El ultimátum para la aplicación de los planes de austeridad y los rescates a Grecia, junto a Portugal e Irlanda, aunque las consecuencias de llevarlo a cabo, serían casi lo mismo de grave que de no hacerlo para toda la zona euro, representan la confirmación del saqueo programado por la burguesía contra la clase obrera y los sectores menos favorecidos en toda Europa, así como el colapso económico del libre mercado que arrastra tras de sí a la socialdemocracia.
Cada día está más claro que se encuentran al borde del abismo y el tiempo va en su contra, como ha reconocido el mismo ministro griego de economía, Evangelos Venizelos, después de la reunión en Luxemburgo, que se prolongó desde las 7 de la tarde del domingo hasta el lunes de madrugada con escasos resultados.
En esa reunión se discutió el acuerdo político de conceder 12.000 millones de euros de otro nuevo préstamo de Europa y el FMI al Gobierno de Yorgos Papandreu, para evitar la inminente suspensión de pagos a la que Grecia está abocada en los próximos 3 meses. Los capitalistas exigen a cambio de esos fondos que el parlamento de Grecia ponga en marcha un nuevo plan de recortes presupuestarios de unos 28.000 millones de euros en cuatro años y le obligan a privatizar bienes públicos por valor de 50.000 millones, para asegurarse el cobro, si quiere Grecia asegurarse esos fondos para el próximo 3 de Julio. El presidente de Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, declaró: “La aprobación del plan de ajusta en el Parlamento es un paso crucial”.
Estamos viendo cómo a pesar de esas medidas salvajes, aprobadas en cada uno de los países, los objetivos del capitalismo son cada vez más ambiciosos. Está también en la agenda el llamado “pacto de competitividad” que exigen los capos Sarkozy y Merkel, que ahora le han cambiado el nombre por “pacto del Euro”. Esto representa una nueva vuelta de tuerca que busca incrementar los beneficios empresariales, y sobre todo de la banca, a costa de los salarios y del bienestar del pueblo. En los últimos 25 años, los salarios han crecido en Europa solamente la mitad de la productividad y los trabajadores hemos perdido 11 puntos de participación en la distribución de la renta.
Es sumamente significativa la experiencia de Grecia, pues en 2010 introdujo incrementos fiscales y recortes de los gastos público que representaban el 8 % del PIB, recortando el déficit del 15,4 % al 10,5 % del PIB en tan solo un año. Pero ahora dicen que eso es totalmente insuficiente pero es claro que tras esas cifras de ajuste durísimo, se esconden consecuencias dramáticas para los trabajadores y los sectores de población más pobres.
En Grecia las pensiones de los trabajadores públicos han disminuido entre un 15% y un 20 % y a la vez se han derogado por Ley los convenios y los derechos laborales. El transporte público ha aumentado entre un 30 y un 50 % a la vez que han caído los salarios reales y el IVA ha pasado del 19 al 23 %, viviendo ahora la población un 20 % por debajo del nivel de pobreza. Desde que empezó la crisis la caída del nivel de vida en Grecia se estima está cercana al 20 %. Con el Pacto del Euro que nos quieren aplicar, eso serán los resultados de las políticas que quieren imponer al pueblo para salvar a la banca y tapar los agujeros que ellos mismos han creado con sus evasiones de capitales a paraísos fiscales y los grandes pelotazos urbanísticos, la corrupción y la especulación.
Toda esa enorme cantidad de recursos que los ricos han expropiado a la clase obrera solo sirve para que los grandes banqueros sigan incrementando sus beneficios a costa de aumentar la deuda pública ya que ahora, después de recorrer ese tortuoso camino, la economía griega está más cerca de la bancarrota que nunca. La deuda pública aumentó hasta un 142,8 % en el 2010 y en lo que va de año se sitúa ya cerca del 150 % del PIB. Al bono griego se le exige una rentabilidad del 16,1 %, además de que la calificación de la deuda (Que la hacen por órdenes de los mismos capos de la banca que pagan esas compañías) está a nivel de los bonos basura y se habla ya de un próximo rescate cuyo montante es estimado en 30.000 millones de euros, mientras va tomando fuerza la idea de la inevitabilidad de una estallido de la Europa de los Mercaderes que, como dijeron muchos analistas, en bases capitalistas era una Utopía.
La clase trabajadora griega viene luchando con firmeza, habiendo realizado ya doce huelgas generales para oponerse a las políticas de rapiña que aplica el Gobierno, pero existen enormes presiones para que el coste de esa reestructuración recaiga sobre el pueblo. El fuerte debate que suscita esta situación de quiebra que puede arrastrar a otros países de Europa deja clara las exigencias de la burguesía, sobre todo alemana y francesa, que están aterradas porque sus bancos privados, que son los principales acreedores, pueden sufrir enormes dificultades si se produce la bancarrota, porque podrían ser arrastrados en ese torbellino hacia situaciones muy complicadas.
Ante este panorama, los estrategas de la burguesía están debatiendo si es posible la ruptura del Euro, lo que sería una catástrofe y un fracaso total, siendo esta cuestión clave para el futuro de Europa, aunque están en un dilema, porque ni dentro ni fuera del Euro, la economía de libre mercado está tiene una salida fácil porque está colapsada.
Los trabajadores no deben dejarse engañar, porque lo que esto significa es que, desde el punto de vista de los intereses de la clase obrera, el programa no puede ser la dicotomía de si es mejor estar dentro o fuera del euro, alineándose en líneas capitalistas con un sector o con otro de la burguesía, si el colapso de produce, sino que es preciso luchar por una salida por la izquierda, que favorezca a la clase trabajadora.
Los capitalistas necesitan atacar a los trabajadores, estén dentro o fuera del euro y es lo que están haciendo, por lo que nuestra defensa tiene que venir dada por la oposición a esos ataques mediante la lucha sindical y política, la reorganización y la unidad, para golpear todos juntos. La salida de la zona euro no significa que los países queden aislados de la recesión en la que se encuentra el capitalismo o de la furiosa competencia y guerras comerciales que han comenzado en la disputa por el mercado mundial cada vez más estrecho.
Tanto en Grecia, como en nuestro país y el resto de los Estados, mientras que siga dominando la economía capitalista, la burguesía intentará descargar la crisis sobre los hombros de la clase trabajadora y los problemas de la mayoría de la sociedad seguirán agravándose. El dilema a resolver es, si se acepta una salida que favorezca a los ricos defendiendo el capitalismo, o no se acepta y se lucha para defender los intereses de los pobres defendiendo el socialismo auténtico y esta lucha es posible hoy, porque es necesario y justo, con la unidad, la movilización y la reorganización de los trabajadores de toda Europa en una lucha común contra la burguesía de todos y cada uno de los países.
Es preciso seguir luchando para rechazar la Europa de los Mercaderes y avanzar decididamente hacia la Europa de los Pueblos porque la verdadera Unidad vendrá de una Europa en positivo y próspera tomando como modelo la construcción de una Federación Socialista Democrática y Libre de todo el continente, que ponga a todos a trabajar planteando un programa de planificación científica de la economía, para a su vez, repartir con justicia el trabajo y el fruto de esos esfuerzos poniendo la economía al servicio de los seres humanos y no de un puñado de banqueros, especuladores y mafiosos que no han sido elegidos por nadie y nos están atosigando con la Dictadura del Capital.
Los ciudadanos europeos han asumido la consigna que aparece en el Partenón de Atenas, que dice ¡¡“PEOPLES OF EUROPE, RISE UP”¡¡ (¡¡PUEBLOS DE EUROPA, LEVANTAOS¡¡) y es lo que está ocurriendo en todos los países, encarnado en el nuestro por el maravilloso movimiento 15-M, que busca con el adecuado método de la No Violencia, un cauce para practicar la Democracia Real ya que produzca un verdadero cambio a favor de la Humanidad.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.
Is-psoe.malaga@terra.es
21 de junio de 2011
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