La clase dominante utiliza las drogas para
obtener enormes ganancias, sobre todo las ilegales que van fuera del circuito
de impuestos, pero además de eso, les sirve para apartar a los jóvenes de la
participación consciente en la lucha social por sus derechos. Millones de jóvenes ven cómo sus vidas se
convierten en una pesadilla, que sufren principalmente sus familiares más queridos,
al quedar enganchados en las drogas, o son condenados a un ocio embrutecedor,
padeciendo el paro o la precariedad que les convierte en los nuevos esclavos.
Según el informe de 2015, elaborado por la
Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), se estima
en 246 millones de personas las que consumen drogas ilegales. La droga, la
prostitución, la trata de blanca y la economía sumergida siguen un mismo camino y representan una
verdadera lacra social. Por ello, los socialistas marxistas estamos contra esa
lacra, no solo por motivos éticos, sino políticos. Para nosotros, la droga no es una cuestión
individual sino que es sobre todo un problema social, económico, político y
cultural, que se ceba en la población juvenil, que afecta a la lucha contra el
capitalismo, pero de diferente forma a
los hijos de los trabajadores y los pobres, a la vez que de otra diferente a
los hijos de los capitalistas, que disponen de recursos suficientes para buscar
una salida.
Las modernas drogas sintéticas de diseño, estimulantes
de tipo anfetamínicos junto con nuevas sustancias psicotrópitas, relativamente
baratas y accesibles, están haciendo estragos entre la juventud, cuyas familias trabajadoras
sufren sus terribles consecuencias, mientras que los “niños de papás ricos”
tienen a su disposición buenas clínicas privadas y todo tipo de recursos
económicos para intentar salir de esa pesadilla.
Las causas principales del consumo de droga
podemos hallarla en las condiciones de existencia insoportable que padecen
millones de adolescentes y jóvenes bajo el capitalismo. El paro, la explotación
salvaje, los bajos salarios, el futuro negro al que nos enfrentamos, el fracaso
escolar, las presiones del consumismo, el cambio del modelo familiar, etc,
crean el ambiente para la extensión de la droga, pues la presentan como una
forma para evadirse de esa cruda realidad que se padece.
El debate sobre esta cuestión sigue abierto, aunque
más bien silenciado. “…Se estima que unos 2,3 millones de adultos jóvenes de
entre 15 y 34 años (el 1,9 % de este grupo de edad) consumieron cocaína en el último año, que sigue siendo la droga
estimulante ilegal más utilizada en Europa. España ocupa el segundo lugar en el
ranking ya que el 3,3 % de los jóvenes han recurrido a la cocaína durante los últimos
12 meses…” (Fuente El Mundo 4-6-15).
Los adictos a la droga en tratamiento, mayores
de 40 años, lo hacen por tomas de opiáceos, heroína, cocaína, cannabis y otras
sustancias y otros estimulantes. La burguesía utiliza estos informes para
arrojar los datos a la cara de la sociedad y se escandalizan de la pérdida de
valores, utilizando campañas que se repiten de forma intermitente que son
utilizadas por los sectores más reaccionaros que exigen mano dura o su
“liberación comercial” que encubran el tráfico de sus crímenes.
Esa misma clase burguesa que utiliza esos
discursos son los mismos que defienden los recortes, ataques sociales y
contratos basura, junto con la especulación, la corrupción y las guerras
imperialistas, defienden el tratado U.E./Turquía contra el derecho de asilo,
impiden la entrada de refugiados e inmigrantes que huyen de las guerras y la
miseria. Esos caballeros bien trajeados
y de derechas, defensores de la “cultura del esfuerzo del obrero”, nunca
reconocen que esta sociedad capitalista, no solo explota a los trabajadores en
sus puestos de trabajo, sino que les explota en el ocio cuando intentan
captarlos para sus redes mafiosas del narco o la trata de blanca.
A la juventud y la clase asalariada, sometidos
a las leyes burguesas, no nos queda más
remedio, bajo el capitalismo, que aceptar las reglas que los empresarios
imponen en nuestro ocio o rebelarnos y luchar organizadamente. Siguiendo la lógica del libre mercado éste se
rige por la búsqueda del máximo beneficio y, como no, por el control ideológico.
El ocio que nos ofrece el sistema es destructivo orientado a imposibilitar el
desarrollo de jóvenes con una actitud crítica ante los problemas de la sociedad,
siendo el Estado Burgués y sus amos los capitalistas, cómplices necesarios de
esta lacra.
Los grandes medios de propaganda en manos de la
burguesía quieren convencernos de que la policía, los jueves y el Estado son
los paladines de la lucha contra la droga, porque hacen de vez en cuando
redadas que la pasean por todos los Medias.
La realidad es que el tráfico de drogas alcanza impresionantes cifras de
negocios, que no pagan impuestos. Cualquier persona medianamente inteligente
comprende que es imposible que un negocio de esta envergadura y volumen se
pueda seguir haciendo a espaldas de los gobiernos.
Desde izquierda
Socialista venimos denunciando que ha
sido la política imperialista la que ha empujado a cientos de miles de
campesinos a la producción de drogas, como hemos visto por las políticas de
ajuste salvaje llevadas a cabo en algunos países de América Latina que quieren
trasladar ahora a Europa con la propuesta del Tratado Secreto TTIP que tanto
daño puede representar para la agricultura y el pequeño comercio y que nuestra
corriente ha rechazado de plano en varias asambleas y comunicados.
La bajada de precios del café y otros productos
agrícolas han llevado a que los campesinos de Latinoamérica, principalmente
Brasil y Colombia, atrapados en las redes de las grandes multinacionales de la
alimentación, que actúan en régimen de
semi-monopolio, cuyo comercio está en manos de “las Siete Hermanas”, que
imponen precios a la baja, vean como
única salida rentable el cultivo de drogas, a veces consentido y alentado por
sus gobiernos sátrapas, como en Marruecos, donde a través de la venta de hachís obtienen cantidades de divisas muy similar a
la de todas sus exportaciones agrícolas legales.
El capitalismo “negro” y el capitalismo
“blanco”, o a veces “blanqueado con leyes permisivas”, es ya todo uno, pues los
negocios legales e ilegales están plenamente interconectados con las mafias que
invierten en empresas “lavaderos” en Paraísos Fiscales, trasvasan capitales
libremente, y a su vez, desde estas zonas cubiertas de impunidad, canalizan
enormes recursos financieros hacia economías diversas, entre ellas, la
criminal, tomando el control de los Bancos y Empresas Multinacionales
implicadas y dedicadas al blanquero de dinero, al tráfico de drogas, al
chantaje, a la evasión y a la extorsión de algunos gobiernos.
Nadie puede dudar a estas altura de la película,
con el panorama que nos están ofreciendo a través de los Papeles de Panamá y el
inmenso lago de corrupción que rodea a casi todos los partidos con
representación institucional, que la
gran banca internacional, que es ya toda y una, está implicada hasta las cejas
en estos negocios que les reportan suculentos beneficios.
“El mercado clandestino de la cocaína tiene su
mayor actividad en América del Norte y genera ganancias al crimen organizado
que se multiplican en su última fase (…) El valor total estimado del mercado
ilícito internacional es de 651.000 millones de $ USA” (Fuente: El
Economista.com 14-7-15). Esa enorme
cantidad de dinero negro de origen corrupto y delictivo, se blanquea con la
connivencia de los grandes bancos, inyectándolos en las cajas fuertes de las
multinacionales financieras. Los bancos han desarrollado una amplia gama de
métodos de transferencias de fondos ilegales. Toda la legislación mundial
contra el blanqueo de dinero viene siendo incumplida sin grandes
problemas. La complicidad entre los
Estados y la Banca a la hora de desarrollar ese tipo de negocios mafiosos
queda ampliamente confirmada por la
permisividad de los Paraísos Fiscales.
No precisamos irnos muy lejos, sino repasar las “malditas hemerotecas” del
Estado español de los últimos años, para saber que ese blanqueo de capitales,
esas enormes evasiones, corrupciones y desfalcos están detrás de muchos
negocios, alimentados y llevados a cabo por la “cultura del pelotazo”
implantada y tolerada por todos los gobiernos, pero el que destaca sobradamente
en ese ranking de corruptos es sin duda el Partido Popular que tiene encausados
y/o en la cárcel a cientos de sus dirigentes más señalados.
La adquisición y control de empresas por
testaferros del crimen organizado, a través de todos los artificios y de la
“ingeniería financiera”, inventada, tolerada y aplicada sin rubor por la
burocracia estatal corrupta, es algo totalmente aceptado, tolerado y bien visto
por la burguesía y la comunidad financiera internacional. La prueba concreta de ello es la férrea
negativa de los capitostes políticos de toda laya, que se niegan
sistemáticamente a levantar el SECRETO BANCARIO E ILEGALIZAR TODOS LOS PARAÍSOS
FISCALES, convirtiéndose todo los que les apoyan en cómplices necesarios de
esas nefastas políticas que sirven para saquear impunemente las arcas de los
Estados, trasvasando la deuda privada a la Pùblica que hacen pagar a los
trabajadores vía impuestos, a la vez que ayudan al ocultamiento y blanqueo del dinero
negro de los narcos y demás criminales.
Tenemos que recordar la actuación vergonzosa
tanto del Poder Legislativo, como del Judicial, que han estado mirando para
otro lado , con una legislación laxa para los ricos y dura para los pobres,
permisiva en cierto modo con los poderosos, liberando o amnistiando a
reconocidos defraudadores y narcotraficantes, como el famoso Caso Nécora ya
desde 1994, la absolución del Clan Peque en 1997, clan acusado de introducir
cocaína procedente de Cali a través de las costas gallegas, o las más recientes
amnistías fiscales, al Caso Botín y otros por el PSOE y la más actual del PP,
autorizada por Montoro, Rajoy y su gobierno en pleno, muchos de cuyos
amnistiados aparecen en los mencionados Papeles de Panamá, en los que se
incluyen familiares del Rey, Ministros y demás personalidades.
Lo más escandaloso es que mientras esto ha
estado ocurriendo, la justicia se ha venido cebando contra los toxicómanos, los
pequeños rateros, los estafados de Bankia, sindicalistas y trabajadores arruinados por la mafia
bancaria que les desahucian para robarles sus viviendas, yendo algunos a la
cárcel lo que no hace sino hundirlos en el desastre de la
crisis aún más. Queda reflejado en estas situaciones el carácter clasista de la
Justicia Burguesa, que es vista con indignación por la población, que lucha
contra la Ley Mordaza, los desahucios y
demás leyes restrictivas e injustas.
Durante 40 años de esta “democracia incompleta”
con reminiscencias franquistas, hemos asistido a una escandalosa carencia de
medios públicos, materiales y humanos, para la lucha firme contra el Fraude Fiscal,
para atención al drogadicto, para mantener el Estado de Bienestar que se nos
prometió, mientras que sectores del PP
intentan lavarse la cara en esta cuestión, pregonando insistentemente la
mentira que son los que más han legislado contra la corrupción. Con un enorme
desparpajo y descaro Esperanza Aguirre repite como una cotorra que ella
“destapó la Gürtel”. Pero la población comprende cada vez más claro que es de
un cinismo inaceptable presentar ese discurso con toda la corrupción que les
rodea.
Continuando con la cuestión de las drogas, el
debate está en que diversos sectores se plantean como alternativa su
legalización. No quieren aceptar los dirigentes políticos del PP que la
represión se ha demostrado una vía totalmente fracasada, sin embargo los
argumentos en pro de la legalización son más que discutibles y los
“liberales-conservadores” enseñan su patita por debajo de la puerta exigiendo
“legalización”. Por un lado se suele
argumentar que descendería la delincuencia, que la droga sería más pura y, por
tanto, menos dañina y por último desde sectores que se denominan progresistas
se apela al ejercicio de usar la libertad individual con argumentos del tipo
“soy libre y con mi cuerpo hago lo que quiero”. Ninguna argumentación va a la
raíz del asunto, ni lo considera como un problema social, sino individual. No
quieren entrar al verdadero debate en líneas de clase ni se preguntan por las
causas que empujan a miles de jóvenes a buscar la salida de desconectarse de la
realidad.
Es irrisorio e irreal el argumento de la
libertad individual. Cada persona conoce el entorno en que vivimos y que en realidad éste nos condiciona
enormemente. ¿Acaso el paro, la explotación o la marginación no empujan al
mundo de las drogas? ¿Acaso decimos que
un trabajador o un joven que se ve obligado por sus circunstancias familiares a
trabajar en el primer empleo que se le ofrezca es verdaderamente “libre” para
decir no a un contrato basura o a hacer horas extraordinarias que le “propone”
el empresario, cuando está en juego la renovación de su contrato?
Decir que la legalización permitiría una mayor atención sanitaria es totalmente utópico. Los mismos burgueses que llaman a la reducción de los gastos sociales y a privatizar la sanidad pública (el Estado español es el país de la UE que menos gasto por habitante dedica en sanidad), nos van ahora a decir que invertirían en salvar y sanar a los toxicómanos. Lo único que les importa de los drogadictos es que no manchen su “estética social”. Los necesitan ocultos, pero que sigan engrosando las bolsas de beneficios del capitalismo, ilegal o legal. Además, las mafias siempre introducirían nuevas drogas en el mercado a un coste inferior, incluso, del que tendrían si se vendiesen legalmente. La droga es una mercancía y los narcos lo saben muy bien. Con la legalización, estos personajes se convertirían en “honrados empresarios” pero eso no evitaría ni las muerte de miles de jóvenes víctimas de las drogas ni la existencia de un negocio ilegal de drogas.
¿No es eso lo que ocurre con el tabaco de
contrabando o con el alcohol de garrafón que se sirve en miles de discotecas
todos los fines de semana? ¿Acaso se ha acabado con el contrabando de tabaco? No se acabaría con el problema de la droga con
su legalización pero sí permitiría aumentar la cuenta de resultados de las
nuevas multinacionales de la droga y obviamente facilitaría y ampliaría el
consumo de estas sustancias, convirtiéndolas en socialmente aceptadas como lo
es el alcohol, con lo cual, se favorecería aún más el control embrutecedor y
degradante del ocio por los capitalistas.
Además, es completamente falso explicar el
aumento en el consumo de drogas y cocaína por las políticas prohibicionistas. Basta
con saber que el alcohol es legal y está socialmente tolerado y eso no evita
que cada año haya más alcohólicos. Es realmente la droga más destructiva, si
bien sus efectos son más lentos. El inicio en la edad de consumo cada vez
desciende a edades más tempranas. En los
últimos treinta y cinco años se ha pasado de un 34% de abstemios a un 22% y de
un 10% de bebedores de riesgo a un 17%. Vistos estos datos ¿puede alguien en su
sano juicio argumentar que la legalización de las drogas disminuirá su consumo?
El problema de las drogas no va a resolverse ni con su
legalización ni a base de represión. Tenemos que defender nuestras reivindicaciones de un
puesto de trabajo digno y bien remunerado, vivienda accesible y mejoras
sociales además de un ocio alternativo sano y creativo en nuestros barrios.
Comprendemos que mientras exista el capitalismo habrá jóvenes que se verán
empujados a esta pesadilla, por lo que les proponemos como alternativa
organizarse, para buscar la unidad de
las izquierdas y seguir luchando por las siguientes reivindicaciones:
“Expropiación de todos los bienes y fortunas de los narcos e inversión de los mismos en programas de rehabilitación, bajo control de organizaciones sindicales, de vecinos y familiares de afectados. Nacionalización de los bancos implicados en el blanqueo de dinero. No al secreto bancario. Expropiación de los negocios privados de atención al toxicómano. Por una red sanitaria pública y gratuita que cubra toda la demanda de asistencia al toxicómano. Atención especial fuera de la cárcel de los toxicómanos con delitos. Creación de comités para luchar contra la droga en todos los barrios afectados, integrados por vecinos, familiares de afectados, y organizaciones obreras. No podemos confiar solo en la policía para terminar con el tráfico de drogas. Planes de prevención serios en colegios e institutos, que expliquen las causas, efectos, beneficiados y perjudicados con las drogas y vayan más allá de las campañas oficiales simplistas que, en algunos casos, se limitan a recomendar un uso responsable de la droga. Por un ocio creativo: Cines, bibliotecas, casas de juventud, centros culturales en cada barrio públicos y gratuitos, con horario de apertura nocturno, donde los jóvenes podamos desarrollar actividades que fomenten nuestra creatividad, sin trabas burocráticas. Locales gratuitos para los jóvenes y sus organizaciones. El deporte al servicio de los jóvenes. Polideportivos en cada barrio, canchas de deporte y piscinas públicas y gratuitas”. Estas son algunas de las medidas que históricamente hemos defendido desde izquierda socialista, y las seguimos defendiendo, en esta dura batalla por un mundo mejor para la humanidad.
¡¡NO A LAS DROGAS¡¡
¡EL CAPITALISMO MATA Y LA DROGA TE REMATA¡
Área de Comunicación.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE. A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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