Un nuevo desastre ecológico se produce en Hungría por la rotura de una balsa de acumulación de residuos töxicos, propiedad del fabricante de aluminio MAL Zrt. El pasado lunes 4-10-10, la rotura de la balsa ha provocado el vertido de un millón de metros cúbicos de "barro rojo" que arrasó más de 400 viviendas en las dos aldeas más cercanas, Kolontár y Devecser, y causó gran número de muertos, heridos y desaparecidos.
Los habitantes de la zona corren un gran riesgo, porque el lodo saturado de cadmio, arsénico, silicio, plomo, hierro y otros metales pesados, además de ser altamente corrosivo, es también cancerígeno si se inhala. Incluso cuando se seque puede contaminar el aire y con los vientos extender su poder destructor, han advertido los ecologistas. Un representante de Greenpeace, explicó que "cuando el barro se seque, los vientos levantarán el polvo, lo que podría causar problemas de salud para los habitantes".
Se trata de "la catástrofe más grande de Europa relacionada con el llamado barro rojo", por lo que nadie cuenta con experiencias sobre cómo tratar la situación. La balsa tiene una capacidad de 50 veces más que los residuos vertidos. El enorme poder contaminante del fango ha causado ya la inseguridad de muchos de los damnificados, que se plantean no volver a sus viviendas y calificaron de mísera la primera ayuda estatal de emergencia de 400 euros que han recibido hasta ahora, lo que es una tomadura de pelo. Para salvar a los bancos, se emplearon en una primera inyección financiera, unos 700.000 millones de dólares, llegando en montante total a la friolera de 20 billones de dólares, y para los desastres causados por el ansia de beneficios de los capitalistas, nunca hay recursos suficientes.
El Primer Ministro, Viktor Orbán, ha prometido que "se encontrarán a los responsables" y se indemnizarán a las víctimas del vertido. Sabemos que esas palabras se las llevará el viento, igual que pasó en Andalucía con el caso de Bolidén, tras el accidente producido en Aznalcóllar, el 25 de Abril de 1998, cuando una enorme riada de lava tóxica inundó el valle del Río Guadiamar y contaminó parte del Parque de Doñana.
En aquel accidente, la empresa se fue de rositas, porque la multinacional sueca Boliden ha estado años litigando con la intención de no pagar un euro, para eludir el pago de los daños, que por otra parte son realmente incalculables, pues la balsa, que albergaba millones de litros de barro con un contenido alto de metales pesados y elementos tóxicos, causó uno de los desastres ecológicos más grandes de la historia de Andalucía. Más de 80 kilómetros de cauces quedaron afectados y cerca de 5.000 Ha de terreno de los municipios colindantes fueron envenenadas. Más de siete millones de metros cúbicos de lodos, que contenían zinc, cadmio, arsénico, cobre y otros productos contaminantes fueron retirados, así como una mortandad de más de 30 toneladas de animales muertos se dieron como saldo aproximado en los primeros momentos. Pero el desastre actual de Hungría es mucho peor, afectará la cuenca del Rio Danubio causando daños terribles para la humanidad.
Bajo el capitalismo se producen millones de crímenes ecológicos que quedan impunes, siendo falso eso de que "el que contamina paga". En Andalucía "se produjo un enorme escándalo en la población que rechazaba y no comprendía, cómo salían absueltos por los tribunales de justicia algunas de las denuncias, que evitaban el pago de sanciones. Los Juzgados de Sanlúcar la Mayor y la Audiencia de Sevilla, archivaron denuncias contra la empresa y los responsables del Ministerio de Medio Ambiente no estuvieron a la altura que el momento requería, porque en situaciones como esas, de claro ataque a la salud de la Humanidad, un gobierno como el de la Junta, que se dice socialista, tendría que haber actuado Políticamente, y no solo Judicialmente, decretando la Incautación de los bienes de la empresa, por ejemplo, para garantizar que la misma no se fuese de rositas, como es lo que ocurrió, pues la actuación judicial fue confirmada por el Tribunal Constitucional que acabó archivando definitivamente la causa de los dos juzgados mencionados"
Con total descaro aparecen noticias de que en este caso de Hungria, "las autoridades ya han comenzado a investigar el "incidente" por si pudiera existir algún tipo de actuación indebida por parte de la empresa propietaria de la balsa de acumulación. Esta compañía calificó lo sucedido de "catástrofe meteorológica" al achacar la rotura de la balsa a las fuertes lluvias y ha solicitado volver retomar la producción el fin de semana. Según informa la prensa local " la compañía dispone de un seguro de tan solo 37.000 euros para hacer frente a posibles desastres", ¡qué desfachatez¡.
Según el informe sobre "Cambio Climático: Ecología y Medio Ambiente", (1) fruto de un amplio debate mantenido por la corriente Izquierda Socialista-PSOE de Andalucía, presentado a la II Conferencia que dicha corriente celebró hace unos meses en Andalucía, advertíamos que "el debate abierto sobre el cambio climático y los efectos nocivos de la acción devastadora de la contaminación, cuyas consecuencias se han convertido en un peligro para el género humano, ponen en evidencia la situación tan grave a la que el sistema capitalista está abocando a la Humanidad. Esta cuestión tiene como causa fundamental el control de la economía mundial por parte de un puñado de grandes monopolios, que bajo el prisma del lucro privado del sistema capitalista, anteponen los intereses de una minoría de archimillonarios a las vidas de los trabajadores y de la especie humana en general. Esto demuestra que existen dos contradicciones insalvables bajo este agónico sistema imperialista, como son, la propiedad privada de los medios de producción y las fronteras nacionales que impiden el desarrollo armonioso de las fuerzas productivas".
En otro apartado se explica que "el motor de la actividad económica capitalista, que es la lucha por el máximo beneficio para unos pocos en detrimento de la mayoría de la población, se ha convertido ya en una amenaza muy peligrosa contra la salud de la humanidad y contra la propia naturaleza. Accidentes nucleares y otras catástrofes ecológicas ponen de manifiesto que la naturaleza del capitalismo es cada vez más un peligro para los habitantes del planeta Tierra. Por tanto, para los partidos obreros y demás fuerzas de izquierdas, la integración de las problemáticas medioambientales, así como a las que conciernen a la planificación de la producción agraria con el objetivo de atender las necesidades alimenticias de los habitantes del planeta, resulta una prioridad cada vez más urgente e imprescindible, vistas las tendencias que el Capitalismo está desarrollando en esta recesión en la que ha quedado anclado".
Asimismo se comenta en dicha revista que " contrariamente a lo que se nos quiso hacer creer, cuando nos decían que los avances de la ciencia y de las nuevas tecnologías iban a servir para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, verborrea y propaganda capitalista que solamente los analistas marxistas cuestionaban, vemos en estos momentos actuales que no ha sido tal como la burguesía anunciaba, sino que ha servido, como siempre bajo el capitalismo, para aumentar y concentrar escandalosamente el lucro privado y los beneficios de unos cientos de grandes monopolios que se consideran los amos del capitalismo mundial.La banca privada y unos cientos de multinacionales concentran en sus manos la dirección de la economía, y las vidas de la mayoría de la humanidad. En un polo nos encontramos con que el 2% de la población del planeta posee una riqueza equivalente al 50% de toda la riqueza mundial. En el otro polo nos encontramos un océano de pobreza con cerca de 1.500 millones de parados y alrededor de otros 3.000 millones de seres humanos que malviven con rentas en torno a los dos dólares diarios".
Nosotros, como C.I.S.-P.S.O.E. en Málaga, venimos insistiendo que existen suficientes recursos, tanto humanos como materiales, tanto en ciencia y tecnología como en capacidad industrial instalada, para combatir la polución y los efectos desastrosos del sistema capitalista sobre el planeta en que vivimos. Pero, el verdadero problema es que esos recursos son utilizados para beneficiar a los ricos, que se niegan como siempre a recortar sus riquezas y tesoros acumulados en paraísos fiscales y defienden con uñas y dientes sus sacrosantos beneficios, a costa de muerte, hambre, miseria y degradación para la humanidad. El capitalismo se ha convertido ya, dialécticamente, en un modelo de desarrollo destructivo que amenaza nuestras vidas y que pone en peligro incluso la supervivencia de la vida humana sobre el planeta.
Albert Einstein dijo una vez: “No podremos resolver los problemas que tenemos hoy pensando de la misma manera que pensábamos cuando los provocamos”. Por tanto, la solución a estos graves problemas ecológicos provocados por la aplicación del “pensamiento capitalista” del lucro privado, no podrán venir nunca aplicando el mismo modelo anárquico de la “libre empresa”. La humanidad necesita y depende del desarrollo tecnológico. "La emancipación del ser humano significa pasar del reino de la necesidad al reino de la libertad" y esto se logra inventando nuevos recursos técnicos que reemplacen cada vez más tiempo de trabajo humano, pero para ponerlos al servicio de la sociedad en su conjunto. Porque e desarrollo técnico debe ser planificado y conducido de manera armónica y amigable con la naturaleza.
La mejor forma, sino la única de empezar a resolver el drama de los desastres ecológicos, del calentamiento global, y demás problemas de la contaminación, es cambiando la forma de organización social y económica. La solución a los acuciantes problemas del mundo sólo se puede lograr con un sistema socioeconómico que esté bajo el control consciente de la gente. El problema no es que haya un límite inherente al desarrollo, sino un sistema de producción caduco y anárquico que despilfarra vidas y recursos, que destruye el medio ambiente y que impide el pleno desarrollo del potencial que existe en la ciencia y la tecnología.
La lucha por el socialismo es también una lucha por el respeto al medio ambiente. Nosotros defendemos que el movimiento obrero organizado en sus sindicatos de clase y partidos de izquierdas tenemos que agarrar con nuestras propias manos la lucha para poner fin a la destrucción del medio ambiente a la que nos arrastra el sistema capitalista, corrupto, degenerado y decadente.
Es ineludible continuar con una lucha firme por la democracia económica, con el objetivo de poner los recursos financieros socializados y gestionados democráticamente al servicio de todos, bajo control obrero. De esta forma, el crecimiento de la producción, la introducción de la ciencia y la robótica en las empresas de economía social y democráticamente gestionadas, podrían resolverse los problemas del conjunto de la población del planeta, incluyendo una defensa científica del medio ambiente, a condición de que nos liberásemos del sistema que busca el máximo beneficio para unos pocos. En un sistema de economía socialista planificado democráticamente, el crecimiento del bienestar económico y social iría estrechamente vinculado a la defensa de los recursos del medio ambiente y a la conservación y regeneración de la naturaleza. No queda otro camino que poner la economía al servicio de la humanidad y no de unos cientos de multinacionales, banqueros, especuladores, explotadores y corruptos que están destruyendo el planeta y anteponen el lucro privado a los derechos e incluso a la vida de las personas.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
(1) Si estás interesado en recibir la Revista mencionada, puedes solicitarla y se te remitirá gratuitamente, cursando su petición al correo: is-psoe.malaga@terra.es
8 de octubre de 2010
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