El derrotismo, la indiferencia, el
pesimismo, la indolencia, la apatía, la pusilanimidad, el oportunismo y el
sectarismo, son actividades extrañas y más bien perjudiciales para los que
busquen la igualdad, la libertad, la democracia y el genuino socialismo. Nuestra
corriente y cualquiera que se considere socialista tiene que seguir
resaltando cada día la importancia ética del trabajo y la cultura,(representados
en nuestro escudo por el yunke, la pluma y el tintero) como fuente de todo valor. La clase trabajadora
se lo merece todo; los parásitos, explotadores, especuladores y corruptos no se merecen nada. Otro mundo mejor es posible, pero con el
genuino socialismo.
12 de agosto de 2012
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