“Unas 10.000 personas han muerto y 50.000 han resultado heridas desde el inicio de las revueltas opositoras en Libia, según un nuevo balance transmitido a la cadena Al Arabiya por fuentes del Tribunal Penal Internacional (TPI). (Europa Press: 23-2-11).
Desde Izquierda Socialista de Málaga-PSOE-A, condenamos firmemente la violencia y las matanzas ordenada por Gadafi contra su pueblo, así como los asesinatos de los otros tiranos que esclavizan a sus pueblos. Consideramos que el impacto de la revolución en el mundo árabe sobre la toma de conciencia de la clase obrera en todo el mundo está siendo impresionante. El júbilo, la alegría y la expectación de las masas por la caída de los tiranos como Ben Alí, Mubarak y esperando que pronto caiga Gadafi, está siendo desbordante. La maravilla de la dialéctica de la historia se está manifestando en el Norte de África de manera espléndida, aunque la postura de los dictadores bañen en sangre los legítimos deseos de las masas que luchan por un mundo mejor, con libertad, democracia, derechos civiles y donde se abra la posibilidad de avanzar al socialismo.
Los levantamientos de protesta que se iniciaron en Túnez pronto se propagaron a Egipto donde la huelga general fue la puntilla para la renuncia del dictador. Tanto Egipto, como Túnez y ahora Libia, expresan la necesidad y la posibilidad de revoluciones pacíficas, que son bañadas en sangre por la represión de esos tiranos que han sido mantenidos por las potencias occidentales para saquear a los pueblos. Hubo asambleas masivas en Suez, Alejandría y otras ciudades y los ciudadanos perdieron el miedo a la opresión a la que los tenían sometidos los tiranos. La lucha en Egipto se extendió a sectores claves como el turismo, el transporte, textil y otros, paralizando todo el país. Más de diez millones de trabajadores se movilizaron y lucharon para derrocar al Mubarak.
Como explicó Engels, " lo que no pasa en años, puede ocurrir en meses o en semanas". Siglos de explotación sin esperanza, se han visto transformados en pocas semanas, en un levantamiento popular que está marcando el camino a millones de trabajadores de todo el mundo. Al igual que ocurre en la historia de las transformaciones sociales, los más atrasados y oprimidos se colocan, a veces, a la vanguardia de la lucha social por un mundo mejor, por el socialismo, donde no exista el Imperialismo ni los banqueros, especuladores, empresarios, ni burócratas de dictaduras corruptas y degeneradas.
La burguesía y los más preclaros analistas del imperialismo se quedaron en principio paralizados no sabiendo cómo reaccionar. Incluso la CIA reconoce que no habían previsto nada de estos acontecimientos. La actuación de las potencias capitalistas occidentales ha sido escandalosa e hipócrita y de nuevo empiezan movimientos amenazantes de la V Flota hacia el canal de Suez y ofertas de utilizar la OTAN, con la intención de volver a controlar la economía.
El terremoto de la lucha se ve reflejado en una enorme simpatía en la conciencia de las masas que se extiende a todos los países, como Líbano, Egipto, Túnez, Jordania, Yemen, Baréin, Argelia, Marruecos, que por el efecto dominó están cayendo como un castillo de naipes, pero la solidaridad se contagia a las masas de Europa y América Latina también.
En estos acontecimientos ha quedado demostrado que la maquinaria represiva de cualquier dictadura, con todas las policías y ejércitos aliados, no sirven para nada en cuanto que las masas se levantan unitariamente y luchan. Esos tiranos tuvieron un primer intento de reprimir con la fuerza de su Estado, representada por los hombres armados, Policia y Ejército, en defensa de los sátrapas corruptos, pero no pudieron utilizarlos como ellos querían aunque ha habido demasiados muertos, pero las masas habían perdido el miedo y entre seguir muriendo por el hambre y la escasez o morir luchando por sus derechos, han optado por lo segundo. Esto representa un cambio brusco en la psicología de las masas a escala mundial.
Existe una crisis estructural y agónica del sistema capitalista que ha derivado en una profunda recesión a escala mundial castigando a los trabajadores, sobre todo de los países más empobrecidos, Casi todos los gobiernos están entrando en crisis porque no saben dar una salida a la recesión, que aumenta el paro, la carestía de la vída, la inflación y la destrucción de las fuerzas productivas, habiendo sido un estrepitoso fracaso cualquier receta que han querido aplicar; si aplican el keynesianismo les va mal, si aplican el monetarismo les va igualmente mal. Se han quedado sin paradigma.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha autocriticado reconociendo que no supieron prever la crisis y cargan el muerto sobre la mente de Rato, como si eso fuese cuestión de una persona y no del modelo imperialista, del capitalismo liberal que no puede superar sus contradicciones fundamentales. Como explicó Marx: “Las relaciones burguesas de producción y de cambio, las relaciones burguesas de propiedad, toda esta sociedad burguesa moderna, que ha hecho surgir como por encanto tan potentes medios de producción y cambio, se asemeja al mago que ya no es capaz de dominar las potencias infernales que ha desencadenado con sus conjuros. (…) Durante la crisis, no solamente se destruye sistemáticamente una parte considerable de los productos elaborados, sino incluso las fuerzas productivas ya creadas. (…) La sociedad se encuentra súbitamente retrotraída a un estadio de repentina barbarie…”
La recesión y la lucha especulativa de los grandes tiburones financieros que atacaron al euro pusieron a muchos países de Europa al borde de la bancarrota, como vimos el caso de Grecia que tuvieron que acudir al rescate ante el inminente desastre que se avecinaba, contagiándose a otros países y poniendo en la cuerda floja a Portugal e incluso a la economía del Estado español. Portugal ha estado de nuevo al borde de la quiebra, en Grecia han empezado las movilizaciones de las masas de nuevo y en nuestro país, los problemas de las Cajas de Ahorros continúan sin ser resueltos pues se pronostica por algunos analistas que el agujero creado superaría los 50.000 millones de euros que el Gobierno anuncia quiere sanear con dinero público para entregarlas limpias a la Banca Privada.
Las contradicciones de la economía son insalvables y las bolsas continúan con una arritmia crónica ante cualquier incidente que la desestabiliza, reflejándose ello en la bajada estrepitosa reciente, ante la inestabilidad y la subida del petróleo ante los levantamientos recientes del norte de África. Los capitalistas buscan a la desesperada una salida y hacen reuniones en la cumbre una vez tras otra poniéndose de acuerdo en una cosa, en atacar los intereses de la clase trabajadora para intentar restaurar la tasa de ganancias.
Por otra parte, el reciente pacto social firmado por el Gobierno, la Patronal y los sindicatos UGT y CCOO está siendo mal visto por los trabajadores, los pensionistas, la juventud y autónomos, así como por algunos reaccionarios, entre los que se incluyen los dirigentes del PP, que lo utilizan con motivos electorales para desprestigiar al PSOE y sacar tajada, cuando sus planteamientos serían mucho peor para la clase obrera. Algunos analistas empezaron a comparar esos pactos con los históricos Pactos de la Moncloa pero ni la situación política es la misma ni las masas trabajadoras tienen tanta confianza en las direcciones de los partidos y sindicatos de izquierdas.
La enorme autoridad con la gozaban, tanto los dirigentes del PSOE como los del PCE ante la clase obrera en los años de la transición, es diametralmente distinta a la que tienen ahora, por lo que quedan cuestionados y se le augura una vida corta. Por el contrario, si llegase al poder el PP podrían saltar hecho añicos en un año más o menos, porque el PP viene dispuesto a atacar una y otra vez a la clase trabajadora, profundizando en recortes sociales y ayudando claramente a la burguesía, como ha prometido Rajoy asegurando que su modelo es el de Cameron en Gran Bretaña que ha entrado a saco en recortes y ataques a la educación, sanidad y derechos sociales, lo que ha sido visto como una provocación por la juventud estudiantil que ha saltado a la lucha rechazando de plano el ataque.
Al igual que en todo el mundo, en el Estado español la situación se va a ver agravada por la subida del petróleo, pues cada 10 euros que aumenta el barril, representan 6.000 euros de pérdidas para las arcas del Estado, lo que en términos concreto quiere decir que en unas cuantas semanas ya se han perdido mucho más de lo que representaba las previsiones de ahorros del plan de ajuste, la reforma laboral y los pactos juntos, por lo que la situación se vuelve dramática. Si el PP llega al Gobierno y quiere seguir dando vueltas de tuerca atacando a la clase trabajadora, podría darse el caso que no lo admitan ni la clase obrera ni sus direcciones sindicales, lo que indicaría que la política de pactos está agotada porque no queda margen bajo el capitalismo y la confrontación en líneas de clase saltará a la orden del día produciéndose una lucha firme de poder a poder.
Las condiciones objetivas para avanzar al socialismo están maduras, el problema radica en la falta del programa socialista correcto y la firmeza en las direcciones de los sindicatos y partidos de izquierdas para convencer a las masas y marcarles el camino para luchar por cambiar el modelo social. Esto viene confirmado por el desprestigio de las direcciones de los partidos que señalan las encuestas donde aparecen los políticos en tercer lugar, como uno de los problemas visto por los ciudadanos, lo que expresa el descontento ante la falta de alternativas y la corrupción generalizada.
Todas estas cuestiones están abriendo una profunda brecha que se hará insalvable si se continúa con la deriva al centro y a la derecha de los dirigentes de CCOO y UGT que han acompañado al Gobierno a asumir posiciones defendidas con firmeza por la Patronal, desechando y rechazando las exigencias de las bases, que esperaban y tenían aspiraciones legítimas anhelando un giro a la izquierda que mejorase sensiblemente la situación del paro y aumentara la capacidad de compra que viene cayendo desmesuradamente .
Estas contradicciones en el seno de las organizaciones de la izquierda expresan que se está dando una diferenciación en líneas de clase en el seno del movimiento obrero. La clase está cada día más descontenta y crítica con las direcciones, que se expresa en la desafiliación y cambio de posiciones de los afiliados y militantes con rupturas de carnet y amenaza de abstención en las próximas municipales de mayo. Consideramos que eso es un error pues cuando se compruebe en la práctica que las posturas de fuga hacia la abstención del movimiento obrero favorecerá a la derecha, ayudando al triunfo del PP, más temprano o más tarde habrá un cambio en la psicología de las masas que se verán en la necesitad de buscar una rectificación de ese error y sacarán la conclusión que es preciso optar por otro camino, como es entrar de nuevo a las organizaciones sindicales y políticas de masas, recuperándolas para la lucha, a la vez que presionarán para hacer cambiar la línea política del sindicalismo de despacho, de pacto y pasteleo, para transformalos en herramientas de lucha, dando una respuesta organizada y exigiendo un sindicalismo combativo, de clase, participativo y democrático, por el que algunas corrientes ya vienen apostando.
Las condiciones para el avance al socialismo están actualmente presentes. Las condiciones y disposición de las masas de la clase trabajadora para luchar están igualmente presentes. Pero existe un freno por parte de las direcciones clásicas del movimiento obrero, también en los Partidos de la Izquierda. Los derechos de la clase obrera se han conquistado a través de luchas, de sacrificios enormes, pero hace falta una voluntad clara y decidida por parte de las direcciones que nos den confianza, unidad, fortaleza y organización.
Estamos observando que las fuerzas del imperialismo ya no pueden intervenir como antes lo hacían, con invasiones y golpes de estados sangrientos. El rápido aprendizaje de las masas cuando se mueven con determinación y valentía, se expresa en situaciones de doble poder que se crean en las rebeliones, levantamientos y revoluciones como las que están ocurriendo en el norte del continente vecino, donde hemos visto la espontaneidad de los trabajadores organizando comités ciudadanos para limpiar la plaza Tahrir, atender la alimentación, la sanidad con instalación de hospitales volantes, comités de seguridad pública y otros elementos del nuevo estado social que se quiere construir.
El papel jugado por las masas en Túnez es ejemplar, pues de forma pacífica y ante el vacío organizativo, se expresaron a través de la UGT tunecina que había sido hasta ese momento el sindicato único del régimen. Las masas en su lucha presionaron y se enfrentaron a la cúpula de la dirección, colapsándola y tomando el control desde las provincias, quedando la burocracia suspendida en el aire. Toda la campaña venenosa de la burguesía en los últimos años, fomentando el racismo, la xenofobia y el miedo al Islam, ha saltado por los aires y ahora estamos viendo la expectación de solidaridad que están alcanzando estos movimientos sociales en todo el planeta.
El contagio con enorme simpatía hacia una lucha laica de esos pueblos, despreciando las dictaduras burocráticas de las tiranías en Túnez, Egipto, Libia y demás países que sienten las convulsiones sociales como movimientos sísmicos potentes, ha puesto en entredicho la hipocresía de la clase dominante y la utilización que de esos gobiernos corruptos han venido haciendo para provecho de las multinacionales y los capitalistas internos y externos.
Ha quedado tocada asimismo la imagen de progreso con la que nos presentaban a la Socialdemocracia de derechas, porque hay que reconocer que tanto Ben Alí, como Mubarak han formado parte de la internacional socialista y apoyados como respetables hombres de Estado, tanto por gobiernos de derechas como socialdemócratas, lo que requiere una autocrítica de estos últimos y una depuración de esos elementos más señalados en su potenciación y apoyo cuando se ha visto claramente el papel contra-revolucionario que han jugado en esta tragedia, al haber servido como verdugo de sus propios pueblos.
Los trabajadores, sobre todo los que estamos organizados en partidos de izquierdas, principalmente en el PSOE, en IU, pero también en todos los demás, tenemos que exigir a nuestras direcciones, y así lo hacemos desde estas líneas que hagan autocrítica y CONDENEN ese tipo de terrorismo de Estado, al igual que venimos criticando con firmeza todo tipo de terrorismo individual, principalmente el de ETA que tanto nos afecta, reconociendo que en realidad, al sucumbir ante las presiones del capitalismo, al actuar como hombres de Estado, la socialdemocracia ha caído en el error de apoyar dictaduras sangrientas dirigidas por camarillas de CLEPTÓCRATAS, que les han venido haciendo el juego a explotadores y especuladores del imperialismo y su política de saqueo, sometimiento, opresión y explotación de las masas, basada en el neocolonialismo económico, que de nuevo, algunos intentan restablecer.
El efecto que toda esta lucha y estos acontecimientos está teniendo sobre la juventud y la clase trabajadora en Europa, donde sufrimos niveles de paro tremendos, es muy significativo y está haciendo a los ciudadanos comprender ya qué es lo que no quieren, pero muchos todavía no saben lo que quieren. Algunos jóvenes y parados de larga duración ven con mucha simpatía esas luchas. Existe una corriente subterránea que se está acrecentando y necesitará buscar una expresión de lucha por sus intereses y por un mundo mejor, más temprano que tarde.
Los planes de ajustes, reformas laborales y pactos sin contenidos que empeoran la cuestión social caminan en el sentido de frustrar y agitar a las masas preparándose el camino para convulsiones sociales, que de nuevo recorrerán todo el continente europeo, aunque el ambiente actual es contradictorio, pero existe un proceso de polarización creciente, que está iniciando la radicalización y que desembocará en politización, aunque no sabemos cuando se expresará, pero será inevitable por las contradicciones del sistema.
Aunque bien es cierto que, por una parte, existe un miedo cada vez más grande en el seno de las empresas, a perder el puesto de trabajo, a la represión sindical, a la aplicación de la nueva legislación desfavorable al trabajador, vemos que en la calle, la clase obrera se expresa cada vez con más crítica y rechazo ante la corrupción, la explotación, la crisis, el paro y demás lacras del capitalismo que empeoran las condiciones de vida de la población en su conjunto.
La situación financiera sigue siendo crítica y es asumida por la inmensa mayoría pero se cuestiona claramente que los corruptos, los especuladores, los banqueros y todos los que se han forrado durante las vacas gordas, ahora que llegó la época de vacas flacas sigan abusando y disfrutando de enormes beneficios. El desplome del consumo, del sector del automóvil, la ralentización del turismo, la depresión del sector agrario, el desmantelamiento de los autónomos y de miles de pequeñas empresas, arrastra al sistema hacia el agujero negro de la miseria, la desolación y la ruina. Con un crecimiento en torno al 1 % del PIB este modelo no se sostiene.
La continuación de las privatizaciones de lo poco que queda de las empresas Públicas, significa que se está desmantelando la casa, se han vendido ya los muebles y ahora se quieren vender los útiles de cocina e incluso la cama. La filosofía del capitalismo, del liberalismo burgués, es desmantelar y sacar a subasta todo el estado para adquirirlo a precio de saldo, entregándose ingentes patrimonios a manos de los banqueros y las multinacionales que son los responsables de la crisis y los que se siguen beneficiando impunemente de ella.
La caída brutal de los salarios está siendo un drama, junto con el paro forzoso, para millones de familias de la clase trabajadora, pero lo más lamentable es que esos dramas se están convirtiendo para muchas familias en auténticos funerales. Los efectos depresivos de esta situación están viéndose agravados con un incremento importante de las enfermedades mentales, estres, violencia y malestar creciente. El descontento y la apatía se nota cada vez más cuando hablas con las gentes en el barrio. La corrupción y los chanchullos que salpican a los partidos, como el caso Gürtel y otros saqueos, cuyos dineros de robos y desfalcos nunca se devuelven a la sociedad que se encuentra estafada permanentemente, fomenta el desprecio de las masas.
Nosotros negamos la afirmación que algunos están fomentando de que la responsabilidad es de la clase trabajadora porque no se mueve como en el norte de África. La responsabilidad recae en primer lugar en el injusto sistema capitalista que tenemos que seguir combatiendo para cambiarlo. Y en segundo lugar, sería de la burguesía, la patronal, el gobierno y los sindicatos, por ese orden, nos están imponiendo unas medidas que consideramos regresivas que no nos gustan, pero, en lugar de apartarnos de las organizaciones y partidos de izquierdas, que son patrimonio de nuestra clase, tendríamos que luchar por entrar en ellos y recuperarlos para defender nuestros intereses, practicando la democracia obrera sana, para poder derribar a la democracia burguesa corrupta y decadente que nos estafa. Si algunos dirigentes han aceptado la lógica del capitalismo y han claudicado ante el chantaje de los capitalistas y la patronal, nosotros tenemos que organizarnos mejor, fomentar o potenciar las corrientes de izquierdas, en CCOO, en UGT, en el PSOE, en IU y llamar a la movilización democrática de forma masiva y contundente exigiendo rectificación y cambios favorables a nuestros intereses.
Por todo ello, como conclusión, hacemos un llamamiento a las trabajadoras, los trabajadores conscientes y críticos, a las y los sindicalistas y principalmente a la juventud, para organizar en los partidos y sindicatos corrientes de oposición, impulsando la lucha en los barrios, fábricas, empresas y colaborando con las campañas unitarias que están haciendo otros colectivos, para fortalecer la democracia obrera. Si organizamos un fuerte movimiento que defienda un auténtico programa socialista, lo explicamos y lo asumimos democráticamente, contando con las masas dentro y fuera de nuestras organizaciones, desde abajo, y buscamos la confluencia hacia una potente fuerza unitaria y bien organizada, practicando la democracia participativa desde las bases y defendiendo ese programa de clase, auténticamente socialista, que nos unifique en la lucha contra el capitalismo, estaremos poniendo las bases para encauzar el camino hacia la transformación de la sociedad, incluyendo en ese programa una Banca Pública Estatal para lo que hay que contemplar la nacionalización de la banca, las grandes empresas claves de la economía y los latifundios ociosos, para poner toda la economía al servicio de la humanidad, bajo control obrero, y así sería posible empezar a construir el socialismo, porque bajo el capitalismo no hay salida.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.
Is-psoe.malaga@terra.es
25 de febrero de 2011
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