Aparte de la condena de Mario Conde, pocos banqueros
han pisado la cárcel por sus corrupciones y ahora le ha tocado el turno a
Miguel Blesa, que pese a estar “presuntamente” amparado por los mandamases del
PP, como explica la noticia del siguiente párrafo, la justicia no ha tenido más
remedio que “enchiquerarlo” aunque la pregunta clave es: ¿Durará
mucho ese encierro o lo excarcelarán como ocurre con los poderosos, con abultadas fianzas, que representan casi
siempre un porcentaje ínfimo del dinero “distraído”? Ese elemento, junto con su
sucesor Rodrigo Rato, son los “presuntos” ejecutores del Caso Bankia, nombrados
por el PP, que tantos ciudadanos
estafados y en la ruina han dejado en su
camino.
La noticias a la que hacemos referencia es ésta: “José
María Aznar presionó insistentemente a Esperanza Aguirre para que la presidenta
de la Comunidad de Madrid mantuviese a MIGUEL BLESA al mando de Caja Madrid. La
lideresa se había planteado cambiar al presidente de la entonces cuarta entidad
bancaria española y poner en su lugar a Rodrigo
Rato, que había dado el salto del Ministerio de Economía a la jefatura
del FMI. Entonces, el expresidente del
Gobierno,(AZNAR) en un intento por
preservar a su íntimo amigo al frente de la entidad, llegó a llamar en dos ocasiones
a Aguirre para que frenase la operación. Infructuosamente.(…)” (Público.es
17-5-13)
Nadie puede negar a estas alturas de la película que la
Banca y el PP forman una pandilla hostil a la clase trabajadora y constituyen
un grupo reaccionario capitalista corroído por la corrupción. La clase
trabajadora está siendo empobrecida por recortes y austeridad para salvar a los
banqueros mafiosos por orden de la Troika y el beneplácito del gobierno Rajoy y va siendo hora de que empiecen a pagar
por sus fechorías.
En Europa el capitalismo está atacando sin piedad los derechos
y las conquistas sociales que la clase trabajadora, a través de luchas hicieron posible en el
pasado. Los trabajadores vemos con
estupor la corrupción económica, la supremacía de la dictadura de mercados, la exclusión
social, las guerras, la pobreza, la miseria y el drama del paro, que es lo que
nos ofrece el capitalismo. Con la crisis y la extensión de la recesión al resto
de Europa en la que estamos inmersos, la realidad ha desmentido las ideas utópicas
de un avance imparable del capitalismo, como nos vendían hace solo una década
los partidarios de la “Europa de los Mercaderes”.
La burguesía lo sabe muy bien, que el sistema capitalista no les funciona. El
equilibrio se ha roto y no lo pueden restablecer. La burguesía y el PP están
incapacitados para realizar las tareas democráticas que, a través de las luchas sociales exige la
clase obrera. El ataque a los trabajadores pone en evidencia
que esos recortes de gastos sociales dejan en el paro a millones de personas que
caen en la pobreza, mientras que los corruptos banqueros siguen amasando
inmensas fortunas, a la vez que arrastran con “ochenta-millonarios” retiros y
muy pocos pisan las cárceles, como queda demostrado por lo anterior. Los defensores del capitalismo y algunos reformistas
de izquierdas que asumen tesis liberales
intentan convencer que es posible un capitalismo de rostro humano, pero los
trabajadores cada vez entendemos mejor que eso es imposible, porque la
burguesía como clase tiene su propia lógica.
La pobreza sube un 8 % y aumentan las diferencias
entre Comunidades AA y, sobre todo,
entre ricos y pobres por lo que si continúa este Gobierno, Rajoy nos llevará a la catástrofe. Mientras que existan las
injusticias tan espantosas que estamos viviendo, habrá luchas entre clases. El capitalismo ya
no sirve porque este sistema es corrupto por
naturaleza ya que “se basa en la explotación del hombre por el hombre”. El drama es que entre la clase trabajadora hay
que tener mucho valor para defender, valga la redundancia, "valores éticos", por las
represalias y el miedo a perder el trabajo, y principalmente por el proceso de “alienación
mental” al que es sometida por los grandes medios de comunicación la clase
trabajadora, pero la lucha, la unidad y
la organización es lo único que nos hará
cambiar.
Los poderosos han desatado una fuerte ofensiva por restaurar
su tasa de ganancias que afecta a derechos
democráticos de la clase trabajadora y los pobres. Es
totalmente “indignante” que existan mercenarios a las órdenes de la clase
dominante que toman decisiones contra la libertad de expresión de nuestra
corriente, que ve rechazada permanentemente nuestra propuesta de expresarnos en
los medios de comunicación burgueses, siendo silenciados una y otra vez. El PP hace vanos intentos de censura,
cuando eso no es otra cosa que la actualización cínica del fascismo ideológico,
pero solo lo consiguen parcialmente porque tenemos la ventana internacionalista
de las redes sociales que no pueden controlar pese a sus constantes intentos.
La burguesía tiene un miedo atroz a que se produzcan
explosiones sociales porque la clase obrera unida bajo la bandera de la lucha por
el socialismo podría tumbar al PP de forma fulminante, si así lo decidieran las
direcciones de los partidos y sindicatos mayoritarios, y acabaríamos con la lacra del paro y la miseria capitalista,
transformando la sociedad, porque es el trabajo lo que produce riqueza.
Los trabajadores experimentan un proceso molecular de
toma de conciencia cada vez más acelerado en base a sus propias experiencias y
modifican sus puntos de vista. El capitalismo moribundo no puede ofrecer ya a las masas el trabajo y bienestar que se nos
había prometido, siendo esa la causa que
provoca esa frustración y un ascenso
convulsivo de la lucha de clases. La salida a la barbarie capitalista sólo
puede ser enfocada de forma internacionalista, uniendo a los trabajadores por
encima de nacionalismos de vía estrecha, empezando por Europa y terminando por
todos los demás.
La democracia burguesa está quebrada y las cúpulas de
los partidos parlamentarios, aunque lo saben, se niegan a reconocerlo explícitamente, porque
ello les obligaría a cambiar de posición y ponerse al frente de la defensa de
un modelo alternativo. Bajo el
capitalismo no hay futuro para la humanidad; el futuro será con el socialismo
verdadero y la democracia plena de los trabajadores. La economía debe estar al servicio del ser
humano y no del lucro de una minoría. Para ello es imprescindible que se
contemple una lucha firme y decidida por la nacionalización de la banca, los latifundios
y los monopolios, es decir, las palancas fundamentales de la economía, para
democratizarlas, planificarlas y ponerlas al servicio de la producción,
anteponiendo los intereses de la clase trabajadora por delante de banqueros,
especuladores y corruptos. Otro mundo no solo es posible, sino que es más
necesario que nunca.
¡¡ NINGÚN PACTO
CON LA BURGUESÍA ¡¡
¡¡NO A LA CORRUPCIÓN ¡¡
¡¡DIMISIÓN DEL PP Y ELECCIONES YA ¡¡
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
NOTA:
Nuestra nueva dirección es.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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