Las “Tesis sobre Feuerbach” las escribió Marx en Bruselas, en la primavera de 1845, al terminar y desarrollar los rasgos principales de su teoría materialista de la historia y había extendido el materialismo a la explicación de la sociedad humana.
Engels lo definió así: “”.. es el primer documento en que se
contiene el germen inicial de la nueva concepción del mundo”.
Las Tesis sobre Feuerbach se encuentran en el “Cuaderno de
notas” de Marx, correspondientes a los años 1844-1847 y llevan ese título
“Sobre Feuerbach”.
Al editar en 1888 las “Tesis”, Engels las redactó,
introduciendo en ellas algunos cambios con el fin de hacer de este documento,
que Marx no se proponía publicar, más comprensible para los lectores.
[I] El defecto fundamental de todo el materialismo anterior
-incluido el de Feuerbach- es que sólo concibe las cosas, la realidad, la
sensoriedad, bajo la forma de objeto o de contemplación, pero no como actividad
sensorial humana, no como práctica, no de un modo subjetivo. De aquí que el
lado activo fuese desarrollado por el idealismo, por oposición al materialismo,
pero sólo de un modo abstracto, ya que el idealismo, naturalmente, no conoce la
actividad real, sensorial, como tal. Feuerbach quiere objetos sensoriales,
realmente distintos de los objetos conceptuales; pero tampoco él concibe la
propia actividad humana como una actividad objetiva. Por eso, en La esencia del
cristianismo sólo considera la actitud teórica como la auténticamente humana,
mientras que concibe y fija la práctica sólo en su forma suciamente judaica de
manifestarse. Por tanto, no comprende la importancia de la actuación
"revolucionaria", "práctico-crítica".
[II] El problema de si al pensamiento humano se le puede
atribuir una verdad objetiva, no es un problema teórico, sino un problema práctico.
Es en la práctica donde el hombre tiene que demostrar la verdad, es decir, la
realidad y el poderío, la terrenalidad de su pensamiento. El litigio sobre la
realidad o irrealidad de un pensamiento que se aísla de la práctica, es un
problema puramente escolástico.
[III] La teoría
materialista de que los hombres son producto de las circunstancias y de la
educación, y de que por tanto, los hombres modificados son producto de
circunstancias distintas y de una educación modificada, olvida que son los hombres,
precisamente, los que hacen que cambien las circunstancias y que el propio
educador necesita ser educado. Conduce, pues, forzosamente, a la sociedad en
dos partes, una de las cuales está por encima de la sociedad (así, por ej., en
Robert Owen). La coincidencia de la modificación de las circunstancias y de la
actividad humana sólo puede concebirse y entenderse racionalmente como práctica
revolucionaria.
[IV] Feuerbach arranca de
la autoenajenación religiosa, del desdoblamiento del mundo en un mundo religioso,
imaginario, y otro real. Su cometido consiste en disolver el mundo religioso,
reduciéndolo a su base terrenal. No advierte que, después de realizada esta
labor, queda por hacer lo principal. En efecto, el que la base terrenal se
separe de sí misma y se plasme en las nubes como reino independiente, sólo
puede explicarse por el propio desgarramiento y la contradicción de esta base
terrenal consigo misma. Por tanto, lo primero que hay que hacer es comprender
ésta en su contradicción y luego revolucionarla prácticamente eliminando la
contradicción. Por consiguiente, después de descubrir, v. gr., en la familia
terrenal el secreto de la sagrada familia, hay que criticar teóricamente y
revolucionar prácticamente aquélla.
[V] Feuerbach, no contento
con el pensamiento abstracto, apela a la contemplación sensorial; pero no
concibe la sensoriedad como una actividad sensorial humana práctica.
[VI] Feuerbach diluye la
esencia religiosa en la esencia humana. Pero la esencia humana no es algo
abstracto inherente a cada individuo. Es, en su realidad, el conjunto de las
relaciones sociales. Feuerbach, que no se ocupa de la crítica de esta esencia
real, se ve, por tanto, obligado:
A hacer abstracción de la trayectoria histórica, enfocando para
sí el sentimiento religioso (Gemüt) y presuponiendo un individuo humano
abstracto, aislado.
En él, la
esencia humana sólo puede concebirse como "género", como una
generalidad interna, muda, que se limita
a unir naturalmente los muchos individuos.
[VII] Feuerbach no ve, por
tanto, que el "sentimiento religioso" es también un producto social y
que el individuo abstracto que él analiza pertenece, en realidad, a una
determinada forma de sociedad.
[VIII] La vida social es,
en esencia, práctica. Todos los misterios que descarrían la teoría hacia el
misticismo, encuentran su solución racional en la práctica humana y en la
comprensión de esa práctica.
[IX] A lo que más llega el
materialismo contemplativo, es decir, el materialismo que no concibe la
sensoriedad como actividad práctica, es a contemplar a los distintos individuos
dentro de la "sociedad civil".
[X] El punto de vista del
antiguo materialismo es la sociedad "civil; el del nuevo materialismo, la
sociedad humana o la humanidad socializada.
[XI] Los filósofos no han
hecho más que interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es
de transformarlo.
Fuente: Fundación de Estudios Socialistas Federico Engels. https://fundacionfedericoengels.net/
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