El fascismo, el nazismo y
sus variantes, son considerados como
crímenes de lesa humanidad por la gran mayoría de ciudadanos progresistas y de
izquierdas, mientras que para muchas personas que se definen de derechas, como
los dirigentes de VOX y PP nunca han condenado claramente el fascismo ni el
golpismo de Franco del 18 de Julio de 1936, porque tergiversan la historia o
porque ellos también son defensores de esa ideología.
Existen diversas
definiciones: “El fascismo es el capitalismo químicamente puro en su fase de
descomposición, corrupción y decrepitud”. “El fascismo es el instrumento del
capital financiero concentrado y centralizado. “El Capitalismo es el padre de
todos los Fascismo”, etc.
“La Historia se repite: unas
veces como tragedia y otras como farsa”, escribieron los seguidores de Marx.
Esperemos que estuviesen en lo cierto y que esta segunda oleada de los
neofascismos actuales que nos invaden, se convierta en una farsa y que la clase
trabajadora seamos capaces de frenarles a tiempo.
Debiéramos recordar aquella frase
que se le atribuye al filósofo Spinoza: “Ni reir, ni llorar, sino comprender”,
para hacer posible que no se cumplan las inteligentes palabras de otro gran filósofo
como fue Santayana, que en una de sus famosas frases que encierra una gran
sabiduría, dijo:”El pueblo que no conoce su historia, está condenado a
repetirla” y Miguel de Unamuno dijo: “El fascismo se cura leyendo y el racismo
se cura viajando”, pero aunque se viaja cada vez más, se sigue leyendo poco y
mal o se lee la Historia escrita por los mentecatos que la han prostituido al
servicio de los reaccionarios vencedores.
Algunos intelectuales
consideran que el fascismo no era una excepción que surgiera en Italia, o de la
nada, sino que representó un fenómeno internacional, que seguía la lógica del
desarrollo de los monopolios que evolucionaron hacia el imperialismo y, ante la
crisis estructural del capitalismo, se planteó como objetivo de la clase
burguesa dominante, la necesidad de
derrotar a la clase obrera que luchaba por el socialismo.
Por lo tanto, para algunos
autores que analizaron la realidad concreta bajo el prisma del método
filosófico del materialismo dialéctico, el fascismo era una respuesta de los
grandes capitalistas a las crisis económico-sociales profundas de los años 30
que con el inicio en 1929 del derrumbe bursátil, representó el colapso del
sistema capitalista.
Los capitalistas, ante aquel
hundimiento del sistema, y enfrentados al empuje revolucionario de las masas en
acción, alarmó a la clase burguesa dominante financiera que no se sentía
defendida suficientemente por las instituciones democráticas y prefería las
Dictaduras.
La burguesía acusaba a las
luchas obreras de masas, de todos los
males que pudiesen afectar a sus respectivas “naciones” y sus intereses
económicos, lo que provocaba una
polarización tanto en líneas “nacionalistas” como entre las “clases sociales”,
cuando era la incapacidad de su sistema para resolver los problemas sociales la
causa de la polarización.
Los grupos fascistas desataban
el culto a la violencia golpista-militarista y hablaban de un nuevo orden como
un Estado fuerte, con una estructura autoritaria vertical, con eliminación de
partidos políticos, sindicatos de clase e incluso asociaciones diversas, para aplastarlos
o controlarlos bajo el paragua “Protector del Estado Fascista”.
Esas posiciones
intransigentes y antidemocráticas, junto a los errores y divisiones de las
izquierdas, favorecieron el triunfo del fascismo en Italia, el nazismo en
Alemania, y en otras naciones, incluido el Golpe de Estado de Franco, apoyado
por Hitler, Mussolini y la posición de
“no intervención” de las democracias existentes, que miraron para otro lado.
Las políticas de esas
naciones favorecían el triunfo del franquismo en la guerra civil, ayudando a la derrota de la República española, lo cual fortalecía a las
organizaciones nazi-fascistas que estaban destinadas inevitablemente a
exasperar la crisis en Europa y desataron la II Guerra Mundial.
El peligro del fascismo
durante la República se aglutinó y concretó a través de la C.E.D.A.
(Confederación Española de Derechas Autónomas) que utilizaban la violencia
tanto fuera como dentro del Parlamento y pudieron formar un gobierno
reaccionario durante el llamado Bienio Negro, a la vez que toleraban el
“pistolerismo patronal” contra la clase obrera.
La burguesía española llevaba
una ofensiva realizando una potente campaña contra-revolucionaria, endureciendo
la legislación laboral, incrementando la represión contra las organizaciones de
izquierdas de forma brutal.
Atacaron especialmente a los
sindicatos como CNT y UGT, reprimiendo militar y políticamente al movimiento
obrero y fomentando el poderío de los caciques terratenientes y la Patronal que
salieron muy fortalecidos masacrando a los jornaleros y a la clase obrera, empeorando la situación social del pueblo
trabajador.
Basándose en el Parlamento
burgués, las derechas impulsaron todo tipo de medidas reaccionarias con el fin
de preparar una salida fascista, intentando imitar el triunfo de Hitler y
Mussolini.
Pero las tensiones de los
acontecimientos marchaban igualmente en dirección opuesta, incrementando la
polarización y la lucha entre las clases.
La radicalización de las
masas aumentaban e incluso hubo una escisión por la izquierda de la C.N.T. e
igualmente se produjo un giro a la izquierda del movimiento socialista con el
surgimiento de la corriente IZQUIERDA SOCIALISTA que lideraba LARGO CABALLERO,
que tenía una enorme influencia en el sindicato U.G.T. sobre todo en la
Federación Campesina y en las Juventudes Socialistas, lo cual confirmaba el
proceso de autodefensa de las masas, que se estaba iniciando en las izquierdas.
El movimiento obrero empezó
a reaccionar ante el inminente peligro fascista y organizó las Alianzas
Obreras, que representaban un intento de “Frente Único Proletario”, que fue un
ejemplo inédito en los años 30 en toda Europa, pero todo quedó en intentos, porque
la división de las izquierdas fue una de las causas de la derrota de la
República junto a los errores de sus direcciones.
La amenaza de la entrada de
algunos dirigentes fascistas de la C.E.D.A. al gobierno LERROUX, desató una
movilización general de las masas que explotó con la Revolución de Octubre de
1934 formando la Comuna de Asturias, que
quedó aislada.
Sin ese levantamiento de la
clase obrera en todo el Estado que cristalizó solo en Asturias, es posible que
el fascismo se hubiera instalado con éxito en España en aquellas fechas de 1934,
mediante la utilización de la maquinaria del Parlamento Burgués, como había
hecho Hitler en Alemania.
La brutal represión de la
Comuna Asturiana que había sido conquistada por la Huelga General y la lucha de
los mineros sublevados contra el fascismo, a manos de los militares dirigidos
por Franco, fue terriblemente sangrienta.
Miles de muertos en la
lucha, miles de torturados, fusilados y detenidos, junto a decenas de miles de
trabajadores despedidos, represaliados y huidos del terror militar fascista, mostró el balance sangriento de la represión.
Fueron ilegalizadas y
tuvieron que pasar a la clandestinidad las organizaciones obreras, mientras que
la burguesía lo utilizó como banco de
pruebas para prepararse y asestar el Golpe Militar Fascista dirigido por el
General Franco, dos años después, el 18
de Julio de 1936, desatando una guerra civil que duró tres años y una Dictadura
de 40 años. Miles de cuerpos de fusilados yacen todavía en cunetas y fosas
comunes, tras cerca de 43 años de “presunta” democracia.
En cuanto a la
recuperación de la Memoria Histórica, que sigue siendo una permanente demanda
de justicia, verdad y reparación para todas y todos los que lucharon y ofrecieron con gran valor y
generosidad sus vidas contra el Golpe Fascista y en defensa de la República(que
todavía esperan muchos familiares), el Gobierno de Coalición debe plantear una alternativa
urgente.
Muchos
historiadores, principalmente los derechistas, han intentado una y otra vez
ocultar la verdad de aquellos dramáticos acontecimientos con una fraseología
cínica hablando de una guerra entre hermanos.
Para millones de
personas está cada vez más presente que aquella llamada “guerra civil”
provocada por el fascismo y Franco al servicio del Capital, representó el combate
de una minoría de burgueses, militares y el clero, contra la abrumadora mayoría
de la población que eran obreros y campesinos para derrotar la Democracia
Republicana.
La reacción de
derechas no dudó en llevar a cabo un baño de sangre para defender los
privilegios de los terratenientes, la burguesía capitalista y su oligarquía
financiera encabezada por la Banca, la jerarquía clerical y los militares
traidores.
Muchas personas
inocentes fueron asesinadas, cientos de miles de personas, internados en campos
de concentración, perseguidos, vejados, torturados y encarcelados o tuvieron
que huir al exilio.
Los socialistas,
comunistas, anarquistas, o simplemente los demócratas, que continuamos
defendiendo los ideales de aquellas y aquellos que fueron masacrados, queremos
recuperar de una vez la memoria histórica,
para conseguir una justicia y dignidad nunca reconocidas plenamente.
Nuestro objetivo
como socialistas debe ser que resplandezca la verdad y la PAZ de los
pueblos, que nos sirva para asimilar las lecciones de la historia
reatando el nudo con las tradiciones de aquella generación que se vio forzada a
levantarse contra el Golpe Militar y en defensa de la Igualdad, la Democracia y
la República y por una sociedad mejor para toda la humanidad.
Esta situación debe ser cerrada con urgencia por este Gobierno.
La clase
trabajadora, la juventud junto a las organizaciones sindicales y políticas
defensoras del progreso, debemos continuar la lucha pacífica por nuestros
Derechos, pero las izquierdas debemos organizarnos más y mejor buscando la
unidad, para avanzar entre todas y todos hacia la conquista de un verdadero
programa que responda a las necesidades de las bases sociales.
Tenemos que apoyarnos
en las movilizaciones de la clase trabajadora y la juventud, para llevar a cabo las mejoras sociales que se
necesitan, aunque de forma pacífica pero firme y prolongada en el tiempo que se
requiera, para frenar y derrotar al “Trifachito”, herederos naturales de
aquella Dictadura Franquista que siguen apoyando tanto el PP, Vox como C’s,
financiados por múltiples casos de corrupción que emanan de multinacionales,
grandes empresas, banca y mercenarios a sueldo al servicio de la clase
dominante que tenemos que vencer en las urnas y en las calles.
EQUIPO DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.A
Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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