10 de junio de 2021

(Parte 2 final). LA RECESIÓN Y EL PELIGRO DE LA DEPRESIÓN.

    

(Recomendable leer antes la parte 1 anterior)    

…/… En momentos como los actuales opera de forma negativa y  más visible la “Ley de la Tendencia Decreciente de la cuota de Beneficios del Capital”, que aunque con cierta controversia por parte de los liberales, aún por su complejidad, demuestran sus perversos efectos

Marx denomina “composición orgánica del capital” a la relación entre el “capital constante” y “capital variable”, el primero representado por la masa de capital invertido en medios de producción y el segundo lo que invierte el capitalista en fuerza de trabajo.

La cuestión de las crisis cíclicas del sistema capitalista está vinculada a esa Ley mencionada, formulada por Marx y expuesta en el tomo 3º de “El Capital”, sección 3º, para los interesados en estudiarla y comprender por sí mismo,  si opera o no, que es el permanente debate con los liberales.

En la medida que las inversiones en “capital constante” aumentan mucho más que el “capital variable”, por la introducción de nuevas tecnologías y otros factores, pero una vez alcanzado el equilibrio por la competencia (ahora roto por los oligopolios),  la tasa de beneficio tiende a caer, aunque en los auges aparece tan ralentizada que algunos economistas burgueses la niegan. Aunque ahora en las recesiones, y sobre todo en las depresiones, la aceleración puede convertirse en vertiginosa y desestabilizadora del sistema.

 Esta tendencia a la disminución perpetua de la tasa de beneficio del capitalismo, unida a las otras tendencias, permitirá comprender la afirmación de Marx, de que “el capitalismo está infectado por el germen de su propia destrucción”, pero que nunca caerá solo, porque “la emancipación de la clase trabajadora, será obra de la propia clase trabajadora, o no será”.

Por tanto requerirá el concurso de la lucha de la clase trabajadora organizada y unida pero con una dirección potente que represente la vanguardia del factor subjetivo para producir los cambios necesarios que eviten la catástrofe, que solo será superable con la planificación,  bajo el modelo del Socialismo Científico y una Democracia Participativa y Ética, orientadas hacia el bien común.

Los nuevos inventos como la robótica, nuevas tecnologías, internet, ordenadores y otros términos son usados para describir lo que se ha dado en llamar la nueva revolución industrial.

Los propagandistas del capitalismo nos quieren hacer creer que en el futuro la humanidad vivirá pacíficamente y liberados de la mayoría de trabajos pesados, sucios y agobiantes, pero eso será una falacia bajo el capitalismo, porque es solamente de la mano de obra donde el capitalista extrae las plusvalías del asalariado y ni del robot y ni del resto de la composición técnica del capital representada por el capital constante.

La burguesía está “robotizando” al trabajador asalariado con ritmos infernales y jornadas prolongadas tendente a la esclavización,  que junto con la automatización que sustituye a miles que obreros, aumentará el paro forzoso al producirse un excedente que provoca el paro estructural crónico.

Esa situación de desigualdad creciente, más temprano o más tarde, producirá un aumento de la indignación de las masas ociosas con el consiguiente proceso molecular de toma de conciencia que dará lugar a  convulsiones sociales como vimos en procesos históricos cuando se produjo la rebelión de los esclavos luchando por su supervivencia y emancipación, hechos convulsivos que se podrían producir a un nivel superior.

Las guerras terribles, las migraciones causadas por los conflictos con la consecuencia de terribles hambrunas que afectan a pueblos y continentes de todo el planeta, podrían acelerar la desorganización y decadencia de este belicoso modelo imperialista/capitalista,  afectando también a la vieja Europa, provocando la descomposición del sistema.

Esa situación, si se profundiza la depresión, podría llevar a la desorganización del capitalismo y a la necesidad de reorganización de la producción en bases a la planificación científica de los recursos productivos a una escala europea e internacional, acometida en base a la democracia social participativa para avanzar al socialismo. 

Si esa posibilidad no se aprovecha, será a causa de la debilidad y división de las direcciones de los partidos de izquierdas y los sindicatos de clase debido a la pusilanimidad y capitulación de sus líderes, porque la clase trabajadora y los sectores oprimidos de la pequeña burguesía arruinada se verán obligados en un momento dado a lanzarse a la lucha de forma desesperada y acumularán la fuerza necesaria para cambiar la sociedad no una vez sino cien veces si hiciese falta.

La dialéctica materialista, base de la filosofía socialista marxista,  explica que la teoría del colapso espontáneo del capitalismo y su autodestrucción es incorrecta; si los trabajadores no conseguimos encontrar una salida a la barbarie y al infierno al que nos podría llevar el capitalismo mafioso, se producirían terribles sufrimientos si las fuerzas reaccionarias toman el camino del neo-nazi-fascismo que conduce a la catástrofe.

Esas fuerzas belicosas asoman su odio y su violencia en toda Europa y aquí tenemos el embrión del tándem PP/VOX que quieren el colapso de la democracia y el caos. Aquellos dramas terribles y belicosos del pasado lo quieren repetir si no lo evitamos con una firme oposición y movilización del movimiento social de masas.  

El Federalismo es el mejor camino para buscar una salida mediante el diálogo y la democracia respetando a las distintas visiones que se plantean en el conflicto territorial latente, entre nacionalidades, autonomías, regiones y pueblos.

Debemos profundizar en el debate hacia un  Estado Federal, Laico, Plurinacional, Republicano, Socialista, Democrático y Cooperativo, para transformar el actual sistema capitalista, caduco y corrupto, encontrando el camino al unísono hacia el nuevo modelo que el pueblo decida democrática y voluntariamente.

La lucha de clases no ha desaparecido como los voceros y voceras del capitalismo nos quieren hacer creer, por lo que para acabar con el modelo de explotación capitalista y superarlo, (pues de lo contrario el capitalismo siempre encontrará una salida), debemos continuar reorganizándonos marchando hacia la unidad porque solamente con la intervención consciente de los trabajadores bajo la bandera unitaria de un Frente Unido de Clase, de partidos de izquierdas, junto con sindicatos y organizaciones sociales de forma solidaria, podremos encontrar una salida digna para las clases menos favorecidas y para toda la Humanidad.

José Martín Rodríguez.

Coordinador de Comunicación.

Izquierda Socialista de Málaga-PSOE. A

Ispsoeandalucia.malaga@gmail.com

 

 

 

 

 

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