14 de agosto de 2012

LA COSA ESTÁ QUE ARDE...


“En el conjunto del país, los incendios han arrasado un total de 132.299,89 hectáreas de superficie forestal en lo que va de año, lo que supone más del triple que en el mismo periodo de 2011, cuando habían ardido 39.573,73 hectáreas. Estos datos no incluyen los incendios que se han producido este fin de semana en el Parque Nacional de Cabañeros y en Uceda (ambos en Guadalajara), en  (Gerona), en O Barco de Valdeorras (Ourense), en Torre Maçanes (Alicante) y en las islas de La Gomera y Tenerife. En total, en lo que va de año se han producido 10.766 siniestros, 6.964 conatos (menos de 1 hectárea) y 3.802 incendios (más de 1 hectárea) de los que 22 fueron grandes incendios, de más de 500 hectáreas, frente a los 13 grandes incendios de la media del decenio y los cinco del año 2011”…. (Eleconomista.es 13-8-12).

Los recortes que está aplicando el PP en todos los campos, también han afectado a los presupuestos para la protección del Medio Ambiente. Todos los técnicos coinciden que es mucho más rentable invertir en medidas preventivas que nos permitan evitar los terribles incendios, que cuestan cada vez más vidas humanas porque no existen verdaderos planes de prevención de incendios,  que dejar la situación como está o seguir recortando para agravar este estado de cosas que contribuyen grandemente a acelerar el cambio climático, por la desforestación causada y los escasos o nulos programas de reforestación, ya que el sistema capitalista solo se preocupa de las rentabilidades al corto plazo.

Existen suficientes  recursos,  tanto humanos como materiales, tanto en ciencia y tecnología como en capacidad industrial instalada, para combatir los incendios, realizando un verdadero plan de prevención, reforestación y mejora de los trabajos a pie de campo, que mejorarían los  efectos desastrosos del sistema capitalista sobre el planeta en que vivimos, siendo mucho más rentable que seguir permitiendo que todo siga ardiendo año tras año.  Pero, el verdadero problema es que esos recursos son utilizados para beneficiar  a los ricos, dedicando cientos de miles de millones para salvar a los banqueros corruptos,  que se niegan como siempre a recortar sus riquezas y tesoros acumulados en paraísos fiscales y defienden con uñas y dientes sus sacrosantos beneficios.  El capitalismo se ha convertido ya, dialécticamente, en un modelo de desarrollo destructivo que amenaza nuestras vidas y que pone en peligro incluso la supervivencia de la vida humana sobre el planeta.

Albert Einstein dijo una vez: “No podremos resolver los problemas que tenemos hoy pensando de la misma manera que pensábamos cuando los provocamos”. Por tanto, la solución a estos graves problemas ecológicos  provocados por la aplicación del “pensamiento capitalista” del lucro privado, no podrán venir nunca aplicando el mismo modelo anárquico de la “libre empresa capitalista”.


La humanidad necesita y depende del desarrollo tecnológico. La emancipación del ser humano significa pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad, como dijo Engels y esto se logra inventando nuevos recursos técnicos que reemplacen cada vez más tiempo de trabajo humano. Pero el desarrollo técnico debe ser planificado y conducido de manera armónica y amigable con la naturaleza.


Esto lo entendieron perfectamente Marx y Engels, que desarrollaron el materialismo dialéctico cuando las ciencias estaban dando sus primeros pasos, pero que ya intuyeron los problemas a los que la humanidad se tenía que enfrentar.  Marx, a quien todos asociamos con la economía, estaba también preocupado por el desarrollo de la agricultura y el Medio Ambiente.  En El Capital, tomo I, denuncia cómo el ciego afán de beneficio había agotado el suelo de Inglaterra lo que provocaba tener que abonar los campos con guano importado de Perú.


Por otro lado, el concepto que usaba para definir la relación del hombre con la naturaleza a través del trabajo, era el del metabolismo: "El trabajo es, antes que nada, un proceso que tiene lugar entre el hombre y la naturaleza, un proceso por el que el hombre, por medio de sus propias acciones, media, regula y controla el metabolismo que se produce entre él y la naturaleza.  Se enfrenta a los materiales de la naturaleza como una fuerza de la naturaleza. (...) A través de este movimiento actúa sobre la naturaleza exterior y la cambia, y de este modo cambia simultáneamente su propia naturaleza...".


Pero también Marx nos advierte en otra parte:
"Pero no nos alabemos en exceso por nuestras humanas victorias sobre la naturaleza.  Por cada una de ellas se toma la naturaleza su revancha contra nosotros. (...) Se nos recuerda así a cada paso que en modo alguno dominamos la naturaleza como domina un conquistador un pueblo extraño, como alguien que estuviese fuera de la naturaleza; sino que con nuestra carne, sangre y cerebro pertenecemos a la naturaleza, existimos en medio de ella, y toda nuestra supremacía consiste en el hecho de que tenemos la ventaja, respecto a todas las demás criaturas, de ser capaces de aprender sus leyes y aplicarlas correctamente".

Pero la derecha del PP ni aprende nada ni olvida nada y permanece anclada en aplicación de políticas ultra-liberales, de recortes, de ataques a los ciudadanos y despreciando a las personas y a la naturaleza, con el fin de apropiarse para sus amiguetes los capitalistas de todos los bienes del Estado, privatizándolo todo, sin importarle que sigan desapareciendo masas boscosas tan necesarias para la supervivencia de los seres humanos.


La mejor forma, sino la única de empezar a resolver el drama del calentamiento global que se agravan cada año con los incendios,  es cambiando la forma de organización social y económica.  La solución a los acuciantes problemas del mundo, de paro, miseria creciente, destrucción de la naturaleza, recortes en sanidad, educación y derechos sociales adquiridos,  sólo se puede lograr con un sistema socioeconómico que esté bajo el control consciente de la gente.  El problema no es que haya un límite inherente al desarrollo, sino un sistema de producción caduco y anárquico que despilfarra vidas y recursos, que destruye el medio ambiente y que impide el pleno desarrollo del potencial que existe en la ciencia y la tecnología.


La lucha por el socialismo es también una lucha por el respeto al medio ambiente.  Nosotros defendemos que el movimiento obrero organizado en sus sindicatos de clase  y partidos de izquierdas tenemos que coger con nuestras propias manos la lucha para poner fin a la destrucción del medio ambiente a la que nos arrastra el sistema capitalista, corrupto, degenerado y decadente.


Consideramos que la mejor alternativa es la lucha por una sociedad libre de toda opresión, donde la producción esté planificada democráticamente por los propios trabajadores, para resolver la cuestión social y los problemas de la humanidad, pero para ello la economía debe estar dedicada no para aumentar los beneficios de una minoría que son los capitalistas, sino para satisfacer las necesidades de  la mayoría que representamos la clase trabajadora y los pobres.


Con una planificación científica podríamos utilizar de una manera racional y apropiada los recursos de la naturaleza en beneficio de la humanidad en su conjunto. Entonces sería cuando la ciencia y la tecnología encontrarían su mayor campo de desarrollo aplicando todos los enormes avances conseguidos en los últimos decenios. 


Tenemos algunas discrepancias con algunos sectores “ecologistas” cuando plantean que la defensa del medio ambiente entra en contradicción con el desarrollo de las fuerzas productivas.  Esa falsa idea de que es preciso un modelo social “austero” está calando y es aceptada por algunos “progres”, algunos “reformistas”, algunos “social liberales” que han tragado el anzuelo del discurso de la clase dominante. Pero para los que seguimos luchando por el bienestar social, por el aprovechamiento de la ciencia y del conocimiento, así como para que la economía  sea puesta al servicio de la humanidad, el mundo de la abundancia es posible, pero superando el sistema capitalista y poniendo las bases para la transformación socialista.


Porque con los recursos económicos socializados y gestionados democráticamente al servicio de todos, el crecimiento de la producción, con la introducción de la ciencia y la robótica en las empresas de economía social y democráticamente gestionadas, podrían resolverse los problemas del conjunto de la población del planeta, incluyendo una defensa científica del medio ambiente,  realizando amplios planes de lucha contra incendios, reforestando lo quemado, conservando los bosques y vigilándolos con nuevas tecnología, etc, a condición de que nos liberásemos del sistema que busca el máximo beneficio para unos pocos e implantando un sistema que anteponga los intereses de los trabajadores por delante de los del capitalista.   


En un sistema de economía socialista planificado democráticamente, el crecimiento del bienestar económico y social iría estrechamente vinculado a la defensa de los recursos del medio ambiente y a la conservación y regeneración de la naturaleza.


Por desgracia vemos que algunos partidos que se dicen “verdes”, que dicen defender los principios del ecologismo y que dicen actuar para combatir la degradación del medio ambiente, en la medida que son defensores del libre mercado y que se quedan dentro del marco capitalista aceptando sus reglas, se convierten irremediablemente en colaboradores necesarios y agentes directos o indirectos de la burguesía, sean conscientes o no de este hecho. 

La burguesía considera la naturaleza como una mercancía más, igual que utiliza al obrero, de donde está dispuesto a extraer todo el beneficio que pueda. Además, la explotación de una economía que se basa en el lucro privado implica la utilización de procesos energéticos altamente contaminantes, del que obtienen enormes beneficios, siendo falso eso de que el que contamina paga, sino que descargan siempre los costes sobre las espaldas de los consumidores que mayoritariamente es la clase trabajadora y los pobres.

 La transformación del modelo de consumo de energías contaminantes a energías limpias, que ya es técnicamente posible en la actualidad, no puede desarrollarse en bases capitalistas,  porque choca frontalmente con los intereses de las multinacionales del petróleo que es como decir con el propio modelo imperialista del lucro privado.  Pero no nos podemos resignar, porque la clase trabajadora tiene todo el potencial necesario para cambiar las cosas. Otro mundo es posible, si, pero con el genuino socialismo, que no cabe dentro de este corrupto sistema capitalista que antepone el lucro privado al bienestar de la humanidad y están poniendo en peligro incluso la supervivencia de la vida en el planeta Tierra.   La lucha por un mundo mejor continúa…

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A

is-psoe.malaga@terra.es





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