En cuanto al programa socio-laboral de actuación que nos comprometemos a defender y que un futuro gobierno de los trabajadores encabezado por el PSOE debería someter a la negociación para perfeccionar y mejorar en un debate libre y democrático con los sindicatos UGT, CCOO, CGT, SAT, S.E. y otros que se quieran sumar, así como contar con las fuerzas emergentes como a I.U., PODEMOS y otras organizaciones y progresistas que se quieran incorporar libremente a estas negociaciones, proponemos y defendemos lo que sigue:
1.- Es correcto asumir
que hacen falta aplicar medidas extraordinarias para superar las consecuencias
de la crisis y, al mismo tiempo, rechazar las medidas reaccionarias aplicadas
por el gobierno de la Derecha. Pero no
las medidas que están pidiendo los grandes empresarios, banqueros,
multinacionales y sus organismos como el F. M.I. y la Banca Mundial, tanto a
escala planetaria como para nuestro
país, pues estos agentes del capital solo buscan salvaguardar los
intereses y las ganancias de unos cuantos miles de ricachones, que iniciaron la
construcción de la Europa de los Mercaderes, que ha resultado un estrepitoso
fracaso, pues lo quieren hacer a costa del padecimiento, sufrimiento, miseria y
hambre de la mayoría que es la clase trabajadora. Es cierto que hace falta aplicar medidas
extraordinarias, pero a favor de las familias trabajadoras, los autónomos y las
capas medias de la sociedad, que juntos, representamos la aplastante mayoría
democrática de la población, en contraposición con un puñado de capitalistas
que no se someten a las urnas pero sí imponen su hoja de ruta que tanto daño
nos han hecho.
2.- Los trabajadores organizados que queremos
luchar por el genuino socialismo tenemos que dar la batalla y organizar una
campaña de agitación enérgica y amplia, en defensa del verdadero programa que
nos saque de esta dramática situación que estamos viviendo, para construir la
Europa Social de los trabajadores, como se ha venido planteando durante cierto
tiempo con las oleadas de marreas y movilizaciones en defensa de un mundo
mejor, para que se adopten medidas sindicales y políticas que sean aceptadas
por la clase trabajadora y nuestros sindicatos de clase, cuyas reivindicaciones
más urgentes son:
3.- Es imprescindible introducir la escala móvil
de precios-salarios, para que los incrementos salariales sean automáticos e
igual a la subida del índice de los precios de la compra, ajustado cada seis
meses. Los trabajadores, que somos el
sector de la población que crea riqueza, no podemos tolerar que continúen
degradándose las condiciones laborales, ni nuestras condiciones de vida y la de
nuestras familias. Teniendo en cuenta la pérdida constante de nuestro poder
adquisitivo sufrido durante estos años de ajustes duros, debemos exigir un
aumento inmediato de los salarios para compensar las pérdidas.
4.- Prioritario es también la legalización de
todos los trabajadores que ejercen sus labores en economía sumergida, con el
único requisito de denunciar ante los sindicatos y la Inspección de Trabajo por
parte de los afectados, legislándose para que sean considerados fijos de
plantilla. En caso de represalia al
trabajador, es preciso legislar de tal forma que el Estado pueda intervenir a
través de los poderes públicos, sancionando al empresario llegando incluso a la
incautación de los bienes de la empresa que se encuentre fuera de la Ley. Los trabajadores no somos ilegales, sino que
la corrupción y las ilegalidades vienen de parte del patrón que no declara ante
la seguridad social y la Hacienda Pùblica para obtener más beneficios.
5.- Para impulsar las medidas de regeneración del
sistema productivo y ejercer un control democrático desde la base, es preciso
dotar a los Comité de Trabajadores y Delegados Sindicales con una legislación
suficiente para que contribuyan a erradicar la corrupción, eligiendo representantes
en cada empresa, mediante votación libre y secreta, con garantías sindicales
suficientes, y cuyo cometido debe ser impulsar la lucha por la defensa de los
puestos de trabajo y los salarios y el cumplimiento firme de las jornadas
laborales, eliminando las horas extras, para repartir el trabajo existente,
hasta que se elimine la bolsa de paro existente. En caso de que algunos empresarios se quejen
de que “legalmente” no pueden funcionar, se les exigirá que abran los libros de
cuentas de la empresa o las de su grupo,
para ejercer un control democrático y evitar el vaciamiento de los recursos de
la misma y fiscalizar las cuentas de aquellas que quieran justificar despidos o
impagos salariales.
6.- El gobierno de los trabajadores fijará un
salario mínimo de 1.000 euros al mes, sea cual sea el sector de
producción. La prestación mínima por
desempleo será al menos del 80 %, hasta que se le garantice un nuevo puesto de
trabajo.
7.- Una de las medidas
más eficaces que se deben emplear para luchar claramente contra el paro
forzoso, es la puesta en marcha de las fábricas y empresas cerradas o infrautilizadas, mediante incluso
la confiscación o expropiación por parte del Estado, para fomentar la producción.
El Estado a través del resto de las Administraciones Pùblicas deberá garantizar
el salario fijado por convenio y prestar ayuda financiera y técnica a los
trabajadores que, antes de admitir el cierre de las instalaciones, asuman organizarse en cooperativa o en
cualquier otro modelo de economía social.
8.- Para luchar claramente contra los desahucios
y el problema de la vivienda, el Gobierno legislará para proceder a la
expropiación de los inmuebles y viviendas no ocupadas durante un año, sin justificación,
o que estén abandonadas y fuera de uso, para que puedan realojarse las familias
sin viviendas y sin recursos para alquilarlas. En su caso también serán
utilizadas como centros culturales y de ocio social. La entrega y uso de cada
inmueble debe estar controlado por las Asambleas Vecinales de cada barrio o
pueblo, con representación de los sindicatos y otras organizaciones sociales
acreditadas.
9.- El Estado garantizará por Ley que los
alquileres e hipotecas para viviendas social
de primera ocupación no superen en ningún caso el 10 % de los ingresos
familiares, de aquellos núcleos de familia que tengan dificultades económicas,
siendo revisadas y apoyadas por los Servicios Sociales que emitirán el informe
fehaciente para acogerse a la legislación, para hacer cumplir la afirmación
“ninguna familia sin techo” paralizando de inmediato los embargos de viviendas
y enseres de las viviendas de las familias trabajadoras y los desahucios hasta
conseguir una solución habitacional.
10.- Con el objetivo de poner freno a la inflación
que perjudica a los salarios, es preciso legislar para evitar las subidas
arbitrarias de las tarifas de precios sin que sean autorizadas por la
Administración Pública. Si algunas empresas, incluso las privatizadas, dicen
que no pueden garantizar la calidad de los servicios y productos, el Estado
debe proceder a su renacionalización o remunicipalización, sin indemnización y
ponerlas democráticamente bajo control
social, para garantizar el nivel medio de la producción.
11.- Para acometer una
Reforma Agraria moderna con el objetivo prioritario de poner fin al paro, la
miseria y la escasez de trabajo en los
pueblos, que permita ofrecer soluciones dando faena a las familias
trabajadoras, jornaleras y campesinas, paliando a su vez las necesidades
alimentarias de la población, el Estado acometerá la Legislación necesaria para
expropiar los grandes latifundios agrícolas y ganaderos de más de 200 Ha
comenzando por aquellos que están insuficientemente cultivados o se mantengan
improductivos, para ponerlos en explotación, con el concurso de los Sindicatos
Agropecuarios en régimen de Cooperativas.
12.- Con el fin de
contrarrestar la huelga de capitales y el boicoteo financiero, se procederá a
la nacionalización, con indemnización en casos de necesidad comprobada y bajo
control democrático de los trabajadores, de los grandes monopolios y
multinacionales para que con estas palancas económicas fundamentales en poder
del Estado y a través de su gestión social y democrática, pueda llevarse a cabo
un verdadero Plan de Producción que permita sacar al país del estancamiento,
produciendo más entre todos y repartiendo con justicia el fruto del trabajo, para
salir de la difícil situación en la que
estamos sumidos.
13.- Para garantizar los recursos necesarios que
hagan efectivo dicho Plan y el resto de las medidas antes enunciadas, se planificará la nacionalización del sector
financiero unificándolo en un solo banco público, con indemnización en casos de
necesidad comprobada y bajo control democrático de los trabajadores. Esta
medida, no solamente garantizará controlar los recursos económicos del país en
beneficio de la mayoría, sino que permitirá conceder créditos baratos a las
familias trabajadoras de los autónomos, pequeños productores, pequeñas empresas,
fomentando el cooperativismo y la economía social autogestionariamente, de amplios sectores del consumo y la producción. Se garantizarán por el Estado los depósitos
de los pequeños ahorristas individuales, empresas familiares, Pymes y todos los
sectores de economía social de carácter cooperativo, así como se prestaría
apoyo a todos los emprendedores que garanticen los puestos de trabajo de sus
empresas.
14.- Este es un
verdadero programa a favor del pueblo y de las familias trabajadoras. Pero es
evidente que este programa no lo van a aplicar los empresarios y su gobierno
por las buenas. Solamente con la lucha y la movilización de masas podemos
arrancar una gran parte de estas demandas, o que se pongan en marcha con la
conquista de un Gobierno de izquierdas. Para que todas sean efectivas y llevadas a la práctica, es completamente
necesario un gobierno fuerte de los trabajadores, un gobierno de conjunción
entre PSOE, PODEMOS, IZQUIERDA UNIDA, con los grupos ecologistas y los
sindicatos de clase, que responda de verdad a las demandas de sus bases
sociales. Mientras el gobierno esté en manos de los partidos de Derechas, que son
defensores de la patronal y la burguesía, ellos resistirán y harán todo lo
posible por boicotearlas y frustrarlas. Un gobierno de los trabajadores
solamente será posible cuando la mayoría de las clases laboriosas de nuestro
país acepte, acuerde y defienda este programa. Solamente entonces tendremos la
fuerza suficiente para echar abajo los gobiernos corruptos al servicio del
capital y comenzar la transformación socialista que anhelan y necesitan los pueblos.
15.- Para ello es
preciso buscar la unidad mediante una coalición amplia de las izquierdas, que
movilice a los trabajadores, reorganice las asambleas de barrios y de fábricas,
potenciando el sindicalismo de clase, apoyando a la juventud, al feminismo, al
ecologismo y demás fuerzas de progreso, a las que les pedimos que participen, colaboren,
controlen y autogestionen este plan de
acción. Esta gran coalición sería absolutamente democrática, con la táctica de
marchar y luchar juntos, manteniendo
cada colectivo su organización, pero votando y actuando todos juntos contra las
derechas.
16.- La mejor manera de ganar a la mayoría de la
clase trabajadora para defender este programa común, un auténtico programa
socialista, las organizaciones de esta
Conjunción, tanto sindicales y la izquierda en general, deberíamos unificar
nuestras luchas y reivindicaciones, como insistentemente vienen demandando
cientos de miles de activistas, juveniles, vecinales, sindicales y de
consumidores. En concreto, no está justificada la dispersión y división del
movimiento de la izquierda, cuando la Derecha lleva años unida en torno al PP,
aunque ahora empieza su división con el surgimiento de Ciudadanos, situación
que tendríamos que aprovechar. Habría
que agitar por la UNIDAD del movimiento de los trabajadores, marchando hacia un Consejo Sindical Unitario y Democrático, con
plena libertad de organización y corrientes internas en su interior, para todos
poder defender con absoluta libertad nuestros planteamientos y propuestas, y
que las decisiones se tomen democráticamente, refrendadas por las Asambleas
generales de cada barrio, distrito y/o pueblo.
17.- Los activistas
de izquierdas deberían desarrollar un
trabajo sistemático en la base de los sindicatos y entre los trabajadores, no
solamente en CCOO, UGT, CGT, SAT, S.E y otros, sino que es preciso que surjan y
se desarrollen alas de izquierdas en las mismas, para oponer alternativas
organizadas a los dirigentes que tiendan a la burocratización. Es urgente la
convocatoria de elecciones sindicales libres en una misma fecha, para
actualizar la representación democráticamente, para que tengamos capacidad
de nuevos liderazgos que intervengan audazmente en las luchas y movilizaciones
de los trabajadores, en defensa de las reivindicaciones y derechos. En concreto, las bases tienen que exigir que
todo dirigente deba ser elegido y revocado en cualquier momento por la misma
base que lo eligió y que ninguno de ellos cobre un salario superior al salario
medio de un trabajador cualificado de la rama por la que es elegido, para luchar
firme y honestamente contra el peligro de la burocratización y la corrupción en
las filas de la izquierda.
18.- Para formar ese Consejo Sindical Unitario y Democrático
antes dicho, de todas las organizaciones
que puedan alcanzar representación democrática, se contará con los propios
trabajadores elegidos para desarrollar sus reglamentos y estatutos con la idea
de conectar con los activistas y los elementos más conscientes y avanzados
dentro del sindicalismo de clase, en la perspectiva de formar una verdadera
organización sindical unitaria de masas, verdaderamente democrática, que sea
capaz de ganar para el programa del genuino socialismo, a la mayoría de la
clase trabajadora. La formación de
Coordinadoras Sindicales que engloben a las organizaciones de izquierdas,
asambleas populares, sindicatos, secciones sindicales, comités de empresas,
delegados de personal y comisiones internas coordinadas local, provincial y a
escala Federal, son fundamentales en esta tarea de reorganización, potenciación
y unificación del movimiento sindical.
19.- Porque mientras tengamos el Derecho de opinar
y quejarnos, pero que sean otros, como los grandes empresarios y banqueros, los
que decidan lo que tenemos que hacer, jamás habrá una auténtica democracia, ni podremos avanzar hacia la superación de
modelo capitalista, sino que tendremos una fachada de aparente democracia que esconde en realidad la dictadura del gran
capital. Necesitamos una democracia
auténtica, una democracia de la mayoría que somos los trabajadores, pero
basada, NO en funcionarios y burócratas, algunos de los cuales han sucumbido
ante la corrupción, sino en el control directo y democrático de la gestión
sindical, política, económica , social, ecológica y cultural de la sociedad. Si los trabajadores somos la mayoría, lo
lógico es que la representación corresponda a una “democracia de y para los
trabajadores”, basada en la participación y el control de la población por
medio de comités y asambleas en cada centro de trabajo, por barrios y en
cualquier lugar donde se disputen tomar decisiones que afecten al pueblo. Las tareas de la gestión y administración de
lo público no deben estar confiadas exclusivamente a “especialistas” que se
separan del pueblo, sino que deben ser ejercidas por el conjunto de la
población, incluyendo por ley la rotación en los cargos y mandatos.
20.- El verdadero Socialismo es internacionalista
o no es nada, porque de lo contrario se convierte en un sucedáneo o en una
perversión, por lo cual, habría que compartir solidariamente estos métodos de
lucha, en un primer momento hacia los hermanos de Europa, pero también en
América Latina y el resto del mundo, buscando alianzas internacionalistas con
grupos afines, para hacer frente con más garantías a cualquier intento del
imperialismo por sofocar o impedir las legítimas y democráticas aspiraciones de
los pueblos a la transformación social y poder avanzar conjunta y decididamente
hacia la Confederación Socialista Mundial, planificando en común en base a la
democracia social los enormes recursos productivos que nos ofrece el planeta en
beneficio de la mayoría de los seres humanos.
21.- Urgente y preciso es, que un nuevo Gobierno de los trabajadores
acometa con firmeza la iniciativa de recuperar la Memoria Histórica, que es una demanda de
Justicia para todos aquellos que lucharon y ofrecieron su vida con generosidad
y valor sin precedentes, contra el Golpe de Estado franquista y la defensa de
la República, la democracia y la libertad.
Cientos de miles de personas
fueron asesinadas, internadas en campos de concentración, encarceladas,
arrojadas al exilio o asesinadas en las cunetas en las que yacen todavía miles
de seres humanos, habiendo sido permanentemente reclamados por sus familiares
queridos, que se sienten frustrados y engañados tras cerca de 40 años de
“democracia” y otros 40 de cruel dictadura.
Es inaplazable legislar y dotar a los poderes del Estado de
presupuestos suficientes para, no
solamente recuperar esa Memoria Histórica y conseguir una Justicia y Dignidad
nunca reconocida, como la recuperación y
sepultura digna de los cuerpos, sino
para aprender de las lecciones del pasado y reatar el nudo con aquella generación
que murió en defensa de la igualdad, la justicia y la libertad poder construir
una sociedad mejor, por la que tenemos el deber de seguir luchando.
22.- Por ello, es más necesario que nunca la lucha
decidida por un Estado Federal, laico, republicano, socialista, plurinacional,
democrático y cooperativo, que camine al
unísono para fortalecer una Unión Socialista de los Pueblos de Europa, como
primer paso para la formación de una Confederación Socialista Mundial, para que
en un plano de igualdad, colaboración y apoyo mutuo entre todos los pueblos del
planeta, podamos avanzar hacia un mundo mejor, desterrando los enfrentamientos,
buscando con Respeto y Solidaridad la PAZ
y asumiendo el único camino de la democracia plena para resolver los
conflictos y se inicie el camino para eliminar las guerras y los
enfrentamientos nacionales que están abocados al exterminio de la
humanidad. Es preciso caminar en pro del
reparto equitativo de las riquezas para que la economía pase a estar al
servicio del género humano y no de unos cuantos cientos de multinacionales
dominadas por unos elementos que están destruyendo el planeta y que en el
fondo, no han sido elegidos democráticamente, sino por su “doctadura billetera”
para defender los intereses de sus amos, los poderosos banqueros y parásitos
del gobierno mundial en la sombra.
23.- Con la participación
activa y democrática de la mayoría de la población que es la clase trabajadora
en lucha por estos objetivos sociales, estaríamos en condiciones de avanzar
hacia una verdadera sociedad pacífica y democrática , donde, una vez liberados
de la lucha cotidiana por la supervivencia debido a la escasez a la que nos
somete el capitalismo, y con los medios de producción bajo control democrático
de la mayoría de la sociedad, los trabajadores y nuestras familias podríamos
participar conscientemente en todas las decisiones políticas, económicas,
sociales, ecológicas y culturales de una nueva sociedad basada en la ética,
poniendo al ser humano en el fundamento de la economía y ésta al servicio del
conjunto de la Humanidad.
A.Comunicación.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE.A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
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