La Unión Europea a
través de su brazo político la Troika, sigue exigiendo a cualquier nuevo
gobierno español que sea conformado como resultado de las urnas el próximo
26-J, que aplique un nuevo paquete de recortes en torno a 10 y 15 mil millones
de euros, ya que el gobierno reaccionario del PP, incluso con su brutal
ofensiva de recortes y ataques a las condiciones de vida y salariales del
movimiento obrero y el empobrecimiento de más de 3 millones de autónomos y pequeños
empresarios que formaban las capas medias, fue incapaz de cumplir con el
déficit fijado y comprometido, en los porcentaje acordados para el 2015.
Pese a las mentiras y
la propaganda del PP, el capitalismo español sigue en una crisis que dura ya ocho
años. Igualmente está en crisis el
capitalismo europeo, tanto en el aspecto económico como en lo social, como
vemos con la batalla que libra la izquierda a través de la juventud y los
sindicatos de clase, con manifestaciones de rechazo y huelgas generales, contra la socialdemocracia de derechas de
Hollande en Francia que al aplicar las medidas que le exige la Troika, está
sufriendo un rechazo y un desgaste brutal.
También el capitalismo
mundial está en crisis, solo hay que levantar la vista de lo que está
sucediendo en Brasil, Venezuela y el resto de Latinoamérica, con intentos no
declarados por parte del imperialismo de recuperar más control sobre la
economía incluso apoyándose en golpes de Estado, al igual que apoyan con su estrategia bélica
global la horrorosa situación que sufren
los pueblos de Siria y el resto de la zona en un interminable conflicto armado
por la hegemonía mundial y de las materias primas, que produce cientos de miles
de muertos y millones de refugiados que huyen de la barbarie atrapados entre el
fuego cruzado del terrorismo yihadista y los bombardeos imperialistas.
En el Estado español,
los dirigentes de las izquierdas tenemos la obligación de luchar en la campaña
electoral a la que nos enfrentamos, por un objetivo claro de evitar un próximo
gobierno de las derechas que profundizaría la crisis descargándola una vez más
sobre las espaldas del pueblo trabajador, incluida las capas medias, cada vez
más empobrecida/os y extenuada/os por la
política antisocial aplicada por Rajoy y su gobierno, que está rodeado por un
océano pestilente de corrupción de cuyos saqueos nadie asume la responsabilidad
política a escala gubernamental ni exigen que se devuelva lo robado, como
podría hacerse practicándose la incautación de los bienes en base al Art. 128
de la C.E. que dice: “Toda la riqueza del país en sus distintas
formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. Se
reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá
reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en
caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo
exigiere el interés general”.
Pero sabemos que la burguesía es incapaz de cumplir la constitución, cuando
beneficia al pueblo y perjudica sus intereses y como no somos utópicos sabemos
que “no podemos pedirle peras al Olmo (de Rajoy) sino que, si queremos peras, debemos arrancar el Olmo y
plantar un Peral”.
Ese
debe ser el objetivo fundamental, desalojar a la derecha del gobierno y
conformar un gobierno de las izquierdas, que como habíamos estado defendiendo
en la anterior confrontación electoral desde nuestra corriente Izquierda
Socialista, debería estar compuesto por PSOE+Unidos Podemos con el más amplio respaldo
posible del resto de las fuerzas de progreso, las mareas, los movimientos
sociales y sindicales. Tenemos la
confianza de que si los dirigentes no lo impiden, los resultados a partir del
26-J SI permitirían formar un gobierno conjunto favorable a los trabajadores,
pero es preciso contar con las izquierdas que luchan, movilizarlas y pedirles
que nos ayuden a doblarle el pulso a la derecha españolista, cerril,
carpetovetónica y caciquil y también a la europea.
Porque “tenemos que decirle a la clase trabajadora
la verdad aunque les duela”, como decía Largo Caballero, y la realidad es que dentro del estrecho
margen del capitalismo, ninguna reforma
progresista será posible si se somete a su lógica del lucro para la clase
dominante, haciendo pagar los costos de la crisis a los trabajadores que no la
hemos provocado, y no a los capitalistas y sus bancos que son los responsables,
por lo que con la burguesía en el
gobierno la salida de la crisis será imposible.
Incluso
una vez conformado un gobierno aparentemente fuerte de las izquierdas en la
línea antes mencionada, dicho gobierno tendrá que enfrentarse con el mismo
dilema que se le presentó al Gobierno de Syriza encabezado por Tsipras en
Grecia. ¿Se enfrentarán con firmeza a los recortes y
cumplimiento brutal del déficit público, sometiéndose a la Dictadura de la
Troika, o tendremos todos juntos fuerzas para arrancar un programa socialista,
llamando a la unidad y las luchas políticas,
sociales, sindicales, culturales,
ecologistas y feministas para que podamos superar entre todo el pueblo en su
conjunto la situación para salir de la crisis por la izquierda, aplicando un
programa favorable para incrementar la producción, la distribución y la riqueza
de forma igualitaria y armoniosa buscando el camino de la verdadera democracia
y el genuino socialismo, o jugarán las direcciones de nuevo la política del
divisionismo y el entreguismo?
La
juventud, la clase trabajadora, los pensionistas, las capas medias y las
fuerzas del progreso representamos la inmensa mayoría de la sociedad y con la
legitimidad democrática que nos den las urnas podríamos poner la economía al
servicio del ser humano y no del lucro privado de una minoría de banqueros,
especuladores y corruptos que han venido saqueando al pueblo, poniendo en
marcha un plan de choque para solucionar el paro, la escasez y la desigualdad
que castiga a los menos favorecidos. Con una Banca Pública sería posible la
planificación democrática y científica de la producción y la distribución de
los bienes de consumo, poniendo la economía al servicio de la sociedad,
gestionada democráticamente, cumpliéndose la aspiración del programa inicial
del PSOE, que es “la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir,
la abolición de todas las clases sociales y su conversión en una sola clase de
trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e
inteligentes”, como defendían Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE y UGT.
Izquierda Socialista siempre ha venido
defendiendo que SÍ existe una alternativa para utilizar la creatividad
maravillosa de la que es capaz el ser humano y esa alternativa se llama
SOCIALISMO, el nuevo modelo de sociedad por el que merece la pena seguir
luchando para llevar a cabo un programa verdaderamente socialista y
profundamente democrático que ponga las bases para avanzar hacia la
transformación socialista de la sociedad, porque el capitalismo nos ha robado
el futuro.
Pepe
Martín Rodríguez.
Área
de Comunicación.
IS PSOE MÁLAGA.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario