Con un paro juvenil superior al 55% y en
medio de todo el escándalo de corrupción asociado a Bárcenas, el
gobierno del PP ha tratado de limpiar su imagen aprobando un Real
Decreto con varias medidas encaminadas, en teoría, a impedir que la
lacra del desempleo juvenil siga haciendo mella en la economía española.
Tal decreto se basaba, a priori, en el
acuerdo alcanzado el pasado 14 de febrero entre el Gobierno, las
patronales CEOE y Cepyme y los dirigentes sindicales de CCOO y UGT
—bautizado como “Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven 2013-16”—,
que supondría la inversión estatal de 3.500 millones de euros en los
próximos cuatro años para fomentar el trabajo por cuenta propia e
incentivar el empleo juvenil. Sin embargo, una vez más, el PP demuestra
que su intención no era otra que aumentar aún más la precariedad laboral
de los jóvenes y seguir regalando miles de millones de euros a los
empresarios.
El Real Decreto incluye dos bloques de iniciativas: el
primero hace referencia al trabajo por cuenta propia y el segundo, al
caso típico de un joven asalariado que busca ser contratado por algún
empresario.
El primer bloque supuestamente busca incentivar al
“emprendedor”: aquellos que se den de alta como trabajadores por cuenta
propia por primera vez y no tengan asalariados a su cargo tendrán una
tarifa reducida de 50 euros durante los primeros seis meses de
actividad, con reducciones en la cuota en las dos fases de seis meses
posteriores. Así mismo, los jóvenes podrán capitalizar la totalidad de
la prestación por desempleo si ésta se destina al inicio de una nueva
actividad quedando tal prestación exenta de tributar por IRPF u optar a
cobrar paro y simultáneamente apuntarse como autónomo.
Realmente,
estas medidas sólo buscan maquillar las estadísticas, animando (y
engañando) a los jóvenes que están en el paro (o a punto de ir al paro)
para que se conviertan en autónomos y “se busquen la vida” o abran un
negocio que no tendrá ningún futuro, tal y como está la actual situación
económica. Pan (de muy mala calidad) para hoy y hambre (y mucha) para
mañana.
‘Minijobs’ a la española
Pero más allá de los brindis al sol y
del humo, lo importante del Real Decreto son las medidas encuadradas en
el segundo bloque, el que afecta a los jóvenes trabajadores. Para
empezar se premiará a los empresarios (con reducciones de su cotización a
la seguridad social del 75% para las empresas de más de 250
trabajadores y del 100% para las demás) que contraten a jóvenes sin
experiencia laboral con contratos a tiempo parcial que estén vinculados a
la formación. Estamos ante la legalización para los jóvenes de los
famosos minijobs, tan demandados por la CEOE, ya que son una auténtica
bicoca para los empresarios. La jornada máxima en teoría será del 50% de
la jornada ordinaria a tiempo completo, pero el empresario podrá
disponer de horas complementarias y horas extra, con lo que podrán
aumentar la jornada laboral. Además, como la formación que acompaña al
contrato puede haberse realizado hasta seis meses antes de la firma del
mismo, no habrá obstáculo para que el contratado pueda trabajar más
tiempo de ese 50% máximo que establece la norma. En la práctica un
empresario dispondrá de un trabajador a tiempo completo por el precio de
uno a tiempo parcial.
Este nuevo contrato a tiempo parcial tiene su complemento en un grave ataque al conjunto de los trabajadores. En el mismo Real Decreto el PP abre la puerta a que las Empresas de Trabajo Temporal (ETTs) puedan firmar contratos de formación, algo que hasta ahora estaba expresamente prohibido. El decreto deja en manos de las ETTs todo lo relativo a esa formación, que podrá dar ella misma. Esta medida supone un adiós a cualquier tipo de control sobre la formación no reglada: supondrá mala calidad, formación limitada al gusto inmediato de la empresa, contratos más baratos y la posibilidad de todo tipo de trucos.
Entre las demás medidas del Gobierno destacan:
La
extensión de los contratos de prácticas en los menores de 30 años,
eliminando el límite de cinco años que existía hasta ahora entre la
consecución del título académico y la fecha del contrato.
Los
empresarios podrán concatenar en la misma empresa un contrato de
formación con uno en prácticas, algo hasta ahora prohibido. Así, un
trabajador podrá estar hasta cinco años contratado con estas fórmulas,
con las que se cobra menos que con un contrato indefinido.
Se establece un nuevo contrato temporal: el de “nuevo empleo joven” con el que los empresarios podrán hacer contratos temporales bonificados con el mero requisito de que el contratado sea menor de 30 años sin experiencia laboral. Estos contratos tendrán una duración de seis meses y, pasado ese tiempo, estará bonificada su conversión en indefinidos con 500 euros si el contratado es hombre y 700 si es mujer.
Se establece un nuevo contrato temporal: el de “nuevo empleo joven” con el que los empresarios podrán hacer contratos temporales bonificados con el mero requisito de que el contratado sea menor de 30 años sin experiencia laboral. Estos contratos tendrán una duración de seis meses y, pasado ese tiempo, estará bonificada su conversión en indefinidos con 500 euros si el contratado es hombre y 700 si es mujer.
Basta de dar balones de oxígeno al gobierno del PP
Todo esto no es más que una nueva vuelta
de tuerca en las condiciones laborales de los jóvenes. Estas medidas no
van a crear nuevo empleo, lo único que lograrán será deteriorar las
condiciones laborales del conjunto de la clase obrera. Los empresarios
se desprenderán de los contratos indefinidos mediante la reforma laboral
y contratarán a jóvenes con contratos mucho más baratos y
subvencionados. Para los jóvenes, en concreto, estos contratos supondrán
que hasta pasados los 30 años, nadie pueda aspirar a un trabajo
mínimamente digno.
Lo más bochornoso de todo esto es que la inmensa
mayoría de estas medidas fueron pactadas con los dirigentes de CCOO y
UGT. Finalmente, la inclusión de la concesión de la formación a las ETTs
ha forzado a CCOO y UGT ha desmarcarse del Real Decreto —y critican
ahora las demás medidas por aumentar la precariedad de la juventud— pero
hasta entonces, la disposición a la negociación y al acuerdo con el
Gobierno por parte de Toxo y Méndez era total. Esto es incomprensible y
un grave error: no sólo por el contenido real de estas medidas (un nuevo
retroceso), sino también porque, en un momento de tremenda presión
sobre el PP, en el que la calle está exigiendo como nunca antes la
dimisión del Gobierno, negociar y firmar un acuerdo con ellos es darles
un gran balón de oxigeno. En vez de dialogar y negociar con un partido
que ha demostrado sobradamente que no le importa en absoluto el drama de
la juventud en paro, los dirigentes sindicales tenían que estar
preparando una ofensiva para tumbar a este gobierno.
BORJA LATORRE.
Sindicato de Estudiantes.
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