La polarización política se acentúa

Conservadores y Laboristas incrementan sus votos a costa del Partido Liberal
Sin embargo, frente a los titulares de la prensa planteando una victoria histórica y sin paliativos del Partido Conservador, la realidad, analizando los votos obtenidos por cada partido, es un tanto distinta. Un aspecto central que arrojan estos resultados es que el proceso de polarización política en la sociedad británica también se agudiza, con expresiones tanto a la derecha como a la izquierda. El mejor ejemplo de este fenómeno es el hundimiento del partido que mejor representaba el llamado “centro político”, el Partido Liberal, que perdería 4.420.936 votos, dos tercios de su electorado.
En primer lugar hay que destacar que el Partido Conservador no obtiene un incremento apabullante de votos, de hecho consigue algo más de 500.000 votos respecto a las anteriores elecciones. Existe un claro castigo al Gobierno, en el que participan liberales y conservadores, aunque dicho castigo lo sufra el Partido Liberal. De hecho ambos partidos conjuntamente pasan 17.642.839 votos en 2010 a 13.750.808 votos en 2015. Los laboristas, a pesar del batacazo en escaños, aumentan sus votos, obteniendo 737.799 votos más en estas elecciones. En ambos casos parece que dicha subida se alimenta principalmente de la descomposición del Partido Liberal, ya que a su vez ambos partidos pierden votantes a izquierda y derecha respectivamente.
El UKIP crece a costa de los tories

Por otro lado el UKIP también ha promovido un discurso xenófobo antiinmigración, incluso frente inmigrantes de países de la UE, especialmente del sur de Europa, planteando la necesidad de eliminar las ayudas sociales para dicho inmigrantes, algo ilegal en el actual marco jurídico de la UE, y que es utilizado para promover el discurso anti-UE.
Escocia hunde al laborismo desde la izquierda.
Crisis social y cuestión nacional
Crisis social y cuestión nacional
Por otro lado también a la izquierda se da una clara expresión del proceso de polarización. El caso más claro es el de Escocia, feudo tradicional de los laboristas, y que en estas elecciones ha pasado al completo a manos del Partido Nacional Escocés. El SNP consigue 56 de 59 escaños posibles en la cámara de los Comunes, aumentando en 50 escaños su representación. Los laboristas pasan de 41 escaños a uno solo, una auténtica debacle.

El SNP no ha hablado abiertamente sobre la posibilidad de promover otro referéndum en Escocia, declarando que ahora la tarea es la de hacer oír la voz de los escoceses en Westminster. La crisis social, a través de la cuestión nacional, se ha expresado con contundencia en los resultados electorales, que evidencian un enorme voto de castigo a las políticas precapitalistas del Partido Laborista. Evidentemente esto supone una gran preocupación para la burguesía británica y el Gobierno de Londres por la inestabilidad que conlleva.
Austeridad, recortes y desigualdad.
La polarización se agudiza
La polarización se agudiza
Por otro lado, también son destacables los resultados obtenidos por el Partido Verde, una expresión a la izquierda del Partido Laborista, y que, aunque solo ha obtenido 1 escaño como en 2010, ha cuadruplicado sus votos, pasando de 285.612 votos a 1.157.613 votos. Es evidente que el descontento a la izquierda del Partido Laborista sigue aumentando, y que también se está operando un cambio en Gran Bretaña desde el estallido de la crisis, aumentando la crítica al sistema capitalista y las crecientes desigualdades.

Los datos hablan por sí mismos. Más de un millón personas, en la sexta economía del mundo, frente a apenas 20.000 hace solo siete años, tienen que recurrir a los bancos de alimentos para llevar comida a sus mesas En Londres, por ejemplo, entre el 80% y el 90% del trabajo que se crea es en sectores mal pagados e inseguros. El empleo en el sector público, por el contrario, está en su nivel más bajo desde 1999. El Gobierno, en la más pura línea liberal, ha convertido en su prioridad reducir el déficit a base de recortar drásticamente el gasto público.
Un buen ejemplo de esta situación son los contratos de “cero horas”, una infame modalidad por la cual un trabajador que es contratado por una empresa tiene que estar 24 horas al día disponible para incorporarse al puesto de trabajo en cualquier momento y por un tiempo indeterminado, generalmente unas pocas horas, cobrando en función de las horas trabajadas. Mientras el trabajador está contratado por esta empresa no puede buscar trabajo en ningún otro sitio. Según datos oficiales, se calcula que aproximadamente 700.000 personas sobreviven con este tipo de contrato.

Crisis del laborismo, crisis del reformismo
Por otro lado el Partido Laborista ha tenido una gran oportunidad para volver al Gobierno, algo que ha desaprovechado yendo de la mano de los conservadores en todas las cuestiones centrales, limitando su oposición a los recortes a meras declaraciones verbales. A pesar de ciertas medidas de izquierdas en su programa electoral, principalmente la eliminación de los contratos de “cero horas”, la subida del salario mínimo a 9.5 € la hora, o establecer un tipo impositivo del 50% para las rentas superiores a 200.000 €, la credibilidad de la socialdemocracia continúa muy tocada.

Un futuro incierto
La fuerte tendencia abstencionista entre la juventud británica, una de las más altas de Europa (en 2010 solo votaron un 44% de los jóvenes de entre 18 y 25 años, frente al 71% de Italia o el 61% de España), así como de sectores de la clase trabajadora, es también un factor ya desde hace tiempo. Amplios sectores de la juventud obrera, ante un futuro incierto, no ven ninguna utilidad en los procesos electorales. Todo este descontento podía haber sido recogido por el Partido Laborista, pero la ausencia de un programa claro y contundente en contra de los recortes y las políticas de austeridad ha contribuido a mantener desmovilizados a amplios sectores de la juventud, principalmente en zonas obreras.
La situación en todo caso, a pesar de la mayoría absoluta conservadora, no parece tan halagüeña. Las desigualdades sociales y el descontento social siguen aumentando, y algunos analistas plantean que los tories no deben ver esta victoria como un cheque en blanco, comparándola con la victoria de 1992, preludio de su posterior debacle. El propio hecho de que se hayan comprometido a convocar un referéndum sobre la posible salida de la UE es un claro reflejo del desasosiego e inestabilidad que existe, especialmente después del referéndum escocés, donde creían que tenían todas consigo y al final el “Si” sufrió una subida espectacular que nadie preveía. La lucha de clases se abre camino, y Gran Bretaña no escapa al proceso general de polarización e inestabilidad que se vive en todo el planeta.
Escrito por Fernando Setién.
[1] Hay que tener en cuenta que en las elecciones de 2010 un partido de extrema derecha, el Partido Nacional Británico obtuvo 564.321 votos, que en estas elecciones han ido en su totalidad al UKIP. Aún así el UKIP obtendría 2.400.00 votos más, arrancados principalmente al Partido Conservador.
[2] El País, 8 de mayo de 2015.
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