27 de noviembre de 2011

BALANCE ELECTORAL Y PROPUESTAS DE IS-PSOE MÁLAGA.

El PP ha ganado holgadamente las elecciones, movilizando a su favor su base social, compuesta por la pequeña burguesía del campo y gran parte de la ciudad, clases medias acomodadas, sumándose, hay que reconocerlo, un cierto sector minoritario de trabajadores asalariados, muy golpeados por la crisis y que han aceptado como buena moneda la demagógica consigna de “súmate al cambio” del PP.

La suma de los votos de los partidos de Derechas que han obtenido escaños nos da 13.433.865. Los votantes de la Izquierda de las fuerzas que consiguen escaños son 9.571.540 personas.








Las abstenciones, los votos nulos y los blancos ascienden a 10.361.756 representando un 30,97 %.

En Andalucía, el PSOE ha perdido 750.000 votos, el peor resultado en 32 años, y el PP ha avanzado en 400.000. El PP saca 1.982.091 votos (45,57 %) y 33 parlamentarios, mientras que el PSOE saca 1.590.844 votos (36,57 %) y 25 parlamentarios, obteniendo IU 2 escaños con 359.521 votantes (8,26 %).

En Extremadura el Partido aumenta su deterioro, perdiendo un escaño reduciéndose su apoyo en 120.000 votos y obteniendo un 37 % de apoyos. Los más de 4 millones de claramente de derechas , recaba una parte del voto descontento del PSOE.

No tenemos que buscar excusas, pues la clave de la victoria del PP han sido, los errores de la dirección del PSOE. Las elecciones han representado un fracaso de la socialdemocracia, con políticas social-liberales, cuyo modelo está agotado al querer defender, “cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”, una política de salvamento de la banca y del sistema capitalista, como único posible, claudicando
ante las presiones de los sectores financieros, asumiendo la hoja de ruta de la dictadura de los mercados.

Esto ha provocado un hundimiento histórico de las zonas de votantes tradicionales del PSOE. En Cataluña ha habido una catástrofe pues el PSC ha perdido 11 diputados y más de 800.000 votos, con 18,75 puntos porcentuales de diferencia. Solamente en Barcelona (y Sevilla) se gana, aunque la pérdida de votos supera los 500.000. En Euskadi los resultados dan una pérdida de 5 diputados y 16,6 puntos menos, perdiéndose 167.000 votos. Navarra pierde 45.000 votos y un escaño, con un 12 % de caída.

La bancarrota de la política socialdemócrata en el Estado español, que ha cedido en todos los aspectos decisivos a las exigencias de los grandes capitalistas, aplicando medidas que contradicen las resoluciones del último Congreso, de forma decidida, ha llevado a la aplicación de la política dictada por los banqueros, que han contribuido a estos demoledores resultados, con la pérdida de 59 diputados y cerca de 4,5 millones de votos de rechazo.

El no haber previsto la crisis, asumirla tarde y mal, para al final sucumbir ante las presiones del sector financiero son las causas fundamentales de la derrota. El PP ha logrado la mayoría absoluta incrementando el margen que había cosechado en las elecciones del 2000. No obstante, hay que reconocer que ha quedado patente el techo del PP, pese a los 186 diputados conseguidos y los 32 escaños más alcanzados. No es cierto que se haya producido un corrimiento general del voto hacia el PP, pues han subido en torno a 500.000 votos, más o menos igual al crecimiento vegetativo de la población. Analizando zonas como Valencia o Madrid, que el PP pone como referencia de solvencia, siendo sus bastiones a pesar de la corrupción, han perdido 27.328 y 29.116 sufragios respectivamente con relación a las generales de 2008.

El desastre no puede ser asumido exclusivamente por el candidato Rubalcaba, que se presentó ante los medios de comunicación la noche electoral más solo que la una. El fracaso debe ser asumido por la dirección de forma colegiada y por todos los que han apoyado la política de la coalición liberal-socialdemócrata que es la que ha sucumbido, por lo que hace falta urgente un DEBATE, AUTOCRÍTICA Y RECTIFICACIÓN, preparando un programa auténticamente socialista cara al próximo Congreso.

En su comparecencia, Rubalcaba señaló que continuará defendiendo las conquistas del partido y habló de la convocatoria del congreso ordinario y al día siguiente, Rodríguez Zapatero se reafirmaba en la corrección de las políticas adoptadas en estos años, en las medidas de ajustes y ataques contra los derechos laborales de los asalariados, ofreciendo toda su colaboración al PP para asumir más medidas de recortes impuestas por el BCE y la U.E. sin hacer ninguna autocrítica, ninguna disculpa, ninguna rectificación, ni gesto alguno por la tremenda derrota como si no hubiese pasado nada, lo que queda bastante extraño ante las propias bases del partido. Si se sigue insistiendo en los mismos errores, lo más seguro es que el desastre continuará y en las elecciones andaluzas del próximo año, será difícil recuperar a los votantes, si no se produce un giro claro hacia la izquierda.

Las declaraciones de nuestros dirigentes del PSOE, después de la reunión de urgencia de la C.E. Federal, ante tal debacle, no pueden ser más pobres: “Hemos sido víctimas de la mayor crisis económica de la historia de España”, dijeron. Estamos ciertamente ante la depresión más profunda del capitalismo en los últimos 80 años, pero la causa no es tanto de la crisis, sino del abandono de las tesis del auténtico socialismo por las direcciones actuales del Partido. Los giros constantes hacia la derecha, después del abandono del marxismo, han producido una renuncia a la aplicación de medidas a favor de la mayoría de la población, que son los jóvenes y la clase trabajadora, plegándose a los intereses de los grandes poderes económicos, arrodillándose ante los banqueros para salvarles de sus desfalcos, en vez de haber programado la nacionalización de la banca y reconstruir, a través de las Cajas de Ahorros, un Banco Público fuerte para salir de la crisis por la izquierda, planificando la economía al servicio de la producción y de la clase trabajadora.

Los millones de abstencionistas y muchos cientos de miles más de trabajadores han sacado la conclusión de que el Gobierno que había sido elegido para llevarnos al socialismo, había actuado contundentemente contra la propia clase que le había aupado al poder, no cumpliendo ante aquella muchedumbre y esa juventud que gritó aquello de “ZP, no nos falles”. La clase trabajadora no puede asumir que se actúe recortando conquistas a los sectores más desfavorecidos de la sociedad, recortando salarios a los empleados públicos, aumentando la edad de jubilación a los 67 años, además de modificar la Constitución con el objetivo claro de garantizar a los banqueros el cobro de los intereses y la deuda pública, por delante de las atenciones sociales. Esa reforma constitucional ha puesto las bases de la consolidación del liberalismo, negando aquello de “Estado Social y Democrático de Derecho”, lo que obliga, permite y deja libre el camino para aplicar reformas laborales que profundizarán en la precariedad laboral, y en la indefensión de la clase trabajadora, dejándoles en bandeja al PP, a CiU y otros partidos de derechas, el camino despejado.

Los ciudadanos han detectado con pavor cómo miles de millones de euros, con el apoyo del dinero público, han ido a parar a las arcas del capital privado para reflotar a las cajas y los bancos, que son los mayores empresarios, mientras por otra parte se ha llamado una y otra vez a los trabajadores a apretarse el cinturón, con exigencias continuas de parte de la CEOE de trabajar más por menos dinero, todo encubierto por la gravedad de la crisis, para seguir sacando suculentos beneficios para una minoría de privilegiados.

En cuanto a la valoración de la campaña electoral, reconocemos que el discurso utilizado por Rubalcaba ha retomado parte de las tesis y fraseología de la “socialdemocracia”, explicando la necesidad de defender lo público, como Sanidad, Educación y Servicios Sociales, pero, aunque se insistía en el impuesto a las grandes fortunas, la cuantificación no se mencionaba y por tanto, existía una cierta incredulidad por parte de los ciudadanos que se preguntaban: ¿Y por qué no se ha hecho en su momento, si él era parte del Gobierno?

Además, mientras que de palabra, el candidato defendía con buenos argumentos y con garra el mantenimiento del gasto social, en la realidad se supo que fue el encargado de convencer al Grupo Parlamentario socialista de la necesidad de apoyar la aprobación de la Reforma Constitucional, cuando al inicio tenía sus dudas y parecía que tendría la oportunidad de posicionarse en contra, al igual que esperábamos eso de los representantes de la corriente IS-PSOE en el Parlamento, pero no ocurrió.

Estamos en estos momentos acercándonos peligrosamente al punto crítico, en el que la crisis sistémica del capitalismo puede derivar hacia una depresión. Como decíamos en el díptico mencionado, presentado por nuestra corriente ante el C.P. del PSOE de Málaga y ante la Coordinadora Federal de IS, cada vez es más urgente e inevitable para el Partido encarar esta situación y escribíamos:
“Como solía afirmar Pablo Iglesias, la disyuntiva está cada día más clara, o con los trabajadores y su capacidad de lucha para acometer decididamente la urgente transformación socialista de la sociedad, o ceder ante las presiones de los capitalistas, poniendo en practica su política, lo que será igual que preparar el terreno para el ascenso de la derecha”. No se le hizo caso ni al abuelo y así nos ha ido.

Nuestra autocrítica particular es que no hemos tenido los votos suficientes en los órganos internos debido a nuestra debilidad como corriente, por lo que la elección tomada por la dirección del PSOE que apoyaba al Gobierno, fueron concretas: Se produjo un giro liberal que colocó al Partido como guardianes de los privilegios e intereses de los Ricos, atacando a los Pobres. Por tanto, todo los esfuerzos realizados por Rubalcaba y cientos de miles de compañeras y compañeros que han colaborado en esta campaña electoral han fracasado estrepitosamente, siendo esa desastrosa política, que es urgente autocriticar para rectificar, las claves concretas del hundimiento del PSOE en las elecciones de este fatídico 20-N.

El voto de castigo de la clase trabajadora en un elevado número del PSOE y en menor medida del Movimiento 15M, ha ido a parar hacia IZQUIERDA UNIDA, que aumenta el número de apoyos en más de 700.000 con relación al año 2008, pasando a tener 11 diputados de los 2 que tenía. Málaga ha contribuido con 1, además de Sevilla, Zaragoza, Valencia y Asturias, donde Llamazares obtiene un gran avance, junto con el obtenido por Madrid y los 2 de Barcelona. Las protestas por la injusta Ley D’ Hont arrecian, ya que esta fuerza política, proporcionalmente tendría unos 25 escaños y se ve mermada muy negativamente; las minorías ven distorsiones enormes en su adjudicación de escaños; incluso con la proporcionalidad, el PP no obtendría mayoría absoluta, quedándose en torno a 160.

Los resultados de IU expresan el enorme potencial que existe por la Izquierda del PSOE que se está convirtiendo en un referente electoral. La dirección de esta izquierda, encabezada por Cayo Lara, dice claramente ser “la voz de la calle, de los parados, de la juventud precaria, de los estudiantes, del conjunto de la clase obrera sometida al cerco de una ofensiva empresarial brutal”. Es cierto que todos esos colectivos representan una verdadera cantera de votos, que con una orientación hacia el movimiento sindical, si UGT y CCOO acaban de una vez con la fenecida táctica del pacto por el pacto y se fortalecen mutuamente en lo social y lo político, unificando las fuerzas de toda la izquierda, en la que deberíamos confluir todos, inclusive el futuro PSOE que salga por la izquierda del próximo Congreso, sería una táctica unitaria muy eficaz para controlar al PP y preparar una alternativa sólida para las próximas confrontaciones.

Es interesante analizar el comportamiento del voto en las nacionalidades y comunidades históricas. Empecemos por la irrupción de la Izquierda Abertzale en las elecciones donde AMAIUR, una vez superado el terrorismo de ETA, ha conseguido unos buenos resultados para los nacionalistas. Es una realidad que las perspectivas de lucha política, producidas por el cese el fuego de ETA, ha calado entre miles de trabajadores y jóvenes de Euskal Herria, que han visto a esa fuerza política como el mejor referente para orientar sus inquietudes ante la situación que ofrece la crisis capitalista, a la vez que ven reconocidos sus derechos democráticos-nacionales como pueblo, que puede expresar sus posiciones independentistas. Con los 284.000 votos en la Comunidad Vasca y los 49.000 de Navarra, alcanzan 7 diputados que representan el 14,86 %, consiguiendo 2 más que el PSOE y duplicando al PP y adelantando al PNV con uno.

El PSE-PSOE sufre las consecuencias de los recortes, acusa la alianza con el PP, quedando difuminado el esperanzador salto cualitativo que representa la nueva situación de marchar hacia la Paz en Euskadi, ofreciendo a todos la oportunidad de una confrontación política, que culminaría con la entrega de las armas y una salida digna para las victimas y los afectados por la violencia.

Desde que llegó la crisis, millones de familias obreras están experimentando una gran zozobra y sufrimiento, por la falta de un puesto de trabajo y un futuro digno. Hay más de 5 millones en paro, con 1,5 millones de familias que tienen todos sus miembros en el desempleo. Existe una generación de jóvenes “indignados” y frustrados que sufren una tasa de paro cercana al 50 %, y otros con salarios miserables y en precario, que les impide emanciparse y vivir dignamente.

Cientos de miles de autónomos, pequeñas empresas, tiendas y talleres han cerrado por la crisis, que representan miles de dramas familiares. Los planes de ajustes y los EREs, muchos de ellos con reducciones drásticas de salarios, afectan a los ciudadanos, que han visto cómo las centrales sindicales no han hecho todo lo que han podido, porque se han refugiado en el mal menor de los arreglos, sin llamar decididamente a la lucha. Han actuado los sindicatos más bien como muro de contención de ese vendaval desatado por la crisis, que como auténticos defensores de la clase trabajadora.

Entraron en una espiral viciosa de asumir la lógica que le marcaba la Patronal, no utilizando las movilizaciones contundentes para defender con firmeza los derechos, salarios y puestos de trabajo. Esa lógica perversa del liberalismo les ha convertido en “hombres de Estado” que han querido contribuir a salvar al sistema, cuando ese no es su cometido, sino que es defender a la clase trabajadora a la que se deben, por encima de componendas y contra-reformas. Han conseguido lo contrario de lo que pretendían. La crisis se ha profundizado y lejos de contener las ansias de beneficios de los empresarios, de parar los ataques, les han envalentonado, allanando el camino para una mayor ofensiva de la Patronal contra la clase obrera, que lejos de remitir, ahora se preparan para llegar con los recortes hasta los huesos, de la mano del PP que les pondrá todo en bandeja.

Los dirigentes de UGT y CCOO convocaron la huelga del 29-S.10, que podría haber sido el inicio de algo más contundente, pero para algunos la huelga era como una válvula de escape para soltar presión y muchos trabajadores pensaron que aquello no iba en serio, dada la actitud pactista de los sindicatos. Esa Huelga, que fue un triunfo relativo, mostraba el camino a seguir, pero fue abandonado de inmediato por los dirigentes, pues no querían ir hasta el final utilizando la lucha de masas como instrumento para frenar los ataques, volviendo de nuevo al modelo totalmente amortizado del intento del pacto social, que ha fracasado estrepitosamente.

En los próximos meses nos vamos a enfrentar a la política de derechas que nos aplicará el PP, que como fiel representante de los intereses de los empresarios, defenderá consecuentemente sus posiciones, que intentarán restaurar la tasa de ganancias primando a la Patronal y sacrificando a los trabajadores. No será tan fácil como algunos ilusos piensan, porque la crisis es global del sistema capitalista y no la ha traído el PSOE como dicen ellos, y mucho menos, es causa de los trabajadores, pero lo cierto es que el débil capitalismo español tiene un estrecho margen de maniobra.

La Patronal y demás capitalistas exigen al PP políticas que mantengan e incrementen sus márgenes de beneficios, junto con los banqueros, multinacionales y todo el sector financiero internacional, que invierten solamente para la especulación y el lucro privado.

Hagan lo que hagan los del PP, los tiburones financieros van a seguir especulando con todo, incluida la deuda soberana de los países, no excluyendo la del Estado español y van a presionar para cobrar el último euro de los abultados préstamos, hipotecas y deudas públicas. Para contentarlos, el PP no tiene otro camino que atacar despiadadamente de forma decisiva y contundente a los servicios sociales, la sanidad, la educación, a la vez que plantearán privatizar todo lo público, deteriorando permanentemente los niveles de vida de la clase obrera y los sectores menos favorecidos, hasta que esto estalle. Los capitalistas no darán tregua, lo quieren todo y lo quieren ya.

Eso queda demostrado porque no se detienen ni ante el triunfo del PP, pues han continuado presionando al alza las primas de riesgo de la deuda soberana. Sin lugar a dudas que el PP está más que dispuesto a llevar a cabo las exigencias de los capitalistas y envalentonados por el triunfo electoral, amparados en la legitimidad que les dan las urnas, esta derecha montaraz y carpetovetónica se va a lanzar en picado con su gaviota, cual buitre carroñero, sobre los despojos de los menos favorecidos, la juventud y la clase trabajadora, pensando que van a contar para ello con las posiciones cómplices de los sindicatos, pero ojalá se equivoquen.

Esas posiciones más reaccionarias e impacientes que se encuentran en ciertos sectores de la derecha extrema del PP, encabezada en Madrid por Esperanza Aguirre, han planteado ya la exigencia que hay que meter mano a las reformas lo antes posible porque no pueden esperar más. Esta Grande de España ha declarado que Aznar dejó las arcas del estado con muchos superávits y no como Zapatero “que las deja vacías, sin dinero para pagar pensiones o desempleo y con un déficit tremendo que hay que pagar”.

Esas palabras aclaran cual es el programa que aplicarán, que no es otro que el del sector duro del PP, más ligado a la patronal CEOE y están marcándoles el ritmo a Rajoy, hablando de que “se necesita un gobierno valiente, que diga la verdad y que afronte las reformas que llevamos tres años posponiendo, como la reforma laboral que nos ha hecho campeones del mundo de paro y en la que los sindicatos se han enrocado en una legislación de los tiempos del franquismo”. (¿Habrá que tener cara dura para hablar así, cuando ella, que es la campeona del nacionalismo españolista no ha dudado en echar mano de la política de CiU poniéndola como ejemplo de lo que van a hacer en el resto del país?)

El recrudecimiento de los ataques del PP es una cuestión indudable, sobre todo, con el apoyo de CiU, que ha obtenido unos resultados buenos, con 16 escaños y un millón de votantes y casi un 30 % de confianza del pueblo, así que tendrán el respaldo de la pequeña burguesía catalana que es un voto de la derecha tradicional, que siempre han ido en sintonía con el PP o con los que les haga sonar la bolsa, porque “Barcelona es bona si la borsa sona”…

Es una vergüenza la maniobra que ha realizado el “President de la Generalitat”, el señor Más, que siempre quiere “más”, a solo 48 horas del cierre de las urnas, anunciando reducciones salariales para los empleados públicos, incremento del transporte público, del agua, de las tasas universitarias y una especie de copago sanitario que recaerá sobre las recetas médicas, lo que indica el camino de ataques de las derechas.

Ese es el espejo en el que tenemos que mirarnos, por lo que es preciso explicar a la clase trabajadora que solamente con la lucha, la movilización firme y sostenida y practicando la unidad, la mejor organización con honradez y firmeza, que nos permita defender una alternativa genuinamente socialista, que rechace la lógica que nos impone el capitalismo, podremos derrotar los planes de la derecha que quiere llevarnos a unas condiciones de opresión y explotación similares a la dictadura.

En el período en que hemos entrado, se van a poner a prueba todas las direcciones de las organizaciones de los trabajadores, sometiendo al veredicto de la lucha los programas e ideas que la clase trabajadora necesita. El PSOE va a tener también la oportunidad de hacer profundos cambios en el funcionamiento interno, abriendo la ventana a las primarias, ejerciendo la democracia interna y la libertad de expresión con autocrítica, donde se saquen las conclusiones pertinentes que pueda superar este estrepitoso fracaso que representa la política socialdemócrata, que ya no tiene margen ninguno bajo el capitalismo, sobre todo en esta época de profundización de la crisis orgánica del capitalismo.

Miles de afiliados y militantes ven como insuficiente la decisión de celebrar un Congreso Ordinario para febrero del próximo año, porque la situación es tan grave que está cantada la necesidad de hacer uno extraordinario y urgente. Es necesario entender que hace falta dar un giro hacia la izquierda para corregir los errores cometidos rompiendo con el sometimiento al capitalismo, porque ya no es posible continuar intentando hacer esa política de contra-reformas, llamándole reformas. No podemos caer en el error y la trampa que nos tienden los cantos de sirena de la derecha, que están llamando al PSOE a la colaboración con el PP, e incluso algunos personajes hablan de un Gobierno de concentración nacional, con modelos similares a Grecia o Italia, donde se ha sometido a los gobiernos descaradamente a las dictaduras del capital financiero. Una política de colaboración de clases solamente serviría para profundizar en el desastre de la economía para los más pobres en beneficio de los más ricos.

Si las bases del PSOE y de los sindicatos de clase UGT y CCOO no consiguen que sus direcciones rompan con la política de pactos, conchaveos y consensos estériles, mediante la participación y la lucha, como al parecer puede ocurrir, la clase trabajadora se podría ver obligada a entrar masivamente a la lucha, aunque fuese por fuera de los sindicatos o con procedimientos espontáneos, lo que aceleraría los cambios bruscos y repentinos en la toma de conciencia de las masas que no va a permanecer con los brazos cruzados mientras la burguesía crucifica impunemente a los asalariados.

Más tarde o más temprano nos encontraremos con una situación similar a Grecia o Italia, y saltarán a la lucha buscando superar los obstáculos que se pongan por delante, existiendo ya una cierta experiencia en las movilizaciones desatadas en el 15-M, que ha cruzado el Atlántico llegando a Wall Street y más allá, que sacó a la calle a cientos de miles de ciudadanos con una simpatía de más de un 70 % de apoyos. Es preciso comprender que las elecciones no han terminado con la polarización política creciente y las luchas sociales van a continuar en la medida en que se profundicen los ataques que agudizarán los descontentos de las masas.

Nadie puede calcular ni prever los ritmos de la respuesta social que la clase trabajadora dará a los ataques del PP, que podría verse tentado a abusar de su abrumadora mayoría y aunque momentáneamente puede existir un cierto desánimo, un compás de espera de ciertos sectores, sobre todo en las direcciones sindicales, que ven la situación con cierta impotencia e incertidumbre, porque el PP "se la tiene sentenciá”, las convulsiones y luchas serán inevitables.

Es una realidad que los problemas, obstáculos e incertidumbre a la que nos enfrentamos los trabajadores son muchos, sobre todo, la desconfianza en los programas políticos que han venido desarrollando “los socialdemócratas” y “los reformistas”, tanto a escala partidaria como sindical. Pero la clase trabajadora ha hecho ya dos cursos de aprendizaje del reformismo y ahora se enfrenta a la dura carrera de la política del PP, bajo cuyos puyazos se producirá una aceleración práctica de la toma de conciencia, haciendo que millones de asalariados saquen la conclusión de que, hace falta una política de izquierda más avanzada.

Tanto nuestra corriente, como las demás corrientes de izquierdas del movimiento obrero tenemos tareas importantes que realizar, tanto mejorando la formación, la participación, la unidad y volviendo a los clásicos, para no dejarnos impresionar por la campaña permanente de propaganda de los medios de comunicación abrumadoramente en manos de la derecha, para rechazar y no contagiarnos del pesimismo de la burocracia, que al sentir miedo a la lucha, están desmoralizadas, pero, claro que SI hay alternativas, porque somos millones, y si luchamos, ganaremos.

Es preciso continuar con honradez y firmeza, luchando por el socialismo obrero, apartando a un lado ese sucedáneo de “socialismo burgués” al que se abrazó la corriente socialdemócrata, que ha llevado a la clase trabajadora y al propio PSOE a la ruina.

No podemos rendirnos porque en ello nos va la propia vida, hay que seguir construyendo, organizando, y avanzando con firmeza y paciencia, fortaleciendo las corrientes sindicales y políticas en los barrios, las fábricas, los centros de estudios, en el 15-M y allá donde podamos, agrupándonos unitariamente a la gente más decidida, para debatir, actuar, presionar por mejoras en las condiciones de vida y preparar las acciones de masas unitarias que nos permitan rechazar los ataques que se nos vienen encima, porque lo que es cierto es que el incremento de la lucha de clases, estará a la orden del día, nos guste o no nos guste.

Nosotros como corriente interna del PSOE, como Izquierda Socialista de Málaga, nos comprometemos a seguir luchando por un programa auténticamente socialista, en la línea que hemos venido defendiendo en la I y II Conferencia de Andalucía,(*) que representa una salida por la izquierda, actualizándolo en los próximos días para que sirva de documento base cara al proceso congresual que se abre, exigiendo a la dirección de nuestro partido un DEBATE profundo desde las bases, que nos permita llevar a cabo una amplia AUTOCRÍTICA, detectando los errores cometidos y llegando a conclusiones democrática de una RECTIFICACION de la línea política que signifique una alternativa de clase para superar el modelo liberal que es el causante de la crisis, porque bajo el capitalismo no podremos encontrar a medio y largo plazo, ninguna salida para la humanidad. Existe una alternativa. EL GENUINO SOCIALISMO, que debe ser ganado a base de la defensa de un programa alternativo, con el concurso de la unidad de la clase trabajadora y la juventud.

COORDINADORA PROVINCIAL.
IZQUIERDA SOCIALISTA MALAGA-PSOE.A
Is-psoe.malaga@terra.es
(*)Pata leer el documento mencionado, entra en este link:
http://izquierdasocialistamalaga.blogspot.com/2011/07/por-una-alternativa-verdaderamente.html

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