Ayer fue un día reivindicativo convocado por UGT y CCOO, defendiendo un “Trabajo Decente”, concentrándonos a las 12 en Calle San Lorenzo, delante de la Sede de la Patronal Malagueña, al igual que hacían otros trabajadores en todo el Estado. La Secretaria General de UGT, Auxiliadora Jiménez, declaró entre otras cosas que “no se puede decir que se está salido de la crisis cuando en realidad, lo que estamos es entrando todavía más en la pobreza y la desigualdad”. También destacó que según los datos últimos de la EPA, “240.000 malagueños se encuentran en situación de desempleo, cifra que ha aumentado desde 2011 en 24.000 personas”. Añadió: “Tristemente el tener un trabajo no garantiza salir de la pobreza. La mayor parte de los contratos son temporales de menos de un mes y el 43 % de los malagueños cobran menos del salario mínimo interprofesional, es decir, 648 euros”.
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Algunos compañeros de
la corriente Izquierda Socialista asistimos también a esta jornada de lucha,
repartiendo dípticos y ofreciendo nuestra revista, pero queremos profundizar en
este análisis socio-político de la
situación económica, explicando cómo vemos la cuestión desde el punto de vista
político porque en realidad, las causas es preciso buscarlas en la crisis
estructural del capitalismo en la que todavía seguimos sumidos, pese a la
campaña de la burguesía de que ya hemos salido de la crisis y en las políticas
ultraconservadoras aplicadas por el Gobierno Rajoy, que nos ha llevado a una
situación dramática con los recortes y ataques a las condiciones de vida de los
asalariados y capas medias.
Las políticas que están
aplicando los capitalistas en todo el planeta, sean mediante gobiernos de
derechas como socialdemócratas o se llamen de cualquier otro signo, con ritmos
diferentes y matices leves, dependiendo de los contextos sociales y económicos,
pueden resumirse en las siguientes líneas generales:
1) Incremento de la explotación de la clase trabajadora.
2) Sustitución de mano de obra más cara por mucho más barata e introducción
de las nuevas tecnologías.
3) Expoliación salvaje de las materias primas de los países más atrasados
mediante la pugna inter-imperialista.
4) Ataques constantes a los gastos sociales mediante recortes permanentes de
los presupuestarios.
5) Privatización y reconversiones salvajes de empresas y servicios públicos,
llamados ahora “externalizaciones”.
6) Depredación del planeta con ataques al Medio Ambiente de forma
desaforada, acelerando el Cambio Climático.
7)
La burguesía aprovecha
la crisis para incrementar la tasa de ganancia a costa de los asalariados,
autónomos y capas medias, como se constata que las ganancias empresariales de
la gran empresa está creciendo, precisamente porque se está haciendo trabajar
más horas a los asalariados por menos salarios incrementando los ritmos de producción.
Están sustituyendo mano
de obra con mayores salarios y derechos por otra más barata y precaria;
introducen tecnologías punta que les permite reducir el número de trabajadores
que también bajan el salario social real, así como hacer que cada trabajador individual
pueda producir más productos en menos tiempos. Aumentan la extracción de
plusvalías tanto relativa como absoluta. Mantienen los salarios por debajo de
lo que se incrementa la productividad (cantidad de producción realizada en un
determinado tiempo por cada trabajador), e incluso a un nivel inferior de lo
que aumenta el índice de Precios al Consumo.
En el Estado español
los trabajadores tienen contratos temporales, o a tiempo parcial, que superan porcentualmente en bastante, la media europea. El salario base, comparado
por ejemplo con Francia es 1/3. Los asalariados españoles cobran por el mismo
trabajo que uno fijo entre un 20 y un 50 % menos y en la mayoría de los casos
carecen de los derechos sindicales e incluso sociales que habíamos conquistado
con duras luchas a lo largo de décadas, por la reforma laboral del PP. En trabajos similares, la mujer sufre una
denigrante discriminación salarial cobrando entre el 28 y 37,4 % menos que el
varón. (Dato último: mujeresenred.net)
Los capitalistas se
aprovechan de los altos índices de paro, que se ha convertido en estructural y
crónico, para ofrecer salarios que mantienen en la pobreza al asalariado, a
causa de los problemas que encuentran toda una serie de colectivos para acceder
a un puesto de trabajo y los explotan aún más intensamente que al resto de los
trabajadores de la misma línea de producción, ofreciéndoles empleo en
condiciones que en no pocos casos, sobre todo a los inmigrantes y a la mujer,
que resultan insoportables, con jornadas de 10, 12 y
Más horas, sin derechos de ningún tipo o pagando seguridad social de media
jornada o por horas.
El enorme avance que ha
supuesto la revolución informática, la robótica industrial, internet, los
móviles… podría elevar el nivel de vida de toda la humanidad y erradicar lacras
como el hambre, la miseria y los trabajos peligrosos y penosos. Pero en lugar
de ser utilizados para erradicar la pobreza y mejorar las condiciones de vida
de la humanidad, o para reducir la jornada laboral y repartir el trabajo existente
entre todas y todos, creando así más empleo digno mejorando las condiciones de éste, esos avances tecnológicos los utilizan para
todo lo contrario, para explotar más a los asalariados.
La introducción de
nuevas tecnologías bajo el capitalismo es la aceleración de rítmos de trabajo a
que se ven sometidos los asalariados y la intensificación de su explotación en
el puesto de trabajo. El resultado es un incremento de las enfermedades por el
estrés y de los accidentes laborales hasta extremos que empiezan a ser alarmantes incluso a miembros de la clase
dominante.
Miles de trabajadores
mueren cada año como consecuencia de accidentes en sus puestos de trabajo como
consecuencia de accidentes totalmente evitables y otros muchos sufren algún
tipo de invalidez por esa causa. Según
diferentes estudios, la mayoría de estos accidentes se dan precisamente entre
trabajadores temporales y sus casos están relacionados con el hecho de que los
asalariados se vean obligados a trabajar cada vez más horas y en peores
condiciones laborales.
Los trabajadores del
Estado español sufrimos las dramáticas consecuencias de la precariedad laboral.
Estamos en el país con más accidentes laborales y muertos en el trabajo de toda
la U.E. y este terrible record no deja de incrementarse año tras año.
Estamos viendo en qué
consiste la ofensiva de la burguesía en el terreno de las condiciones de
trabajo en las fábricas y en los tajos. Esta ofensiva se da a escala mundial y
va asociada a otra serie de actuaciones como el desmantelamiento del incipiente
“Estado de Bienestar” y los recortes sociales, así como de la explotación
brutal de los países más empobrecidos que están siendo arrasados por las
guerras y los saqueos.
El libre movimiento de
los capitales de unos países a otros, la intensificación del comercio mundial
entre los distintos bloques económicos y la organización de ese comercio al
servicio de las grandes multinacionales, que están controlada firmemente por la
clase dominante, son otros de los rasgos distintivos del funcionamiento del
capitalismo actual, demostrado por la firma del Acuerdo Trans-Pacífico (TPP),
impuesto mediante negociaciones secretas,
al igual que otro Tratado Comercial de Comercio e Inversión, que se viene negociando entre EEEUU y la U.E.
conocido en lengua inglesa como el TTIP (Transatlantic Trade and Investmen Partnership)
que de forma clandestina nos lo quieren
imponer y que según algunos expertos perjudicará a la clase trabajadora, a la
pequeña empresa y sobre todo a las agropecuarias.
Toda la economía
mundial se halla bajo el dominio de un puñado de multinacionales cuyos
presupuestos y beneficios superan en muchos casos a los de países enteros.
Estas multinacionales dictan leyes que rigen el comercio y la división del
trabajo de todo el mundo con el objetivo de aumentar cada vez más su poder y
riqueza, garantizando su tasa de ganancias y la libre circulación de capitales,
obstaculizando o prohibiendo la libre circulación de las personas.
Esta realidad, que se
dio en llamar globalización, es el resultado lógico del funcionamiento del
capitalismo y existe desde hace décadas. El capitalismo se base en acumular
cada vez más capital, para ello es necesario vender cada vez más, explotar
nuevas materias primas, abrir nuevos mercados. Así ha ocurrido durante toda la
historia: extender las inversiones y el comercio a todo el mundo, globalizarse
cada vez más hasta llegar al momento actual en que todas las economías
intercambian entre sí los productos y materias primas que necesitan y dependen
unas de otras. En un sistema basado en la búsqueda del máximo beneficio privado,
como es el capitalista, esta interdependencia de las distintas economías solo
puede darse bajo la forma de que los capitalistas más poderosos económica,
política y militarmente impongan sus ambiciones y, si hace falta, incluso como siempre ocurre,
con medidas bélicas, anteponiendo la tasa de ganancia a la vida de las
personas.
Por su parte, los
beneficios de las débiles burguesías de los países más atrasados también los
obtienen del mantenimiento y estabilidad del sistema capitalista en todo el
mundo y, lejos de luchar seria y decididamente por mejorar las condiciones de
las poblaciones de sus países, los
Gobiernos lo que hacen es aumentar aún
más su explotación. Ya que no pueden competir en inversión tecnológica y
modernización de sus industrias, con los capitalistas más fuertes, intentan
aumentar sus beneficios empeorando aún más las condiciones laborales de sus
asalariados. De esa forma, ofrecen productos más barato, o posibilidades de
inversión con menos costes a las multinacionales, las cuales les compran
determinados productos, sobre todo, materias primas, o trasladan parte de su
producción a estos países para aprovechar la mano de obra más barata y
maximizar sus beneficios(…). (…continuará….)
ÁREA DE COMUNCIACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA
MÁLAGA-PSOE.A
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
Muy buen artículo. Estoy orgulloso de ser socialista y pertenecer a esta corriente. Buen trabajo! Y mi apoyo más incondicional. Un saludo.
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