3 de agosto de 2016

¿QUÉ ES LA DIALÉCTICA?(Parte III)


Resultado de imagen de Simbolo de la Fundacion de estudios socialistas Federico Engels.

¿Qué es la dialéctica? 

Hemos visto que el materialismo moderno arranca de considerar que la materia  es lo primario y que la mente o las ideas son producto del cerebro.

Pero, ¿qué es el pensamiento dialéctico o la Dialéctica?

"La dialéctica no es más que la ciencia de las leyes generales del movimiento y la evolución de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento." ( Engels, Ánti-Dühring).

El método dialéctico tenía ya una larga existencia antes de que Marx y Engels lo desarrollasen científicamente como un medio de comprender el desarrollo de la sociedad humana. Los griegos antiguos produjeron algunos grandes pensado­res dialécticos, entre los que están Platón, Zenón de Elea y Aristóteles. Ya en el año 500 antes de nuestra era, Heráclito adelantaba la idea de que "todas las cosas son y no son, porque todo fluye, está cambiando constantemente, constantemente naciendo y muriendo. Es imposible sumergirse dos veces en uno e idéntico rio".

Esta frase contiene ya la concepción fundamental de la Dialéctica, de que todo en la naturaleza está en un constante estado de cambio y que este cambio se pro­duce a través de una serie de contradicciones.

"La gran idea cardinal de que el mundo no puede concebirse como un conjunto de objetos terminados y acabados, sino como un conjunto de procesos, en el que la co­sas que parecen estables, al igual que sus reflejos mentales en nuestras cabezas, los conceptos, pasan por una serie ininterrumpida de cambios, por un proceso de géne­sis y caducidad; esta gran idea cardinal se halla ya tan arraigada desde Hegel en la conciencia habitual, que, expuesta así, en términos generales, apenas encuentra opo­sición. Pero una cosa es reconocerla de palabra y otra cosa es aplicarla a la realidad concreta, en todos los campos sometidos a la investigación (... Para la filosofía dialéctica no existe nada definitivo, absoluto, consagrado; en todo pone de relieve lo que tiene de perecedero, y no deja en pie más que el proceso ininterrumpido del de­venir y perecer, un ascenso sin fin de lo inferior a lo superior, cuyo mero reflejo en el cerebro pensante es esta misma filosofía." (Engels, Ludivlg Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana). 

La dialéctica y la metafísica.

Los filósofos griegos anticiparon brillantemente el posterior desarrollo de la Dia­léctica así como el de otras ciencias. Pero no podían llevar ellos mismos esta anticipación a su conclusión lógica, debido al bajo desarrollo de los medios de pro­ducción y a la falta de una adecuada información acerca de los fenómenos del Universo.

Sus ideas dieron casi una correcta visión del conjunto, pero a menudo no eran más que geniales inspiraciones y no teorías elaboradas científicamente. Para llevar más lejos el pensamiento humano, era necesario abandonar este camino e intentar llegar a una comprensión general del Universo y concentrarse en las pequeñas, más mundanas tareas de coleccionar, elaborar y nivelar un conjunto de hechos indivi­duales, de verificar las teorías particulares', mediante la experimentación, la definición...

Esta aproximación factual, experimental, empírica, permitió un enorme avance del pensamiento humano y la ciencia. Las investigaciones sobre los fenómenos de la naturaleza se podían llevar ahora científicamente, analizando cada problema particular y verificando cada conclusión. Pero en esta evolución, en este nuevo estadio de desarrollo, la vieja habilidad de tratar las cosas en su conexión, y no aisladamente, en su movimiento y no estáticamente, en su vida y no en su muerte, se perdió.

EI estrecho, empírico, modo de pensar que consecuentemente surgió se llamó acercamiento metafísico y es el que todavía domina la moderna filosofía y la cien­cia capitalista. En política está reflejado en el famoso pragmatismo "si funciona, debe ser correcto" y en el constante llamamiento a los hechos, pero siempre aislados.

Pero los hechos no se seleccionan a si mismos. Deben ser elegidos por los hom­bres. El orden y la secuencia en que se les ordena, así como las conclusiones que se obtienen de ellos, depende de las nociones preconcebidas del individuo. Así, estos llamamientos a los hechos, a los que se supone de acuerdo con una impar­cialidad científica, suelen ser sólo una cortina de humo para ocultar los prejuicios de los que los utilizan.

La Dialéctica no se ocupa sólo de los hechos, sino de los hechos en su conexión, es decir, de procesos no sólo de ideas aisladas, sino de leyes; no sólo de lo particu­la, sino de lo general.

El pensamiento dialéctico guarda la misma relación con la Metafísica que la que guarda un fotograma de una película con la película en su conjunto. El uno no contradice al otro, sino que lo complementa. De todas maneras, la más certera y completa aproximación a la realidad está en la película.

Para la vida cotidiana y para cálculos sencillos, el pensamiento metafísico o sen­tido común es suficiente. Pero tiene sus limitaciones y más allá de éstas convierte la verdad en mentira. La principal pega de este tipo de pensamiento es su incapa­cidad para comprender el movimiento y el desarrollo y su repudio de toda contra­dicción. Sea como fuere, el movimiento y el cambio implican contradicciones.

"Para el metafísico las cosas y sus imágenes en el pensamiento, los conceptos, son objetos dados de una vez para siempre, aislados, uno tras otro y sin necesidad de contemplar el otro, firmes, fijos y rígidos. El metafísico piensa según rudas contra­posiciones sin mediación: su lenguaje es «sí, si», y «no, no», que todo lo que pasa de eso de mal espíritu procede. Para él, toda cosa existe o no existe: una cosa no puede ser al mismo tiempo ella misma y algo diferente. Lo positivo y lo negativo se excluyen lo uno a lo otro de un modo absoluto; la causa y el efecto se encuentran del mismo modo en rígida contraposición. Este modo de pensar nos resulta a prime­ra vista muy plausible porque es el del llamado sano sentido común. Pero el sano sentido común, por apreciable compañero que sea en el doméstico dominio de sus cuatro paredes, experimenta asombrosas aventuras en cuanto que se arriesga por el ancho mundo de la investigación:” (Engels, Anti-Dúhring). 

Para las cuestiones diarias, por ejemplo, es posible decir con un cierto grado de certeza si un individuo, planta o animal está vivo o muerto. Pero es mucho más complicado decir exactamente dónde está el límite a partir del cual se puede ha­blar de vida independiente del feto en el vientre materno, y de igual manera es imposible fijar el momento de la muerte porque la fisiología ha demostrado que la muerte no es un suceso instantáneo, sino un proceso bastante largo.

Como Heráclito advertía: "La misma cosa en nosotros vive y muere, duerme y está despierta, es joven y vieja; cada una cambia su lugar y deviene la otra. No­sotros entramos y no entramos en el mismo rió: estamos y no estamos”. Trotsky, en su “En defensa del marxismo”, caracterizaba la Dialéctica como “una ciencia de las formas de nuestro pensamiento en la medida en que no se reduce a los problemas diarios, sino que intenta llegar a una comprensión de los procesos más complicados y complejos:·

Comparaba la dialéctica y la lógica formal (la metafísica) con las matemáticas superiores y las básicas. Aristóteles fue el primero que desarrolló las leyes de la lógica formal, y su sistema lógico ha sido aceptado siempre desde entonces por los metafísicos como el único método posible de pensamiento científico:

"La lógica aristotélica del silogismo simple parte de la premisa de que A es igual a A. Este postulado se acepta como un axioma para una cantidad de acciones huma­nas prácticas y de generalizaciones elementales. Pero en realidad A no es igual a A. Esto es fácil de demostrar si observamos estas dos letras bajo una lente: son comple­tamente diferentes. Pero, se podrá objetar, no se trata del tamaño o de la forma de las letras, dado que ellas son solamente símbolos de cantidades iguales, por ejemplo de un kilo de azúcar. La objeción no es válida; en realidad un kilo de azúcar nunca es igual a un kilo de azúcar: una balanza delicada descubriría siempre la diferencia. Nuevamente se podría objetar: sin embargo un kilo de azúcar es igual a sí mismo. Tampoco esto es verdad: todos los cuerpos cambian constantemente de peso, color, etc. Nunca son iguales a sí mismos. Un sofista contestará que un kilo de azúcar es igual a sí mismo “en un momento dado”. Fuera del valor práctico extremadamente dudoso de este axioma, tampoco soporta una crítica teórica. ¿Cómo concebimos real­mente la palabra “momento”?  Si se trata de un intervalo infinitesimal de tiempo, en­tonces un kilo de azúcar está sometido durante el transcurso de ese “momento” a cam­bios inevitables. ¿O este “momento” es una abstracción puramente matemática, es decir, cero tiempo? Pero todo existe en el tiempo y la existencia misma es un proceso ininterrumpido de transformación; el tiempo es en consecuencia un elemento fun­damental de la existencia. De este modo el axioma A es igual a A, significa que una cosa es igual a sí misma si no cambia, es decir, si no existe.
A primera vista, podría parecer que estas sutilezas son inútiles: En realidad tienen decisiva importancia. El axioma A es igual a A, es a un mismo tiempo punto de partida de todos nuestros conocimientos y punto de partida de todos los errores de nuestros conocimientos. Sólo dentro de ciertos límites se lo puede utilizar con uni­formidad. Silos cambios cualitativos que se producen en A carecen de importancia para la cuestión que tenemos entre manos, entonces podremos presumir que A es igual a A. Este es, por ejemplo, el modo con que vendedor y comprador consideran un kilo de azúcar. De la misma manera consideramos la temperatura del sol. Hasta hace poco considerábamos de la misma manera el valor adquisitivo del dólar. Pero cuando los cambios cuantitativos sobrepasan ciertos límites se convierten en cam­bios cualitativos. Un kilo de azúcar sometido a la acción del agua o del queroseno deja de ser un kilo de azúcar. Un dólar en manos de un presidente deja de ser un dólar. Determinar en el momento preciso, el punto crítico, en que la cantidad se trans­forma en calidad, es una de las tareas más difíciles e importantes en todas las esferas del conocimiento, incluso de la sociología." Trotsky, (En defensa del marxismo). 

Hegel.  

El viejo método dialéctico de razonar, que había caído en desuso desde los tiem­pos medievales, fue revivido a principios del siglo XIX por el gran filósofo alemán Hegel. Hegel, una de las más enciclopédicas mentes de su tiempo, sometió las afir­maciones de la lógica formal a una detallada crítica, y demostró sus limitaciones y su manera estrecha y unilateral de ver las cosas. Hegel realizó el primer análisis completo de las leyes de la Dialéctica.
"la idea del desarrollo, de la evolución, ha penetrado actualmente casi en su integri­dad en la conciencia social, pero no a través de la filosofía de Hegel, sino por otros caminos. Sin embargo, esta idea, tal como la formularon Marx y Engels, arrancando de Hegel, es mucho más vasta, más rica de contenido que la teoría de la evolución al uso. Es un desarrollo que parece repetir las etapas ya recorridas, pero de otro modo, sobre una base más alta (la 'negación de la negación'); un desarrollo que no dis­curre en línea recta, sino en espiral, por decirlo así; un desarrollo a saltos, a través de catástrofes y de revoluciones, que son otras tantas 'interrupciones en el proceso gradual', otras tantas transformaciones de la cantidad en calidad; impulsos internos del desarrollo originados por la contradicción, por el choque de las diversas fuerzas y tendencias que actúan sobre un determinado cuerpo o en los límites de un fenóme­no en concreto, o en el seno de una sociedad dada; interdependencia e íntima e inse­parable concatenación de todos los aspectos de cada fenómeno (con la particulari­dad de que la historia pone constantemente de manifiesto aspectos nuevos), conca­tenación que ofrece un proceso único y mundial del movimiento, con sus leyes; tales son algunos rasgos de la dialéctica, doctrina del desarrollo mucho más compleja y rica que la teoría corriente." (…)

Mañana tocaremos el apartado IV) de esta pequeña-gran obra que estamos analizando sobre “Introducción al Materialismo Dialéctico: “Lenin y  Marx”

(Se recomienda leer junto a los apartados anteriores)

Fuente:  http://www.fundacionfedericoengels.org/

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