21 de julio de 2017

Orígenes del movimiento socialista y fundación del PSOE.


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Los seguidores españoles de Marx y Engels fueron marginados de los acontecimientos de 1873 por la poderosa influencia del movimiento anarquista. No obstante, esa minoría contaba entre sus filas con militantes experimentados que habían jugado un papel relevante en el Consejo Federal  de la sección española (Pablo Iglesias y  Mora) y que disfrutaban  de cierta influencia entre los trabajadores madrileños, concretamente entre los tipógrafos.

En 1871 se constituyó la Asociación del Arte de Imprimir, que en 1873 libraría una batalla sindical de importancia. La movilización de los tipógrafos convenció definitivamente a José Mora y Pablo Iglesias para entrar en sus filas, imprimiendo una orientación marxista a su actividad: en 1874 Pablo iglesias sería nombrado presidente de la misma. Tras la disolución, a mediados de 1873, de la Nueva Federación Madrileña, este núcleo de trabajadores impresores daría vida, algunos años más tardes, al Partido Socialista Obrero Español.  La Asociación aportó 16 de los 25 fundadores del PSOE en 1879, llenaron los dos primeros Comités Nacionales del Partido y ocuparon, por lo menos, tres puestos en la Ejecutiva desde 1879 a 1925.

Los primeros años de existencia del grupo marxista estuvieron inevitablemente condicionados por la extrema dificultad de las condiciones objetivas. Apenas pudo ampliar su radio de influencia, pero sí realizó una ardua labor de unificación política. Uno de los dirigentes, José Mesa, ex redactor de La Emancipación, se trasladó a París después de ser incluido en las listas negras de la patronal, por su actividad sindical. Esto reforzó los lazos con los socialistas franceses, gracias a los numerosos contactos que Mesa mantuvo con el dirigente socialista francés Paul Guesdes (Mesa llegó a convertirse en unos de los redactores Jefes del periódico socialista L’Égalité) y a la copiosa literatura y correspondencia enviada a sus compañeros del círculo madrileño, informando en detalle de las actividades y el pensamiento de los socialistas franceses.

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Las discusiones y reuniones de los primeros socialistas llevaron a la fundación, el 2 de Mayo de 1879, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Sus filas mantendrían una coordinación muy laxa entre sí, cuando todavía se trataba de pequeños núcleos ganados en diferentes puntos de la geografía (Madrid, Guadalajara, Asturias, Barcelona). La Asociación del Arte de Imprimir jugó un papel destacado en esta tarea de extender el partido, las ideas y reclutar militantes. El paso siguiente en la conformación de una organización más sólida y cohesionada tendría lugar diez años después, con la celebración del primer congreso de la organización. En cualquier caso, en estos años iniciiales toman forma una serie de ideas fundamentales de la nueva organización que ya aparecían esbozadas en el programa elaborado por la comisión designada en el acto de fundación. Parece que el borrador del programa fue enviado a Mesa, quién a su vez lo reenvió a Londres, donde Marx y Engels lo revisaron.

“Considerando: Que esta sociedad es injusta porque divide a sus miembros en dos clases sociales antagónicas: una, la burguesía, que poseyendo los instrumentos de trabajo es la clase dominante; otra, el proletariado, que no poseyendo más que su fuerza vital es la clase dominada; que la sujeción económica del proletariado es la causa primaria de la esclavitud en todas sus formas: la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política; que los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, del cual se vale para dominar al proletariado.
“Por otra parte, considerando que la necesidad, la razón y la justicia exigen que la desigualdad y el antagonismo entre una y otra clase desaparezcan, reformando o destruyendo el mismo sistema social que las produce; que esto no puede conseguirse sino de un modo; transformando la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad común de la sociedad entera; que el arma más poderosa con que el proletariado ha de destruir los obstáculos que a la transformación de la sociedad se oponen ha de ser el poder político, del cual se vale la burguesía para impedir la reivindicación de nuestros derechos.
“Por todas estas razones, el Partido Socialista declara que tiene por aspiración:  1) La posesión del poder político por la clase trabajadora. 2) la transformación de la propiedad individual o corporativa  de los instrumentos de trabajo en propiedad común de la nación.  3) La constitución de una sociedad sobre la base de la federación económica, de la organización científica del trabajo y la enseñanza integral para todos los individuos de ambos sexos”.  (Luis Gómez Llorente, Aproximación a la historia del socialismo español (hasta 1921).
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Si el programa define con claridad las señas de clase del partido, no deja e preservar ideas muy arraigadas en el acerbo político de la Regional Española de la Primera Internacional, por ejemplo, cuando se refiere a la “federación económica” o a la “organización científica del trabajo”. Algunos historiadores han visto en este hecho la prueba de una influencia predominante, en estos primeros años, de la visión sindicalista y societaria de los núcleos internacionalistas, incluso del ideario bakuninista. (Ver Antonio Elorza y Michel Ralle, La formación del PSOE).  Pero en general, aunque es innegable la persistencia de este rastro, estos enfoques infravaloran el calado de la ruptura política de Pablo Iglesias y sus compañeros con las ideas anarquistas, y su esfuerzo por defender, en las condiciones políticas de las últimas décadas del siglo XIX, el programa, la táctica y la orientación estratégica del marxismo revolucionario.

Es un  hecho innegable que, en sus orígenes, la asimilación de la doctrina marxista del PSOE estuvo tamizada por las ideas provenientes del socialismo francés de aquel periodo, sobre todo a través de los trabajos de Paul Laffargue y Jules Guesde, responsables del Partido Obrero francés, que adolecían de una potente carga de simplificaciones y vulgarizaciones. Guesde tenía un conocimiento parcial del marxismo y, por ejemplo, era partidario de la Ley de hierro de los salarios de Lasalle (conocida en la literatura socialista española como Ley de bronce) que Marx había fustigado implacablemente en su obra Crítica del programa de Gotha.  La transmisión, por así decirlo, de esta visión esquemática del marxismo llenó las páginas del semanario El Socialista, fundado el 12 de marzo de 1886, que durante un largo periodo se convirtió en el vehículo organizador del socialismo español.(…)

Fuente: Pág.118 y siguientes de libro “I. Las raíces históricas. Revolución Socialista y Guerra Civil (1931-1939). Autor J.I.Ramos. Editorial Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels. (La persona interesada en adquirir dicho libro puede consultar la web): 
http://www,fundacionfedericoengels.net/





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