Nuestra
corriente Izquierda Socialista celebró en 2008 la II Conferencia de
Andalucía, en Torremolinos, donde se
profundizó por varios colectivos asistentes en un debate científico del que se
editó una Revista titulada “Cambio Climático: Ecología y Medio Ambiente” (1) de
la cual ofrecemos un extracto del capítulo VI, que trata sobre una crítica a la
situación, condenando la carrera bélica y el peligro de las nucleares, que puedes
leer a continuación:
(…)
“Todo ciudadano honrado que se posicione contra
las guerras, sus muertes y los que las provocan, así como contra la carrera de
armamentos y la destrucción de la naturaleza, tenemos que oponernos de forma
radical, igualmente, tanto contra el “complejo industrial militar de EEUU, como
contra la energía nuclear, contra las centrales atómicas y contra el uso del
armamento, tanto nuclear como bacteriológico y de otra índole, que son
utilizados para atacar a la población inocente con el objetivo de defender los
intereses de los grandes monopolios.
Basta recordar el engaño tremendo de las potencias
imperialistas cuando declararon la Guerra Preventiva para quitar del poder al
dictador Sadam Husseim en Irak, que ha causado una verdadera carnicería humana
y ha hundido al país en la edad de piedra, causando estragos tanto al medio
ambiente como en la economía, además de no haber servido para nada de lo que
marcaron sus hipócritas objetivos, cuando decían que en seis meses habría
instalada una democracia floreciente y aumentarían el grado de bienestar de la
población.
Lo que hubo en realidad fue un escandaloso y criminal
intercambio desigual de “sangre por petróleo”, demostrándose claramente la
grosera mentira de que el Extremo Oriente sería mucho más seguro, como nos
dijeron Bush, Blair y Aznar, el terrorífico trío de las Azores. Por lo tanto,
es imprescindible continuar con una lucha audaz, decidida y firme en contra de
la carrera de armamentos que es la que empuja en la dirección de guerras
preventivas y pueden producir la destrucción del planeta y segar las vidas de
los seres humanos.
Los capitalistas nos quieren hacer creer que no hay dinero
para financiar la lucha contra el Cambio Climático, pero el Congreso de Estados
Unidos ha aprobado la Ley de presupuestos de guerra para el año 2010, que
asciende a 636.000 millones de dólares.(2) En ese presupuesto militar se autoriza al
gobierno a gastar hasta 128.000 millones de dólares para las operaciones de
guerra en Irak y Afganistán, que van a servir para seguir matando inocentes y
destrozando el Planeta, pero esos mismos Señores de la Guerra, se vuelven
tacaños a la hora de decidir invertir, proporcionalmente, esos escasos 10.000
millones entre los 192 países convocados a la Cumbre del Cambio Climático en
gastos medioambientales como ha ocurrido en Copenhague, lo que va a condenar a
hambrunas y a muertes seguras a cientos de miles de personas, por los efectos
del deterioro del cambio climático que podrían ser más desastrosos que la bomba
de Hiroshima.
Desde las masacres de Hiroshima y Nagasaki ha quedado probado
que bajo el capitalismo no existe ninguna seguridad total en que no se va a ser
de nuevo un experimento de esa mortífera arma nuclear, que en la actualidad es
mil veces más potente que antaño. Tampoco existe seguridad plena en las
instalaciones nucleares de uso pacífico, que se construyen sin haber dado
respuesta convincente y definitiva a la eliminación de los residuos nucleares.
Esta situación está latente en todos los países que utilizan
esa tecnología, con un alto riesgo como hemos visto en casos de accidentes como
el de Chernóbil y otros, con fugas radioactivas muy peligrosas para la vida
humana. Hace unas décadas esa central sufrió un accidente y después del periodo
de tiempo transcurrido, los estudios médicos consideran que un 80 % de la
población está todavía contaminada. La propia ONU reconoció que más de 7
millones de personas fueron contagiadas por radiaciones nucleares afectando a
un territorio de 155.000 kilómetros cuadrados, o sea, un equivalente a más de
la cuarta parte de la Península Ibérica.
A pesar de esas amargas experiencias que han sembrado de
cadáveres inocentes a demasiadas zonas del planeta, muchos gobiernos, con
apoyos de partidos políticos e incluso de algunos ciudadanos siguen defendiendo
la energía nuclear y no se deciden por inversiones fuertes en energías limpias.
Esa estrategia tiene una explicación basada en el razonamiento de que las
grandes industrias energéticas dependen de los planes que son impuestos por ser
dependientes de las políticas marcadas por el Pentágono. Contradictoriamente,
el Protocolo de Kioto, que teóricamente trata de prevenir el calentamiento de
la Tierra y luchar contra la contaminación, no había sido firmado por los EEUU,
ni se cumple apenas por la mayoría de los países, habiendo sido mercantilizado
de tal manera el intento de cumplimiento, que se compran y se venden al mejor
postor las cuotas de contaminación que cada país tiene asignada. Lo cual
denunciamos como una farsa colosal que pone sobre el tapete la hipocresía de la
burguesía, confirmada ahora en la pantomima de la Cumbre del Clima de
Copenhague que no ha servido para nada.
Los estados empobrecidos, que son la inmensa mayoría, ven
violados sus derechos en esa inmensa farsa de “Democracia Burguesa” donde, (Por
cuatro o cinco superpotencias que solamente representan los intereses del “Gran
Capital”) y quedan reducidos a ser colonias económicas o protectorados
políticos nuevamente, no ya de una potencia de Europa o de EEUU en concreto,
sino de su personificación colegiada y abstracta del “capital financiero
globalizado”, el crudo Capital salvaje. Se les condena a que no pueden hacer
otra cosa, (si sus pueblos no luchan), que ir reduciendo sus posibilidades de
vida civilizada y retrocediendo hacia la barbarie.
Algunas de sus poblaciones, caen incluso por debajo del nivel
de proletarización, viéndose reducidas a la más ingente esclavitud que los
hunde en la pobreza extrema. La Madre Naturaleza, en cuanto a objeto de
“ultra-explotación” y depredación sin control, va desapareciendo por medio de
la deforestación, la desertificación, la reducción drástica de su
biodiversidad, la contaminación y, en todo caso, la incapacidad de aires,
suelos y aguas para una vida humana de sus respectivos pobladores en el próximo
futuro, pues el capitalismo, con su voracidad de beneficios está destruyendo el
planeta.(…)
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA MÁLAGA-PSOE.A
(1) Si estás
interesado en esta cuestión y quieres recibir la revista por correo de forma
gratuita, solicítala al e-mail de abajo
poniendo en asunto “Cambio Climático”.
ispsoeandalucia.malaga@gmail.com
(2) Los gastos de
armamento a escala mundial en 2014 han ascendido a UN BILLÓN Y 800 MIL MILLONES
DE DÓLARES.
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