8 de enero de 2018

NO A LA GUERRA DE LAS BANDERAS Y A LAS CRUENTAS. (Parte 2)

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…(Continuación de Parte 1, publicada el 5-1-18, que recomendamos leer previamente).  
(…) Esos fenómenos se dan principalmente en los campus universitarios, donde se forman grupúsculos,  recayendo mayormente sobre estudiantes de familias acomodadas, que defienden las “libertades personales”, como ultraliberales que son y otros grupos sindicales o políticos similares, que tienen como misión desactivar y amenazar a “grupos de estudiantes de izquierdas” que se reclaman del “socialismo, comunismo o anarquismo”.Estas radicalizaciones y politizaciones están llevando a luchas internas dentro del movimiento estudiantil, aunque todos tienen que reconocer que el movimiento juvenil más potente y consolidado es el Sindicato de Estudiantes. 


En momentos como los actuales debemos insistir que es necesario la defensa de la Libertad de Expresión y demás Derechos Civiles.  Pero si bien hay una capa de liberales  que adoptan una defensa de la libertad de expresión a cualquier coste, también hay una capa en el movimiento antifascista que toma la actitud de lucha con la idea de “ninguna plataforma para los fascistas” cayendo en el error de utilizar la violencia que hace que las masas se aparten de la lucha.   El socialismo siempre ha reivindicado movimientos de masas para impedir que los fascistas y otros grupos de extrema derecha utilicen plataformas públicas para movilizar e incitar a ataques racistas, antisindicales y antisociales. Pero la batalla contra la extrema derecha tiene que ser el producto de la lucha de masas y no pedir que se refuerce el aparato del Estado Burgués, que luego podría ser utilizado contra los trabajadores. Cuando se han aprobado legislaciones  reaccionarias siempre se han utilizado también para reprimir a sindicatos, organizaciones y partidos políticos de izquierdas.


Para el socialismo marxista democrático no hay nada automático sobre una posición de “dejarles sin plataformas”, incluso al lidiar con grupos explícitamente fascistas. Debemos rechazar que un Estado que se dice Democrático, pueda financiar a grupos de extrema derecha o a colectivos culturales que siguen sin condenar explícitamente el Golpe de Franco y los nazi-fascismos, para evitar su expansión y poder derrotarles democráticamente antes de que consigan una posición sólida. Un Gobierno verdaderamente democrático debería haber intervenido ya para castigarles con una legislación que impida el proselitismo de la violencia nazi-fascista, porque esos elementos, sin violencia no son nada,  pero representan una perturbación para la Democracia y el Socialismo.


Esta lucha por las Libertades Democráticas no la podemos conseguir artificialmente, especialmente donde ya han llegado a un público que necesita ser alejado de este veneno,  previamente a través de un debate político en profundidad.  Hemos visto este problema en Francia y otros países de Europa, donde partidos semi-fascistas han obtenido conquistas electorales. Los grupos semi-fascistas encubiertos o mezclados con gamberros que pululan con financiación de algunos Clubs de Fútbol, están siendo tolerados por el sistema, pues todos los conocemos y padecemos, pero el PP y su pandilla no hacen nada por desactivarlos, porque algunos de ellos tienen el carnet del PP, de C’s o de otros partidos de la derecha extrema.


Esto significaba que allá donde los medios de comunicación capitalistas usan voceros afines a esa extrema derecha, como en Radio, TV o prensa y muchas veces dan cobertura o alientan a esos grupos de “extremistas” sirviéndoles de altavoz para resaltar sus antidemocráticos comportamientos e idearios, deben ser combatidos democráticamente.  Vemos cómo combinan esas tácticas apropiadas que explican hasta dónde las fuerzas de la extrema derecha hayan podido desarrollar una base real, financiadas a través de pagos importantes de campañas publicitarias de marcas importantes, propiedad de los grandes magnates que manejan enormes fortunas y chanchullos en los citados Clubs Deportivos.


Es desde esas cavernas mediáticas donde la derecha extrema se está extendiendo más allá de pequeños circulitos de forofos deportivos y amenazan ya con echar raíces más profundas que refleja la completa desesperación de sectores “ultraconservadores” de grandes capitalistas y capas medias que se preparan ante la gravedad de la crisis capitalista que se prolonga durante más de diez años y que anuncian sus estrategas que podría sufrir una recaída ya que los factores económicos en macroeconomía,  empiezan a sufrir una desaceleración en los últimos trimestres.


La situación que se nos plantea a todas las izquierdas es precisamente desenmascarar la falsa idea de que perseguir a esas minorías por parte de un Gobierno de Derechas que les son afines, podría resolver los problemas. Lo necesario es una lucha unificada de la clase trabajadora haciendo un llamamiento a todos los  asalariados, parados y oprimidos contra el  capitalismo para derrotarles democráticamente mediante las luchas masivas y los votos.  Necesitamos un movimiento amplio que por supuesto debe estar acompañado de movilizaciones encaminadas hacia la preparación de una Huelga General, en defensa de un verdadero programa Social para el Cambio y también para enfrentar y prevenir los ataques físicos que la extrema derecha está llevando a cabo contra los sectores más desfavorecidos, la clase trabajadora e incluso capas medias empobrecidas por la crisis.  Es la mejor forma de que el corazón neofascista de la extrema derecha pueda quedarse aislado y así podría ser derrotado. La lucha contra el fascismo y la extrema derecha es mayoritariamente una lucha política para frenarles y desactivarles.


El crecimiento de la extrema derecha no es solo un peligro ideológico, que necesita la acción de masas para frenarles porque es una amenaza física para millones de trabajadores, por lo cual, ante futuras confrontaciones electorales, la cuestión de la violencia y la autodefensa deben ser debatidas y explicadas a las masas trabajadoras.  Algunas escaramuzas de grupúsculos con banderas pre-constitucionales hostigando a manifestantes que pacíficamente reivindican en Cataluña en otras zonas,  una República, con amenazas de violencia física, nos tienen que alertar de la necesidad de ampliar este debate para profundizar sobre el rol de la violencia que empieza a surgir en la extrema derecha, que todavía no es un peligro “fascista” pero que podría llegar a cristalizar, si no se explica y frena a tiempo.


El Socialismo Democrático defiende totalmente el derecho de la clase trabajadora asalariada y los sectores de parados y juventud oprimidos a defendernos contra ese peligro latente. La resistencia más efectiva contra la Derecha será la unidad y organización en partidos y sindicatos de masas de las izquierdas. Enfrentarse físicamente a esos elementos cuasi-fascistas de la extrema derecha, va a ser cada vez una necesidad más imperiosa, pero limitarse individualmente o en pequeños grupos a peleas callejeras implica no afrontar la extensa lucha a la que nos estamos enfrentando.


Necesitamos defendernos no sólo frente a los fascistas, también frente a las políticas de desigualdad del PP y a los abusos de los grandes empresarios y sus políticas que producen paro miseria y desesperación, fomentando la escalada de represión policial, que es lo único que contempla la clase dominante como propuestas alternativas.  Necesitamos reconstruir la capacidad unitaria y organizativa del movimiento social para utilizar la huelga de masas, y a su vez, debatir y preparar un Programa Alternativo. El objetivo debe ser la superación del Capitalismo y por un Estado Federal, Laico, Republicano, Socialista, Plurinacional, Democrático, Cooperativo y Solidario entre todos los pueblos, para transformar la sociedad en un plano de igualdad, cooperación y apoyo mutuo.

Para ello tenemos que afiliarnos a sindicatos y partidos de izquierdas y orientarnos hacia la Unidad para enfrentarnos a esos elementos antidemocráticos, para derrotar a RAJOY, Rivera y lo que ellos representan como defensores de la clase corrupta de los millonarios que los financian  y luchar no solo sindical y  políticamente contra las derechas sino también arrancarles el poder económico en manos de esos capitalistas corruptos que provocan la desigualdad y la desesperación agudizando las contradicciones,  que están permitiendo que crezca esa extrema derecha que si no la derrotamos a tiempo nos puede llevar a la catástrofe.

¡¡No al Capitalismo que produce el fascismo y las guerras¡¡
¡¡Todavía estamos a tiempo¡¡
¡¡Organízate y lucha por un mundo mejor para la Humanidad¡¡

ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA.
PSOE DE ANDALUCÍA.

ispsoeandalucia.malag@gmail.com 



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