25 de junio de 2011

LA MEDICINA PRIVADA, EN VEZ DE CURAR, MATA.

El capitalismo, en sus ansias de obtener beneficios a costa de lo que sea, está manipulando la realidad a través de algunos grandes multinacionales farmacéuticas, creando primero los fármacos para luego extender las enfermedades fabricadas en laboratorios y convertir a la humanidad en enfermos crónicos (clientes perpetuos), que a través de la venta masiva de medicamentos, se forran obteniendo ganancias astronómicas.

He leído con atención el estudio que se publicó ayer en este blog, titulado “LA BACTERIA E-COLI, ES DE LABORATORIO” y confirma lo que he dicho anteriormente. Según algunos investigadores las grandes corporaciones farmacéuticas y la psiquiatríamoderna son una especie de hermanos siameses unidos por partes vitales del cuerpo. Si se intentara separarlos, los dos morirían de manera indefectible. Son dependientes el uno del otro para poder tener un éxito comercial que les depare grandes cantidades de beneficios para los capitalistas a costa de empeorar la saludde la humanidad.

El capitalismo tiene programado un modelo que planifica los recursos para aumentar sus ganancias. Un grupo se encarga de inventar las enfermedades ficticias, a través de investigadores en laboratorios privados y el otro está dedicado a través de los laboratorios farmacológicos que tienen como misión fabricar las soluciones (las drogas) a estas enfermedades y proveer las medicinas, pero en vez de fabricarlas para la curación total, ahora se dedican a “cronificar las dolencias” para que tengan que ser utilizadas permanentemente por la población.

El sistema ha llegado a tal perversión que ahora está funcionando dialécticamente a la inversa, es decir, primero crean las enfermedades, como el efecto E-Coli, la Gripe A, el Sida, etc., que se les va a veces de las manos y luego no les da tiempo a poner en el mercado los antídotos, creando terrorismo alimentario o de otra índole, como el “Pepinazo Alemán”, que ha provocado ya demasiados muertos.

En otras ocasiones las compañías farmacéuticas ensayan nuevas drogas en tratamientos aún por comprobarse científicamente su utilidad para una curación satisfactoria, que apenas han superado las instancias de ensayos en laboratorios, sin que esté probado y confirmado si es en realidad un tratamiento efectivo o lo que provocan es una nueva mutación que extiende otro tipo de enfermedad, todo ello por causa del modelo operativo que emplea la empresa privada bajo el capitalismo, cuya misión no es curar enfermedades, sino obtener beneficios. Todos los capitalistas tienen el mismo móvil, pues como decía Ford, que utilizó la cadena de montaje para fabricar automóviles, repito, decía ésto: “Mi objetivo no es fabricar automóviles, mi objetivo es fabricar beneficios”.

Como correlato de lo anterior, los ciudadanos tenemos que empeñarnos en que la medicina sea pública, democrática y al servicio de la salud de la humanidad y no que esté en función de las ganancias obtenidas por las multinacionales capitalistas que benefician a una minoría de accionistas a costa de la vida de los ciudadanos.

Como venimos denunciando constantemente desde Izquierda Socialista de UGT, la sanidad no hace más que empeorar, sobre todo cuando se aplican criterios que siguen la doctrina liberal, como hace el gobierno del PP de la comunidad de Madrid, que lleva años desarrollando un verdadero ataque contra la sanidad pública. Se está saqueando lo público en beneficio de lo privado, con el objetivo de ir degradando la atención sanitaria de lo público y justificar la necesidad de su privatización. Un informe elaborado por UGT explica que los conciertos en la sanidad madrileña se han incrementado un 76,27 %.

El programa oculto que está empezando a desplegar el PP va encaminado hacia la privatización global de la Sanidad Estatal, lo que representa un peligro para la salud de los ciudadanos. La sanidad pública se encuentra en un inminente peligro. Vemos cómo cada vez son más los usuarios y los médicos que están dispuestos a protestar y salir a la calle a denunciar y reivindicar un aumento drástico de los presupuestos en Sanidad, para mejorar los servicios a la vez que se lucha por evitar la privatización y defender lo público.

La falta de previsión junto con la escasez de planes de prevención están deteriorando los servicios, aumentando el número de visitas a los médicos de familia, prolongando de las listas de espera, con saturación e incluso a veces colapso tercermundista de las urgencias hospitalarias, lo que expresa una necesidad de que exijamos más inversiones. Ante esa avalancha de petición de servicios en las urgencias, donde nos hacen pruebas de todas clases porque los médicos residentes, a la vez que son verdaderos esclavos junto con las enfermeras, para evitar fallos de diagnóstico, se ven en la tesitura de practicar la llamada “medicina defensiva”, con el consiguiente despilfarro en tiempo y recursos.

La situación empeora cuando añadimos a ello la diáspora de médicos que se ven obligados a marcharse a otros países, si quieren mejorar las condiciones de trabajo y económicas y cada vez hay más médicos generales con cupos de pacientes superiores a 2.000 personas, cuando lo recomendado es no superar los 1.400. Los cálculos nos señalan que eso supone que habría que incrementar un 23 % el número de médicos generalistas.

La forma que emplea el sistema capitalista para paliar ese problema es tratar a los empleados sanitarios como una mercancía más, porque se importa mano de obra inmigrante y se incrementa de facto la jornada laboral, para abaratar costos en la privada, exigiendo a los profesionales jornadas seguidas de más de 30 horas, que empiezan a ser habituales si te meten una guardia en los centros de salud. A veces el descanso legal y obligatorio después de las guardias no se realiza achacando el, tan socorrido, necesidades del servicio y falta de personal para la sustitución.

En algunas Comunidades Autónomas ese exceso de trabajo, que es muy peligroso para la salud de los pacientes, se compensa con dinero, como defienden los “peseteros” (ahora los “eureros” de los sindicatos corporativos, cuando los sindicatos de clase defendemos la contratación del personal adecuado para ofrecer un servicio público sanitario de mejor calidad.

Al golpear la crisis del capitalismo que se inició hace ya cerca de cuatro años, arrastrando en la caída todas las perspectivas y propuestas positivas que ofrecía la socialdemocracia, pasando a aplicar medidas de recortes presupuestarios y ataques a las condiciones de vida de los trabajadores, haciendo imposible el reparto de la riqueza en este contexto histórico de crisis orgánica del capitalismo y de cambios profundos del actual ciclo histórico que deteriora las condiciones de existencia de la Humanidad, las reformas prometidas en el pasado, bajo el capitalismo, se hacen imposibles.

Hemos entrado en una época en la que los derechos básicos de los seres humanos, (entre ellos el derecho a la Salud porque en ello nos va la vida misma), están siendo amenazados por el ansia de beneficios de las multinacionales capitalistas, principalmente los que entienden la sanidad como un negocio y no como un servicio, por lo que cada vez más gente está comprendiendo, como estamos viendo con la explosión de los “indignados” del Movimiento 15M, que solamente la clase trabajadora, bien organizada y unida en defensa de un auténtico programa socialista será capaz de luchar hasta el final para buscar el modelo de satisfacer las necesidades que tiene la especie humana negadas por el capitalismo. Otro mundo es posible, SI, pero hay que luchar por transformar este modelo de sociedad capitalista, corrupto y enfermo, que ya no nos sirve.

IZQUIERDA SOCIALISTA DE U.G.T.
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