SALARIO: Es el valor
de cambio o precio de la fuerza de trabajo. Durante el tiempo en que el obrero trabaja
para el capitalista produce una determinada magnitud de valor. Parte de este
valor generado por el obrero se le devuelve en forma de salario. De resto se
apropia el capitalista (Ver plusvalía). La magnitud del salario está determinada por
el valor de los medios de subsistencia del obrero y de su familia, vale decir
por el precio de aquellos bienes que el obrero y su familia deben consumir para
sobrevivir.
PLUSVALÍA: Es la parte del valor generado por el trabajo
del asalariado, por la utilización de su fuerza de trabajo, que queda en poder
del capitalista dentro del análisis marxista. La fuerza de trabajo es una
particular mercancía cuyo valor de cambio (salario) es menor que el valor que
aporta al producto. La diferencia entre el salario pagado al asalariado y la
parte del valor que éste aporta al producto (valor) se llama plusvalía.
De acuerdo con el marxismo, la
fuerza de trabajo es la única fuente de plusvalía, (El trabajo es la fuente de
todo valor) la única creadora de nuevo
valor. Las materias primas y maquinarias utilizadas sólo transfieren su valor
al nuevo producto. No lo incrementan. Siendo así, durante la jornada de trabajo
el asalariado debe crear valor para cubrir su salario, y la plusvalía que
corresponde al capitalista. El tiempo que tarda en crear su salario es el
tiempo de trabajo socialmente necesario, en tanto que el que corresponde a la
plusvalía, es el tiempo de trabajo excedente que se apropia el burgués.
CLASE
ASALARIADA: La clase de los trabajadores asalariados moderna, que privados de
medios de producción propios deben vender su fuerza de trabajo para poder
subsistir.
RELACIONES DE PRODUCCIÓN: Las que se establecen entre aquellas personas que de una u otra forma participan en el proceso productivo y los medios de producción. Se distinguen las relaciones técnicas de producción (que se refieren al control o no control) de las relaciones sociales de producción (que implican propiedad o no propiedad sobre los medios).
El artesano del siglo XVIII debía
hacer gala de habilidad personal para elaborar sus productos. De la pericia con
que manejara sus instrumentos de trabajo, tijeras y agujas, por ejemplo,
dependía la calidad de lo que entregaba a sus clientes. Tenía, por tanto,
control absoluto de los medios de producción y era al mismo tiempo su
propietario. En la sociedad capitalista, donde la producción se encuentra
altamente tecnificada, la tarea del obrero se reduce, en muchos casos, a
apretar botones para que la máquina trabaje. No tiene control sobre los medios
de producción ni es tampoco su propietario. A diferencia de las fuerzas
productivas, las relaciones de producción tienen un carácter estático. Nacen
cuando una nueva sociedad nace y son su esencia. Duran lo que es sociedad dura.
De esta forma, cuando se destruyen las relaciones de producción de la sociedad
esclavista, surgen nuevas relaciones de producción (feudales) que dan origen a
la sociedad feudal.
Así también, las relaciones de
producción feudales son desplazadas por los capitalistas, dando origen al capitalismo;
y las relaciones de producción capitalistas son reemplazadas por las
socialistas dando origen al socialismo.
El que los hombres entren en determinadas relaciones de producción, no depende de su conciencia, sino de las condiciones materiales de vida. Depende, en última instancia, del nivel de desarrollo de las fuerzas productivas. El conjunto de las relaciones de producción de un sistema es lo que se llama Base o Infraestructura económica.
VALOR: El valor de un bien está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlo. La cantidad de trabajo que un bien encierra se mide por el tiempo de trabajo que se gastó en producirlo. Esto no significa (advierte el marxismo) que las mercancías encierran tanto o más valor cuanto más holgazán o más torpe sea el hombre que las produce o, lo que es lo mismo, cuanto más tiempo tarde en producirlas. Por ello se habla de tiempo de trabajo socialmente necesario, o sea aquel que se requiere para producir una mercancía cualquiera, en las condiciones normales de producción y con el grado medio de destreza e intensidad de trabajo imperantes en la sociedad.
La magnitud del valor de una mercancía permanece constante mientras no varíe el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción. Pero éste varía al cambiar la capacidad productiva del trabajo, la cual depende de diversos factores, entre los que se cuentan: grado de destreza medio del obrero, progresos de la ciencia y de sus aplicaciones técnicas, volumen y eficacia de los medios de producción, y las condiciones naturales. Así, por ejemplo, la misma cantidad de trabajo que en años de buena cosecha arroja 8 sacos de trigo, en años de mala cosecha sólo arroja 4, aumentando al doble el valor de cada saco. El rendimiento obtenido en yacimientos minerales con una misma cantidad de trabajo, variará según se trate de yacimientos más pobres o más ricos. Los diamantes son raros en la corteza de la tierra; por eso su extracción supone, por término medio, mucho tiempo de trabajo, y ésta es la razón de que representen, en dimensiones pequeñísimas, cantidades de trabajo enormes.
Un objeto puede ser útil sin ser valor. Así ocurre cuando la utilidad que ese objeto encierra para el hombre no se debe al trabajo. Tal es el caso del aire, de la tierra virgen, de las praderas naturales, etc. Por otra parte, ningún objeto inútil puede ser valor. Si es inútil también lo será el trabajo que encierra; no contará como trabajo ni representará, por tanto, valor.
En términos cuantitativos, el valor de un bien se descompone en valor de las materias primas usadas (evidentemente, este valor está dado por la cantidad de trabajo invertida en la producción de ellas), valor del monto en que las maquinarias se desgastan en su producción (depreciación), valor de la fuerza de trabajo usada(Salario) y (Plusvalía) (beneficio del capitalista) generada por la fuerza de trabajo. Si bien el valor de cambio es la expresión formal del valor, no siempre ambos tienen la misma magnitud. El valor de cambio, o precio, oscila por la presión de distintas fuerzas del mercado como la oferta, demanda, etc., pero siempre en torno a la magnitud del valor.
VALOR DE CAMBIO: Proporción en que se cambian mercancías de una clase por mercancías de otra y que varía con los lugares y los tiempos. Si con un saco de salitre podemos obtener dos de harina, fijaremos el valor de cambio de un saco de salitre en dos sacos de harina. Asimismo, si podemos obtener una cajetilla de cigarrillos sacrificando 5 euros, diremos que el valor de cambio de dicha cajetilla es de cinco euros.
Este valor de cambio, o precio, si bien oscila de acuerdo con el juego de las fuerzas de mercado, lo hace siempre en torno al valor. De esta manera, el valor de cambio de una mercancía no es una relación cuantitativa meramente casual; el valor de cambio es una expresión del valor
VALOR DE USO: Capacidad de un objeto para satisfacer necesidades humanas, de cualquier tipo que ellas sean. La madera adquiere valor de uso en la medida en que con ella podemos hacer muebles, construir casas, etc., y de madera porque ésta tiene características materiales que lo permiten. Por esto Marx afirma que el valor de uso de un objeto es la materialidad del mismo. Importa destacar que el valor de uso de un objeto sólo toma cuerpo cuando éste presta utilidad, en decir, en el momento del consumo.
LUCHA ENTRE CLASES: Enfrentamiento que se produce entre dos clases sociales antagónicas cuando luchan por sus intereses estratégicos de largo plazo. Por ejemplo, el interés estratégico a largo plazo de una clase dominante consiste en perpetuar su dominio, el de una clase dominada en destruir el sistema de dominación y el enfrentamiento que se produce entre ambas clases constituye la lucha de clases proclamada por el marxismo. Marx y Engels afirman: "La Historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de la lucha de clases". “Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, señores y siervos, maestros y oficiales, o sea, en términos marxistas, opresores y oprimidos se enfrentaron siempre, mantuvieron una lucha constante, velada algunas veces y otras franca y abierta; lucha que terminó siempre con la transformación revolucionaria de toda la sociedad o el hundimiento de las clases beligerantes. Los marxistas señalan que las huelgas, manifestaciones callejeras, las tomas de fábricas, terrenos y fundos, etc., sólo pueden ser consideradas insertas en el contexto de la lucha de clases que sostiene el proletariado con la burguesía, en la medida en que el proletariado visualice como su objetivo final la destrucción de la burguesía como clase”.
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