En Málaga, al igual que
en cientos de manifestaciones convocadas en todo el Estado por el Sindicato de
Estudiantes, poco después de las 12 del
medio día, salía una columna de manifestantes desde la Universidad,
cantando consignas contra el Ministro Wert y el Gobierno Rajoy, en rechazo al
decreto 3+2. Este segundo día de huelga ha recibido igual
que ayer, un apoyo masivo y contundente dejando cientos y cientos de institutos
y universidades completamente vacías, como ejemplo del rechazo a los planes de
ataques del Gobierno de la Derecha, que muestran una vez más una contundente
oposición a la obsesión de Wert de expulsar de la Universidad a los hijos de
los trabajadores en su intento claro de privatizar el sector de la Enseñanza.
Como siempre ocurre,
los datos del seguimiento de la huelga general de 48 horas convocada por el
Sindicato de Estudiantes oscila entre un 80 y 90 por ciento según los
convocantes mientras la TV muestra solo un pequeño incidente ocurrido en Madrid
provocado por un grupúsculo ultra-derechista, que interrumpió al final el
discurso que se estaba leyendo por los convocantes. El propio ministro Wert, de forma inusual y
provocativa, se ha atrevido a anunciar la desconvocatoria de la Huelga, cuando
esa no es su competencia. Todo ha sido
en vano, pues las jornadas de huelga y las manifestaciones han sido un rotundo
éxito como así lo atestiguan las informaciones de las distintas manifestaciones
en Madrid, Andalucía, Barcelona, Euskadi, Asturias, Galicia, Cataluna, Valencia, Canarias, Murcia,
Baleares, Castilla, Navarra, Cantabria,
Rioja, etc., lo que demuestra que el respaldo de los estudiantes, a los que se
han sumado otros colectivos sindicales, políticos y sociales de todos los
territorios ha sido bastante importante.
Estas maravillosas
luchas de la juventud y los sectores sociales más activos, aunque ninguneadas y
empañadas por el Gobierno y ese colectivo extremista de Madrid, empujan de tal forma que la clase dominante se
verá obligada a conceder reivindicaciones sociales, incluso, como se coreaba
por los cortejos, pidiendo la Dimisión de WERT y su gobierno, si quiere mantener sus intereses en las
grandes cuestiones, o serán barridas y llevadas al basurero de la historia. Pero sabemos que en cierta medida, esas
concesiones tienen un límite dentro del margen de ganancias que representan las
plusvalías que el mundo del capital arranca al mundo del trabajo, que en
un momento dado se negarán a perderlas
en su totalidad.
Durante el ascenso del
boom capitalista, que produjo la gran burbuja especulativa que estalló en 2007/08,
las concesiones de ciertas reivindicaciones sociales fueron conquistadas y
arrancadas por la lucha ascendente de la clase trabajadora y favorecidas
políticamente por el desarrollo progresista de los gobiernos del PSOE que
tuvieron un carácter realmente positivo para la clase trabajadora y los
sectores más empobrecidos de la sociedad.
Las empresas
progresaban en ese periodo de forma provechosa y se comenzó a hablar del avance
hacia el Estado de Bienestar, que empezaba a construirse al menos en el “primer
mundo”, donde parecía que ese sueño, que esa aspiración de los ciudadanos,
podría ser alcanzable. Las mejoras en los niveles de vida de las masas se
acrecentaron. Daba la sensación de que la salida de la Dictadura, con el tan
cacareado modelo de la “Transición a la española”, podría consolidar la
democracia y las libertades aunque fuese bajo el modelo burgués, al que las
cúpulas de las izquierdas fueron
sucumbiendo.
Las organizaciones de
izquierdas, tanto las sindicales como las políticas y sociales daban la
impresión de que se fortalecían, aunque sufrían una peligrosa “deriva” hacia la
derecha, cuyas burocracias cayeron y asumieron la lógica del capitalismo que
repartía algunas migajas de sus suculentos beneficios; algunos elementos fueron
comprados por el sistema corrupto del capitalismo, a base de “tarjetas B”,
comisiones por despedir a trabajadores con los ERE, comisiones y prebendas y
otras mordidas, que se llenaron sus bolsillos defraudando a los ciudadanos.
Ese aparente
fortalecimiento organizativo, que distanciaba cada vez más a las direcciones de
sus bases y de los trabajadores, dieron pie a que se desarrollara un acelerado
proceso de tendencias reformistas que giraban cada vez más a la derecha y
también permitía que la burguesía las infiltrara y colocara en sus cúpulas
a “mercenarios” afines a los intereses
del capital. La propaganda de la
burguesía, a través de sus potentes medios de comunicación, nos quisieron hacer
creer que las relaciones entre las clases habían cambiado; que la lucha de
clases ya no debía existir; que con el
modelo de “pactos y consensos” se terminaría con las contradicciones entre las
clases, lo que fue recibido y bautizado por los Fukumanas de turno como el “fin
de la historia”.
Por otra parte, la
burguesía del PP, al servicio de la clase dominante, con su furibunda campaña
anti PSOE, arropada por su ejército de las sotanas, consiguió derribar a
Zapatero (también por sus errores) en las elecciones de 2011, al haber presentado
la derecha su cara más amable y social, junto a promesas programáticas de
creación de 3 millones de puestos de trabajo, rebajas de impuestos, reglas
elementales de más democracia y otras medidas de progreso que se han demostrado
un verdadero engaño al pueblo trabajador.
Aquellas promesas de una
salida rápida de la recesión y de avanzar hacia una sociedad más libre, humana
y justa, ha resultado ser todo lo contrario; más represión con la Ley Mordaza,
más inhumana, como estamos viendo con los “deshaucios”, con lo de la retirada
de asistencia sanitaria, los ataques a la educación y más
desigualdad, siendo el segundo país más desigual de Europa, acompañado todo con
aquella sarta de mentiras de constantes avisos de “salidas del túnel”; siguen insistiendo en que ya no hay crisis,
cuando la clase trabajadora y las capas medias sufren la catástrofe social del
austericidio. En lugar de las promesas
prometidas vemos paro, precariedad, miseria, recortes, austeridad y rechazo firme
de los ciudadanos ante la corrupción, situación que nos ha sido impuesta a
sangre y fuego contra la clase trabajadora y capas medias que representa una
catástrofe social.
La vida laboral de las clases populares se
encuentran en la actualidad en un callejón de difícil salida, a causa de las
políticas recortes sociales dictadas por
la Troika y aplicadas inflexiblemente por el PP, con el beneplácito y la
complacencia de las cúpulas dirigentes de UGT y CCOO que siguen ancladas en su desfasada política
del “pacto por el pacto”, cuando los antagonismos entre las clases se siguen exacerbando
como se demuestra a plena luz, con las mareas, las luchas en Sanidad, en
Enseñanza, como hemos visto estos dos días de huelga general que ha
representado un enorme varapalo al gobierno PP, mientras Rajoy nos trataba de
tontos diciendo que ya se han solucionado los problemas y que hemos salido de
la crisis.
Lo que ocurre realmente
es que los mecanismos de la “democracia burguesa” empiezan a hacer agua uno
tras otro. Las reglas normales de esa “moral” que decían defender como
“honorables cristianos”, es otra repugnante mentira, al estar cuestionados por
el pueblo en esa constante situación de corrupción de casos como el de Bárcenas
y otros, sin que nadie del gobierno se digne admitir ninguna responsabilidad
política, haciendo caso omiso a las peticiones de dimisión.
El encanallamiento del
debate político, como hemos visto en el debate sobre el “Estado de la Nacion”
en los últimos días, se sigue degradando
hasta situaciones alarmantes, con acusaciones falsas, mentiras, insultos, vanalidades, corrupción, violencia verbal y
otros desmanes de parte y parte que cobran proporciones inauditas, lo cual
ocultan la expresión concreta de carencias claras de programas y el bajo nivel
de las cúpulas de las direcciones políticas del “pacto del 78” que están verdaderamente
degradadas y se están buscando a pulso, con esas actitudes, un recambio
urgente.
En realidad, podemos
entender que esa situación es en si misma una manifestación clara de la
decadencia del sistema capitalista y la escasez de argumentos y convicciones
para ofrecer una salida, lo que demuestra que la decadencia intelectual y ética
de esta sociedad capitalista, tanto en los campos de la economía, la política,
el derecho y la moral es muy grave.
Vemos con horror la
cara de la “síntesis del fascismo” que se refleja en la subida de partidarios
de derechas extremas en Europa, nacidos
directamente de la bancarrota del modelo liberal y del intento de la
socialdemocracia de resucitar a este cadáver putrefacto que esconde bajo la
aparente careta de “democracia burguesa” la más cruel “dictadura financiera del
capital”, que antepone el lucro privado de una minoría de banqueros y
capitalistas a las necesidades sociales y una vida digna para las clases menos
favorecidas.
Cuando las “democracias
burguesas” inician su proceso de crisis estructural de onda larga con recesión
y descomposición, vemos históricamente que crecen elementos de fascismo. El giro a la izquierda de las masas en el
Estado español, junto a la vacuna de los 40 negros años de la Dictadura de
Franco, que por cierto, todavía esperamos que el PP la condene de forma
abierta, hacen todavía difícil que se produzcan algunas diferencias, en el
surgimiento claro de ese fenómeno que ha empezado con fuerza en Europa, aunque algunos grupúsculos ya
pululan por el territorio, a veces con demasiada condescendencia por el
gobierno reaccionario de la derecha encabezado por Rajoy.
Pero tenemos que
denunciar que algunos de los elementos más reaccionarios incrustados en las
filas del PP, junto a otros que se la dan de prestigiosos, sinceros y valientes
“moralistas” defensores de la verdad, viven todavía de recuerdos idealizados de
un negro ayer y rezuman nostálgicos anhelos y esperanzas de retornos a ese peligroso ayer, por lo que las fuerzas de las izquierdas,
tanto sindicales como políticas, tenemos la obligación de buscar la unidad para
que sean definitivamente desactivadas.
Los estrategas de la
burguesía comprenden muy bien, aunque lo oculten porque sería “políticamente
incorrecto”, que la falta de ética
política acelera y provoca un enfrentamiento cada vez más crudo de la lucha
entre las clases; que la falsa moral
“democrática” corresponde a la fase del capitalismo liberal progresista que ha
colapsado como modelo; que la exacerbación de la lucha de clases que domina el
periodo actual en el que hemos entrado, que puede considerarse como la fase
final de un ciclo político y el inicio de la fase siguiente, ha modificado
completamente el pensamiento de las masas, al acelerarse el proceso molecular
de la toma de conciencia, que se viene produciendo en los últimos 7 años desde
el estallido de la crisis; que el lugar que ocupaban los votantes que otorgaron
al PP los once millones de votos ha sido ocupado por una nueva conciencia de
clase con un fuerte giro a la izquierda, que se reflejará claramente en las
próximas confrontaciones electorales.
Saludamos al Sindicato
de Estudiantes y a los cientos de miles de jóvenes y trabajadores y colectivos
que han conseguido en las calles, durante estos dos días de Huelga de la
Enseñanza, que las bases para la derrota del PP estén cada vez más cerca y se
perciba con más nitidez. El segundo acto
de estas jornadas de protesta será otros dos días de Huelgas para el 17 y 18 de
Marzo que están convocadas por el Sindicato de Estudiantes y otros
colectivos, exigiendo la retirada del
Decreto 3+2 y los ataques a la Enseñanza, para culminar en el tercer acto que será el que se refleje en las urnas
en las Elecciones en ANDALUCÍA del mes
que viene, donde el pueblo tomará la palabra con su voto: ¡¡Habla, pueblo, habla ¡¡, porque Andalucía
marcará el camino para la derrota final del PP.
ÁREA DE COMUNICACIÒN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE
MÁLAGA-PSOE ANDALUCIA.
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