El Gobierno sometió ayer a debate y votación en el Congreso el controvertido decreto ley sobre la negociación colectiva y para evitar una estrepitosa derrota, se entregó y cedió a las presiones del PNV y CiU, representantes de las burguesías vasca y catalana respectivamente que les exigieron algo ¿a cambio de qué esos apoyos?. Los sindicatos critican con firmeza, pero solo de boquilla, las catastróficas contra-reformas, que representan un vuelta de tuerca más contra los trabajadores, sin anunciar, como sería de esperar las acciones sindicales que van a plantear para defender los intereses de la clase trabajadora, si es cierto que se oponen, de locontrario, se verá el gesto como otra pantomima más.
Cualquier Gobierno que se considere de izquierdas, si hace constantemente políticas de derechas, acatando y defendiendo las órdenes que emanan del gran capital, es que ha perdido la brújula. Además, si el partido que lo sostiene, llegado el momentocrucial, opta por alinearse y defender claramente los intereses del capitalismo de rapiña, es que está preparando el terreno y colaborando para su propia autodestrucción y allanando el camino para el triunfo de la derecha.
Si se asume la lógica del capitalismo y se renuncia al socialismo, siendo cómplices de la propaganda constante de los asesores gubernamentales que están en la misma línea de los estrategas de la burguesía, que nos quieren hacer creer desde los inicios de la crisis, que ya estamos en el proceso de recuperación, o es una falsedad, o un error o algo peor. Los “brotes verdes” famosos desmontaron esa cantinela porque no era más que un intento de convencer a la población de que ya estábamos al final del túnel negro de la recesión y había una lucecita en el horizonte, pero quedó al descubierto la gran mentira. En vez de hacer autocrítica y rectificar, se profundiza en las políticas de recortes y ataques a los más desfavorecidos.
Los informes que habían elaborado los economistas del FMI, OCDE o la Banca Mundial a finales de 2009 nos afirmaban que lo peor de la crisis ya había pasado y que durante 2010 asistiríamos al fin de la recesión, pero la realidad ha demostrado que todo eran mentiras oficiosas y dolosas.
Estos estrategas se creen ellos mismos sus propias mentiras y algunos lo hacen con la convicción de que si muchas gentes se lo creen, la economía se recuperará y que todo consiste en crear ilusiones para que la clase trabajadora acepte de buen grado los sacrificios, los recortes de gastos sociales, las rebajas de pensiones y de salarios, la precariedad laboral y demás ataques, pero eso es imposible porque la gente lo que quieren son soluciones y no engaños.
Estamos viendo que la posibilidad de que la economía capitalista mundial se hunda cada vez más o continúe estancada por años y años está a la orden del día, como hemos visto con la situación de Grecia, que otra vez ha estado al borde de la bancarrota, pero si como parece, ahora ha quedado aplazada la quiebra, ya me dirán qué ocurrirá el año que viene, cuando tengan que renovarla y deban más por los intereses acumulados.
La virulencia y la profundidad de la recesión en la que nos ha metido el sistema de libre mercado capitalista hunde sus raíces en el auge precedente que se basó en la especulación, los pelotazos urbanísticos, la economía basada en la “ingeniería financiera”, con puesta en circulación de grandes sumas de “dinero fiduciario” y otros artilugios de esa economía de casino organizada por los mafiosos que ahora no quieren pagar sus errores y desfalcos y descargan los costes sobre las espaldas de la clase trabajador y los pobres.
Ese modelo económico fue posible, entre otros aspectos, por la derrota del movimiento obrero en Europa, Latinoamérica y EEUU en la década de mediado de los años setenta a mediado de los noventa, causada sobre todo por la debilidad del factor subjetivo, que permitió la restauración capitalista en los antiguos países estalinistas, que, a su vez permitió un aumento global del comercio mundial, a costa de incrementar la explotación de las fuerzas de trabajo y empezar la reducción global del costo del trabajo humano reduciendo los salarios reales que estuvo soportada sobre una nueva división internacional del trabajo.
También ayudó al largo ciclo del auge de la economía otro factor, aunque no el único, como la caída de los precios de las materias primas. El expolio de las mismas por parte de las potencias Imperialistas a los países colonizados económicamente está siendo brutal. El desarrollo de la economía china también contribuyó a aplazar las tendencias a la recesión a la que estaba abocada occidente, al facilitar la expansión del comercio globalizado.
Tanto el crecimiento del comercio mundial como el incremento de la explotación de la mano de obra de la clase obrera, con prolongaciones de jornadas, intensificación de los rítmos, desregulación y precarización del mercado laboral y las caídas de los salarios, contribuyeron a la bajada de los costes laborales con un incremento abusivo de los beneficios empresariales, cuyos excedentes astronómicos pasaron directamente a la especulación y no a la creación de puestos de trabajos en la economía real.
Igualmente jugaron un papel muy importante en esa misma línea, las privatizaciones de los sectores productivos estatales, el auge de las telecomunicaciones y el ataque a los servicios sociales, que contribuyeron a la aceleración del proceso de acumulación capitalista potenciando a los monopolios con megafusiones y concentraciones enormes, ayudados por la aplicación de las nuevas tecnologías de la información que fueron aprovechadas por los grandes especuladores del capital financiero.
Un factor esencial que ayudó a la concentración de los capitales y que se prolongó más de lo normal estirando el ciclo corto que se duplicó, fue el recurso generalizado al crédito, que se basó en el impulso de actividades eminentemente especulativas; eso mantuvo el consumo doméstico firme, sobre todo en la economía principal del mundo, como son los EEUU, que tiró con fuerza de las manufacturas mundiales.
Ahora bien, dialécticamente lo que en un primer momento reforzó el ciclo alcista y lo prolongó incrementando la producción, ensanchando los mercados y globalizándolos, en un momento determinado se convirtió en su contrario, poniendo sobre el tapete las contradicciones insalvables del capitalismo, como es que, al ser la oferta global siempre a la larga superior, al precio de mercado, a la demanda global de productos y mercancías, por el efecto del robo permanente de las plusvalías que el capitalista retiene de la clase trabajadora, la crisis es inevitable como así ha ocurrido y seguirá ocurriendo mientras que exista el sistema capitalista.
Esos créditos baratos, esa locura de la especulación, esos mecanismos de “libre mercado”, del “dejar pasar”, “dejar hacer”, generó una espectacular burbuja tanto bursátil como inmobiliaria, que acumuló cientos de miles de millones que fueron inyectados directamente en el circuito de la especulación, mermando capacidad de crear puestos de trabajo, lo que ha llevado al colapso del modelo capitalista de libre mercado hundiendo al mundo en una profunda recesión.
De aquellos polvos tenemos ahora estos lodos, pues como consecuencia de la falta de regulación que plantea el “liberalismo” , se produjo un espectacular incremento de la actividad bursátil y los especuladores vieron cumplidas sus expectativas que no es otra de ganar enormes beneficios aunque sea a costa del peligro que ello representaba y obtuvieron plusvalías excepcionales sin la necesidad de pasar por la inversión productiva, lo que hizo quebrar al sistema a partir del hundimiento de las bolsas y de la banca que desencadenó el colapso del circuito financiero mundial en el verano de 2007.
Todos esos créditos masivos crearon a su vez las condiciones para el incremento de los endeudamientos empresariales y privados que no han tenido precedentes en la historia y que se cubrían, cuando había que pagarlos, con otras deudas. Esas deudas se fueron transformando en activos financieros que cotizaban cada vez más al alza, en una frenética apuesta por quién ganaba más, hasta que el sistema se desplomó como un castillo de naipes en el verano fatídico y entonces, los economistas vendidos al sistema, empezaron a echarle la culpa a las “hipotecas basura de las subprime”, en vez de señalar con el dedo a los banqueros y gobiernos colaboracionistas y corruptos que las habían creado y permitido.
Los beneficios empresariales pasaron de una tasa media del 12-14 % entre 1975 al 1982 a una subida de más del 20 % en el año 2000. La brecha que se abrió entre la producción real y el capital ficticio aumentó en proporciones desconocidas. Se llegó a que el 95 % de los movimientos de capitales no respondían a operaciones de inversiones o comerciales, sino que se dedicaban directamente a movimientos puramente especulativos.
La crisis puso de relieve el carácter reaccionario y las contradicciones insalvables de los Estados nacionales y la propiedad privada de los medios de producción, que actúan como un freno absoluto para el desarrollo de las fuerzas productivas. Eso quedó patente cuando el sistema financiero mundial sufrió un colapso generalizado, que se expresó tras la quiebra del Lehmann Brothers en septiembre de 2008, desencadenando la crisis de sobreproducción clásica del capitalismo más grave desde la recesión de 1929.
El capitalismo intenta resolver las contradicciones de su sistema creando otras más poderosas e insalvables que es lo que están haciendo ahora, donde el sistema ha debilitado profundamente sus reservas y los límites del sistema aparecen evidentemente con absoluta claridad ofreciendo un margen muy estrecho para su recuperación. Bajo el capitalismo no hay salida para los pobres y para las clases medias y asalariadas que son empujadas con fuerza a la lucha para defender sus condiciones de vida y trabajo que están siendo atacadas por los que están en la cúpula de este sistema capitalista salvaje y de rapiña que no se para ante nada en la defensa de sus beneficios, exigiendo a todos los gobiernos que se sometan a la dictadura implacable del Gran Capital Mafioso impuesta por el gobierno mundial en la sombra.
En este declive del modelo liberal el dominio del capital financiero es aplastante y pretende marcar el ritmo de la economía capitalista, pero no puede y éste se hace anárquico y virulento; en vez de solucionar los problemas, los profundiza y lanza por la borda la utopía de la regulación de los mercados a la vez que la concentración del Capital cada vez en menos manos contradictoriamente agudiza la anarquía económica y lo que se produce es un recrudecimiento de la lucha de clases, que tienen necesidad de evitar.
Los desfalcos, bancarrotas y cierres de empresas producen temblores en las estructuras de la economía, que se manifiestan con fuertes sacudidas, en forma de manifestaciones, huelgas y luchas firmes que ponen en un brete la superestructura de la sociedad capitalista obsoleta y senil.
Son evidentes las repercusiones que tiene esta situación en la lucha entre las clases. La política de recortes y ataques se está haciendo a costa de la clase obrera de todo el mundo y ésta se ha empezado a rebelar, exigiendo una “Democracia Real ya”. El mundo entero se enfrenta a un recrudecimiento de la lucha de clases con movimientos huelguísticos que irán creciendo en la medida que la situación se deteriore y la toma de conciencia de la clase avance.
El rechazo contra los planes de la burguesía de hacer pagar la crisis a los trabajadores, cuando han sido los capitalistas los responsables de la colosal estafa, irá cada vez más en aumento. Los vientos de la terrible tempestad que se ha desatado soplan de forma clara a favor de los trabajadores y en contra del capital, vientos que son ya el preludio de una tormentosa época que se avecina, donde los capitalistas tienen un mundo que perder y los trabajadores un futuro que ganar. Bajo el capitalismo ya no hay futuro para la juventud y la clase trabajadora porque nos lo han robado. Como expresan las masas en la calle, con el maravilloso movimiento del 15M, otro mundo y otra democracia son posibles y necesarios, pero hay que luchar por ello. Hay que anteponer la justicia y la ética a la corrupción y la injusticia que representa ese modelo capitalista que se merece estar ya en el basurero de la historia. En la unidad, la organización y la lucha por un mundo mejor encontraremos nuestra victoria.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
Is-psoe.malaga@terra.es
23 de junio de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Querido Pepe. Desde que tomamos contacto, he valorado vuestra crítica y vuestras posiciones políticas. Yo asumí mi militancia en el PSOE como un acto de pragmatismo y un intento de girar ( en el ámbito que nos tocaba) la dinámica hacia la izquierda ( con un poco nos hubiéramos contentado y nuestra lucha habría tenido sentido), pero el resultado es el que es: una dirección sumisa ante un gobierno sumiso y un grupo parlamentario que, aunque exprese posiciones particulares, es sumiso a todos los demás. Ya me explicaron aquello de la disciplina interna y la democracia, pero estarás conmigo en que el voto de los tres diputados adscritos a IS clama al cielo. Vuestros documentos plantean, teóricamente, las posiciones que a todos nos gustaría que el PS defendiera, pero la realidad es la que es y la conclusión es que, contra una militancia aborregada ( o anestesiada), contra los intereses que se mueven en el entorno del poder ( aunque éste sea miserable) es imposible variar nada: las masas ( aborregadas cuando no anestesiadas) no van a entrar a militar en tropel, y los trabajadores y trabajadoras conscientes elegirán otros foros y plataformas desde donde desarrollar su lucha por el socialismo que no sea desde el actual instrumento del capitalismo para subyugar ( más si cabe) a la clase trabajadora española: el PSOE. Es, en mi opinión, un error estratégico aunque sea un esfuerzo titánico ( baldío). Creo que los esfuerzos de análisis y estrategia de lucha por un futuro gobierno de izquierdas pasa por condenar al PSOE a la derrota más desastrosa posible, colocando en el parlamento a cuarenta o cincuenta diputados de izquierdas. ¿imposible?. Igual de imposible que hacer rectificar al PSOE. ¿Difícil?. Igual de difícil que las masas obreras decidan militar en el PSOE. Creo que el esfuerzo de los que creemos en un proyecto unitario y plural de la izquierda marxista y revolucionaria debe ir más allá de la dialéctica y, desde la responsabilidad y desde donde cada uno o una elija, infligir al PsoE la mayor de las derrotas posibles, pues la derecha tiene la puerta y la alfombra puesta gracias a las políticas de derechas que un partido históricamente de izquierdas ha desarrollado.
ResponderEliminar