"Está cada día más vivo el debate sobre el proceso de nacionalización de la Banca y las entidades financieras. Algunos economistas y juristas plantean que no solo es posible, sino necesario avanzar en esa línea. Ese proceso significa el cambio en la titularidad de la empresa bancaria, implicando la salida de los dirigentes privados y su sustitución por alguna figura jurídica dependiente del Estado, que puede estar compuesta por un Consejo democráticamente elegido, por representantes de los propios trabajadores, de sus sindicatos, de los propios impositores, y naturalmente del Gobierno de turno.
La titularidad de las acciones que conforman la totalidad de la empresa, pasarán así a manos democráticas de la ciudadanía, que ejercerán un completo control de la misma. Existen dos modelos de nacionalización: Una Estatalización burocrática y una nacionalización democrática. El proceso legal más usual empleado es el cambio mediante expropiación por interés general, incautación en caso de fraude o bancarrota, socialización o cualquier otro modelo.
El Banco Central de un Estado es el depositario del derecho jurídico del capital moneda, que es entregado mediante una concesión a los banqueros privados, por lo que, Jurídicamente es completamente factible llevar a cabo el proceso de nacionalización, rescatando para la titularidad pública los bancos privados. El único impedimento estriba en la clase que detenta o tiene suficiente fuerza para poder ejercer ese mecanismo, bien la clase trabajadora, bien la clase burguesa.
La capitalización bursátil global de todos los bancos en el mundo, estaba valorada pocos meses antes del inicio de la crisis que estalló en EEUU en el verano de 2007, en más de 500 BILLONES de dólares. Existen Bancos enormes, con mucho más capital que algunos Estados. Vamos a analizar como muestra uno de los grandes, que aunque es una multinacional, tiene su sede en el Estado español, como veremos a continuación.
El mayor banco de la eurozona por capitalización bursátil es el Banco Santander Central Hispano (BSCH) que declara 50.000 millones de euros. Declara asimismo que opera un modelo de negocio que está centrado en la banca comercial donde obtiene el 86 % de los ingresos y el 80 % de los beneficios.
Además posee 1,4 Billones de euros en fondos gestionados, opera en diez mercados principales y tiene 102 millones de clientes, 193.000 empleados, 15.000 oficinas.
Este enorme mastodonte financiero, que ha crecido como la espuma en los últimos 30 años, convirtiéndose desde un banco mediano, en la primera potencia económica de la zona euro, declara tener 3.3 millones de accionistas. Los accionistas se han repartido en los 5 últimos años un importe de 24.000 millones de euros de los 40.500 millones de ganancias acumuladas en ese mismo periodo.
Estamos comentando solamente una de las 35 macro-empresas que componen el IBEX-35. Cuando las empresas con mayor capitalización bursátil que tienen el mayor peso de ese índice, sufren bajas, como pueden ser grupos BSCH, Telefónica, Iberdrola, BBVA, Repsol, etc, la Bolsa entra en pánico porque estas potencias financieras influyen mucho sobre el índice general. Los analistas miran siempre con mucha frecuencia y atención esos 5 valores fundamentales, porque en un momento dado pueden arrastrar al mercado capitalista a otra debacle, sobre todo, en momentos tan delicados de recesión, como por los que atravesamos de deslizamiento hacia la depresión.
En momentos de recesión las fluctuaciones de las bolsas, que sufren arritmias, alzas y bajas, son muy peligrosas. Como demuestra la historia, la caída mayor del IBEX-35 desde su inicio en 1992, se produjo en un viernes negro del 10 de Octubre de 2008. Perdió en una jornada 9,14 % bajando hasta los 8.997,70 puntos, siendo la mayor bajada desde el crack de la bolsa española que se produjo el 2 de noviembre de 1.987, desplomándose un 21,20 % en cinco días.
Por el contrario, la mayor subida del IBEX 35 se produjo el lunes 10 de mayo de 2010, en la que subió un 14,43 %, saltando de los 9.065,10 puntos hasta los 10.351,90 puntos. La causa de esta subida se le atribuye a la aprobación del plan de rescate europeo, después de la segunda peor semana del índice en su historia. El mayor incremento se produjo en 2008, cuando EEUU y Europa anunciaron sus medidas de apoyo a la Banca, después de la crisis desatada por la quiebra del gigante Lehman Brothers. Cuando las autoridades monetarias toman medidas de salvamento, con dinero del pueblo para rescatar a los banqueros de la quiebra, la bolsa sube. Cuando la dejan caer, la bolsa se hunda.
El sistema liberal capitalista está agotado y no responde a ningunos de los paradigmas clásicos empleados anteriormente para salir de la recesión, que como cualquier economista sabe, son el modelo keynesiano y el de Milton Friedman, es decir, intervención estatal y ultra-liberalismo que ambos han fracasado, encontrándose ahora el capitalismo sin paradigma que aplicar, como si hiciésemos un simil de un autobús cargado de pasajeros, que se desliza a gran velocidad por una gran pendiente, con el motor parado, sin frenos y con el conductor borracho.
Se hace necesario desde el punto de vista democrático y teniendo en cuenta los intereses generales de la población, cambiar el modelo capitalista actual y desechar la política económica y monetaria practicada hasta estos momentos, porque es imposible salir de la crisis utilizando los mismos mecanismos liberales que han sido los causantes del colapso de la economía, hundiendo al sistema en esta espiral recesiva que nos puede estrellar contra el suelo de la depresión más horrorosa, si no se reacciona a tiempo, pero los defensores mercenarios del capitalismo son incapaces de reaccionar, sino es como consecuencia de una fuerte presión del movimiento obrero, utilizando la presión de las masas en acción, pero para ello se requieren unas direcciones sindicales y políticas audaces que presenten el programa adecuado y arrastren tras de sí a las masas ciudadanas.
Cada vez más economistas sensatos están llegando a la conclusión de que la política económica más correcta sería el utilizar los recursos financieros disponibles, previa nacionalización de la Banca y los oligopolios financieros, en una lucha firme contra la economía sumergida y los paraísos fiscales, para la creación de un banco público estatal, que permitiera poner la economía al servicio de la producción y ésta al servicio de los seres humanos.
En los manuales de economía se dice que en el fondo solo hay dos modelos de producción: a) Producir socialmente para satisfacer las necesidades humanas (Socialismo). b) Producir socialmente para la obtención del beneficio privado (Capitalismo).
Es completamente inviable intentar un modelo híbrido que empeora la situación y es completamente imposible que los banqueros, en momentos donde la tasa de ganancias se ha derrumbado, hagan caso a las “recomendaciones voluntariosas” de los gobiernos para que faciliten créditos a las empresas que lo necesitan, porque el objetivo de los banqueros no es solucionar las cuestiones sociales, sino aumentar la tasa de ganancias y les sacan más beneficios a conceder créditos para tapar agujeros de las deudas estatales, que arriesgarlos en prestarlos para la producción a los pequeños empresarios. La Banca privada no concede créditos porque el sistema está completamente colapsado.
El 21 de diciembre de 2011, el Banco Central Europeo (BCE) prestó MEDIO BILLÓN de euros a 523 entidades bancarias al 1 % de Interés. Una semana después, el mismo BCE informaba que los bancos comerciales de la eurozona, habían depositado en esta institución 411.813 millones (Un 82 %) por los que recibirían una rentabilidad del 0,25 %”. De nuevo a finales de febrero el Banco Central Europeo ha concedido 529.500 millones de euros a 800 entidades bancarias, para fomentar la liquidez. La Banca europea ha recibido una nueva inyección por parte de la Unión Europea, habiendo consumido ya, con ésta última aportación, por encima de los 10 billones, con escasos resultados.
La salida más democrática sería expropiar a los especuladores, banqueros privados y multinacionales, con el objetivo de concentrar todo esa capacidad de inversión económica en manos del Estado, para ofrecerla y gestionarla democráticamente dedicándola hacia la producción real, con la intervención de las fuerzas sociales, los propios empleados de la banca, los sindicatos de clase, las organizaciones sociales y vecinales y el conjunto de organizaciones obreras, estudiantiles y políticas, como la mejor forma de democratizar los recursos financieros, para combatir con firmeza la especulación, la corrupción, los despilfarros y las negligencias.
Estamos viendo procesos de nacionalizaciones bancarias en la práctica, en casi todos los países, pero realizados de forma antidemocrática, para defender los intereses y beneficios de unos super-millonarios que no han sido elegidos por el pueblo y que han instaurado una dictadura financiera contra los pueblos, comportándose como mafiosos que dan órdenes a los gobiernos so pena de chantajes y amenazas de “males mayores”.
Ese método de economía de casino con ruleta trucada, que todos conocemos ya, se está llevando a cabo poniendo los recursos públicos al servicio de la burguesía, para salvar los intereses del capital privado y de sus banqueros, que han sido los responsables de esta crisis, utilizando descaradamente los dineros del pueblo, metiéndonos las manos en los bolsillos y robando a los más pobres para dárselo a los ricos.
El socialismo defiende el paso de estos recursos al servicio de la ciudadanía y bajo su control, como corresponderá a una democracia social avanzada. Con esta modalidad que no significa, ni mucho menos, como dicen nuestros detractores, la expropiación de los pequeños ahorradores, los depositantes de recursos en el banco, ni de los clientes de la banca, lo que se haría es garantizar esos recursos evitando la quiebra del Estado, al que está amenazada, como ocurrió en Argentina cuando lo del “corralito”.
Tanto los clientes actuales del banco, como los futuros, así como los trabajadores autónomos y las empresas de economía social, y resto de ciudadanos, tendrían más facilidades de obtener créditos y aumentaría la fluidez del dinero circulante, porque una vez nacionalizado y democratizado esos recursos financieros, los depositantes de la Banca Pública, que contarían con la garantía del Tesoro del Estado, tendrían plenas posibilidades reales de crear las condiciones necesarias más favorables, con créditos muchos más baratos, que incluso pueden ofrecer los bancos privados, cuyo único objetivo es sacar beneficios para sus accionistas, y que tienen totalmente atascado la fluidez de los créditos colapsando la economía.
La Banca Pública, una vez eliminados los secretos bancarios y sustituida esa casta de dirigentes que perciben emolumentos astronómicos, por trabajadores cualificados con salarios medios del sector, puede establecer condiciones mucho más favorable para poder otorgar créditos de apoyos a los autónomos, pequeños empresarios, agricultores, pequeños comerciantes, pensionistas, ahorradores, a la economía cooperativa, sociedades laborales y de economía social, para fomentar la producción y comercio social, a la vez que se podría reactivar el sector público, realizando un plan de inversiones en viviendas sociales, sanidad, educación, infraestructuras públicas, tan necesarios para generar realmente puestos de trabajo, ofreciendo empleos a los millones de jóvenes y trabajadores que lo están demandando para realizar una vida digna, que les niega el sistema capitalista totalmente obsoleto y degenerado.
La nacionalización de la banca no es una utopía, sino que es una necesidad, sin cuyo requisito no saldremos de la recesión en muchos años. La lucha por ese objetivo y demás premisas para construir el socialismo genuino, tiene que estar en el orden del día de las reivindicaciones políticas y sindicales de las direcciones de la izquierda, para luchar por la salida a la recesión que la clase trabajadora necesita".
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
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