9 de octubre de 2012

DEJEN QUE ME IDENTIFIQUE.



No quiero ser anónimo, ni quiero ser de otra legión que la famélica. No necesito ni quiero una careta que oculte mi rostro porque no me avergüenza decir a las claras, en voz alta, y sin tapujos que estoy en contra del poder financiero, de los especuladores, de los corruptos y ladrones y muestro mi repulsa ante cualquier retroceso de las libertades sociales o los derechos laborales.
 
No quiero formar parte de una revolución de colores, no quiero pertenecer a ninguna primavera sin conocer que clase de flores van a brotar de ella. No rechazo a la policía pero si sus brutales métodos, no estoy en contra de la propiedad privada pero creo que los medios de producción deben estar en manos públicas, de todos, bien gestionadas y libres de corrupción.

Estoy rotundamente en contra de la cúpula sindical pero apoyo sin fisuras los logros conseguidos por los sindicatos de clase. No estoy en contra de la política ni de la democracia, pero reniego de los políticos que luchan por el poder y olvidan al pueblo.

Creo en la protesta, en la movilización y la desobediencia ante leyes injustas creadas con el único objetivo de maniatar la resistencia ante las injusticias. No creo en los privilegios de los cargos electos, ni en el derecho de llevar una corona en la cabeza por pertenecer a una familia determinada.

Me repugna la hipocresía de los que dicen una cosa y hacen otra, de los que hablan de lucha obrera y negocian ERES, de los que hablan de socialismo y ayudan a la banca, a la iglesia (sea la que sea). Me duele que me digan que me maltratan por mi bien y no me pregunten que es lo que necesito.

Rechazo la transición, la constitución nacida de una negociación imposible, donde estructuras decimonónicas mantuvieron su poder y aún lo siguen manteniendo. Rechazo cualquier forma de gobierno que no sea una República donde todos seamos iguales, responsables y solidarios. 

Creo que la Memoria Histórica es una obligación que nos dejaron nuestros mayores y una deuda que contrajimos con nuestros pequeños, creo que los crímenes de la dictadura deben ser investigados y juzgados aunque la mayoría de los criminales estén ya muertos. Odio el totalitarismo.

Me repugnan los demócratas que hacen leyes diciendo a una mujer que es lo que no pueden hacer con su cuerpo en vez de permitir que la conciencia de esa mujer sea la que decida. Odio las leyes que prohíben la privacidad de las decisiones y anulan la posibilidad de elegir al individuo.

No me gustan los nacionalismos porque creo más en la unión que en la separación. Creo en la independencia de cualquier pueblo que no quiera unir su destino al de otros, aunque preferiría que fuésemos de la mano. 

No creo en la indivisibilidad de España porque no es más que un conjunto de líneas pintadas en un mapa. Creo en la unidad de la gente que vive en España con el objetivo de acabar con la tiranía de unos pocos que por medio de la economía someten al conjunto de la sociedad para el bien de unos cuantos.

Creo en la ecología como una necesidad por la supervivencia y creo que debe existir un equilibrio entre nuestro modo de vida y el del resto de seres que pueblan esta tierra.

Soy verde, soy rojo y, sobre todo, soy gris. Gris por saber que un niño ha de pagar más por comer en el colegio que un cargo electo en la Asamblea de Madrid. Gris por comprobar como los trabajadores vamos bajando los brazos pidiendo que no nos toque a nosotros aunque el mal ajeno no nos importe. Gris porque los derechos humanos son pisoteados por los derechos de explotación de la empresas mineras, agrícolas, petroleras, etc.

No quiero que se reforme el capitalismo, quiero que desaparezca aunque suponga la extinción del modo de vida al que estamos acostumbrados. Creo en el reparto de la riqueza, en el esfuerzo personal y colectivo, en la solidaridad pero no en la caridad. No quiero pagar una deuda que no contrajimos, no quiero formar parte de una Europa controlada por bancos y el capital.

Me habré dejado muchas cosas en el tintero pero como verán no quiero ser anónimo, ni llevar careta. Soy rojo, creo en el socialismo, en la lucha de clases, en erradicar a los ricos para erradicar a los pobres, en la Educación como motor para acabar con la desidia y la desinformación, creo en la cultura como parte fundamental de la sociedad, en la fuerza del trabajo y los trabajadores.

No necesito, ni quiero, una careta. Quiero ver la cara de los que están a mi lado y que ellos vean la mía. Quiero ver sus risas, sus lágrimas, sus deseos y sus reacciones y que ellos puedan ver las mías. Quiero saber con quien voy y adonde vamos.

Tengo nombre y apellidos, rostro. No soy anónimo, soy Miguel García: Rojo, verde, socialista, republicano, soñador, libertario.

Miguel García.

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