26 de febrero de 2015

MÁLAGA: HUELGA ESTUDIANTIL Y COMENTARIOS SOBRE LA LUCHA.


En Málaga, al igual que en cientos de manifestaciones convocadas en todo el Estado por el Sindicato de Estudiantes, poco después de las 12 del  medio día, salía una columna de manifestantes desde la Universidad, cantando consignas contra el Ministro Wert y el Gobierno Rajoy, en rechazo al decreto 3+2.   Este segundo día de huelga ha recibido igual que ayer, un apoyo masivo y contundente dejando cientos y cientos de institutos y universidades completamente vacías, como ejemplo del rechazo a los planes de ataques del Gobierno de la Derecha, que muestran una vez más una contundente oposición a la obsesión de Wert de expulsar de la Universidad a los hijos de los trabajadores en su intento claro de privatizar el sector de la Enseñanza.

Como siempre ocurre, los datos del seguimiento de la huelga general de 48 horas convocada por el Sindicato de Estudiantes oscila entre un 80 y 90 por ciento según los convocantes mientras la TV muestra solo un pequeño incidente ocurrido en Madrid provocado por un grupúsculo ultra-derechista, que interrumpió al final el discurso que se estaba leyendo por los convocantes.  El propio ministro Wert, de forma inusual y provocativa, se ha atrevido a anunciar la desconvocatoria de la Huelga, cuando esa no es su competencia.  Todo ha sido en vano, pues las jornadas de huelga y las manifestaciones han sido un rotundo éxito como así lo atestiguan las informaciones de las distintas manifestaciones en Madrid, Andalucía, Barcelona, Euskadi, Asturias, Galicia,  Cataluna, Valencia, Canarias, Murcia, Baleares, Castilla, Navarra,  Cantabria, Rioja, etc., lo que demuestra que el respaldo de los estudiantes, a los que se han sumado otros colectivos sindicales, políticos y sociales de todos los territorios ha  sido bastante importante.

Estas maravillosas luchas de la juventud y los sectores sociales más activos, aunque ninguneadas y empañadas por el Gobierno y ese colectivo extremista de Madrid,  empujan de tal forma que la clase dominante se verá obligada a conceder reivindicaciones sociales, incluso, como se coreaba por los cortejos, pidiendo la Dimisión de WERT y su gobierno,  si quiere mantener sus intereses en las grandes cuestiones, o serán barridas y llevadas al basurero de la historia.  Pero sabemos que en cierta medida, esas concesiones tienen un límite dentro del margen de ganancias que representan las plusvalías que el mundo del capital arranca al mundo del trabajo, que en un  momento dado se negarán a perderlas en su totalidad.

Durante el ascenso del boom capitalista, que produjo la gran burbuja especulativa que estalló en 2007/08, las concesiones de ciertas reivindicaciones sociales fueron conquistadas y arrancadas por la lucha ascendente de la clase trabajadora y favorecidas políticamente por el desarrollo progresista de los gobiernos del PSOE que tuvieron un carácter realmente positivo para la clase trabajadora y los sectores más empobrecidos de la sociedad.

Las empresas progresaban en ese periodo de forma provechosa y se comenzó a hablar del avance hacia el Estado de Bienestar, que empezaba a construirse al menos en el “primer mundo”, donde parecía que ese sueño, que esa aspiración de los ciudadanos, podría ser alcanzable. Las mejoras en los niveles de vida de las masas se acrecentaron. Daba la sensación de que la salida de la Dictadura, con el tan cacareado modelo de la “Transición a la española”, podría consolidar la democracia y las libertades aunque fuese bajo el modelo burgués, al que las cúpulas de las izquierdas fueron  sucumbiendo.

Las organizaciones de izquierdas, tanto las sindicales como las políticas y sociales daban la impresión de que se fortalecían, aunque sufrían una peligrosa “deriva” hacia la derecha, cuyas burocracias cayeron y asumieron la lógica del capitalismo que repartía algunas migajas de sus suculentos beneficios; algunos elementos fueron comprados por el sistema corrupto del capitalismo, a base de “tarjetas B”, comisiones por despedir a trabajadores con los ERE, comisiones y prebendas y otras mordidas, que se llenaron sus bolsillos defraudando a los ciudadanos.

Ese aparente fortalecimiento organizativo, que distanciaba cada vez más a las direcciones de sus bases y de los trabajadores, dieron pie a que se desarrollara un acelerado proceso de tendencias reformistas que giraban cada vez más a la derecha y también permitía que la burguesía las infiltrara y colocara en sus cúpulas a  “mercenarios” afines a los intereses del capital.  La propaganda de la burguesía, a través de sus potentes medios de comunicación, nos quisieron hacer creer que las relaciones entre las clases habían cambiado; que la lucha de clases ya no debía existir;  que con el modelo de “pactos y consensos” se terminaría con las contradicciones entre las clases, lo que fue recibido y bautizado por los Fukumanas de turno como el “fin de la historia”.

Por otra parte, la burguesía del PP, al servicio de la clase dominante, con su furibunda campaña anti PSOE, arropada por su ejército de las sotanas, consiguió derribar a Zapatero (también por sus errores)   en las elecciones de 2011, al haber presentado la derecha su cara más amable y social, junto a promesas programáticas de creación de 3 millones de puestos de trabajo, rebajas de impuestos, reglas elementales de más democracia y otras medidas de progreso que se han demostrado un verdadero engaño al pueblo trabajador.

Aquellas promesas de una salida rápida de la recesión y de avanzar hacia una sociedad más libre, humana y justa, ha resultado ser todo lo contrario; más represión con la Ley Mordaza, más inhumana, como estamos viendo con los “deshaucios”, con lo de la retirada de asistencia sanitaria, los ataques a la educación  y  más desigualdad, siendo el segundo país más desigual de Europa, acompañado todo con aquella sarta de mentiras de constantes avisos de “salidas del túnel”;  siguen insistiendo en que ya no hay crisis, cuando la clase trabajadora y las capas medias sufren la catástrofe social del austericidio.  En lugar de las promesas prometidas vemos paro, precariedad, miseria, recortes, austeridad y rechazo firme de los ciudadanos ante la corrupción, situación que nos ha sido impuesta a sangre y fuego contra la clase trabajadora y capas medias que representa una catástrofe social.

 La vida laboral de las clases populares se encuentran en la actualidad en un callejón de difícil salida, a causa de las políticas recortes sociales  dictadas por la Troika y aplicadas inflexiblemente por el PP, con el beneplácito y la complacencia de las cúpulas dirigentes de UGT y CCOO  que siguen ancladas en su desfasada política del “pacto por el pacto”, cuando los antagonismos entre las clases se siguen exacerbando como se demuestra a plena luz, con las mareas, las luchas en Sanidad, en Enseñanza, como hemos visto estos dos días de huelga general que ha representado un enorme varapalo al gobierno PP, mientras Rajoy nos trataba de tontos diciendo que ya se han solucionado los problemas y que hemos salido de la crisis.

Lo que ocurre realmente es que los mecanismos de la “democracia burguesa” empiezan a hacer agua uno tras otro. Las reglas normales de esa “moral” que decían defender como “honorables cristianos”, es otra repugnante mentira, al estar cuestionados por el pueblo en esa constante situación de corrupción de casos como el de Bárcenas y otros, sin que nadie del gobierno se digne admitir ninguna responsabilidad política, haciendo caso omiso a las peticiones de dimisión.

El encanallamiento del debate político, como hemos visto en el debate sobre el “Estado de la Nacion” en los últimos días,  se sigue degradando hasta situaciones alarmantes, con acusaciones falsas, mentiras, insultos,  vanalidades, corrupción, violencia verbal y otros desmanes de parte y parte que cobran proporciones inauditas, lo cual ocultan la expresión concreta de carencias claras de programas y el bajo nivel de las cúpulas de las direcciones políticas del “pacto del 78” que están verdaderamente degradadas y se están buscando a pulso, con esas actitudes, un recambio urgente.

En realidad, podemos entender que esa situación es en si misma una manifestación clara de la decadencia del sistema capitalista y la escasez de argumentos y convicciones para ofrecer una salida, lo que demuestra que la decadencia intelectual y ética de esta sociedad capitalista, tanto en los campos de la economía, la política, el derecho y la moral es muy grave.

Vemos con horror la cara de la “síntesis del fascismo” que se refleja en la subida de partidarios de derechas extremas en Europa,  nacidos directamente de la bancarrota del modelo liberal y del intento de la socialdemocracia de resucitar a este cadáver putrefacto que esconde bajo la aparente careta de “democracia burguesa” la más cruel “dictadura financiera del capital”, que antepone el lucro privado de una minoría de banqueros y capitalistas a las necesidades sociales y una vida digna para las clases menos favorecidas.

Cuando las “democracias burguesas” inician su proceso de crisis estructural de onda larga con recesión y descomposición, vemos históricamente que crecen elementos de fascismo.  El giro a la izquierda de las masas en el Estado español, junto a la vacuna de los 40 negros años de la Dictadura de Franco, que por cierto, todavía esperamos que el PP la condene de forma abierta, hacen todavía difícil que se produzcan algunas diferencias, en el surgimiento claro de ese fenómeno que ha empezado con fuerza  en Europa, aunque algunos grupúsculos ya pululan por el territorio, a veces con demasiada condescendencia por el gobierno reaccionario de la derecha encabezado por Rajoy.

Pero tenemos que denunciar que algunos de los elementos más reaccionarios incrustados en las filas del PP, junto a otros que se la dan de prestigiosos, sinceros y valientes “moralistas” defensores de la verdad, viven todavía de recuerdos idealizados de un negro ayer y rezuman nostálgicos anhelos y esperanzas de retornos  a ese peligroso ayer,  por lo que las fuerzas de las izquierdas, tanto sindicales como políticas, tenemos la obligación de buscar la unidad para que sean definitivamente desactivadas.

Los estrategas de la burguesía comprenden muy bien, aunque lo oculten porque sería “políticamente incorrecto”,  que la falta de ética política acelera y provoca un enfrentamiento cada vez más crudo de la lucha entre las clases;  que la falsa moral “democrática” corresponde a la fase del capitalismo liberal progresista que ha colapsado como modelo; que la exacerbación de la lucha de clases que domina el periodo actual en el que hemos entrado, que puede considerarse como la fase final de un ciclo político y el inicio de la fase siguiente, ha modificado completamente el pensamiento de las masas, al acelerarse el proceso molecular de la toma de conciencia, que se viene produciendo en los últimos 7 años desde el estallido de la crisis; que el lugar que ocupaban los votantes que otorgaron al PP los once millones de votos ha sido ocupado por una nueva conciencia de clase con un fuerte giro a la izquierda, que se reflejará claramente en las próximas confrontaciones electorales. 

Saludamos al Sindicato de Estudiantes y a los cientos de miles de jóvenes y trabajadores y colectivos que han conseguido en las calles, durante estos dos días de Huelga de la Enseñanza, que las bases para la derrota del PP estén cada vez más cerca y se perciba con más nitidez.  El segundo acto de estas jornadas de protesta será otros dos días de Huelgas para el 17 y 18 de Marzo que están convocadas por el Sindicato de Estudiantes y otros colectivos,  exigiendo la retirada del Decreto 3+2 y los ataques a la Enseñanza, para culminar en el tercer  acto que será el que se refleje en las urnas en las  Elecciones en ANDALUCÍA del mes que viene, donde el pueblo tomará la palabra con su voto:   ¡¡Habla, pueblo, habla ¡¡, porque Andalucía marcará el camino para la derrota final del PP.
  
ÁREA DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE ANDALUCIA.

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