26 de octubre de 2010
POR UNA BANCA PÚBLICA PARA UN CAMBIO DE RUMBO.
Todos los trabajadores sabemos que la banca utiliza su dinero y nuestro dinero para especular, estafarnos, privarnos de nuestros derechos. Les sirve a los capitalistas para concentrar cada vez más los recursos, el tejido empresarial y la riqueza creada por los asalariados que tienden al monopolio bajo el capitalismo. El fomento del individualismo y el constante bombardeo de los valores liberales de la clase dominante son los culpable de que una banda de sinvergüenzas se sigan lucrando de forma indecente y que el crimen organizado logre financiación y amparo legal, desde el negocio inmobiliario hasta el blanqueo, la trata de blanca o la evasión de capitales. Los banqueros son complices y colaboradores necesarios de estas ilegalidades amparadas por la legislación vigente hecha a medida de la burguesía,que se ajusta al cuerpo social como los famosos "trajes" del señor Camps, que como el "Cid Campspeador" quiere ganar batallas después de muerto "políticamente" y la Justicia lo siga tolerando.
El Caso Gürtel y demás escándalos han confirmado que el “ciego mercado” dominado por el capital financiero ha demostrado en los hechos que su única estrategia de construcción económica reside en asegurar sus beneficios “de hoy” sin preocuparse de la solvencia, bienestar y un futuro digno para la inmensa mayoría “el día de mañana”. Hay que llamar a las cosas por su nombre: sólo con una auténtica política socialista que concentre lo fundamental de los recursos económicos se pueden planificar las inversiones, la producción, la enseñanza y el bienestar del mañana para la inmensa mayoría.
Pero el abandono de la lucha ideológica por la socialdemocracia, experimentada por los principales partidos de la izquierda, ha represendo una clara demostración de las dramáticas consecuencias que acompañan a la desunión y el egoismo de las mayorías sociales en las que nos han hecho sucumbir. No se ha logrado impedir, ni por la vía política ni mucho menos por las fraudulentas leyes de los mercados, que el ánimo y la ambicion desmedida del lucro controlen el sector estratégico de la economía como son las finanzas con métodos democráticos, sino que por el contrario, la democracia se ha sometido descarada y vilmente a los dictados del capital, a sus chantajes, sus tropelías y su especulación desenfrenada.
Es conveniente para la clase trabajadora el reconocer que la situación de oligopolio y el elevado temor de los ciudadanos a contratar los servicios de la banca complica enormemente una solución vía mercados, haciendo muy dificil la salida de la recesión. La banca desconfía de los que tienen dinero estrangulándose el circuito crediticio, porque los ladrones desconfían de los ladrones y tampoco presta ya a los que no tienen dinero por temor a que no les sean devueltos los préstamos e hipotecas.
Es preciso entender que los préstamos y los ahorros de los asalariados, de los autónomos y pequeños empresarios son un asunto de máxima importancia como para dejarlos al libre albedrío de la pandilla de especuladores, ladrones de guante blanco e incompetentes que disfrutan de enormes emolumentos. Los pequeños ahorradores honrados no están conformes con colocar sus dineros en bancos que no pueden garantizar la necesaria transparencia y solvencia, por lo que debemos exigir una banca pública, democráticamente controlada por toda la sociedad.
El sistema capitalista se ha convertido en un grave problema, pues para asegurar el lujo obsceno en el que vive un puñado de multimillonarios que acumulan un patrimonio equivalente a los ingresos de dos terceras partes de la humanidad, no dudan en destruir planificadamente la riqueza del mundo, amputando una parte considerable de la capacidad productiva de la industria que ha caído por debajo del 68%. Un sistema que provoca la barbarie saqueando continentes o iniciando guerras de rapiña en las que mueren cientos de miles de inocentes, si con eso se garantizan los sacrosantos beneficios de las grandes corporaciones no merece subsistir. La auténtica causa de la crisis está claramente identificada: es la búsqueda del máximo beneficio en el espacio de tiempo más corto posible.
La situación de colapso que puso en peligro la bancarrota de los banqueros, que tuvieron que ser avalados por el Estado, es decir, el hecho de que la banca no disponga de suficientes recursos propios como para garantizar la solvencia de sus actividades mercantiles, a la que se suman sus prácticas inmorales e ilícitas, su peligroso entramado político, como hemos leído las declaraciones que unilateralmente hizo el Gobernador del Banco de España, partidadio de las polìticas más derechitas y ultraliberales, así como el carácter estratégico del sector, nos hacen proponer la necesidad de socializar y democratizar el sector financiero, banca, cajas de ahorros y seguros, política que podría ser absolutamente legal de conformidad con la aplicación del Artículo 128 de la Constitución que literalmente ordena:
"1) Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. 2). Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante Ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general".
Se nos argumentará que la derechona del PP y sus amos de la Patronal se opondrían con todas sus fuerzas. Una vez más la derecha cavernícola que nos ha tocado soportar, demostraría que se sigue excrementando en la Constitución, tomándola como papel mojado, anteponiendo siempre los intereses invididuales del capital al bienestar de la sociedad. ¿Puede un gobierno democrático someterse al permamente chantaje de la Derecha y seguir considerándose socialista y defensor de las clases más desfavorecidas?
En la actualidad, la profunda recesión está haciendo temblar los cimientos del capitalismo que no soporta la carga de la colosal estafa creada por la especulación. Millones de trabajadores, de jóvenes, de campesinos se están preguntando hoy, ahora mismo, qué sentido tiene mantener este sistema decrépito, corrupto y decadente. La crisis está abriendo los ojos de los trabajadores. Las luchas, las huelgas y las manifestaciones, desde Grecia a Italia, desde Francia a Portugal, pasando por el territorio del Reino de las Españas, abren paso a las ideas socialistas más firmes, a la necesidad de girar hacia la izquierda con la necesidad de derrocar a la oligarquía financiera que nos domina y saquea, a la vez que cambiar en profundidad a sus instituciones corruptas.
Cada día se abre paso entre las masas la necesidad de luchar por las ideas del verdadero socialismo, del socialismo científico, que demuestran ser más correctas, humanas y favorables para la mayoría de la población. Nosotros venimos insistiendo en que Sí, hay una solución a esta crisis, pero no es la de un capitalismo de rostro humano ¡Tal cosa no existe, es una vana utopía reaccionaria! Si los compañeros de la dirección del PSOE, incluso con la remodelación del nuevo Gobierno que quieren dar la impresión de ser más fuerte y más de izquierdas, buscan el fantasma del “capitalismo de rostro humano” o la Tercera Vía ya fracasada cometerán un tremendo error. La alternativa está en la lucha organizada de la clase trabajadora y la juventud, de todos los oprimidos, hasta conseguir la expropiación de los banqueros, de los grandes monopolios, de los terratenientes, y colocar la riqueza bajo el control democrático de la mayoría de la sociedad. Cuando ha fallado el liberalismo debemos exigir la Democracia Económica y el Socialismo para salir de la crisis.
Ésta es la única alternativa realista, expropiar a los expropiadores, especuladores y corruptos para construir las bases de una economía planificada y socialista, donde la lucha por el máximo beneficio y la propiedad privada de los medios de producción sea enviada al basurero de la historia. En estas condiciones sería absolutamente viable garantizar el pleno empleo, el derecho a una vivienda, a una sanidad y a una educación pública de calidad y, por supuesto, a la auténtica democracia, la democracia económica, la democracia obrera, la democracia socialista.
Con el control de las palancas fundamentales de la economía en manos de la clase obrera, la pesadilla de trabajar sesenta horas a la semana y trabajar hasta los 67 años o hasta que te mueras en el tajo, tal como exigen ahora los capitalistas, sería eliminada de un plumazo. La reducción de la jornada, sin merma del salario, nos permitiría a la mayoría de la población poder participar de manera real en la vida social, controlando la política, la economía y la cultura, que dejarían de ser el monopolio de la clase dominante.
La dirección de nuestro partido, el Partido Socialista Obrero Español, tiene que reconocer la realidad que ha sustentado una gran e insana parte del crecimiento de la economía española en las anteriores décadas que, simplificando, podemos sintetizar en la política mancomunada de bancos, constructoras e inmobiliarias con la aquiescencia y/o ceguera de los poderes públicos que permitió, todo ello, la formación de la enorme burbuja especulativa en el terreno inmobiliario, como explica Viçens Navarro, del Consejo Científico de ATTAC, en su análisis del 23-10-10 titulado "El mayor problema del Gobierno socialista español y que los cambios de esta semana no resuelven", que puede consultarse en:
( http://www.attac.es/el-mayor-problema-del-gobierno-socialista-espanol-y-que-los-cambios-de-esta-semana-no-resuelven/). Los que fueron los responsables de la crisis, los que se han llevado los dineros saneados, los que se emborracharon con esa orgía de beneficios, ahora nos quieren pasar la factura de la francachela a los trabajadores, cuando les duele la cabeza por la resaca.
El hecho de que los capitalistas se lanzaran a perseguir el “becerro del oro” enterrando billones en el ladrillo en vez de dedicarlo a inversiones más productivas ha “anclado” la débil competitividad de la economía española, lo que ha hecho que el proceso de destrucción de puestos de trabajo haya sido el más duro de toda Europa. Evidentemente esto significa que en los próximos años el capital privado (ya de por sí bastante endeudado) va a invertir poco o nada en nueva industria o empleo. La economía está endeudada por un valor que supera los dos billones de euros si incluimos la deuda familiar, hipotecaria y empresarial.
El espectacular auge del paro y de los impagos de empresa y familias va a originar una tendencia a la insolvencia de la banca que posiblemente pueda originar el colapso del conjunto de la banca a pesar de todo el dinero que el Estado regale a la misma y todos los ataques a los niveles salariales de las masas, con la Contra-Reforma Laboral y los planes de ajuste, porque merma la capacidad de compra y debilita la demanda, lo que representará más paro, más miseria y más desolación en los próximos años, si se insiste en salir de la crisis engordando la cartera de los mismos que nos han robado durante años, que es lo mismo que meterle la mano en los bolsillos a los más desfavorecidos.
Un aspecto especialmente importante para millones de familias trabajadoras que han accedido a una vivienda en los últimos años, consiste en la creciente imposibilidad de hacer frente al pago de sus hipotecas, merced al drástico incremento del paro y al deterioro de las condiciones laborales y salariales que se está dando y que va a empeorar si no hay un cambio urgente en la acción de nuestro gobierno. Esta es la base que sustenta el estallido de lo que pudiese convertirse en la “subprime hispana”, pues el número de hipotecas ejecutadas por la banca sobrepasa las 400.000, lo que representa la ruina de otras tantas familias junto con los cinco millones de parados hacia donde nos encaminamos y a los diez millones de pobres.
Saludamos positivamente el cambio de Gobierno, pues estaba cantado su agotamiento, pero eso sólo no basta, hay que reorientar la política económica también y rectificarlos errores anteriores. El programa del Gobierno, si no se cambia de rumbo, venía consistiendo en apuntalar el valor artificial creado en el último boom inmobiliario, que va a colapsar irremediablemente siguiendo las leyes propias de la economía capitalista, con lo que se están tirando decenas de miles de millones de euros de nuestros impuestos a un “agujero negro”, todo ello en beneficio de unos pocos. Si no se revierte esta situación, lo mínimo que va a pasar para la inmensa mayoría de este país que en nada tenemos responsabilidad de todo este estado de cosas generado, es que nos vamos a ver obligados a sostener durante décadas el pago de una gigantesca Deuda Pública que se va a crear para apuntalar las jugadas especulativas de unos pocos capitalistas. ¿Es eso socialismo?
Ni mucho menos, por lo tanto, lo que sería necesario es un giro a la izquierda en la política económica del Gobierno que pueda ser apoyado de nuevo por la mayoría de la sociedad y plantear un nuevo modelo, un sistema único de créditos e inversiones, siguiendo una planificación científica y racional que corresponda a la defensa democrática de los intereses de la inmensa mayoría de la población y de los pequeños y medianos ahorradores e impositores de la banca. Tampoco es permisible en un partido socialista que se ponga en duda el derecho a la planificación pues recordando el Articulo 131 de la C.E. podemos leer:
"1) El Estado, mediante ley, podrá planificar la actividad económica general para atender a las necesidades colectivas, equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial y estimular el crecimiento de la renta y de la riqueza y su más justa distribución".
Explicándolo bien, la inmensa mayoría lo entendería, pues a excepción de un puñado de capitalistas y sus agentes bancarios, los reaccionarios del PP y la patronal montaraz, la sociedad se vería beneficiada en su conjunto. Como venimos insistiendo, "para ello, es urgente cambiar la política económica y monetaria practicada hasta ahora. No es posible salir de la crisis utilizando los mismos mecanismos liberales que han llevado al colapso a la economía, por lo que la única política correcta sería utilizar todos los recursos financieros disponibles para la creación de un “BANCO PÚBLICO ESTATAL ÚNICO”, (con la unificación de las Cajas de Ahorros), para poner la economía al servicio de la producción y ésta al servicio de los seres humanos").
Como hemos planteado en nuestros documentos y aprobado en nuestros debates internos, "La nacionalización en la práctica de la banca se ha llevando a cabo de una u otra manera por gobiernos de todo signo político en todo el planeta. Pero por desgracia, cuando se ha llevando a cabo, ha sido para salvar al capitalismo, no para construir el socialismo, al ponerse los recursos públicos al servicio de la burguesía y salvando los intereses del capital privado con los dineros de toda la población.
"Nosotros defendemos el paso de estos recursos al servicio democrático de la ciudadanía y bajo su control. Esta segunda modalidad, no significa ni mucho menos la expropiación de los pequeños ahorradores, depositarios, ni clientes de la banca. Es más bien al contrario, para los clientes del banco, una vez nacionalizado y democratizado esos recursos dinerarios, todos los depositantes de la Banca Pública tendrán la garantía del Estado y podrán crearse las condiciones necesarias más favorables que incluso tienen hoy y que pueden ofrecer los bancos privados que tienen totalmente atascado el funcionamiento de la economía.
"De esa forma, una BANCA PÚBLICA ESTATAL ÚNICA, puede establecer condiciones más favorables para otorgar apoyos a los pequeños y medianos empresarios, a los agricultores, a los pequeños comerciantes, a los pensionistas, a los ahorradores, a la vez que se permitiría la inversión en los gastos sociales, vivienda, sanidad, educación e infraestructuras públicas tan necesarias dando empleo a millones de jóvenes y trabajadores.
Durante años hemos venido haciendo propuestas programáticas en los Congresos y Conferencias que se celebran periódicamente en el Partido. Nosotros seguimos luchando por "poner la economía al servicio del ser humano y no del lucro de una minoría, como corresponde a los ideales auténticamente socialistas inspirados por el marxismo de Pablo Iglesias y demás fundadores del Partido. Ahora más que nunca vemos la necesidad de plantear la nacionalización de la banca, de los latifundios de más de 200 Ha. y de los monopolios, indemnizando a los pequeños accionistas necesitados y poniendo estos recursos productivos bajo control de los trabajadores, para evitar la corrupción y los despilfarros. Así se planificaría democrática y científicamente la producción poniendo la economía al servicio de la sociedad, cumpliendo la aspiración del programa inicial del PSOE, que es "la completa emancipación de la clase trabajadora; es decir, la abolición de todas las clases sociales y su declaración y conversión en una sola clase de trabajadores, dueños del fruto de su trabajo, libres, iguales, honrados e inteligentes", como defendían Pablo Iglesias y los fundadores del PSOE y UGT".
"Consideramos que Sí existe una alternativa para utilizar toda la creatividad maravillosa de la que es capaz el género humano y esa alternativa se llama SOCIALISMO por lo que merece la pena seguir luchando para la conquista de un programa verdaderamente socialista que ponga las bases para la transformación de la sociedad".
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE
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