La crisis orgánica del capitalismo iniciada en el verano de 2007, que es una crisis estructural sistémica de onda larga, se ha deslizado hacia la recesión y se acerca peligrosamente a una depresión económica de consecuencias imprevisibles.
La cruda realidad nos demuestra que se ha producido una destrucción de riqueza muy similar a la que podría provocarse en una guerra, cuyas “armas de destrucción masiva” utilizadas son las nefastas políticas aplicadas en la llamada economía de “libre mercado”. El modelo ha colapsado y se encuentra en una quiebra técnica global.
Los estrategas de la burguesía no hacen más que convocar reuniones en la cumbre y esas reuniones frenéticas de los gobiernos del mundo se han demostrado inservibles para evitar la depresión, pues solamente han conseguido estudiar y adoptar medidas que demuestran que el capitalismo es un sistema decrépito dirigido por un puñado de banqueros y multinacionales que ejercen la “Dictadura del Gran Capital”.
Unas veces la enmascaran bajo la careta de “democracia burguesa” y otras utilizan la brutalidad de la bota del imperio para imponer sus políticas de rapiña contra los países empobrecidos del mundo, cuyos habitantes son condenados por decisiones antidemocráticas a un empobrecimiento general, que afecta a millones de personas incluyendo a hombres, mujeres y niños, que siguen sufriendo sus consecuencias nefastas, como miseria, muerte y destrucción, incluido el medio ambiente, y hambrunas terribles, sobre todo en la explotada África.
Son las contradicciones insalvables del propio sistema capitalista lo que provocan las crisis cíclicas pero una vez y otra quieren cargar los costos sobre las espaldas de la clase trabajadora. Esos voraces tiburones, esos buitres carroñeros, que se han estado alimentando durante años de la especulación, de la explotación y del control salarial de los trabajadores, sumiendo al pueblo en una deuda hipotecaria colosal, están cómodamente sentados en lujosos despachos de la gran banca y las multinacionales, junto con los grandes terratenientes y los especuladores del ladrillo que han saqueado los bolsillos del pueblo con sus escandalosos beneficios y corrupciones.
Desde Izquierda Socialista de Málaga, venimos insistiendo durante años y años que mientras no se termine con los privilegios de esta clase de parásitos, cualquier gobierno de izquierdas se estará limitando solamente a “cortarle las uñas a la burguesía” para que sus arañazos a la clase obrera no sean demasiado sangrantes.
Pero si llegara un gobierno como el del PP, representante genuino de la Patronal, de la CEOE, de la “derechona de siempre”, harían una política claramente de derechas, defendiendo los intereses de los ricos, sin tapujos y con absoluta firmeza, con la intención de restaurar la tasa de ganancias de las multinacionales y las grandes empresas para reanudar el ciclo, atacando hasta los huesos los derechos y niveles de vida de la clase trabajadora, con la intención de desmantelar el estado social del bienestar que se había empezado a construir y la clase trabajadora no podría levantar cabeza en mucho tiempo, si no se contrarresta con luchas de masas unitarias, que tendrían que corresponderse con un cambio en el modelo sindical, pasando a un sindicalismo de luchas masivas, democrático y combativo, abandonando los pactos y consensos que están agotados.
Porque los males que afectan a este país son males de fondo, problemas estructurales, de un modelo capitalista, de economía de “libre mercado”, que equivale a “libre explotación”, como lo demuestran los más de 5 millones de parados y la destrucción masiva de fuerzas productivas que no puede recuperarse sin inversiones en la economía real, producto de una burguesía parásita, que siempre llegó tarde a las citas con la historia, tan débil y tan incompetente que fue incapaz de realizar la revolución burguesa como ocurrió en otros países.
La situación actual es muy grave y el encarecimiento de la vida, los problemas como el de la vivienda, la educación, la sanidad, los gastos para bienestar social, no están necesitando solamente unos pequeños retoques, o unas “contra-reformas” camufladas con la palabra reformas, sino que es necesario un programa social a fondo, que llegue hasta las raíces de los problemas y ofrezcan soluciones válidas.
Si no se hace así, y para ello se requiere un profundo giro a la izquierda, ningún gobierno, sea el que sea, podrá cumplir las promesas anunciadas, porque la pregunta clave es: ¿Cómo hacerlo, con qué recursos, con la tremenda oposición de los capitalistas, que se dedican a boicotear la economía, despidiendo a gentes a mansalva, amparados en la crisis, cuando han falsificado las cuentas, han evadido los recursos con fugas de capitales constantes, han puesto los dineros en paraísos fiscales y han llevado al país a la bancarrota? ¿Dónde han ido a parar tantos millones de euros que han ganado los capitalistas? ¿Son los trabajadores o los capitalistas los culpables de la crisis?
Además, esos mismos burgueses que han estado acumulando beneficios año tras años, ahora exigen dinero al Estado, incluso forzando la modificación de la Constitución para garantizar el cobro de sus deudas, cuando antes, apoyados en su “liberalismo de conveniencia”, siempre criticaban furiosamente toda medida gubernamental que insinuara algún tipo de intervención, tanto en los impuestos, en los controles de inspección o en cualquier otra parcela de la economía, y después de haber obtenido fabulosos beneficios en el pasado, ahora, piden a gritos “intervención estatal”, para salvar a sus bancos y empresas, para seguir aumentando su tasa de ganancias y encima están consiguiendo el despido libre y gratis para poder echar a la calle a los asalariados sin ninguna traba.
Podemos contar por millares la cantidades de abusos que se ponen sobre el tapete, así como las corrupciones de muchos patronos que no respetan la legislación laboral, pues es evidente que muchos empresarios ni siquiera tienen la vergüenza de declarar expedientes de regulación de empleo, sino que despiden por las bravas importándoles un rábano el drama del paro que afectan a millones de familias.
Estos elementos burgueses, con la demagogia que les caracteriza, han venido poniendo al gobierno ante el brete de aparecer como culpables, si no “socorren” a esa patronal parásita con ayudas del Estado, que por boca de Rajoy, con todo descaro, han venido culpando a la izquierda, de ser culpables de la crisis, cuando en realidad, la crisis la provocan los capitalistas. Ahora sigue insistiendo Rajoy que si gana las elecciones apoyará a los empresarios disculpándoles de pagar las cargas sociales, lo que podría producir una oleada de despidos de mano de obra, para abrir las mismas empresas con otro nombre, lo cual no solucionaría la crisis.
Es cierto que el gobierno ha cometido algunos errores al gestionar la crisis, porque un gobierno de izquierdas tendría que haber sido más duro con la patronal y tendría que haber impedido los cierres patronales para garantizar los recursos pertinentes que hagan efectivo estas medidas, pues se hacía imprescindible, la incautación de muchas empresas que han cerrado fraudulentamente, así como planificar la nacionalización del sector financiero con la creación de un Banco Público, expropiando los bancos en crisis, con indemnización a los ahorristas y depositantes solo en caso de necesidad comprobada, ejerciéndose un control democrático por parte de los trabajadores, para financiar la producción real, en base a la economía social y cooperativa.
Como habíamos propuesto en la I Conferencia de Andalucía de nuestra corriente, al proponer una alternativa, decíamos entre otras cosas, hablando de la planificación y de la Banca Pública (…) “Esto, no solamente garantizará controlar los recursos económicos del país en beneficio de la mayoría, sino que, permitirá conceder créditos baratos a las familias trabajadoras, a los pequeños productores, pequeñas empresas, fomentando la economía social, las cooperativas y los autónomos, a la vez que se potenciará la cooperativización autogestionaria de los grandes sectores del consumo y la producción, tanto agraria, industrial como de servicios, que actualmente son víctimas de los banqueros parásitos.
“A la vez que se garanticen los depósitos de los pequeños ahorristas individuales, empresas familiares, PYMES y demás sectores de economía social, el Estado daría un amplio apoyo a todos los emprendedores que mantengan los puestos de trabajo de sus empresas, y que soliciten ayudas económicas, exigiendo a los patronos el control obrero de toda empresa participada por la Administración según la aportación que el Estado conceda, al efecto de luchar contra la corrupción, especulación y despilfarros.
(…) “Algunos compañeros pueden plantear la crítica de que hace falta mucho dinero para eso, pero, en líneas socialistas, vale más invertir esos 150.000 euros y todo el que haga falta en mantener puestos de trabajo que en subvencionar a 4 millones de parados; es más, se hace ya imprescindible plantear la nacionalización de la banca y los grandes monopolios, acompañados por un plan social, concertado con los sindicatos, de reducción de la jornada laboral, introducción de la escala móvil precios-salarios, jubilación a los 60 años y demás apoyos sociales a las familias más necesitadas, en la línea propuesta por la I Conferencia de Andalucía, celebrada por la corriente Izquierda Socialista-PSOE en Antequera que podrá examinarse al final de esta Memoria.
“Todos podemos imaginar el entusiasmo que estas medidas sociales podrían despertar entre las masas, si a la vez, se hace un llamamiento al fortalecimiento del partido, para que los trabajadores nos respalden y se moviliza al movimiento sindical para que en unidad de las izquierdas, podamos autogestionar y desarrollar este programa socialista.
“Está claro que gentes como el Presidente de la CEOE y demás empresarios protestarían por la aplicación de estas medidas sociales, porque lo que pretenden es que el Gobierno del PSOE esté a su servicio, en lugar de al servicio de los trabajadores como corresponde a un partido obrero de izquierdas.
“Vemos con estupor cómo los capitalistas con los banqueros al frente se quejan de algunas medidas, esos que han tenido la cara dura de argumentar que sus beneficios han sido buenos pero que están consiguiendo del gobierno la concesión de liquidez, de bajarle los impuestos y otras concesiones, cuando ellos han venido desangrando la economía del país durante años.
“Está claro asimismo que los empresarios capitalistas han decidido frenar la inversión productiva privada en el Estado, a la vez que alimentan la fuga de capitales para poner sus beneficios en paraísos fiscales donde ellos piensan que están más seguros que creando riqueza industrial, porque el capital trabaja para el lucro privado y no para satisfacer necesidades sociales.
“Luego, esos mismos empresarios se quejan de la falta de productividad, de la falta de competitividad de la industria española, pero no dicen ni “mu” de la rapiña y falta de inversión en el fortalecimiento y modernización del tejido industrial de estos años, cuando todo era especulación y obtención de beneficios a corto plazo, a la vez que se dedicaban a comprar de saldo las empresas que forzaban a privatizar en el extranjero, sobre todo, en América Latina.
“A la vista de esta grave situación de la economía, en la que se constata ya una depresión que puede ser muy profunda, la nacionalización de los sectores claves de la economía aparecen como una condición imprescindible para proceder a la planificación científica y democrática de la economía, con el objetivo de resolver los problemas de la mayoría, que es la clase trabajadora.
(…)” El PSOE tiene el poder en sus manos, porque tiene el apoyo de las fuerzas decisivas de la sociedad y democráticamente ninguna fuerza podría oponerse a los deseos de los trabajadores de profundizar en el avance al socialismo.
“Así que, una vez nacionalizada y planificada la economía, el programa de transformación social necesario se haría imparable, aplicando medidas contra el paro y por unas condiciones de vida dignas, que podrían ser llevadas a cabo con una enorme rapidez, pues tendrían todo el apoyo de los Sindicatos de Clase y partidos de la izquierda, con la clase trabajadora empujando en la lucha, a la vez que tendrían una gran repercusión internacional, porque las condiciones objetivas están más que maduras, (diríamos que empiezan a pudrirse) ya que el capitalismo no puede ofrecer a corto plazo ninguna respuesta creíble ni viable.
“Este salto democrático al socialismo sería un ejemplo a seguir por millones de asalariados europeos y de todo el mundo, porque verían en ello una solución a la pesadilla que están padeciendo como consecuencia del derrumbe de este modelo de capitalismo que ha entrado en una crisis depresiva grave, de consecuencias muy traumática para los pobres del mundo.
“Nuestra dirección tiene un enorme reto ante sí, y no es otro que el de animar a las masas y dirigirlas de forma decisiva hacia la transformación socialista de la sociedad, o entregarse claramente a las exigencias del capital, porque como dijo Pablo Iglesias, en momentos cruciales “hay que optar, o con los unos o con los otros”. En la actualidad, el mejor camino es la defensa de los intereses de los trabajadores y los pobres, enfrentándose claramente a los del capital, pero ello sólo es válido si está acompañado por un programa de transición auténticamente socialista, sino, mejor hubiese sido ni comenzar nada y admitir el fracaso de la “socialdemocracia sin reformas”. Porque si el gobierno del PSOE consiente en que, en un momento de suma gravedad como por el que atravesamos, en que los centros decisivos del poder económico permanezcan en manos de la burguesía, de los banqueros, de los capitalistas, que no ha sido elegidos democráticamente por nadie, las aspiraciones y esperanzas de la clase trabajadora que todavía confiará en el socialismo podrían verse frustradas.
“La situación social es volátil y podríamos ver cambios repentinos y bruscos en el comportamiento de las masas, si no se cumple con las expectativas y necesidades de la clase trabajadora y la juventud; recordemos las voces de la noche del triunfo electoral, que se gritaba “Zapatero, no nos falles”, lo que indica que el pueblo no admite flaquezas en sus dirigentes, porque en cuanto que el compañero José Luis Rodríguez Zapatero empezara a claudicar, los banqueros, monopolistas, terratenientes, en santa alianza con la “derecha eclesiástica”, como vimos en la anterior legislatura, se dedicarán de lleno a socavar y boicotear al gobierno del PSOE y con sus intrigas, sus boicoteos, sus “ejércitos pancarteros de sotanas”, sus cierres empresariales, su huelga de inversiones de capitales, sus fugas de divisas, y demás medidas antisociales, llevaran a un incremento inaguantable del paro que creará una situación social altamente conflictiva, buscando de esa manera el descrédito total del Partido Socialista, para volver a la carga con una alternativa de derechas radical, lo cual sería muy peligroso. (Nota: Esto se escribía en Noviembre 2008)
“El futuro de la clase trabajadora y de las capas menos favorecidas de la sociedad depende de la defensa y aplicación de un adecuado programa socialista, porque ha quedado demostrado que el capitalismo ha colapsado y la Tercera Vía no es posible ante la enorme profundización de la depresión, así, que el deber de todo socialista, de todo trabajador, de todo progresista, de toda la izquierda, es la de debatir, ofrecer y pedir al partido la aplicación y defensa de un programa auténticamente socialista con todas nuestras fuerzas.
“Por ello, continuamos el debate iniciado en la Conferencia de Antequera, del que queda redactada la presente MEMORIA con el fin de canalizar este proceso, para continuar la búsqueda del mejor programa a aplicar con la participación activa y democrática de la mayoría de la población que es la clase trabajadora en lucha por estos objetivos y de esta forma, con el concurso activo de las organizaciones políticas, sociales y culturales de la izquierda, en unidad de acción, estaríamos en condiciones de avanzar hacia una sociedad verdaderamente democrática, donde, liberados de la lucha cotidiana por la supervivencia y con los medios de producción bajo control de la mayoría de la sociedad, los trabajadores y nuestras familias podríamos participar conscientemente en todas las decisiones políticas, económicas, sociales y culturales de una sociedad basada en la ética, poniendo al ser humano en el fundamento de la economía, y ésta al servicio de la Humanidad.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MALAGA-PSOE.A
Is-psoe.malaga@terra.es
11 de noviembre de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario