5 de agosto de 2016

LOS ALQUIMISTAS. (Parte V final)


Con el ascenso del capitalismo, la industria y la técnica, la química llegó a ser una ciencia que rechazó estos intentos locos de transmutación de los elementos, que de esta manera fueron negados y rechazados. Sin embargo, todo lo que de válido y científico tenían los descubrimientos de la vieja  alquimia se guardaron en la nueva, que mantenía que los elementos eran inmutables y no podían ser trans­formados el uno por el otro.Lo mismo pasa con el desarrollo de la ciencia. Los alquimistas de la Edad Me­dia intentaban encontrar la piedra filosofal que podría cambiar, decían, los meta­les normales en oro. Debido al bajo nivel de las fuerzas productivas, y a la falta de una verdadera técnica, estos tempranos intentos de transmutación de los ele­mentos eran en realidad una fantasía utópica. Pero, en el proceso de estos vanos intentos, los alquimistas actuales descubrieron gran número de hechos válidos acerca del aparato químico y experimental que más tarde sirvió de base a la química moderna.

El siglo XX ha contemplado la revolución de la ciencia y de la técnica con el descubrimiento de la física nuclear, por medio de la cual, hoy en día, un elemento puede ser transformado en otro... De hecho, teóricamente, sería posible transfor­mar el cobre en oro en la actualidad, pero el proceso sería tan caro que no sé po­dría justificar económicamente.... Así, este particular proceso parece haber dado una vuelta completa:

A.- Transmutación de elementos. 

B.- No transmutación de elementos.
 
C.- Transmutación de elementos. 

Pero la refutación es sólo aparente. En realidad, la ciencia moderna, que en un sentido ha vuelto a la idea de los antiguos alquimistas, incluye dentro de si misma todos los enormes descubrimientos de los siglos XVI II y XIX en todo lo referente a la ciencia. Así, una generación se apoya en las espaldas de otra. Ideas que apa­rentemente han sido desacreditadas o negadas hacen su reaparición, pero a un ni­vel superior, enriquecidas por las nuevas experiencias y descubrimientos.

La dialéctica se basa en el determinismo. Aparentes accidentes nacen sólo como resultado de una más profunda necesidad. Historiadores superficiales han escrito que la Primera Guerra Mundial fue causada por el asesinato del príncipe de la corona. Francisco José I, en Sarajevo. Para un mar­xista este suceso fue un accidente histórico, en el sentido de que este suceso casual sirvió de pretexto o catalizador para el conflicto mundial, que ya se había hecho inevitable por las contradicciones económicas, políticas y militares del imperialis­mo. Si el asesino hubiese errado, o si el príncipe nunca hubiera nacido, la guerra hubiese tenido lugar también en base a cualquier otro pretexto diplomático. La necesidad se hubiera expresado a través de un accidente diferente.

Todo lo que existe, existe por necesidad. Pero, de la misma forma, todo lo que existe está condenado a perecer, a ser transformado en otra cosa. Así, lo que es necesario en un momento y lugar se hace innecesario en otro. Todas las cosas con­tienen su opuesto, que está destinado a sustituirle y negarle. Esto es válido tanto para las cosas vivientes individuales, como para las sociedades.

Todo tipo de sociedad humana existe porque es necesaria en el momento dado en que se impone:

"Ninguna formación social desaparece antes de que se desarrollen todas las fuerzas productivas que caben dentro de ella, y jamás aparecen nuevas y más altas relacio­nes de producción antes de que las condiciones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia sociedad antigua. Por eso, la humanidad se propo­ne siempre únicamente los objetivos que puede alcanzar, pues, bien miradas las co­sas, vemos siempre que estos objetivos sólo brotan cuando ya se dan, o por lo menos se están gestando las condiciones materiales para su realización”: (Marx, prefacio de la Contribución a la Crítica de la Economía Política). 

La esclavitud, en su momento, representó un enorme paso adelante con respec­to a la barbarie. Era un estadio necesario en el desarrollo de las fuerzas producti­vas, de la cultura y de la sociedad humana. Como Hegel planteaba: "No es tanto desde la esclavitud, como a través de la misma, como el hombre se hizo libre".

De la misma forma, el capitalismo era, en un principio, necesario y un estadio progresivo en la sociedad humana. Pero, al igual que la esclavitud, el comunismo primitivo y el feudalismo, el capitalismo hace tiempo que ha dejado de represen­tar un sistema social progresista y necesario. Se ha basado en las profundas con­tradicciones que llevaba en sí y está condenado a ser vencido por las nacientes fuerzas del socialismo, representadas por el proletariado moderno. La propiedad pri­vada de los medios de producción y el Estado nacional, los puntos básicos de la sociedad capitalista que en su momento significaron un gran paso adelante, en la actualidad sólo sirven para impedir el desarrollo de las fuerzas productivas amenazan todos los avances hechos durante siglos por el desarrollo de la sociedad humana.

El capitalismo, hoy, es un sistema totalmente degenerado y decrépito que debe ser superado y reemplazado por su opuesto, el socialismo, si la cultura humana quiere sobrevivir.  El marxismo es determinista, pero no fatalista, porque la superación de las con­tradicciones en la sociedad sólo puede ser alcanzada por los hombres y mujeres que luchen conscientemente por la transformación de la sociedad. Esta lucha de clases no está predeterminada. Que tenga éxito, depende de muchos factores y una clase progresista y en ascenso, como es el proletariado, tiene muchas ventajas sobre las viejas y decrépitas fuerzas de la reacción.

Pero, en última instancia, el resultado debe depender de cuál de los dos bandos, tiene la más firme determinación, la mejor organización y la más especializada y resuelta dirección. La filosofía marxista es, por tanto, una guía para la acción.

"Los filósofos se han limitado a interpretar el mundo de diversas maneras, pero de lo que se trata es de transformarlo" (Marx, Tesis sobre Feuerbach).

La victoria del socialismo marcará un estadio nuevo y cualitativamente diferen­te de la historia humana. Para ser más exactos, marcará el fin de la prehistoria de la raza humana y el inicio de la verdadera historia.
Por otro lado, el socialismo representa una vuelta a la más antigua forma de sociedad humana -el comunismo tribal- pero a un nivel muy superior, basado en los enormes avances de miles de años, que es lo que ha durado la sociedad divi­dida en clases. La economía de la superabundancia hará posible la planificación socialista de la industria, de la ciencia y de la  técnica desarrolladas por el capita­lismo en todo el mundo. Esto, a su vez, hará de una vez y para siempre que la distinción entre el trabajo manual y el intelectual, entre la ciudad y el campo, ca­rezcan de sentido y que la lucha de clases bárbara y sin sentido acabe, permitiendo al fin a la raza humana dedicar sus fuerzas a la conquista de la naturaleza; es de­cir, y usando la famosa frase de Engels: “”La humanidad saltará del reino de la necesidad al reino de la libertad.""
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(*) Índice de nombres:

Aristóteles. (Filósofo griego del siglo IV antes de nuestra era)
Aristóteles asistió a las lecciones im­partidas por Platón. Pero revisó las teo­rías de este filósofo profundamente idealista. El realismo de Aristóteles es pues lo contrario del ''realismo de las ideas'' de Platón, es un realismo de los objetos del mundo sensible.  Aristóteles dijo: ''Cada cual puede pensar silo desea, pero el sentir no de­pende de uno: para ello es indispensa­ble que exista el objeto sentido''.  Aristóteles fue materialista, acusado de ''impiedad'' y perseguido por las auto­ridades de su tiempo.

Enmanuel Kant. Filósofo alemán, 1724-1804). ''La teoría kantiana que explica la constitución de todos los cuerpos celes­tes actualmente existentes por la rotación de masas nebulosas, ha sido el mayor progreso efectuado por la astronomía desde Copérnico.'' (Engels).


Francis Bacon. (Londres, 1561-1626).  Filósofo materialista que propugnó el ''sometimiento a los hechos'': ''Sobre la naturaleza sólo se triunfa obedeciéndo­la''. La experimentación convierte al hom­bre en ''el intérprete de la naturaleza''. Filósofo materialista mecanicista.

Galileo. (1564-1642). Desarrolló el método experimental. De­sarrolló asimismo las doctrinas de Copér­nico, lo que le valió el enfrentamiento con la Iglesia. La Inquisición lo condenó en 1633. Fue obligado a abjurar de su doc­trina totalmente científica postrado de ro­dillas. Al levantarse, golpeó con el pie el suelo y dijo ''E pur si mueve'' (¡Y sin em­bargo se mueve!).

George Hegel. (1770-1831). Desarrolló las leyes de la dialéctica, pe­ro a la vez filósofo idealista. Mar dijo que ''el hecho de que la dialéctica sufra en manos de Hegel una alteración, no obsta para que este filósofo fuese el primero que supo exponer de un modo amplío y consciente sus formas generales del mo­vimiento. Lo que ocurre es que en él la dialéctica aparece patas arriba. No hay más que invertirla y enseguida se des-cubre bajo la corteza mística la semilla racional''.


Heráclito. (Filósofo griego, 540-480 a.n.e.) ''El mundo es uno y no ha sido crea­do por ningún dios, ni por ningún hom­bre, sino que ha sido, es y será un fuego eternamente vivo que arde según una ley, se apaga según una ley''.  Se le ha considerado como el primer inspirador de la dialéctica.

Isaac Newton. (1642-1727).  Inventor del cálculo infinitesimal y la teoría de la gravitación universal. Sus descubrimientos en el terreno de las cien­cias naturales contribuyeron a hacer po­sible más adelante el materialismo dialéctico.

John Locke. (1632-1704) ''Todo conocimiento, incluso el abs­tracto, es adquirido y se basa en la ex­periencia.'' Uno de los principales pen­sadores del materialismo mecanicista in­glés de siglo XVII.

Ludwig Feuerbach. (1804-1872).  Perteneció a los jóvenes hegelianos de izquierda. Criticó la filosofía de Hegel. Marx calificó el materialismo de Feuer­bach como materialismo contemplativo, y Engels dijo de él que era ''mitad idealis­ta, mitad materialista''.

Platón. (Filósofo griego, 427-347 a.n.e.) Filósofo idealista. Toda su obra está re-corrida por la idea de un valor absoluto.

Tomas Hobbes. (1588-1679).  Según Hobbes, toda sustancia es cor­poral y todos los fenómenos se reducen a movimientos mecánicos. Materialista mecanicista, niega la existencia del alma.

Zenón de Elea. (Filósofo griego, 490 a.n.e.). Aristóteles le llamó ''padre de la dia­léctica''. Célebre por las famosas premi­sas (aporías) según las cuales Aquiles jamás alcanzaría a la tortuga o la flecha jamás llega al final de su trayec­toria, con las que trataba de negar la existencia del movimiento.

Algunos conceptos filosóficos:  

Axioma: Proposición evidente que se admite sin demostración. Un principio del que se parte.

Silogismo: Un razonamiento en el que la conclusión deriva necesa­riamente de la posición de las premisas.  Si ''hombre'' implica ''mortal''.  

Si ''Manolo'' es un ''hombre'', la conclusión es cla­ra: Manolo'' es ''mortal''.


(Se recomienda leer junto a los apartados anteriores)
Fuente: http://www.fundacionfedericoengels.org

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