20 de abril de 2015

Recesión actual y crisis cíclicas del capitalismo.



El sistema capitalista hace tiempo que se encuentra en su fase imperialista multinacional y abarca a todos los pueblos del planeta; técnicamente sigue al borde de la recesión.  Desde la caída de los muros construidos por el estalinismo, que fue derrotado por la historia, debido a sus contradicciones, el capitalismo que se quedó como modelo global, se encuentra ahora por primera vez en la historia, con las perspectivas que un agravamiento de la economía podrían afectar de forma sincronizada a los grandes bloques imperialistas ( China, desacelera su crecimiento; EEUU, con gobierno a la baja; U.E., estancamiento y al borde de la ruptura en Grecia; Rusia, con caída brutal del rublo y del PIB), agravado por la pugna entre sí,  luchando por los mercados limitados que se siguen constriñendo.  Esta situación crítica incrementa las tensiones comerciales por la lucha hegemónica de zonas de influencia que podrían acelerar los conflictos bélicos como los existentes en Ucrania, Oriente Medio, el mundo árabe con el surgimiento del Estado Islámico, que algunos analistas achacan al horror de la guerra contra Irak, en aquella “mentirosa aventura” de esa búsqueda de “armas de destrucción masiva” llevada a cabo por el Trío de las Azores y otras zonas de enfrentamientos con el recrudecimiento del terrorismo. Rechazamos y condenamos el brutal atentado ocurrido recientemente en París y nos solidarizamos con el pueblo francés por tan terrible masacre.  

Mientras algunos analistas económicos centran el debate en si habrá o no una próxima recaída de la recesión mundial, que se pudiese deslizar hacia una depresión, con el peligro de desatar una deflación generalizada con caídas bruscas de los precios, o procesos inflacionarios contradictorios, que pueden provocar un nuevo desajuste brutal del modelo capitalista, caduco y en descomposición, los estrategas económicos del Gobierno Rajoy, mercenarios o ignorantes (o ambas cosas), siguen insistiendo en que el Estado español ha salido de la crisis y es ya la “locomotora de Europa”.

La espiral descendente de la economía capitalista, con la situación de estancamiento en la que estamos anclados, está siendo como un seísmo que sacude las estructuras del sistema hasta los cimientos más profundos. Pese a la inexplicable euforia del Gobierno del PP por el pequeño repunte del mercado laboral del mes de diciembre/14, que aumentó el número de afiliados en ese mes en 79.463 personas, dejando un total de cotizantes a la Seguridad Social de 16.775.214 afiliados, el terremoto puede sufrir nuevas réplicas que podrían agravar la situación, tanto en los aspectos económicos como políticos.

Cuando Rajoy llegó al gobierno a finales de 2011, el número de afiliados  a la Seguridad Social era de 17.200.000, lo que indica comparado con la actualidad, una descenso de cotizantes en torno a 425.000 inscritos, puestos de trabajo perdidos en los 3 años de gobierno PP.  Esto arroja un descenso de cotizantes de 11.805 personas/mes.   El gobierno reaccionario del PP actúa contra la mayoría de la población y en defensa de los privilegiados, como la Banca y los grandes empresarios. Esa política antisocial está llevando a la clase trabajadora y a las capas medias a la catástrofe y a la ruina. El paro está en 4.447.711(26,51%).   El nivel de vida y los salarios han sufrido el mayor retroceso desde los tiempos de la dictadura,  como consecuencia de la contra-reforma laboral del PP.  Alrededor de 13 millones de personas han sido arrojados por debajo del umbral de pobreza.  Unas 750.000 familias viven sin ingresos.  Cerca de 800.000 jóvenes bien formados,(tasa de paro del juvenil 57 %), emigran  buscando un empleo.   Continúan siendo  desahuciadas de su domicilio en torno a 400 familias diarias. El PP no cumple la Directiva Europea y sigue favoreciendo a los banqueros con el dinero de los impuestos de los ciudadanos. Esos banqueros están siendo reflotados para tapar los desfalcos, bancarrotas y enormes sueldos, cuyos directivos nombrados por el PP y los grandes accionistas,  se han venido forrando, dejando un reguero de estafados con las preferentes, la mayoría de ellos, ahorristas mayores de edad y jubilados.

Los ataques al incipiente Estado de Bienestar ha sido brutal por este gobierno reaccionario del PP. La educación pública está siendo desmontada, junto con la sanidad y los servicios sociales, en un claro intento de privatizarlos y entregarlos a empresarios afines.  Las pensiones están en peligro y casi congeladas, mientras el PP pretende devolvernos a las condiciones de esclavitud del franquismo e imponernos nuevamente las cavernas ideológicas del nacional-catolicismo rancio, intentando silenciar al pueblo con su Ley Mordaza.

Las encuestas electorales señalan una modificación sustancial del panorama político, con nuevas fuerzas emergentes que darán al traste con el bipartidismo actual y que apuntan hacia un giro social a la izquierda. El fracaso de Rajoy en la necesidad de buscar soluciones democráticas a los conflictos territoriales latentes ha sido descomunal.

No es posible salir de la crisis siguiendo con los recortes y ajustes, en esta espiral que deprime más y más la demanda global, a la vez que alimenta y mantiene la especulación y la corrupción. Mientras que no se reactive la inversión en Formación Bruta de Capital Fijo (F.B.C.F), que son las inversiones en medios reales de producción, cortando la especulación, es imposible salir de la crisis. El descenso de ese índice ha sido terrible: desde 2008 al 2013, la FBCF ha sufrido una caída del -41,6 % en el Estado español;  en 2013 todavía era negativo en -3,8 %.  Hasta que no se alcance un crecimiento positivo considerable de ese indicador, es imposible iniciar la creación suficiente de puestos de trabajo.  La FBCF representa las inversiones de hoy que serían los puestos de trabajo reales que se tienen que poner en marcha en el futuro, lo cual no se ha producido,  por lo tanto,  lo de la recuperación económica que repiten como cotorras los voceros del PP, podemos decir claramente que es una mentira más. Las cuestiones sociales se resolverán a través de la lucha del movimiento obrero mediante un cambio de modelo o se cronificarán.

Los ciclos de crisis, recesión y recuperación se suceden  históricamente en el capitalismo. Toda crisis es diferente y las de onda larga, como ésta,  cada vez serán más fuertes y más profundas, aumentando las desigualdades de clase.  El capitalismo es incapaz de corregir sus propias crisis. Cada vez que el capitalismo se hace más caduco, dominado por el sector financiero-especulativo, las crisis se vuelven más virulentas. Las consecuencias sociales y económicas se agravan.  Marx explicó que “el objetivo del capitalista es la obtención del beneficio, que sale de la plusvalía, que es trabajo no pagado al asalariado”. Para realizar el beneficio el capitalista tiene que vender la mercancía, pero existe la competencia.   El capitalista se ve forzado a renovar maquinaria y tecnología, pero tarde o temprano todos hacen lo mismo o son expulsados del mercado.  El aumento de la productividad tiene otro efecto más: aumenta la cantidad de mercancía producida y la abarata. El capitalista, necesita amortizar rápido la inversión y aumenta la producción acelerando la explotación del asalariado.  La crisis surge porque el ritmo de expansión de la producción (oferta) no puede ser acompañado por el ritmo de crecimiento del mercado (demanda), porque la clase trabajadora, que es mayoritariamente la consumidora, no puede comprar la oferta global, porque la demanda es menor debido a que el capitalista se queda con parte de la plusvalía.  Así se produce la crisis de sobreproducción. Es una crisis de abundancia, porque sobran mercancías, aunque parezca una paradoja. La crisis capitalista no es por falta de medios de producción o que no haya mercancías, bienes o servicios;  no es de escasez, es que hay sobrantes pero los asalariados han sido empobrecidos por los capitalistas. 

Pese a que, para los capitalistas hay existencia de todo, millones de personas son lanzadas al paro porque se cierran empresas a mansalva, hundiendo en la pobreza y en la marginación a cada vez más personas, empobreciendo incluso a los que conservan su trabajo, que son sometidos a un grado de explotación superior, más ritmos y menos salarios. Se produce una destrucción masiva de fuerzas productivas y mercancías en grado superlativo e incluso la “mercancía que representa para el capitalista la mano de obra” se ve depreciada e incluso como una mercancía más, es “amontonada en los almacenes de las oficinas de  paro” sin encontrar salida.

En este breve artículo es imposible analizar a fondo las causas de la crisis y sus consecuencias, así como la alternativa (*). Somos conscientes de que es el deber de las organizaciones de izquierdas (que necesitamos una regeneración ética e ideológica),  volver a los clásicos del marxismo, para avanzar en la comprensión de estas cuestiones. El genuino socialismo sólo se alcanzará con la participación activa, organizada y unida, de la juventud y la clase trabajadora,  para transformar la sociedad y resolver las cuestiones sociales de los que sufrimos las lacras de las crisis provocadas por el capitalismo,  derrotando a los especuladores y explotadores que viven instalados en este podrido sistema saqueando las plusvalías.  “El socialismo ya no es una utopía, sino una necesidad para la humanidad”.

Pepe Martín Rodríguez.
Exportavoz en Málaga de Izquierda Socialista-PSOE de Andalucía y actual responsable del Área de Comunicación. Miembro del Comité Provincial del PSOE (Málaga).  

(*) Solicita gratuitamente el borrador de ponencia “Alternativa” a debate:  
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
Fuente: Publicado en 18-4-15 por  http://esquerrasocialistadecatalunya.com






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