“Disculpa que no te
respondiese antes, pero como te comenté, he tenido un percance en el ojo
derecho del que me encuentro mejor. La
pregunta que planteas sobre filosofía, en concreto entre el idealismo
metafísico y el materialismo dialéctico es una de las cuestiones más
complicadas de responder, incluso para
los filósofos. Mucho más difícil para una persona como yo, que no tengo ninguna
carrera y soy autodidacta, aunque he leído bastante sobre todo lo que me ha
interesado, incluido en ello la filosofía.
Entiendo que todos tenemos una filosofía, incluso aquellos que dicen que
no la tienen. Lo normal es que los que dicen no tener ninguna filosofía es
porque asumen la de la clase dominante, que ha calado en su pensamiento de forma
imperceptible desde la infancia.
Permíteme que haga las
siguientes reflexiones para iniciar el debate que planteas: La mayoría de la
población vive sin tener que definirse si tienen o no una filosofía, pero
cuando algunas personas aspiran a conseguir una comprensión racional del mundo
en que vivimos y entender por qué tenemos una forma de pensar y no otra, entonces
la cuestión se complica. Aunque algunas
personas sigan diciendo que no tienen
ninguna filosofía, ni ideología concreta, en realidad todo ser humano la
tenemos. Si le preguntas a cualquiera si
sabe distinguir el bien del mal, te dirán que Si, porque esa es una manera de interpretar el
mundo, eso es en sí una filosofía. Pero
existen infinidad de modelos de interpretar el mundo. No obstante, una de las cuestiones más
complicadas que han preocupado y ocupado a los grandes pensadores y filósofos,
sobre todo cuando nos vemos obligados a enfrentarnos a hechos concretos y
difíciles, como catástrofes, guerras, el paro, la miseria, las masacres y otras
adversidades, la mayoría dirán que no entienden el por qué ocurren esas cosas y
cuando se les pregunta a los “sabios que no saben nada” y que quieren dar una
respuesta, recurren a vagas referencias y al final a la “naturaleza humana”, a
los designios de los dioses y demás ocurrencias.
La pregunta es entonces
el querer descifrar en qué consiste eso de la “naturaleza humana”, siendo este
asunto una de las cuestiones más fundamentales de la vida del ser pensante. Esa
es una cuestión clave que pocos filósofos se atreverían a contestar con
certeza, y menos yo, a no ser que se
basasen en alguna de las religiones existentes o que hayan existido, en cuyo caso echarán manos de sus socorridos
dioses para salir del paso. Para los que
interpretan que “el hombre hizo a dios a su imagen y semejanza” y no al revés
como afirman la mayoría de las religiones, la cuestión no es nada fácil, sobre
todo si nos preguntamos el por qué a la humanidad se les ha ocurrido rendir
pleitesía y adoración a un dios que crea a los hombres para que suframos tantas
adversidades.
Los seres humanos que
somos bastante ignorantes, incluyendo este que te escribe, pasan de filosofías
e ideologías, pero algunos la buscamos porque consideramos que la naturaleza
aborrece el vacío y las cosas tienen una causa y cuando el ser humano niega la
filosofía, tanto la metafísica como la materialista, significa que sus mentes
están vacías o quizás saturadas de ideas que absorbe de los medios de
comunicación, del púlpito, las academias y demás medios de información, las
cuales, bajo el dominio del capitalismo, reflejan indudablemente los intereses
y la moral impuesta por la clase burguesa dominante.
La clase trabajadora
que es muy práctica, que tiene que trabajar duro o sufrir la ansiedad del paro,
logra ir tirando hasta que algún acontecimiento le obliga a analizar
profundamente las ideas y los valores que ha asimilado desde la infancia,
porque empiezan a comprender que existe una contradicción entre el capitalista
y el asalariado. Las crisis del
capitalismo nos obligan a cuestionarnos muchas cosas, haciéndonos recapacitar y
cuestionar muchas “verdades” que dábamos por supuestas y verídicas. Pero como
dijo el filósofo: “Todo cambia, todo fluye, nada permanece”. Cualquier persona que pretenda entender la
vida, no solo como una serie de accidentes y problemas sin sentido, empieza a
cavilar y acelera la necesidad de una filosofía, si quiere elevar su
pensamiento a un nivel más alto, que los que aparecen en la vida
cotidiana. Así es cómo nos empezamos a
elevar a una cierta altura de miras, desde la cual iniciamos a desarrollar
nuestro potencial como seres humanos conscientes, capaces y predispuestos a
tomar las riendas de nuestros destinos, entendiendo el idealismo metafísico,
como una etapa más en nuestras vidas e intentando utilizar otro método mucho
más moderno y científico como es el materialismo dialéctico, que interpreta la
historia con el método llamado materialismo histórico.
La cruda realidad
material nos hace comprender que cualquier meta que pretendamos alcanzar
requiere un esfuerzo mental y material.
La propia naturaleza de cualquier método filosófico implica dificultades
para su estudio y comprensión, porque a veces se trata de cuestiones bastante
alejadas del mundo de la experiencia normal a la que la mayoría de los seres
humanos estamos acostumbrados. Los métodos
y términos utilizados tanto por la ciencia materialista como por la metafísica
idealista, presentan dificultades y profundas controversias entre unos y otros,
porque sus significados pueden incluso ser distintos al común, aunque ocurre
algo similar para el estudio de cualquier materia especializada, desde el
psicoanálisis, como tú bien sabes, hasta la mecánica cuántica.
Pero existe otro
obstáculo mucho más grave, que se puso a debate cuando Marx y Engels hablaron
por primera vez sobre materialismo dialéctico, que podría entenderse que muchos
de sus lectores tenían conocimientos, aunque fuesen básicos, de filosofía
clásica hasta entonces desarrollada desde Platón hasta Hegel, por el método
idealista. El deseo de conocimiento de
la población, en los momentos actuales con la socialización de la información a
través de las redes sociales, crece a medida que un sector de la ciencia, que
intenta evadirse del control dirigista de la investigación impuesto por el
mundo financiero, pero es frenado por los recortes y la austeridad de los
gobiernos, porque toca los enormes intereses materiales contradictorios que
domina la vida de la gente, donde la brecha entre ricos y pobres, entre capital
y trabajo, entre burguesía y asalariados, no para de crecer.
Los enormes avances
para su tiempo que realizaron Marx y Engels en el campo de la economía y de la
sociología, siguen siendo combatidos por los Poderes Fácticos de forma
maliciosa, porque representan un peligro para el mantenimiento de sus
privilegios, basados en la lógica del beneficio privado para unos pocos y la
miseria, la opresión y la explotación de la mayoría de la población mundial,
cuestión que es imposible resolver con la filosofía idealista metafísica que
impregna el liberalismo y el militarismo capitalista. La lucha de clases, que no la inventó Marx ni
Engels, como dice la burguesía, sino que pusieron al descubierto sus causas,
que es “la explotación del hombre por el hombre”, está arreciando con el paso
del tiempo, ante los nubarrones que traen los nuevos “Trumps”, que encabezan
los grupos más reaccionarios en Estados Unidos, Europa y el resto del planeta.
La especia humana
permanece todavía sobre el planeta porque en momentos de enormes dificultades
tuvo la inteligencia de abandonar el “individualismo” y utilizar la
“cooperación social” para salvarse ante los depredadores y adversidades
atmosféricas. El desarrollo del conocimiento científico que siempre ha estado
vinculado al de las fuerzas productivas, no había conseguido alcanzar en otras
épocas el nivel suficiente para permitir que los seres humanos de forma
generalizada pudiesen entender el mundo en que vivían, pero en los momentos
actuales, las crisis ya no son de “escasez”, sino de “super-abundancia”. En la actualidad, con la utilización del conocimiento
científico, la robótica, las nuevas tecnologías, con los medios materiales y la
capacidad productiva existente, luchando por un nuevo modelo de sociedad, con democracia, libertad, igualdad y ética,
la humanidad podría alcanzar una fase superior de sociedad más avanzada,
haciéndose dueño por métodos pacíficos de sus propios destinos, de elevar los
instintos primarios que todavía permanecen, a la altura de lo consciente y
poder dominar con inteligencia el mundo del oscurantismo y de lo inconsciente,
alcanzando un desarrollo social y
biológico más perfecto. Este es uno de
los objetivos a alcanzar por el que seguimos luchando los que nos consideramos
socialistas y utilizamos el materialismo dialéctico como la filosofía más
apropiada para la clase trabajadora.
Salud, socialismo y república”.
José Martín Rodriguez.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE DE ANDALUCIA.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
(*) El idealismo es un
sistema filosófico que considera la idea como principio del ser y del conocer,
desarrollado por Platón, Kant, Hegel y otros.
El materialismo es una concepción
del mundo, que afirma que no existe otra realidad más que la material, mientras
que el pensamiento y sus modos de expresión, no son más que manifestaciones de
la materia y de su evolución en el tiempo. El Materialismo Dialéctico es una
parte de la filosofía marxista que, frente a una teoría estática de la materia,
sostiene que lo real en su totalidad está regido por enfrentamientos,
oposiciones y contradicciones que determinan esa realidad material. Y el
Materialismo Histórico formulado por el filósofo alemán Federico Engels,
explica que no es la consciencia del hombre lo que determina su ser, sino que,
por el contrario, son la realidad social y las tensiones y poderes que la
constituyen, los que crean y condicionan la realidad humana.
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