19 de enero de 2018

NO A LA “DICTADURA-DEMOCRÁTICO-BURGUESA DEL CAPITALISMO”.

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Cualquier partido o sindicato de izquierdas que renuncie a la lucha por el objetivo de acabar con la opresión, la explotación, las injusticias y la violencia que ejerce el Capitalismo, pierde la orientación necesaria para avanzar hacia la transformación socialista de la sociedad.  Manteniendo esa orientación, debemos debatir constantemente la táctica, la estrategia, el método el programa y todo lo que sea necesario para superar las trabas que esta “dictadura-democrático-burguesa” que nos vigila y tras la que se empieza a cumplir la pesadilla orweliana que quieren imponernos, por lo que debemos aclarar las confusiones,  rechazando las mentiras y afrontando las contradicciones que existen.

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Como por ejemplo: ¿Cómo organizar un nuevo modelo de “democracia social” o “democracia obrera” entre los asalariados? En primer lugar,  necesitamos fortalecer los sindicatos y partidos de izquierdas, rescatando o fortaleciendo la “democracia interna”, para que sean más operativos, más solidarios y mejor gestionados.  En segundo lugar, es preciso continuar la lucha hasta alcanzar un Gobierno de los trabajadores con un programa claro para acometer las transformaciones democráticas y sociales pertinentes.

Hay que lanzar campañas para avanzar en la organización de la “democracia social” en las fábricas, almacenes, tajos y cada centro de trabajo, abriendo el debate de: ¿Quién impide en la práctica la aplicación de la verdadera democracia y nuestros derechos?  Siempre la impide, bajo el capitalismo un pequeño grupo de  gerentes,  ejecutivos y Consejos de Administración, compuesto por grupos muy reducidos en cada empresa que ostentan un enorme poder que pueden darte un trabajo o mandarte al paro, con lo que pueden decidir si te permiten vivir de tu trabajo o te ciegan y amargan tu vida. Para la práctica diaria del Patrón de turno, el trabajo NO es un derecho es una opción que depende de sus órdenes, de sus beneficios o de su mala uva.

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Pueden despedirte o pueden promocionarte,  a ti o a otro porque sea simplemente más dócil y obediente incluso menos preparado que tú.  También en la política se cometen esas injusticias y pueden darle ventajas al más inútil accediendo a una lista (Dedocrática) donde puede disfrutar de un buen puesto de 3.000, 4.000 o 5.000 € al mes por ser de la cuerda del “Líder”, cuando hay jóvenes preparados con carreras que tienen que buscarse su vida lavando platos en Europa o sufrir la desgracia de tragar con un salario-basura, (si lo encuentras),  o directo al paro. Ni en las empresas ni tampoco la mayoría de organizaciones sociales tienen un comportamiento “verdaderamente democrático, de abajo hacia arriba”.

Si no te dan una oportunidad, tu vida puede quedar bloqueada,  por causa de este modelo implantado por la clase dominante con un enorme poder “anti-democrático”, heredero del antiguo régimen, en el que  aquel que “tiene padrino se bautiza” y si no, te quedas pagano para toda la vida. Esos pequeños grupos, camarillas o capillitas que se permiten jugar con tu vida, con tu trabajo,  tu dignidad y con la de otros cuantos millones de jóvenes y trabajadores, debemos luchar por evitarlos en nuestras organizaciones, entrando a luchar por restablecer la normalidad. ¿Podemos afirmar que es esto “democracia sana”? No lo es… ¿Sería eso posible si se gobernara para el pueblo y por el pueblo?   Lleva puesto ese nombre porque se lo ha puesto la burguesía, por lo tanto, en todo caso habría que convenir que esto es una “democracia burguesa”, que premia el burgués y castiga al obrero, pero todavía no es una “democracia social y participativa”.

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Si tú das ese desigual poder con tu voto a partidos de derechas como PP o C’s, claros defensores del capitalismo, que legislan con una gran ventaja para los ricos y enormes desventajas para los más pobres, de forma abstracta, sin querer pararte a pensar a qué clase beneficia y a  cuál perjudica,  sin querer entender que esas derechas defienden a su minoría de privilegiados, rodeados por ese ranero podrido de la corrupción, que perjudica a la inmensa mayoría de la población;  si no te paras a opinar sobre estas cuestiones tan fundamentales que afectan al bienestar o el malestar de la vida de los seres humanos, entonces estás admitiendo de buen grado,  o colaborando,  con la política del engaño o de la confusión.

La mayoría de las veces, por no tomar partido, o por defender posiciones contrarias a los intereses de tu clase, podrías estar consintiendo o facilitando la oportunidad del abuso a los que detentan el poder, que dan órdenes a gente bajo su mando de forma injusta o despótica, poniendo a veces en riesgo el puesto de trabajo de cualquier trabajador, por el mero hecho de que éste exija sus derechos. Las injusticias son cada día más visibles, sobre todo, desde que Rajoy impuso su contra-reforma laboral que acabó con muchos derechos adquiridos, por lo cual, las cuestiones laborales han dado un paso atrás muy peligroso que debemos intentar reconquistar.
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Muchos trabajadores asalariados, sobre todo los mayores de 45 años,  porque les dicen que son ya mayores,  y los menores de 30 porque no tienen la experiencia práctica que les exigen, quedan estancados sin posibilidad de encontrar trabajo u obligados a tragar de mala forma con salarios basura.  Los que tienen la suerte de estar colocados en un trabajo “fijo”, (que en realidad no es tal), quedan sin posibilidad de promoción negándosele la oportunidad de alcanzar un puesto de trabajo algo mejor remunerado, que por su esfuerzo,  estudios o cualificación profesional se merecen.

La estructura jerárquica propia del capitalismo, donde la cadena de mando viene impuesta de arriba hacia abajo, no puede ser democrática (de ahí el título del artículo que a  alguien pudo parecer exagerado)  y refleja una injusticia tremenda, pero para la clase dominante y su método de explotación es el mejor modelo, pues mantiene la jerarquización y cadena de mando intactas, propia de cualquier sistema dictatorial dentro de las empresas, aunque a través de la política para la elección de los representantes del Estado, nos hacen creer que cualquiera puede acceder a un cargo, pero en la práctica eso sí  que es una utopía porque cuando algunos intentan modificar el método, exigiendo una “democracia social plena”, todo el aparato de propaganda de la clase dominante nos bombardean insistiendo que este es el único y mejor modelo que existe.

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Pero en teoría y científicamente sería posible cambiarlo  y llevarlo a la práctica cuando la clase trabajadora organizada y con sus luchas,  supere y derrote al capitalismo. Un “modelo democrático y socialista” es hoy más necesario que nunca, pero tiene que estar basado en la participación activa y organizada de la solidaridad, la autogestión, con elección y revocabilidad automática de los cargos dirigentes, introduciendo la rotación de los responsables, aplicando la “democracia social”, la verdadera democracia de la mayoría asalariada, en Asambleas abiertas, como se ha venido intentando en algunos modelos de cooperativismo.

Algunos detractores nos dirán que el sistema cooperativo no funciona a la larga, y pueden que lleven parte de razón que no se consigan los resultados apetecidos a corto plazo, aunque el movimiento cooperativo continúa adelante. Los que hemos participado en esos experimentos, forzados por la crisis sabemos que no funciona todo lo bien que se necesitaría pero es,  la mayoría de las veces,  por las interferencias, las rivalidades y demás factores de los grandes poderes financieros y multinacionales que les cercan, porque les restan cuotas de mercado y utilizan a las cooperativas como un mecanismo más de “externalización de la mano de obra”. Pero cuando sea posible generalizarlos bajo un gobierno de los trabajadores, sería factible y necesario en la primera fase del socialismo,  entendiendo que la “autogestión completa y democrática” no cabe dentro del modelo capitalista, porque la propiedad privada combatirá las organizaciones de los asalariados todo lo que puedan, intentando perturbar y corromper las nuevas estructuras sociales del mundo del trabajo. La lucha contra la corrupción, los saqueos y los despilfarros es absolutamente necesaria pero No tendremos una verdadera “democracia social”, mientras que existe esta aparente “democracia burguesa”, que con su método jerárquico, despótico e injusto, esconde su verdadera cara de esa “dictadura  encubierta del Capital”, por lo que la lucha por la el genuino socialismo y la democracia verdadera es el objetivo del  movimiento socialista.

José Martín Rodríguez.
ÁREA DE COMUNICCIÓN.
IS PSOE MÁLAGA.

ispsoeandalucia.malaga@gmail.com.  




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