IV.- SITUACIÓN EN EL ESTADO ESPAÑOL.
La crisis actual del capitalismo español no será un fenómeno
pasajero que se pueda resolver en cuatro años, como algunos demagogos venían diciendo en la mentirosa campaña orquestada
por el PP, la burguesía y su enorme aparato de propaganda en las pasadas
elecciones. El gobierno Rajoy está llevando a cabo una
ofensiva sin precedentes contra la clase trabajadora, la juventud, los
pensionistas y las capas menos favorecidas. Si el nuevo Gobierno acelera y profundiza los recortes contra el
gasto social, como está anunciando, la
situación va a ir de mal en peor y no podemos descartar serios estallidos sociales, que serán responsabilidad
de la nefasta y agresiva política del gobierno del PP contra el pueblo.
El programa del PP se sustenta en el apoyo a la ofensiva que
le exigen los capitalistas, con la CEOE a la cabeza, y el sometimiento a los
dictados del FMI, BM y el BCE que representa una total pérdida de soberanía del
Estado que viola la Constitución, al desmantelar el incipiente “Estado Social y
Democrático de Derecho”. La perspectiva
para los próximos meses es clara; se
profundizarán los ataques a la enseñanza y la sanidad pública, a los servicios
sociales, con recortes salvajes y la aplicación de medidas privatizadoras como
el copago y la reducción del tramo obligatorio en la educación pública, con la
potenciación de la privada.
Habrá una disminución de las prestaciones por desempleo, y el
despido de miles de empleados públicos; dentro del paquete de reforma laboral
se contempla asimismo el intento de minar la negociación colectiva en beneficio
de la patronal, el abaratamiento del despido que afecta a otros cientos de miles de asalariados más
que irán a engrosar las cifras de paro, de las cargas sociales reducción a la
patronal, aumento de las subvenciones a los empresarios y disminución de
impuestos para los más ricos y aumento del IVA y otros impuestos que afectan más
a las capas medias y a los asalariados y a los pobres.
Debido a que las perspectivas de recuperación de la economía
española y mundial se volatilizan, con una temible recaída de la recesión, los
esfuerzos del PP, presionados por los capitalistas, se concentran en defender
sus beneficios, a costa de una intensificación de la explotación a los
trabajadores y el saqueo de las arcas públicas, como ha sido trazado por el
FMI, el BCE y el Banco de España.
Si analizamos algunos datos, como por ejemplo, los indicadores
de coyuntura de la economía española, vemos que se siguen deteriorando y casi
todos son negativos: En el primer trimestre de este año, el consumo
de los hogares baja -6 %, la Formación Bruta de Capital Fijo, que nos indicaría los puestos de trabajo que
se podrían crear en el futuro si fuese positivo, está todavía en negativo y
desciende -8 %, y la FBCF en construcción sigue
desplomándose en -10,2 %. El
índice de producción industrial en mayo 2012 cae el -6,1%, el consumo de cemento – 32,3 % en junio, las pernoctaciones en
hoteles, es lo único que se salva pero con un raquítico aumento en mayo de un
0,4 %, pero la matriculación de automóviles se desplomó en junio un -11,7 % y
el indicador de la confianza de los consumidores está por los suelos,
desplomándose un -25,1%. El dato más
preocupante sigue siendo el paro pues en el 1º T/12 cayó un -0,4 % y la tasa de
paro de la EPA está en el 23,7 % con 4.729,600 parados registrados. (El País,
pag.17 Suplemento Negocios 22-7-12).
En lo que llevamos de año, los ingresos medios anuales de los
hogares siguen descendiendo respecto al año 2011, habiéndose incrementado la
precariedad laboral y los desahucios de viviendas por no poder atender las hipotecas,
pero los capitalistas quieren más y no se pararán ante nada.
Debido al carácter parasitario y relativamente débil de la
burguesía española, y la gravedad de la crisis económica, los ataques serán
mucho más fuertes y salvajes contra los asalariados, pues los capitalistas
pretenden compensar la creciente factura de los intereses que el Estado paga a
la banca y el gigantesco agujero que ésta tiene como consecuencia de la colosal
estafa que representó la burbuja inmobiliaria, con una brutal reducción de los
gastos sociales.
Tanto en las cuestiones económicas como en las políticas y
sociales, el PP ha pasado a la ofensiva desde el primer momento, pero con un
clima de contestación creciente en las calles y plazas, que están presente
fundamentalmente desde el 15-M. La confrontación en líneas de clase es una
perspectiva inevitable en un periodo no muy largo de tiempo.
La verdadera interpretación de lo que ha ocurrido en las
urnas el 20-N es que la coalición tácita de “liberales y socialdemócratas” ha cosechado un sonoro
fracaso, mientras el PP tan sólo ha mantenido su techo electoral pero sin
ampliar su respaldo. Existe una aparente contradicción en la actual situación
política, que puede ser resumida en el hecho de que haya ganado la derecha
mientras que los trabajadores han estado luchando y girando a la izquierda, con
las movilizaciones más importantes desde la transición, como se vio en las
manifestaciones del 15-J y el 15-O, y las fuertes luchas en el sector de la
Enseñanza, la Sanidad, la Minería y el Campo Andaluz. Pero se trata de una contradicción fácilmente
explicable: las aspiraciones de millones chocaban con una política, la del Gobierno de Zapatero, que había provocado
un profundo descontento entre la base social socialista. Millones de votantes dieron la espalda al
partido por su política anti-obrera, pero no votando al PP, que mantuvo su techo, sino engrosando la
abstención y apoyando, en menor medida, a Izquierda Unida que se convirtió en
la auténtica ganadora, como se demostró con rotundidad en Andalucía, con el
sonado frenazo al PP.
En estos resultados también ha influido la política de las
direcciones de UGT y CCOO. Las cúpulas sindicales de esos sindicatos, después
de la huelga del 29-S de 2010, y al no contemplar ninguna alternativa clara
para luchar contra los recortes basándose en la fuerza del movimiento obrero,
asumieron en la práctica el papel de “grandes hombres de Estado” para
contribuir al salvamento del sistema capitalista al que, teóricamente, tienen
la obligación de combatir. En lugar de
reconocer claramente el fracaso de la política de pactos sociales y asumir que
es preciso, como reclaman las bases, dar una respuesta contundente a la
ofensiva patronal a la que se enfrentaban, respaldaron la “contra-reforma de
las pensiones” y cedieron ante la actitud cada vez más belicosa por parte de la
CEOE que en la práctica arrebata los derechos laborales conquistados a base se
sacrificios y luchas por los trabajadores.
La actitud reciente de las direcciones de CCOO y UGT
ofreciendo nuevos pactos con el gobierno del PP y a la Patronal, solamente
podrán conseguirse si se lesionan profundamente los intereses de los
trabajadores. La debilidad invita a la agresión y los capitalistas han visto
esta situación de debilidad y postración de parte de los dirigentes sindicales
y se envalentonan, pero no tienen en cuenta un pequeño-gran detalle, como es el
ambiente de las masas, que sienten la necesidad de luchar ante los ataques provocativos
de la patronal y el gobierno.
La contradicción que viven las masas bajo el capitalismo, al observar un estado de corrupción y despilfarro
enorme entre la burguesía, alcanzando incluso a familiares de la Casa Real, y
la agobiante situación que padece la clase trabajadora y los pobres, se hace
cada día más patente rechazando el modelo de “democracia burguesa”.
De una u otra forma, cualquier alternativa sindical y
política que quiera servir a los intereses de la mayoría de la sociedad, que es
la clase trabajadora asalariada, tiene que partir de una realidad básica: que en esta fase de la crisis y con el
capitalismo mundial en plena decadencia, cualquier intento de conciliar los
intereses de los burgueses y los del asalariado, llevarán a la colaboración con
quienes controlan el gran capital financiero y los grandes monopolios,
admitiendo su lógica que contradice los intereses de los explotados, de los campesinos, de los autónomos, de las
pymes y de la clase asalariada en su conjunto.
La única vía para frenar los ataques y hacer valer nuestros
derechos, es mediante la lucha, y no asumiendo la lógica de la dictadura del
capitalismo. Pablo Iglesias nos enseñaba que la contradicción fundamental del
capitalismo se encuentra entre el carácter social de la producción y la forma
de apropiación individual de los beneficios que comporta la existencia de la
propiedad privada de los medios de producción. Nos decía también que esa
contradicción ha sido constante bajo el capitalismo desde su nacimiento, tanto
en momentos de auge como de recesiones, pero mientras más se desarrollan las
fuerzas productivas, cuando más se integran en la economía globalizada, más
aguda e insoportable se hace esa contradicción.
La actual crisis económica la ha exacerbado en grado extremo.
Las fuerzas productivas creadas, tanto por la mano del obrero como por su
inteligencia, están ahora prisioneras del estrecho marco de la propiedad
privada y el mezquino afán del lucro privado. La enorme desigualdad del reparto
de la riqueza explica que la misión histórica de los capitalistas está
totalmente agotada, y la existencia del capitalismo como modelo es ya un
auténtico obstáculo para el progreso social. La verdadera causa del caos
económico, y la dictadura del sistema financiero, se explican por las dos
grandes contradicciones en las que se encuentra atrapado el sistema: la
propiedad privada de los grandes medios de producción, y las fronteras nacionales.
Es relativamente reciente el eufemismo creado por los
estrategas del capital, que culpan de todos los males a “los mercados”, pero es
preciso comprender a qué se refieren con
esa “misteriosa” palabra. En realidad
esos “mercados” no son otros que individuos archimillonarios, que acumulan
gigantescos patrimonios, que
directamente o por medio de “testaferros” manipulan las finanzas con ventajas,
artificios, ingenierías financieras y estafas colosales, a la vez que condicionan
y determinan para esa ínfima minoría el
funcionamiento y los beneficios privados, de la economía y del conjunto de la
sociedad. (Lo que ellos llaman “Libre Mercado” es una falsedad
suprema).
En un reciente estudio se ha revelado que en el Estado
español, 1.400 personas, o sea un 0,035 % de la población, controlan las
palancas fundamentales de la economía y poseen una capitalización que equivale al 80 % del Producto Interior
Bruto. A escala mundial los 737 primeros bancos, compañías de seguros y grandes
grupos industriales controlan el 80 % del valor de las 43.000 principales
empresas multinacionales; y un grupo más selecto de 147 entidades controlan más
del 40 % de todo el valor de las multinacionales mundiales y de entre ellas,
las 50 multinacionales más potentes son las que toman las decisiones a través
de sus Consejos de Administración, siguiendo la hoja de ruta que les marcan
grupos semi-clandestinos como el Club Bilderberg o la Trilateral.
Esta situación confirma las tesis de que habría que expropiar
a poquísimas personas para que la inmensa mayoría de la humanidad pudiésemos
vivir dignamente con todas las necesidades básicas cubiertas, como venimos
proponiendo una y mil veces los socialistas marxistas. Con una alternativa genuinamente socialista,
defendiendo la nacionalización de los medios de producción socializados bajo
control democrático de los trabajadores, al servicio de la mayoría de la
sociedad, el desarrollo económico, social y cultural daría un salto de gigante.
En una verdadera democracia, en una sociedad que marchara resueltamente hacia
el socialismo nadie debería impedir que toda persona que no esté impedida por
enfermedad, excluyendo a la infancia y a los ancianos, pudiesen trabajar en
buenas condiciones y con unos ingresos decentes para que todos los avances
técnicos redundasen en más tiempo libre para desarrollarnos como seres humanos
con todo el potencial que brinda el actual nivel tecnológico y científico
alcanzado.
El socialismo ya no es una utopía como nos quieren seguir
haciendo creer los defensores del capitalismo, sino que se ha convertido en una
necesidad para la humanidad. Como sintetizaba Federico Engels en una de sus
reflexiones: “”En la sociedad capitalista, los medios de producción no pueden
ponerse en movimiento más que convirtiéndose previamente en capital, en medio
de explotación de la fuerza humana de trabajo. Esta imprescindible condición de
capital de los medios de producción y de vida se alza como un espectro entre
ellos y la clase trabajadora. Ella sola
es la que impide que se engranen la palanca material y la palanca personal de
la producción; ella es la que no permite
a los medios de producción funcionar y a los obreros trabajar y vivir. De una
parte, el régimen capitalista de producción revela, pues, su propia incapacidad
para seguir rigiendo estas fuerzas productivas. De otra parte, estas fuerzas
productivas acucian con intensidad cada vez mayor a que se liquide la
contradicción, a que se les redima de su condición de capital, a que se les
reconozca, efectivamente, su condición de fuerzas productivas sociales”.
(Mañana se publicará la parte V.- POR UNA ALTERNATIVA SOCIALISTA QUE ROMPA CON LA
DICTADURA DE LOS MERCADOS).
NOTA:
CONTINUAMOS EL DEBATE CON PARTICIPACIÓN DE LAS BASES A TRAVÉS DE ESTE BORRADOR DE PROPUESTAS ALTERNATIVAS
QUE PRESENTA LA CORRIENTE EN MÁLAGA A LA “
IZQUIERDA SOCIALISTA DE ANDALUCÍA” PARA
QUE SEA DEBATIDO Y ENMENDADO. LOS MIEMBROS DE LA CORRIENTE PUEDEN
PARTICIPAR CON VOZ Y VOTO; LOS SIMPATIZANTES PUEDEN HACER APORTACIONES
POR SI SON ASUMIDAS POR LA PONENCIA Y DE ESTA FORMA PARTICIPAR CON LAS
APORTACIONES EN LA MEJORA DE LAS PROPUESTAS CARA A LAS S CONFERENCIAS PROGRAMADAS PARA ESTE
OTOÑO EN EL P.S.O.E,
Remitir las propuestas a la dirección de abajo, poniendo en asunto la palabra "Conferencias":
is-psoe.malaga@terra.es
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