La profundidad y extensión de la recesión económica a la que nos ha arrastrado la crisis estructural del capitalismo, que vive la situación más grave e importante desde el crack de 1929, con un paro masivo que se ha convertido ya en estructural, y por tanto, imposible de resolver con el modelo capitalista actual, lleva directamente a un proceso cada vez más agudo de diferenciación social entre ricos y pobres. Están arruinando a las clases medias y arrastrando a la clase trabajadora a la más absoluta miseria con una proletarización general de la sociedad. Ese fue el fenómeno histórico que se vivió en el periodo de los años 30 que impulsó la lucha revolucionaria de las masas, a las que se le cerraron todos los caminos, no dejándoles otra alternativa que rebelarse contra el hambre, la opresión y la explotación a la que había sido arrastrada y condenada por la incapacidad de la burguesía.
Con este declive del sistema se pone sobre el tapete de nuevo, que las fuerzas productivas se ven forzadas a rebelarse contra las dos contradicciones fundamentales de capitalismo, como son las fronteras nacionales y la propiedad privada de los medios de producción, porque la burguesía ha sobrepasado los límites de su propia existencia y es incapaz de jugar ya ningún papel progresista. Siendo esto cierto, es preciso tener en cuenta que este corrupto y obsoleto sistema capitalista nunca caerá solo y en los estertores de su muerte, se vuelve muy peligroso. Las amenazas bélicas de las potencias principales se siguen preparando para sostener este modelo capitalista que se derrumba, cueste la sangre que cueste, si las masas en acción no somos capaces de ponerle freno. Están resonando peligrosamente de nuevo los tambores bélicos que amenazan aterradoras confrontaciones en el Oriente Medio, Irán y demás zonas calientes, donde las potencias se disputan la hegemonía para seguir aumentando sus caudales con el imperialismo capitalista de rapiña.
Los estrategas del libre mercado burgués reconocen que la dureza de la recesión, les obliga, siguiendo su lógica del capital, a aplicar medidas de recortes salvajes y ajustes permanentes, que lo único que consiguen es obtener dinero de los más pobres para salvar a los ricos banqueros y especuladores, intentando crear las condiciones favorables para que se produzca un nuevo ciclo que iniciaría una fase nueva de acumulación capitalista que inflará una burbuja todavía mayor de la que explotó en el verano de 2007 en EEUU. Pocos meses antes la capitalización bursátil había llegado a acumular un valor de más de 500 BILLONES DE DÓLARES de bonos basura y dinero fiduciario, que infestaron de activos tóxicos todo el sistema financiero mundial cuyo final aún no se ha conocido.
Estos ataques a los trabajadores y capas medias producen una desvalorización todavía mayor de la fuerza de trabajo y un incremento de la parte de las plusvalías, que van a manos de los ricos, que los trabajadores habían conseguido con sus luchas, en una disputa constante por un equilibrio, en lo que se llamó la construcción del Estado de Bienestar, que fue en realidad un espejismo, pues fue posible mediante el artilugio de estirar el crédito y las hipotecas hasta las dos vidas laborales. Los recortes en sanidad, educación y gastos sociales que el PP y los demás partidos afines de derechas, están llevando a cabo, acaban con las conquistas históricas de la clase trabajadora, que habían sido obtenidas mediante luchas y sacrificios a lo largo de los últimos setenta años.
La loca política de ajuste de los gobiernos de todo el mundo, están preparando unas convulsiones sociales y unas agitaciones populares que no tendrán precedentes, siendo la contradicción insalvable del capitalismo las culpables de que se precipiten los acontecimientos con manifestaciones, protestas y huelgas generales, si insisten en recortar el déficit al 3 % como les exigen los dictadores financieros a los gobiernos, en tan breve plazo de tiempo.
Esto provocará un efecto de empuje y recrudecimiento de la lucha entre las clases, tanto en la vieja y colapsada Europa como en otras zonas del planeta, abriendo una perspectiva de lucha de masas, polarización y radicalización en líneas de clases, que nos llevan a constantes batallas en un plazo de tiempo no muy largo. Por tanto, las direcciones del movimiento obrero deben tenerlo en cuenta, y preparar los programas adecuados y las direcciones sindicales y políticas firmes y convincentes para dirigir a las masas hacia la victoria, en estos enfrentamientos que sin duda serán inevitables.
Los acontecimientos históricos que estamos viviendo, están provocando un cambio radical y profundo en la psicología y la actitud de millones de jóvenes a los que se les ha robado el futuro, y otros tantos millones de trabajadores a los que se les ha robado su puesto de trabajo, que buscarán desesperadamente un nuevo mundo que construir con sus propias manos y su inteligencia, que nos permita avanzar hacia una alternativa socialista, porque todas las condiciones objetivas para la transformación social están maduras, pues existe tecnología, mano de obra y capital, que lo único que se necesita es democratizarlos y colocarlos ordenada y armoniosamente al servicio de la humanidad, para que se pueda dar un salto cualitativo y cuantitativo que canalice la producción de bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas, arrancándolos de las manos de unos miles de familias, que mediante el ejercicio de la dictadura financiera de los capitalistas, lo siguen utilizando para obtener privilegios y beneficios privados para unos cuantos banqueros y archimillonarios, que no han sido elegidos por nadie y nos quieren hacer creer que esto es una Democracia.
Los estallidos vividos ahora hace un año en los países árabes, las luchas heroicas del pueblo griego y otros pueblos de Europa y del mundo, son el preludio de movimientos cada vez más profundos y extensos que se irán sucediendo en los próximos años, porque el resurgir del movimiento obrero ha comenzado y será imparable, dado que bajo el capitalismo no habrá soluciones al paro y a las cuestiones sociales que exigirán en sus luchas legítimamente millones y millones de ciudadanos, que como los movimientos del 15M y otros, lo exigen cada vez con más fuerza y más razón.
El problema que se le plantea a la clase trabajadora es la ausencia de una dirección unificada del movimiento socialista, que consiga un diagnóstico y unas perspectivas adecuadas, para poder trazar una estrategia programática global, así como una táctica correcta, (aunque existen ya corrientes internas que están disputándoles la hegemonía a la socialdemocracia que ha sucumbido ante los liberales), que permita convencer a las masas que es posible dar una alternativa de izquierdas, mediante la lucha, la reorganización y la unidad, al sistema actual del capitalismo mafioso de casino en el que se ha convertido este modelo, que es repudiado cada día por más gente.
La burguesía se sigue aprovechando de la falta de unidad de los trabajadores, utilizando permanentemente los grandes medios de comunicación para impedir que se forme el factor subjetivo que necesita la clase trabajadora y que éste, pueda explicar ante las masas, en un debate necesario, justo, en igualdad democrática, lo que representaría de ventajoso para la mayoría de la sociedad, que es la clase trabajadora, los jóvenes, los autónomos, incluso las capas medias, la aplicación de un genuino programa democrático y socialista que tuviese como objetivo incrementar el PIB, trabajando todos y repartiendo con justicia el fruto del trabajo socialmente desarrollado, de acuerdo con las mejores técnicas y descubrimientos científicos, que tendría como objetivo la superación del capitalismo para salir de la crisis por la izquierda.
La forma más positiva de frenar las provocaciones de la burguesía y de su brazo político como es el PP, es rechazando la corrupción, la especulación y las presiones de la Patronal, que nos permita borrar la miseria, la pobreza y el sufrimiento a las que han llevado a millones de trabajadores, que están siendo atacados en sus niveles de vida y han perdido sus puestos de trabajo, es luchando por la democratización de los medios de producción, planteando la expropiación de la banca, las multinacionales y los latifundios, para ponerlos bajo control democrático de los trabajadores organizados en potentes sindicatos y partidos de clase.
Esas acciones de recuperación de la lucha social deben ir acompañadas de un llamamiento a la solidaridad internacionalista al resto de la clase trabajadora de todos los países, para que cada pueblo, empezando por nosotros mismos y el resto de Europa y del mundo, desarrollemos acciones de solidaridad por un programa genuinamente socialista, para construir la “Europa de los Pueblos”,rechazando de plano la “Europa de los Mercaderes”, que ha fracasado estrepitosamente, y nos dirijamos con decisión hacia la construcción de la Federación Socialista Europea, con el objetivo de una Confederación Socialista Mundial de todos los pueblos de la tierra, en un plano de igualdad, democracia, colaboración y ayuda mutua, anteponiendo los intereses de los ciudadanos a los beneficios privados, para construir entre todos un mundo mejor.
¡¡NO A LA REFORMA LABORAL Y A LOS RECORTES SOCIALES¡¡
¡¡HAY QUE CERRAR EL PASO AL PP¡¡
¡¡25-M, A VOTAR…. 29-M, A LA HUELGA GENERAL¡¡
COORDINADORA PROVINCIAL.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
Is-psoe.malaga@terra.es
19 de marzo de 2012
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