20 de marzo de 2013

LOS “BRIC”: Se ha iniciado el declive de las zonas emergentes.



Los estrategas económicos de la clase dominante venían defendiendo que los famosos BRIC (Brasil, Rusia, India y China) iban a escapar de la crisis de sobreproducción estructural del sistema capitalista. Nos decían que servirían de locomotora de las economías occidentales que han entrado en recesión después del colapso de la crisis de 2007 en EEUU que ha arrastrado a Europa y al resto del mundo hacia la catástrofe de sus poblaciones. La terca realidad ha colocado las cosas en su sitio. 

Son cada vez más los que se ven obligados a reconocer que empiezan a resentirse los supuestos milagros del capitalismo, tanto en Asia como en Latinoamérica y otras zonas llamadas de economías emergentes. Si estas zonas, que es cierto que han jugado un papel importante en sostener la economía y evitar el colapso fulminante generalizado que podría haber ocurrido en los últimos años, sufren ahora el retroceso que apuntan las perspectivas, la posibilidad de una depresión económica profunda a escala mundial es muy posible,  si la clase trabajadora no lo evita pasando a la ofensiva.

La clase dominante de Rusia, China, India y Brasil se enfrentan a un escenario de gran inestabilidad. Podrían darse fuertes choques sociales que tendrían consecuencias a escala de todo el planeta. Brasil se ha venido beneficiando de la captación de capitales internacionales, que veían un buen negocio en la financiación de la deuda pública con inversiones potentes en el sector inmobiliario y en la bolsa. En 2011 el 47 % del presupuesto fue al pago de intereses y amortizaciones de la Deuda Pública. El crecimiento se basó en sus exportaciones manteniendo un aceptable crecimiento que desde el 2001 al 2010 mantuvo una media del 3,6 % anual: El PIB creció un 7 % en 2010, pero cayó al 2,7 % en 2011,  desplomándose hasta el 1,2 % en 2012 con perspectivas bastante oscuras para este año 2013.

China ha desbancado a EEUU y se ha convertido en el principal socio de Brasil. China compró a Brasil materias primas como petróleo hierro, soja, madera, etc pero ahora la balanza comercial entre esos dos gigantes se está desacelerando. El estancamiento de la recesión en Europa, EEUU y esa desaceleración de China está teniendo un impacto tremendo en la economía brasileña.  Esos factores se combinarán con las tremendas desigualdades que imperan todavía en Brasil que abrirá una nueva etapa en las luchas de masas.

Rusia tiene también dificultades a pesar de ser el primer productor y cuarto exportador de gas y el sector petrolero que representa un 25 % de su PIB y que es el 50 % de sus exportaciones, con un porcentaje del 35 % de sus ingresos, pero los efectos de la crisis se están notando.  Existe una caída de la demanda en el sector siderúrgico debido a la ralentización de la venta de automóviles y la desaceleración de la Construcción. El PIB que creció un 4,3 % en 2011 ha descendido hasta el 3,4 % en 2012 y las perspectivas de crecimiento para este año 2013 están  en torno al 3 %.

Después del colapso del estalinismo en la extinta URSS y sus satélites, Rusia es un eslabón cada vez más débil. Los burócratas estalinistas se reconvirtieron en nueva burguesía mafiosa, saqueando brutalmente la propiedad privada del Estado y formaron grandes conglomerados capitalistas con inversiones potentes en el exterior.  Las bases de ese capitalismo mafioso no tienen nada que ver con una democracia parlamentaria como la que existe en algunos países de Europa, sino que es más bien una dictadura burguesa bonapartista de carácter gansteril,  con desigualdades sociales cada vez más profundas.

India es un enorme país con una población de cerca de 1,200 millones de habitantes. Ha venido creciendo a una media anual del 7,8 % desde el año 2000 al 2010. El crecimiento de un 10,10% en 2010 se está desacelerando. La Oficina Central de Estadísticas rebajó a un 5 % la perspectiva de tasa de crecimiento del PIB para el año fiscal 2013. Estados Unidos de Norteamérica ha buscado en el capitalismo de la India un aliado para equilibrarse del avance tan espectacular que había venido teniendo China, pero tienen ahora dificultades para importar.  Las claves de ese crecimiento, tanto de China como de India, son los salarios de miseria de un enorme “ejército de Reserva de mano de obra”, combinado con tecnología avanzada aportadas por las multinacionales, que ha venido realizando un brutal dumping social en la economía mundial. Eso está agudizando los desequilibrios internos en la India, donde la inflación se ha empezado a desbordar alcanzando en diciembre de 2012 el 11,17 %, cuando en 2007 era del 5,5 %, lo que representa una subida de más del 100 % en cinco años.

Algunos datos socio-económicos de la India son aterradores pues la pobreza sigue siendo extrema ya que el 80 % de la población vive con menos de 2 dólares al día. El 70 % de la población vive en el campo y genera solamente el 18 % del PIB. Según un informe de UNICEF el 46 % de los niños menores de 3 años sufren desnutrición. La población adulta vive 15 años menos que la de Europa. Debido a las condiciones tan duras en los últimos 15 años se han suicidado 150.000 campesinos. Esto es el resultado directo de las “reformas estructurales” impuestas en los años 90 por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Privatizaron todas las empresas estatales, recortaron gastos sociales, quitaron las subvenciones al pequeño campesino, liberalizaron las importaciones que hundieron los mercados. Los campesinos se vieron forzados a hipotecar sus tierras y no pueden pagar ahora sus hipotecas que están cayendo en manos de la banca.  Las movilizaciones de masas se han venido produciendo en varios Estados. La inestabilidad política se agudiza y la polarización social es cada vez más fuerte.

China está sometida a la burocracia mao-estalinista del PCCH que ha  dirigido con mano de hierro la transición al capitalismo, demoliendo la economía planificada y sigue manteniendo en su fase imperialista el control del Estado. No se trata de “socialismo de mercado” como intentan vendernos en combinación con los demás países capitalistas, sino que se ha llevado a cabo un proceso contra-revolucionario que ha destruido cualquier tendencia igualitaria y siguen manteniendo un férreo control que impide las libertades civiles, los derechos como la libre sindicación, manifestación, huelga, a la vez que sofocan y censuran la libertad de expresión y demás derechos sociales.  Existe un capitalismo de corte burocrático, autoritario y mafioso. La clase trabajadora y los campesinos sufren unas condiciones de explotación aberrantes.

El superávit comercial que China obtiene del mercado mundial es una de sus más importantes fuentes de ingresos, produciendo un acelerado proceso de acumulación capitalista. Pero la contracción de los mercados en la esfera mundial le está afectando y no se puede descartar una guerra comercial o de divisas. El superávit de China en 3 años se ha reducido a la mitad, pues en 2008 era de 300.000 millones de dólares y para 2011 había descendido a 150.000 millones de dólares.

China es el segundo consumidor de petróleo del mundo; consumió en 2011 el 40 % de la producción de estaño, cobre y aluminio, un 60 % del acero y un 45 % del plomo de todo el planeta.  Pero ahora la ralentización del crecimiento de las ventas, por ejemplo, de automóviles, ha descendido del 30 % en 2010 al 3 % en 2011, un colapso que junto con el sobre-calentamiento del precio de la vivienda y la situación del sector inmobiliario presentan dificultades;  si estallara la burbuja que se ha ido fraguando,  pondría en un aprieto a toda la economía mundial.

A partir de 2008, para contrarrestar la desaceleración que se estaba dando, el Gobierno chino puso en marcha un plan de estímulo con la inyección de 580.000 millones de dólares (un 12 % del PIB), con inversiones masivas, que han tenido escasos resultados. Ahora ha llegado el momento de pagar las facturas de esas recetas keynesianas. El recurso al crédito para estimular la demanda duplicó la masa monetaria y ahora ha comenzado un proceso de inflación muy peligroso para la economía y para los ciudadanos que se están viendo afectados en su débil poder adquisitivo.

La crisis mundial está teniendo en China profundos efectos en la lucha de clases. Los conflictos sociales se extienden por el país. Vimos en los últimos años el famoso levantamiento del pueblo de WUKAN. La venta de tierras y el intento de expulsión de los campesinos,  desencadenó una  verdadera insurrección. Se organización asambleas masivas, implantando la democracia obrera, que expulsó a los burócratas del PCCH y el pueblo tomó el control democrático de la zona. Los campesinos resistieron una brutal represión. La necesidad de una democracia obrera se expresa en esas luchas que fueron un ejemplo que será imitado en el futuro a una escala superior.

Más temprano o más tarde la situación creada por la restauración capitalista en China, provocará una lucha de masas generalizada, similar a la que se ha dado en Wukan, porque nadie puede escaparse de las tendencias generales de la economía y la lucha entre las clases. Los trabajadores arreciarán en sus luchas por un  mundo mejor y como lo  están haciendo por mejoras salariales, con movilizaciones, que aunque prohibidas, se dan con mucha fuerza por reivindicaciones concretas y básicas que van forjando y acelerando el proceso molecular de toma de conciencia de las masas que se encaminarán de nuevo hacia la construcción del socialismo, pero con una auténtica democracia obrera para arrancar la economía de esa burocracia pro-imperialista que usurpa y explota al pueblo trabajador. Cuando la clase trabajadora China se levante de nuevo en lucha por el genuino  socialismo, el mundo temblará. 

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A
is-psoe.malaga@terra.es










No hay comentarios:

Publicar un comentario