Esa situación
representa una estafa continuada a las arcas de la Seguridad Social y a los
trabajadores, que se calcula en “unos
3.500 millones de euros en forma de cotizaciones no pagadas”, que repercuten en
la disminución de las prestaciones sociales a los asalariados y las pensiones,
por el ansia de explotación de parte del empresariado, achacando ese brutal
aumento de las horas extras no pagadas a varias circunstancias claves:
1) “La presión que ejerce el elevado desempleo sobre los trabajadores y
trabajadoras, que hace que se vean obligados a aceptar condiciones laborales
cada vez más desfavorables, por el miedo a no salir de la situación de
desempleo o a caer en ella”.
2) “Los sucesivos cambios en la normativa laboral que han ido dando más
poder de decisión a los empresarios, y sobre todo, la reforma laboral del
gobierno del PP de 2012, que desequilibró la correlación de fuerzas en la
negociación colectiva de manera drástica”.
3) “El auge del contrato a tiempo parcial durante la crisis, que con la
regulación dada por la reforma laboral de 2012, permitía la realización de
horas extras, con lo que muchas veces, un contrato de jornada parcial encubría
jornadas casi idénticas a las de un contrato a jornada completa. En diciembre
de 2013 se produjo un cambio normativo por el cual se prohibieron las horas
extras, en la contratación a tiempo
parcial, pasando a regularse las
denominadas “horas complementarias”, que son pactadas de antemano en el
contrato. Esto ha podido desincentivar la utilización del tiempo parcial de una
manera abusiva como hasta 2013”.
En dicho informe se desmiente que las horas extras sean sinónimo de
flexibilidad laboral, sino que “tienen que ver con el abuso empresarial y la
explotación laboral” porque “ninguna norma exime a los empresarios de retribuir
el exceso de jornada que realizan los trabajadores. Todas las horas trabajadas
deben pagarse”. También critica UGT que “durante
etapas de crisis y de elevado desempleo”, como el que vivimos desde 2008, la
inseguridad que perciben los trabajadores aumenta, y por eso hay empresas que
se aprovechan de ello para exigir condiciones laborales que entran de lleno en
la ilegalidad”.
La crisis capitalista que a escala mundial padece la clase trabajadora,
demuestra que la patronal no renuncia por las buenas a la explotación que les
reporta una mayor tasa de ganancias, para que el trabajador pueda vivir mejor,
sino que los sindicatos deben servir para exigir el cumplimiento de las leyes,
cambiando el sindicalismo de pactos y despachos por un sindicalismo de lucha,
democrático y reinvindicativo, pasando a
la ofensiva en unidad de acción entre UGT,CCOO,CGT, SAT, S.E. y demás
sindicatos de clase, porque sabemos que
con el PP, ha sido la burguesía la que
se ha beneficiado de esta crisis, cargando los costos sobre los
bolsillos de los asalariados y necesitamos frenarlos para revertir la
situación. Sin luchas, la patronal
nunca va a cumplir y no lo harán porque el capitalismo es injusto y corrupto
por naturaleza, a la vez que está obsoleto y decadente, pero ante un gobierno
que les sirve de maravillas, con la Ley Mordaza y las leyes reaccionarias de la
Contra-Reforma Laboral, muchos
trabajadores no denuncian estas irregularidades y abusos por el miedo a perder
el puesto de trabajo. La defensa
sindical de los derechos del trabajador debe ser colectiva y firme.
Porque la riqueza que se produce en las empresas es producto del trabajo
colectivo de la mayoría que es la clase trabajadora, pero la propiedad de esos
medios de producción, no va a los que realizan el esfuerzo en cada puesto de
trabajo, sino al lucro privado de un puñado de capitalistas, cada vez más
egoístas, corruptos y explotadores, que utilizan todos los recursos legales, alegales e ilegales para incrementar al máximo
sus ganancias, a la vez que especulan con inversiones que no incrementan
suficientemente los puestos de trabajo que se necesita para atender al
“ejercito laboral de reserva que se cronifica” , cuyo excedente hace caer a la
baja los salarios. El otro día, una
vecina de mi barrio, me comentaba que la hora de trabajo como limpiadora había
caído brutalmente y de 6 a 8 euros que cobraba hace unos años, ahora le pagan a
2 euros y encima, no encuentra lo necesario para sacar ni el sueldo base que
está en 655,20 € al mes.
Bajo el capitalismo no hay salida para la humanidad; la solución a tanta
miseria, paro, explotación y opresión de unas personas por otras será el
socialismo, con democracia y planificación, pasando por expropiar las grandes
palancas de la economía en manos de esa minoría parásita y corrupta, empezando
por la banca y el sector financiero en su conjunto, los grandes latifundios y
los monopolios, para poner la economía al servicio de la población y bajo su
control democrático.
Esa sería la forma con la que se podría planificar científicamente la
producción, para avanzar al socialismo y la democracia social, donde se utilizaría
la tecnología ya desarrollada para reducir drásticamente la jornada laboral,
repartiendo el trabajo equitativamente como un bien escaso y necesario para
cada persona, acabando con la
degradación que representan las horas extras, que a veces como demuestra UGT, ni
las pagan. Hay que pasar a la acción para poder participar colectivamente en
las tareas de control y gestión de la
sociedad en todos sus ámbitos, político, social, económico y cultural, para
controlarnos democráticamente unos a otros y erradicar los abusos, las
ilegalidades y la corrupción, creando las condiciones materiales para un
desarrollo equilibrado de las fuerzas productivas, desarrollando de verdad el
Estado de Bienestar, para trabajar armoniosamente hacia la construcción de una nueva
sociedad sin clases: La sociedad Socialista y Democrática.
J.M.R.
Afiliado a UJP-UGT.
Málaga.
Adherido a la corriente
Izquierda Socialista de Málaga-PSOE de Andalucía.
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