Hemos entrado en una fase diferente de la historia del capitalismo,
cuyo proceso no comienza con la crisis, ni con la recesión posterior, sino que
es el producto de las contradicciones del sistema, durante la fase del
crecimiento económico anterior a 2007, fecha de la explosión de la burbuja.
Los acontecimientos vividos en
las últimas décadas reflejan un punto de ruptura en la historia económica
mundial, como pudimos observar en los cambios ocurridos en Latinoamérica, donde
el giro a la izquierda de las masas, intentando quitarse de encima la bota
imperialista, tienen una significación histórica importante.
En la década de los ochenta y noventa,
vimos movimientos revolucionarios en América Latina, a pesar de que las cifras
de crecimiento macroeconómicas, podría dar la impresión de que las masas
prosperaban en sus niveles de vida, pero todo fue un espejismo, cebado por el
mecanismo de estirar las deudas y las hipotecas. No obstante, cuando las masas
comenzaron a luchar, la situación supuso
un verdadero cambio con relación al sometimiento de los pueblos a la política
“ultra-liberal” de los años setenta y ochentas, donde las masas sufrieron
severas derrotas y sangrientos aplastamientos, como los golpes de Estado contra
Allende y el pueblo de Chile, la sangrienta
represión militar al pueblo de Argentina y otras barbaridades apoyadas y
dirigidas por el imperialismo y sus simpatizantes.
El péndulo de la historia empezó
a cambiar y vimos la revolución bolivariana de Venezuela, la lucha de masas en
Bolivia con el triunfo de el Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo
Morales, el avance en Brasil con Lula y
sus seguidores posteriores, el triunfo de la Izquierda en Ecuador, el robo
sistemático de las elecciones a la izquierda en México, los intentos de golpes
de estados en Honduras y otras situaciones que explican un retroceso del
imperialismo y un avance de la lucha de la clase trabajadora, pero todavía
insuficiente.
Todos esos procesos tienen una
cierta influencia en la política mundial, porque enseña a las masas que el
imperialismo no es invencible y que si la clase trabajadora lucha con firmeza, los estrategas de las
clases dominantes, ante el peligro de perderlo todo, aconsejan que los ataques
del capitalismo se atenúen e incluso a veces retrocedan en sus ansias de
dominio y obtención de beneficios fáciles.
Es significativo que comprendamos
que la correlación de fuerzas empezó a cambiar y mejorar cada día de forma
extraordinaria, siendo cada vez más favorable para la clase trabajadora,
teniendo el imperialismo cada vez más dificultades para implantar su política a
sangre y fuego.
Esta situación de agonía
prolongada del sistema capitalista tiene como consecuencia principal la
debilidad del factor subjetivo, es decir, la ausencia de una dirección
internacionalista, firme y unificada del movimiento obrero, que tenga la
suficiente autoridad entre las masas, junto con un programa claro de
transición al socialismo y una táctica
correcta, para dirigir a la clase trabajadora hacia la victoria, porque ganas
de luchar y potencial para realizar esa tarea histórica está demostrado por las
luchas masivas en todos los continentes que sobran.
Se están experimentando cambios
espectaculares en las relaciones mundiales, que tienen su causa en las
sacudidas de la crisis económica, que se ha convertido en global, afectando a
lo político, social, cultural y medioambiental.
La competencia feroz de las fuerzas financieras imperialistas por los
mercados cada vez más raquíticos, está apuntando hacia una escalada bélica muy
peligrosa, entre China y Japón, que afectaría al equilibrio inestable de la
zona caliente de Oriente Medio, donde Israel azuza con firmeza a EEUU para que
le ayude a atacar a Irán, que podría ser arrasado en una peligrosísima guerra
nuclear local, lo cual sería como darle
una patada a un avispero, porque el mundo árabe y demás zonas calientes podrían
explotar, ante una masacre brutal de tal envergadura.
La lucha por los mercados será
cada día más aguda entre los tres polos fundamentales del imperialismo, como son
EEUU, la U.E. y China, con sus respectivos satélites. Existe también una lucha
por el dominio de África, para seguir explotando en beneficio de las metrópolis
las fuentes esenciales de materias primas.
China está adquiriendo o alquilando inmensos territorios en África,
preparándose para la guerra por los alimentos, (y el agua), que están siendo especulados de forma infame
por los grandes Truts financieros, que implican unos artificiales y
astronómicos aumentos de sus, sumiendo
en el hambre, la miseria y la muerte a millones de pobres.
En esta difícil y complicada
ecuación política a la que nos está sometiendo el capitalismo, el papel que
tendrán que jugar las masas y su irrupción en la escena política, donde se
acelera el proceso molecular de toma de conciencia, que es muy contradictoria y
en absoluto lineal, sino dialéctico, seguirá siendo el factor decisivo para dar
una salida digna a la humanidad, porque bajo el capitalismo no hay futuro para
los pobres y la clase trabajadora del mundo.
Esta profunda recesión de la
economía ha sido una de las causas fundamentales que ha roto el equilibrio
capitalista. En el aspecto político, los fundamentos “liberales” que parecían inamovibles y eternos dando una
cierta credibilidad a la “democracia burguesa”, que está siendo cuestionada
como la ideología ultra que defiende los intereses de los poderosos y no los
del pueblo, esos “fundamentos liberales”
han fracasado estrepitosamente.
El pueblo que se manifiesta una y
otra vez contra los ataques y recortes, ha comprendido y sufrido en sus propios
bolsillos lo que representa esa “democracia burguesa”, que no es más que una
brutal dictadura del capitalismo financiero que domina el mundo, sacando
enormes beneficios de la especulación y sometiendo a todos los gobiernos, que
aplican de manera ignominiosa los dictados de los poderosos, violando sus
programas electorales e incluso las
leyes burguesas y sus Constituciones, para salvar a los banqueros y
especuladores corruptos.
Es la propia burguesía la
responsable de que se haya abierto este impacto de guerra social, que está
golpeando con fuerza la conciencia de millones de parados, trabajadores,
pensionistas y jóvenes, que ven cómo nos roban el futuro, después de más de 4
años de crisis, que están acabando con la paciencia y negando la esperanza de
poder volver a la situación anterior a la crisis, por parte de este modelo
inviable que es ahora el capitalismo.
Todos los recortes salariales,
contra-reformas laborales, ataques a la educación, a la sanidad, a los servicios sociales y pérdidas de
derechos adquiridos no han servido para nada a los ciudadanos, mientras que los banqueros se siguen llevando
los bolsillos, con intereses astronómicos especulando con las “primas de
riesgo” y demás maniobras en esta economía de Casino mafioso trucado en la que
se están jugando nuestro futuro y nuestras vidas.
La sociedad ha sufrido un proceso
de polarización cada día más fuerte, seguido de la radicalización que
observamos ya en los momentos actuales, que tendrá que seguirle más temprano o
más tarde el consiguiente proceso de “politización” que puede tomar formas muy
diversas, incluso espontaneas y distorsionadas, debido a la falta de unas
direcciones adecuadas que eduquen y formen en la lucha socialista a las masas
que están en ebullición, tanto en los aspectos sindicales como políticos y
sociales.
Existe un divorcio profundo entre
la política de los partidos parlamentarios de izquierdas y asimismo de los
sindicatos mayoritarios, que no se corresponden con las aspiraciones y
reivindicaciones que expresan las masas en sus acciones, protestas, luchas y
reivindicaciones, que está cristalizando en una inevitable crisis histórica de
la política reformista (sin reformas), si sus direcciones no giran a la
izquierda y entienden bien la realidad concreta, que ha cambiado de manera
vertiginosa y no se corresponde ni incluso cuando éstos fueron elegidos en las
últimas confrontaciones electorales.
Las luchas sociales están siendo
por ahora “defensivas”, frente a los planes de austeridad, pero los
trabajadores que están mucho más a la izquierda que sus direcciones, necesitan
ya unas direcciones que pasen a la fase de luchas “ofensivas”, con la utilización inteligente de la Huelga
General, para poder conseguir los éxitos que están exigiendo los trabajadores,
para iniciar la fase de recuperación.
Pero para que ello se produzca,
para avanzar hacia una alternativa que contenga medidas programáticas para superar
la crisis, necesitamos un programa
encaminado a la transformación socialista de la sociedad, que contemple la
nacionalización de la banca, de las grandes palancas de la economía y de los
latifundios, bajo un control social y
democrático de los propios trabajadores, para erradicar la corrupción, que ponga fin a la dictadura del capital y
establezca las bases para una verdadera democracia, la democracia obrera, la
democracia socialista plena a todos los niveles.
Las ideas del genuino socialismo
volverán a estar a la orden del día y se convertirán en una fuerza material en
la acción unitaria de masas que será llevada a cabo por la clase trabajadora,
la juventud y los oprimidos del mundo.
Sabemos que otro mundo es posible, pero no cabe dentro del
capitalismo. La lucha por un mundo mejor
es tarea de todos los trabajadores, pues en la unidad, en la organización y en
la lucha estará nuestro futuro. Como dijo Pablo Iglesias, hay que optar: “O con
los unos o con los otros”, o te pones de parte del capitalismo o de parte del
socialismo, recordando que “si no eres parte de la solución estás formando
parte del problema”. Tú decides… La lucha continúa…
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE.A
is-psoe.málaga@terra.es
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