13 de junio de 2015

AVANZAR HACIA UN MUNDO MEJOR ES POSIBLE CON EL SOCIALISMO.


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Cuando acabe la jornada de hoy 13-6-15 y se complete el proceso de investiduras de las Corporaciones Municipales en los miles de pueblos y ciudades de nuestra geografía,  con un incalculable número de grupos, partidos y agrupaciones de electores alternativos de izquierdas,  que gobernarán de forma diferente la mayoría de los Ayuntamientos, entonces algunos empezarán a comprender verdaderamente el alcance del vuelvo político y la fulminante derrota sufrida por el PP y lo que éste representa.

La clase trabajadora con el giro a la izquierda que ha expresado con su voto, demuestra que está interesada y exige más democracia porque nos podrá proporcionar unas condiciones más favorables para el desarrollo de la lucha por el bienestar social y el  socialismo. Porque bajo el capitalismo, las fuerzas reaccionarias de las derechas políticas, ideológicas y algunos restos del franquismo incrustados en las cúpulas de las fuerzas armadas, la democracia, como hemos visto por algunas de sus declaraciones reaccionarias,  para ellos debe necesariamente tener un carácter restringido, ficticio y unilateral. Para ellos, todo lo que no sea una “democracia burguesa” controlada y a su servicio, es comunismo o extrema izquierda  y  con su estado histérico en el que están sumidos por el batacazo que se ha llevado el PP, resumido en palabras de la exalcaldesa Barberá de  Valencia que se expresaba con eso de “¡qué hostia¡, qué hostia nos han dado¡” y el deprimente espectáculo ofrecido por Esperanza Aguirre, (por poner solo dos ejemplos) cambiando sus propuestas 4 ó 5 veces buscando desesperada seguir manejando los hilos de la madeja en Madrid, demuestran la calaña de esos dirigentes, acusando burdamente de extremismo a todos los demás y asustando con que vienen los soviets en los barrios de la capital.

Algunos reaccionarios afirman descaradamente que el problema radica en los avances de las fuerzas emergentes de la izquierda y pretenden convencernos que seríamos más felices viviendo en chozas de barro, en chabolas o en la calle, expulsados como un perro por los desahucios, por causa de la legislación burguesa que defiende los intereses de los banqueros antes del Derecho a una vivienda, como corresponde a todo ser humano.  Conseguir la verdadera democracia, igualdad y libertad de mujeres y hombres pasa por desarrollar plenamente el potencial de la producción y el reparto justo de la riqueza, con el máximo desarrollo de los derechos, haciendo crecer la ciencia y la tecnología, la enseñanza, la industria, la agricultura, la sanidad y los derechos sociales básicos.

El problema es que esos poderosos reaccionarios del capitalismo y sus defensores del PP, aplican esos importantes instrumentos del progreso humano en beneficio propio y el de sus corruptores, entregándolos  y subordinándolos en manos de su pandilla al servicio del capital privado, que con sus corrupciones y desfalcos han venido distorsionando el propósito correcto de la política que es la defensa del bien común, limitando y retrasando el desarrollo de las clases trabajadoras que cada vez están más empobrecidas.  Se calcula que los recursos evadidos a Paraísos fiscales desde que comenzó la crisis superan los 300.000 millones de euros, cantidad equivalente al incremento de la Deuda Pùblica en ese periodo, que transformado en inversiones, representarían la construcción de más de 4 millones de puestos de trabajo, que son los que nos hacen falta porque nos lo han robado.

El desarrollo de la ciencia y la tecnología se podrían materializar liberando su potencial de la asfixia de la economía “liberal de mercado” y se pongan al servicio de la humanidad, en un sistema de producción racional y democrático, donde primen las necesidades sociales de la mayoría de la población y no las ganancias privadas de unos pocos de banqueros y capitalistas, que vienen manejando el Estado como un cortijo particular.  Con una planificación científica y democrática nos permitiría reducir las horas de trabajo al tiempo necesario para trabajar todos, produciendo más y repartiendo con justicia el fruto del trabajo social, liberando así a mujeres y hombres de la esclavitud que suponen jornadas extenuantes de 10 y 12 horas por 30 ó 40 euros por día que se están pagando, permitiéndonos desarrollar a la clase trabajadora todo el potencial físico, intelectual y espiritual que podamos tener como ciudadanos realmente libres y con plenos derechos civiles.  Entonces si se podría dar, como decía Engels “el auténtico salto de la humanidad, del reino de la necesidad al reino de la libertad”.

El auge económico que terminó con el colapso de la economía globalizada en 2007/08, tiene todas las características del ciclo económico que había descrito el marxismo hace muchos años. El proceso de concentración del capital había alcanzado niveles astronómicos. Meses antes de la crisis, la valoración de los activos de capitalización  bursátil mundial superaban los 600 BILLONES de dólares.  Habíamos visto una verdadera orgía de fusiones, absorciones, opas hostiles y demás mecanismos de concentración capitalista que reforzaban los monopolios, llegando a alcanzar proporciones colosales e indignantes, produciendo desigualdades inaguantables entre los ricos y los pobres.

 Ese proceso no produjo, como en el pasado, al desarrollo de las fuerzas productivas, sino que, por el contrario, está contribuyendo enormemente a su destrucción y desmantelamiento de complejos industriales y sectores completos.  El cierre de empresas está siendo colosal, con millones de parados aumentando en todo el planeta, espoleado por las nuevas tecnologías, que en bases capitalistas, sustituye mano de obra por máquinas y nuevas tecnologías, lanzando a la desesperación del paro y la marginación a cientos de millones de seres humanos; manteniendo el mismo modelo capitalista, ese proceso destructivo  se podría acelerar en la medida que se produzca una recaída de la crisis o un nuevo estallido de otra burbuja, por ejemplo en China, que provocaría una grave distorsión  rompiendo el equilibrio y produciendo que el número de bancarrotas, desfalcos y cierres aumentasen  de forma desaforada.

El sistema capitalista, con su única lógica del beneficio privado, está provocando una dolorosa agonía de este sistema social que no merece seguir viviendo pero que se niega a desaparecer, lo cual no es sorprendente, ante el monstruo que ellos mismos han creado. Como demuestra toda la historia, ninguna clase dominante renuncia voluntariamente a su poderío, privilegios y beneficios, sin plantear una lucha seria y firme. Esa es la explicación concreta del estallido de las guerras, la violencia, el terrorismo y las disputas inter-imperialistas que son consustanciales a la época en la que vivimos.  No obstante, estamos viendo los dolores de parto de la nueva sociedad que se avecina, una sociedad que la gente honrada, la clase trabajadora, la juventud y algunos sectores de las capas medias arruinadas, están reclamando, como es  un mundo mejor, apto para el desarrollo de una vida humana digna, empezando por los menos favorecidos que han sido explotados y robados por el capitalismo.

A través de esta lucha de clases, entre los intereses del mundo del capital y el mundo del trabajo, por la disputa de las plusvalías, estamos viendo en un país tras otro que están surgiendo nuevas fuerzas, nuevos grupos políticos, nuevas corrientes de pensamiento, nuevas oleadas de luchas y convulsiones sociales,  que intentan organizar a las masas trabajadoras, campesinas y juveniles, para avanzar hacia la transformación socialista de la sociedad, superando por la derecha al capitalismo y por la izquierda al estalinismo. Cientos de millones de personas han comenzado a reaccionar en ese sentido.  

Como se ha confirmado por la profunda transformación que ha experimentado el mapa político en nuestro país, después de las elecciones del 24-M y que se confirma hoy con las investiduras de miles de Ayuntamientos de izquierdas, nuevas capas de trabajadores están dispuestas a seguir luchando, como lo han venido haciendo en los últimos 4 años de gobierno reaccionario del PP, y continuarán su batalla política por la emancipación de los sectores más empobrecidos. Tenemos la obligación de buscar entre todos una bandera común, basada en “la ética, la democracia, la igualdad, la justicia, el socialismo y la libertad”.  Hacia esos puntos  tendremos que avanzar en la defensa de un programa que puede inspirarnos y dirigirnos hacia la unidad para alcanzar la victoria en las elecciones generales de noviembre, derrotando al PP y a la reacción, ofreciendo como respuesta la lucha por el socialismo, no solo en nuestro país, sino a escala internacional, porque el socialismo, es Internacionalista en defensa de toda la humanidad, o no es nada. Únete a nuestra corriente para avanzar hacia la transformación socialista de la sociedad, porque otro mundo es posible, pero con el auténtico SOCIALISMO.

ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com








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