16 de junio de 2011

EL MOVIMIENTO 15-M NECESITA UNA EXPRESIÓN SINDICAL Y POLITICA PARA CANALIZAR SUS LEGÍTIMAS ASPIRACIONES.

Ayer se cumplió el primer mes de la lucha que comenzó el 15 de mayo como una verdadera explosión social de descontento y protesta del pueblo “indignado” que ha llevado a la toma de plazas y calles a cientos de miles de personas, votando con los pies en las manifestaciones y concentraciones convocadas por “Democracia Real ya”, que se ha convertido en un movimiento internacionalista que ha rebasado todas las expectativas.


La juventud, los parados, los pensionistas, los autónomos, los inmigrantes, lostrabajadores, los agricultores y los estudiantes, es decir, el pueblo en su conjunto ha dado un ejemplo de participación democrática, con un profundo debate en las plazas tomadas por “las acampadas”, que ha elevado el nivel de conciencia demostrando en la práctica, que están dispuestos a luchar, que si el pueblo se une,
si tenemos voluntad clara de avanzar en la conquista de otro modelo de democracia más real, tenemos fuerzas para doblarle el pulso a lo que han dado en llamar “los mercados” y que la gente se ha dado cuenta que es un eufemismo tras el que se escuda la más cruel “dictadura de los capitales”.


Todos aquellos que hemos venido luchando durante años por un cambio del modelo liberal-capitalista, hemos saludado este movimiento participando desde el primer día y necesitamos que continúe y gane más fuerza. Debemos dar pasos adelante, tanto
en el plano de la práctica como en el teórico, para unificar este movimiento con la lucha de los asalariados, porque en el fondo, los intereses son los mismos y que nos permita confluir en un Frente Amplio del Movimiento Obrero y Juvenil.


Nuestro planteamiento es que hay que fortalecer las corrientes de izquierdas, tanto
en los partidos como en los sindicatos, buscando la unidad más amplia posible, para golpear todos juntos contra los ataques del capitalismo y sus esbirros de la banca y la mafia especuladora imperialista, pero debe continuar siendo un movimiento No Violento.


Por tanto, condenamos los incidentes que se sucedieron ayer en Barcelona, donde un pequeño grupo que no representa a la mayoría de ciudadanos cayeron en altercados graves entre los Mossos d’Esquadra y algunos manifestantes, culpándose unos a otros de la violencia desatada que en nada beneficia la marcha de este proceso que tiene como objetivo la lucha pacífica por una democracia más profunda. En un comunicado del M-15-M ha condenado la violencia. Nosotros también condenamos con firmeza lo sucedido en Barcelona y en Madrid con el abucheo y zarandeo al Coordinador de Izquierda Unida, Cayo Lara, al que le ofrecemos nuestra solidaridad, porque como siempre hemos venido defendiendo, condenamos la violencia, venga de donde venga.


Las movilizaciones nos han despejado las dudas de que nos enfrentamos a un rechazo firme del intento de la burguesía de hacer desaparecer todos los avances sociales y laborales conquistados. El 81 % de los consultados en una encuesta reciente simpatiza con el Movimiento 15-M y la toma de la calle en la lucha por una Democracia Real ya¡¡.


Como ha quedado demostrado por la historia, la clase trabajadora necesita disponer de sindicatos y partidos de izquierdas fuertes, combativos y que no se dobleguen ante las presiones y las imposiciones de la patronal que sean utilizados correctamente para defender nuestros intereses como trabajadores, pero la carencia de ese modelo es lo que ha “indignado” a millones de ciudadanos que protestan porque no se ven representados por esta “democracia, corrupta, decadente y degenerada”, dando un serio aviso a las cúpulas de UGT y CCOO, así como a los partidos de izquierdas en el parlamento.


Las condiciones laborales y de vida de los asalariados están empeorando pero será mucho peor, si no nos preparamos para hacer cambiar el modelo sindical y político de pactos, conchaveos y consensos por un sindicalismo combativo, de clase y democrático, donde las decisiones sean votadas por las bases y se pueda rechazar democráticamente lo que no nos interese.


Para ello es urgente crear o fortalecer corrientes de izquierdas críticas en nuestras organizaciones donde reclamemos DEMOCRACIA SINDICAL YA¡¡ y participemos con propuestas concretas para dotarnos de un programa y un modelo en línea con el proceso de lucha iniciado por la juventud y las masas en acción después del 15-M buscando una confluencia democrática y sana, con respeto mutuo y desde la base.


La defensa de los intereses de los colectivos más desfavorecidos nos exigen que luchemos por un sindicalismo combativo, incluso cambiando a las direcciones que impidan contar con los votos democráticos de las bases porque en realidad, en los momentos actuales, los sindicatos y los partidos de izquierdas mayoritarios no nos representan correctamente, como indican los más de 11 millones que no han querido ir a votar el 22-M.


Se ha abierto un debate muy interesante entre los que dicen que hay que abandonar los partidos tradicionales y los sindicatos reformistas, y los que consideramos que existe otro camino, como es el que tomarán más temprano que tarde la inmensa mayoría de los trabajadores, cuando después de la polarización, la radicalización y las acciones por fuera de esas organizaciones, como está ocurriendo ahora en este maravilloso movimiento, saquen la conclusión de que esos sindicatos y esos partidos no son propiedad de los dirigentes sino que es patrimonio de nuestra clase y decidan entrar en masa a recuperarlos para que defiendan el programa que está surgiendo desde abajo.


Nosotros hacemos un llamamiento a los trabajadores a afiliarse y participar activamente en esos sindicatos y partidos que no nos gustan, reivindicando un cambio político, sindical y económico drástico, que acabe con los ataques y la falta de democracia que está empeorando nuestras condiciones de vida. Para ello necesitamos exigir cambios que deben producirse democráticamente y dotarnos de propuestas acordes con nuestras necesidades, para continuar una lucha sostenida en el tiempo porque votar cada cuatro años y si te he visto no me acuerdo, no sirve para nada.


Si cuando hay dificultades en los sindicatos y partidos de los trabajadores, la gente toma el camino de irse a su casa y abandonar la lucha, lo único que se consigue es fortalecer el aparato y la burocracia que estarán más contentos si los dejamos solos, que si existe una oposición de izquierdas que los critique, los vigile y les haga cambiar, si no quieren correr el peligro de ser depuestos y cambiados por otro tipo de dirección más firme. Para ello tenemos que conseguir una auténtica democracia obrera donde las decisiones se tomen entre todos, contando con las bases que somos la inmensa mayoría y no por unos cientos de cuadros que se han alejado de la defensa de nuestros intereses y por tanto, habrá que luchar por cambiarlos si no quieren rectificar.


Es preciso abandonar la idea de que si nos vamos a nuestras casas y rompemos los carnets, los problemas van a mejorar por sí solo. Es todo lo contrario, nos van a crucificar a ataques, reformas y convenios a la baja, aumentando el problema de los despidos, el deterioro de la sanidad, los recortes en la educación y en los presupuestos sociales. Si no luchamos, eso es lo que nos espera, porque si la clase obrera no lucha, la derrota es segura y si se lucha, se puede perder pero también se puede ganar.


Nuestra propuesta es que la mejor manera de que los trabajadores defendamos nuestras conquistas es afiliándonos al sindicato o al partido que mejor consideremos que va a defender nuestros intereses, o mejor aún, fortalecer las corrientes internas de oposición que están surgiendo en nuestras organizaciones sindicales o políticas. Los que fomentan el “apoliticismo” son auténticos demagogos, pues los problemas políticos deben solucionarse a través de posiciones políticas, con democracia real, con participación, canalizando las propuestas a través de los cauces que la lucha vaya abriéndose entre las fuerzas que representan intereses contradictorios y antagónicos, como son el mundo del capital y el mundo del trabajo.


La tabla reivindicativa que surja del debate tiene que estar basada en las necesidades reales que precisa la clase trabajadora: El punto fundamental es repartir el trabajo existente como un bien escaso, para combatir el paro, por lo que la batalla por la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, terminando con las horas extras para trabajar todos, es irrenunciable. El aumento de la jubilación es una trampa, por lo que debemos luchar para que nos jubilemos a los 60 años y exigir un contrato de relevo para que entre un joven en cada puesto que quede vacante.


Hay que exigir la terminación de la precariedad laboral siendo fijo a partir de los 15 días. El salario mínimo debe estar en torno a los 1.100 euros y para cumplir todo esto, hay que exigir la retirada de las Reformas laborales y los planes de ajuste. Las Administraciones del Estado tendrán como función desarrollar un plan de creación de puestos de trabajo a través del sector público (Desarrollo industrial, agrícola y comercial, repoblación forestal, reciclajes, vigilancia de seguridad, atención social, etc…), o en su caso dotar a los ciudadanos con un subsidio de paro indefinido igual al salario mínimo mientras que se ponen en marcha esos planes.


Para avanzar en la cuestión social es preciso defender la Empresa Pública reclamando la renacionalización de todas las empresas claves que han sido privatizadas a la vez que se ponen en marcha Planes de Inversión y Renovación tecnológica pero que garanticen los puestos de trabajo y la igualdad entre mujer y varón con idénticos salarios. El objetivo tiene que ser trabajar todos, repartiendo el trabajo, para aumentar el PIB por encima del 10 %, cuestión que es posible, según algunas escuelas económicas que no están sometidas al capitalismo.


La Sanidad y la Educación tienen que ser públicas, incrementando el presupuesto en un 10 % del PIB para mejorar su calidad. La vivienda es un derecho que tiene que ser cumplido por el Estado. Exigiremos la nacionalización de las grandes empresas inmobiliarias y constructoras, para que junto con la municipalización del suelo urbano, pueda acometerse un plan real de construcción de un millón de viviendas sociales y dotarnos de un gran parque de alquiler público cuya oferta a los ciudadanos no sobrepase del 10 % del salario mínimo por mes.


La Ley de Partido tiene que ser abolida y que se redacte una nueva totalmente proporcional y justa, que contemple también un salario máximo con elección y revocabilidad automática de los cargos, el desarrollo social de los derechos de Asociación, Reunión, Libre Sindicación, Petición, Manifestación y Huelga, para todos los ciudadanos, incluidos los Cuerpos de Seguridad del Estado y los Ejércitos, a la vez que contemple el legítimo derecho a la Autodeterminación de los Pueblos, aunque nosotros defendemos el Federalismo como el mejor modelo, que mantenga la unidad de la clase trabajadora.


En cuanto a las empresas que declaren la Ley Concursal, lo que antes eran quiebras y suspensiones de pago, el Estado debe proceder de inmediato a la incautación de todo su patrimonio y bienes, manteniendo los puestos de trabajo con ayuda financiera estatal y plantear la autogestión bajo control obrero para luchar contra la corrupción y los despilfarros, salvando los puestos de trabajo.


Para llevar a cabo un programa similar a éste, perfeccionado por el movimiento democrático desde la base, no queda otro camino que financiarlo mediante la creación de una Banca Pública Estatal, para lo que es necesario la nacionalización del circuito financiero y los monopolios, con indemnización a los propietarios en base a sus necesidades vitales que se compruebe democráticamente y ejercer un control obrero firme. De esta forma se podría planificar democráticamente la economía, incluyendo planes de Reforma Agraria que expropie los Latifundios ociosos y ofrezca respuesta al sector agrario en su conjunto.


En definitiva, el plan tiene que servir para poner la economía al servicio de los seres humanos y bajo control democrático de la mayoría de la sociedad que es la clase trabajadora y que no permanezca más en manos de los burgueses, capitalistas, corruptos y especuladores que son los que nos han metido en esta gran quiebra de modelo que está totalmente caduco, como es el capitalismo. Otro mundo es posible, SI, pero con democracia real, con planificación socialista y con un reparto justo de la riqueza creada que tiene que ser conquistado por el pueblo mediante la lucha por una nueva sociedad que ponga por delante del beneficio privado del capitalista los intereses de los seres humanos.


ÁREA DE COMUNICACIÓN.
Izquierda Socialista de Málaga-PSOE de Andalucía.
Is-psoe.malaga@terra.es

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