones
2) Por una vivienda digna y accesible a toda
la población.
3) En defensa de la enseñanza pública.
4)
En defensa de la
sanidad pública: No a la privatización, no al copago.
5)
Plan de lucha firme contra
la especulación y la corrupción.
6)
Un plan de choque de
inversiones públicas.
7)
Pla de choque en
defensa del empleo para erradicar el paro.
8)
Por los derechos
sociales y el fomento de la actividad productiva.
9)
Organizar las fuerzas
para seguir luchando por la transformación socialista de la sociedad.
(Estos puntos están desarrollados en nuestros
documentos que están a disposición de todos nuestros simpatizantes, afiliados y
militantes, y pueden ser solicitados en la dirección de abajo).
Continuando con nuestro análisis, es preciso reconocer
que en situaciones como éstas, donde
incluso las direcciones de algunos partidos obreros están en crisis, es preciso que hacer un
llamamiento a la clase trabajadora, para que se organicen sindical y
políticamente que se encuadren en alguna
organización para construir entre todos,
las corrientes de recambio internas, si
consideran que deben ser mejoradas en su funcionamiento y que
ofrezcan una respuesta clara de
dirección y programa cuando llegue el
momento. Si no lo hacemos así en el
tiempo que tenemos, que no es ilimitado, nos enfrentaremos a una serie
constante de crisis, escisiones, rupturas e inconvenientes que podrían
ralentizar y obstaculizar el reforzamiento y la unidad que la clase trabajadora
necesita o incluso sufrir dramáticas derrotas.
Están apareciendo ya infinidad de pequeños grupos
hiper-críticos, muchos de ellos sectarios y escisionistas, que, (sin negarles
su buena intención e incluso motivos) pretenden buscar alternativas por fuera
del movimiento obrero clásico, haciendo una similitud de lo que está ocurriendo
en Grecia, donde los partidos que apoyan el sistema se hunden y surgen los
alternativos. Esto tiene que alertar a
los partidos mayoritarios, porque si no son capaces de ser generosos con las
corrientes minoritarias, es inevitable que se produzcan rupturas y escisiones,
o que el movimiento se exprese por fuera, pero también corremos el peligro de
que se den grupos, corrientes y sensibilidades centristas efímeros,
camarillescos y de derechas, que podrían ser mal interpretados por las masas,
dándoles apoyo provisionalmente para luego abandonarles cuando esos supuestos
“independientes” se vendan al mejor postor, como hemos venido ya comprobando en
la realidad concreta de los últimos años.
De todo eso se deduce la necesidad y la obligación de
continuar fortaleciendo una corriente
seria, como es Izquierda Socialista, única corriente de opinión estatutaria, (que
todavía no es una corriente de poder, solo de opinión, pero que debemos
intentarlo), con la capacidad teórica y
práctica que hemos ido acumulando desde 1979. En nuestra lucha permanente contra la corrupción, la
degeneración, el oportunismo y demás errores que se han cometido en el Partido,
por lo que es preciso que sirva la presente como una seria autocrítica, porque tenemos que conseguir construir y reforzar la
autoridad del socialismo, pero basándonos en la capacidad que están demostrando
los cuadros jóvenes que hemos venido formando, junto con la experiencia de los veteranos, para
seguir aprendiendo en el transcurso de la batalla diaria.
Esto lo tendremos que llevar a cabo en base a la
experiencia de la lucha de masas, con el objetivo de la aplicación del programa genuinamente
socialista, con una táctica unitaria y
compañera, para dar respuestas válidas
“con honradez y firmeza”, defendiendo
hasta las últimas consecuencias los intereses de la clase trabajadora a la que
nuestro partido históricamente se debe. Estamos convencidos de que otro mundo
es posible y necesario, pero lo tenemos que construir juntos y organizados los
trabajadores, bajo la bandera limpia del verdadero socialismo.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
(*) Puedes solicitar gratuitamente los textos de la
Revista “PROPUESTAS DESDE LA IZQUIERDA” que representa el análisis y el
programa completo que mencionamos, mandando un correo a la dirección de abajo,
poniendo en asunto la palabra “Propuestas…”:
is-psoe.malaga@terra.es
DESEO ADSCRIBIRME A LA CORRIENTE DE IS (YA SOY MILITANTE DEL PSOE) PERO NO CONOZCO A NADIE EN LA PROVINCIA DE SEVILLA. RUEGO CONTACTAR CONMIGO PARA ORIENTARME. MI NOMBRE ES MARIA DEL PILAR GUTIERREZ LUENGO, VIVO EN SAN JOSE DE LA RINCONADA APARTADO 249, Y MIS TELEFONOS 955 31 18 16, Y 652 651 252. QUEDAD CON SALUD.
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