Este
proceso descrito por Marx es en la actualidad visible en todo el mundo,
particularmente con los esfuerzos que realizan las compañías multinacionales de
EE.UU. para reducir los costos y conseguir que sigan aumentando las ganancias
corporativas como parte de la producción económica total de más alto nivel,
como venía ocurriendo en las últimas seis décadas.
En
Europa, “Alemania es el país con menor porcentaje de paro registrado (4,8%), seguido
de Austria (5,3%). En el polo opuesto, Grecia (26%) y España (23,2%), son los
Estados que encabezan la tasa de desempleo en la U.E. Por lo que respecta al
paro juvenil, los griegos (51,2%) y los españoles (50,7%) también encabezan el
ranking. Por su parte, Alemania (7,2%) y Austria (9%) repiten como los países
europeos con menos jóvenes desempleados. En cifras absolutas, 23,88 millones de
personas en la U.E.” (Fuente: La Vanguardia 1-4-15). En EEUU la tasa de desempleo se sitúa en
torno al 5 % pero los salarios siguen a la baja o estancados durante más de 30
años, a la vez que la miseria, la pobreza y los recortes sociales atenazan a
los menos favorecidos y a las capas medias que están pasando a la pobreza.
Similar situación padecen los españoles, donde en torno a 3,3 millones de
personas que antes eran consideradas de clase media han pasado a engrosar las
filas de la clase trabajadora, empobrecidas por las políticas de austeridad,
recortes sociales y ruinas, consecuencia de la crisis interminable.
Por otra parte, la primera potencia económica mundial como EEUU, es a su vez la que mantiene las desigualdades
de ingresos más agudas que ha llegado a
su nivel más alto desde la década de 1920. Hasta la crisis iniciada en 2007, la
disparidad en los ingresos fue oscurecida por factores tales como el crédito
fácil, que permitió a algunos hogares pobres disfrutar de un estilo de vida que
la propaganda del sistema les incitaba a imitar a los más ricos.
Bajo el capitalismo globalizado, que corresponde a la fase
imperialista multinacional, el paro forzoso se ha convertido ya en estructural y
no en coyuntural como era en las crisis anteriores, debido a diversos factores,
entre los que se cuenta el desarrollo de la tecnología. El sistema capitalista
funciona con la lógica de reducir los costos para incrementar la tasa de
ganancia, objetivo primero del modelo. Las nuevas tecnologías, con la gran
revolución científico-técnica, les permiten reemplazar trabajo humano, por las
máquinas, la robótica y los modernos adelantos tecnológicos.
La maquinaria no necesita apenas descanso, no enferma, no tiene
gastos de seguridad social, no reclama pagas extras ni pide aumentos salariales
ni por tanto crea problemas sindicales. Las estadísticas de la primera potencia
mundial, los EEUU, que mostraremos algunas a continuación, expresan cómo se
está reemplazando trabajo en el que se utilizada mano de obra por métodos
tradicionales, por el que se hace ahora con las máquinas de nuevas generaciones
tecnológicas.
En EEUU, al igual que en la mayoría de los países, los trabajos
manuales tradicionales que se realizaban en la agricultura se están
sustituyendo por trabajo que realizan a través de la mecanización. En 1949 las
cosechas de algodón se realizaban en un 94 % a mano y solamente un 6 % se
empezaba a realizar a máquina. A partir de 1972, el 100 % de la cosecha de
algodón se realizaba ya mecánicamente.
En 1860 el 60 % de los trabajadores norteamericanos pertenecían al
sector agrícola. En 2009 el sector agrícola utilizaba solamente un 3 % de los
trabajadores. La industria del acero, entre 1982 y 2002 incrementó la
producción de 77 millones de toneladas a 120 millones de toneladas mientras que
los trabajadores del acero pasaron de 289.000 a 74.000 perdiéndose 215.000
puestos de trabajo. En 2013, la producción de acero en EEUU había caído a 87
millones de toneladas, debido a que China se ha colocado a la cabeza de la
producción mundial con 779 millones de toneladas en ese mismo año.
El proceso de incremento de la producción y pérdidas de empleo es
una trampa mortal del capitalismo. Es una de las contradicciones que se
agudizan con el desarrollo de las fuerzas productivas y que no puede resolverse
en bases capitalistas. Es un poderoso fenómeno que provoca paro, miseria y
desolación, que a su vez opera en cambios moleculares en la toma de conciencia
de las masas que son empujadas a la lucha por defender sus puestos de trabajo a
la vez que se rechazan los ataques que ello representa a los niveles de vida.
La primera cuestión que debemos plantearnos es a dónde han ido a
parar los empleos destruidos en la agricultura y la industria. Provisionalmente
podemos decir que fueron absorbidos por el sector terciario: Los Servicios,
pero sigamos analizando.
Desde 1950 los sectores de
Servicios han ido absorbiendo ese exceso de mano de obra que provenía del
desarrollo tecnológico del sector agrícola e industrial, como demuestran las
estadísticas, pasando del 59 % al 82 % de la fuerza de trabajo acumulada en
esos sectores terciarios. Pero el modelo ha colapsado en una crisis colosal de
sobreproducción, cíclica del capitalismo, de onda larga, que estalló en el
verano de 2007 en los EEUU. Hemos entrado en un ciclo descendente que presagia
una lenta agonía del modelo de producción capitalista que a la larga no podrá
resolver la cuestión social.
La automatización computerizada, que en sus inicios hizo abrigar
esperanzas en la consolidación del modelo capitalista, ayudando a la
globalización y permitiendo a algunos estrategas predecir “el fin de la
historia”, ahora se ha vuelto dialécticamente en su contrario y comenzó la
destrucción de empleos mucho más rápido que cuando se destruía en la
agricultura y en la industria, con el agravante que ahora no existe ningún
sector emergente que pueda absorber los excedentes colosales de paro a escala
planetaria.
Según informa la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el
número de parados a nivel mundial ha aumentado más de 30 millones desde el
inicio de la crisis de 2007. “El número de parados en el mundo aumentó en 2013
más de 5 millones y llegó a 202 millones”(…) “ En 2016 está previsto que
aumente alrededor de 2,3 millones (…) Es probable que otros 1,1 millones de
desempleados se agreguen a la cifra en 2017”. (Fuente: Organización
Internacional del Trabajo. Perspectivas sociales y del empleo en el mundo –
Tendencias 2016).
Siguiendo con el análisis de lo que ocurría en EEUU, desde 1983 a
1993 también el sector bancario empezó a despedir personal perdiéndose el 37 %
de los puestos de trabajo, sobre todo por la introducción de la
computerización, la robótica y las nuevas tecnologías. Por ejemplo, los
operadores de la telefonía han sido completamente reemplazados por computadoras
y artilugios automáticos. El trabajo humano, cada vez con más celeridad está
siendo reemplazado por la tecnología de forma fulminante.
El trabajo de las máquinas es más preciso, más productivo que la
del artesano o del obrero; la máquina no se cansa, es más consistente que el
obrero y no protesta. La automatización se emplea cada vez más en trabajos
complejos como la medicina, la arquitectura, la investigación, la ciencia en
general y otros menesteres que requieren trabajos repetitivos y monótonos.
El trabajo mental también está siendo sustituido desde hace tiempo
por modernas computadoras, los móviles, los robots…que lo hacen todo mucho más
rápido, más exacto y más perfecto que el obrero manual, por lo que eso no tiene
vuelta atrás, el problema es que sustituir toda la mano de obra por plantas robotizadas
donde no se utilice al obrero, es totalmente imposible, entre otras cosas
porque existe una Ley tendencial a la caída de la tasa de beneficios que
explica que, a medida que aumenta el capital constante y disminuye el capital
variable, se produce una tendencia a la caída de la obtención de plusvalías,
porque es la mano de obra del asalariado la que produce la ganancia. A su vez
en la medida que se desarrollan las fuerzas productivas, que confirma la Teoría
de las Plusvalías, donde se expresa que las ganancias del capitalista provienen
del salario no remunerado por el capitalista a la clase obrera de donde obtiene
las plusvalías que son los beneficios.
Sigue estando en discusión si operan a gran escala o se debilitan
esas tendencias, pero en momentos de crisis como los actuales, se produce una
aceleración que agrava la situación. Por otra parte, en base a los potentes
complejos de ordenadores, se pueden averiguar las soluciones a los problemas
que se plantean bajo el capitalismo, en base a realizar modelos por
simuladores. Son procesos cognitivos basados en la información de los datos que
se introducen en los programas.
Si tenemos un problema con nuestro automóvil, con el ordenador, o
con cualquier electrodoméstico moderno, llamamos al servicio técnico, que casi
siempre mediante otro aparato técnico lo analiza y nos diagnostica la avería o
nos dice de dónde proviene el problema o si es de obsolescencia, programada o
no, por lo que nos aconseja sustituir la
pieza dañada o el aparato en tu totalidad.
Cuando los estrategas del capitalismo, que controlan la economía a
través de mecanismos como el FMI, la Banca Mundial, la ONU, el Pentágono o
cualquier otro organismo, tienen un problema en el funcionamiento del modelo
capitalista de libre mercado, en el que llevan ya cerca de nueve años atascados
sin dar con la solución eficaz, cualquier persona mínimamente inteligente
empieza a darse cuenta de que algo gordo está ocurriendo, pues a alguien se le
habrá ocurrido ordenar que hagan un análisis computerizado, al menos en
simulación, para poder detectar lo que le ocurre al sistema capitalista que no
funciona para obtener los resultados que esperan.
Seguramente más de uno de los cientos de miles de lumbreras que
han estudiado economía en famosas y costosas Universidades, donde cuentan con
al menos un Premio Nobel de Economía al año, habrán tenido la ocurrencia de
averiguar dónde está el fallo para salir de la crisis, porque todos analizan lo
que ha pasado, las quiebras, las deudas y todo lo demás, pero soluciones no se
atreven a darla. ¿Qué resultados les habrán dado los simuladores de la economía
para tener tanto pánico a decirles la verdad a los pueblos?
Posiblemente el diagnóstico sea que el motor del sistema
capitalista está gripado, que el paro es estructural, que el modelo actual,
robándoles constantemente a los pobres para dárselo a los ricos, no tienen
solución porque se encuentra obsoleto y no se puede reformar ni reparar.
Seguramente estén discutiendo los efectos de las fórmulas recomendadas, como la
fórmula a) Aguantar e ir tirando con remiendos, recortes sociales, ataques
permanentes a los intereses y derechos de las masas, rescates bancarios y otros
intentos de “ingeniería financiera”, para restaurar la tasa de ganancias, con
el pánico a que esto les reviente en las manos y se produzcan convulsiones
sociales, levantamientos y revoluciones que en un momento dado no puedan
controla. O la fórmula b) Un cambio de modelo de sociedad por obsolescencia y
agotamiento del capitalismo, ya que seguramente han detectado que existen dos
frenos absolutos que impiden al modelo actual desarrollar las fuerzas
productivas, como son la propiedad privada de los grandes medios de producción,
incluidos en ellos el sector financiero que ahoga y estrangula la producción
real, y el freno total que representa las fronteras nacionales, cuyo modelo
globalizado amenaza con guerras comerciales(y sangrientas) terribles imposibles
de evitar, así como levantamientos de las masas y convulsiones sociales
inevitables.
Observando la proyección de las dos propuestas alternativas
planteadas, para superar las contradicciones inherentes al sistema capitalista,
no pude contemplarse más que la sustitución del capitalismo por el Socialismo,
entendiendo éste como un modelo verdaderamente democrático donde se proceda a
la nacionalización de la banca, los monopolios y los latifundios, bajo control
democrático de la clase trabajadora y al servicio de los más necesitados, para
poder utilizar los colosales recursos que existen en la sociedad y que se están
infrautilizando, despilfarrando o destruyendo, para poder resolver los
problemas de los seres humanos.
Con los recursos económicos y las grandes palancas de la economía
en manos del pueblo y gestionados democráticamente podríamos planificar la
economía para producir más, poniendo a todo el mundo a trabajar, con el
objetivo de repartir con justicia el fruto del trabajo, mejorar la sanidad
pública, la educación, desarrollar las infraestructuras, el ocio, la cultura,
porque una vez que los recursos estén planificados democráticamente bajo el
control de la mayoría, que es la clase trabajadora, con los avances
tecnológicos podríamos reducir la jornada laboral para repartir el trabajo para
que la población pudiese disfrutar de una vida mejor, con el objetivo de
trabajar todos para disfrutar de una vida digna como seres humanos
inteligentes.
Con el modelo capitalista, el paro que es ya estructural y las
demás cuestiones sociales no tienen solución. La única alternativa es el
Socialismo. En base a un nuevo modelo de socialismo genuino y una democracia auténtica,
la economía no se planificaría para obtener el máximo beneficio para unos
cuantos banqueros, multinacionales y especuladores que se han convertido en
verdaderos parásitos, sino para el bienestar del conjunto de la sociedad. Ese
sería el camino para construir una sociedad verdaderamente democrática y
socialista, donde, una vez liberados de la lucha cotidiana por la supervivencia
y con los medios colosales de producción existentes puestos al servicio de todos
y gestionados democráticamente, los trabajadores podríamos participar
conscientemente en todas las decisiones políticas, económicas, sociales y
culturales de la sociedad, ejerciendo la verdadera democracia socialista en un
plano de igualdad.
Consideramos que en la actualidad, con la fuerza potencial que
tiene la clase trabajadora asalariada en todo el planeta, la transformación
socialista de la sociedad es más necesaria y
posible que lo ha sido nunca. El único requisito que se necesita es la
potenciación de un movimiento internacionalista de masas que defienda un
programa auténticamente socialista bajo la firme dirección democráticamente
representativa de “trabajadores libres, justos, honrados e inteligentes” (como
proponía el Abuelo Pablo), para lo que es imprescindible la participación de la
mayoría de los jóvenes, los parados, los jubilados, los movimientos de lucha
por la igualdad de género y demás capas de la sociedad, arrastrando tras de
esta fuerza colosal al movimiento sindical, al movimiento cooperativo, a los
colectivos ecologistas en defensa del Medio Ambiente, a las empresas de economía social, al
movimiento cooperativo, a los autónomos
e incluso a las pequeñas y medianas empresas. Todas esas son las fuerzas que
están llamadas a luchar por acabar con el capitalismo e iniciar la construcción
de la verdadera sociedad socialista. Para ello es preciso poner la ética al
servicio de la economía y ésta al servicio de la Humanidad.
José Martín Rodríguez.
Área de Comunicación.
Izquierda Socialista Málaga-PSOE-A.
Miembro del Comité Provincial del PSOE de
Málaga.
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