15 de mayo de 2012

EL 15-M Y LA NECESIDAD DE UNA EXPRESIÓN SINDICAL Y POLITICA

En esta fecha se cumple el primer aniversario de la lucha que comenzó el 15 de mayo como una verdadera explosión social de descontento y protesta del pueblo “indignado” que ha llevado a la toma de plazas y calles a cientos de miles de personas, votando con los pies en las manifestaciones y concentraciones convocadas de nuevo este año, que desde las manifestaciones del pasado sábado dia 12-M, han vuelto a tomar las calles y las plazas habiéndose convertido en un movimiento internacionalista que ha rebasado todas las expectativas y fronteras.





La juventud, los parados, los pensionistas, los autónomos, los inmigrantes, los trabajadores, los agricultores y los estudiantes, es decir, el pueblo en su conjunto dieron un ejemplo de participación democrática, con un profundo debate en las plazas tomadas por “las acampadas”, que sirvieron como Universidades Ciudadanas alternativas, elevando el nivel de conciencia demostrando en la práctica, que están dispuestos a luchar, que si el pueblo se une, si tenemos voluntad clara de avanzar en la conquista de otro modelo de democracia más real, tenemos fuerzas para doblarle el pulso a lo que han dado en llamar “la dictadura de los mercados” y que la gente se ha dado cuenta que es un peligro para la humanidad.





Todos aquellos que hemos venido luchando durante años por un cambio del modelo liberal-capitalista, saludamos a este movimiento participando desde el primer día y necesitamos que continúe y gane más fuerza cada vez. Pero es preciso comprender que debemos dar pasos adelante, tanto en el plano de la práctica como en el teórico, y en el organizativo, para unificar este movimiento con la lucha de los asalariados, porque en el fondo, los intereses son los mismos y que nos permita confluir en un Frente Amplio del Movimiento Obrero y Juvenil, que aglutine unitariamente las fuerzas alternativas a este podrido sistema capitalista, que necesita con urgencia un recambio.





Nuestro planteamiento es que hay que fortalecer las corrientes de izquierdas, tanto en los partidos como en los sindicatos, buscando la unidad más amplia posible, para golpear todos juntos contra los ataques del capitalismo y sus esbirros de la banca y la mafia especuladora imperialista, pero debe continuar siendo un movimiento No Violento, tal cual comenzó, pero para dar salida al grito unánime de “no nos representan”, es preciso dotarnos de canales que lleven nuestras reivindicaciones ante los podres del Estado, o cambiar éstos, si se niegan a las exigencias legítimas del pueblo en acción.





Condenamos los incidentes que se suceden, donde un pequeño grupo que no representa a la mayoría de ciudadanos caen en altercados graves entre la Policía y algunos manifestantes, culpándose unos a otros de la violencia desatada que en nada beneficia la marcha de este proceso que tiene como objetivo la lucha pacífica por una democracia más profunda. Es preciso depurar responsabilidades si las fuerzas de Seguridad del estado se han visto extralimitadas en sus funciones, atacando desaforadamente a manifestantes No violentos, exigiendo la dimisión del político de turno, que en última instancia es el responsable de las cargas, ataques y violencia desmedida. En varios comunicados del M-15-M se ha condenado siempre la violencia. Nosotros también condenamos con firmeza los actos violentos, sean éstos perpetrados por ciudadanos o por policías, como siempre hemos venido haciendo, porque esos actos perjudican el avance de la toma de conciencia y de la lucha no violenta de la ciudadanía.





Las movilizaciones nos han despejado las dudas de que nos enfrentamos a un rechazo firme del intento de la burguesía de hacer desaparecer todos los avances sociales y laborales conquistados. El 81 % de los consultados las encuestas se declaran simpatizantes de este modelo de lucha del 15-M y la toma de la calle en la lucha por una sociedad mejor para los seres humanos.





Pero como ha quedado demostrado por la historia, la clase trabajadora necesita disponer de sindicatos y partidos de izquierdas fuertes, combativos y que no se dobleguen ante las presiones y las imposiciones de la patronal que sean utilizados correctamente para defender nuestros intereses como trabajadores, pero la carencia de ese modelo es lo que ha “indignado” a millones de ciudadanos que protestan porque no se ven representados por esta “democracia, corrupta, decadente y degenerada”, dando un serio aviso a las cúpulas de UGT y CCOO, así como a los partidos de izquierdas en el parlamento, existiendo un clamor de la Comisión del Movimiento Obrero del 15M, de otros colectivos Laborales, del Sindicato de Estudiantes y del movimiento asociativo, que reclaman la conveniencia de marchar unidos en pro de una huelga general de 48 horas, de forma Unitaria, encabezada por los sindicatos mayoritarios y los partidos de izquierdas que recojan también las reivindicaciones del 15 M, para plantarles cara de una forma seria a los recortes del PP y decirle claramente que ¡¡Ya basta¡¡.





Las condiciones laborales y de vida de los asalariados están empeorando pero será mucho peor, si no nos preparamos para hacer cambiar el modelo sindical y político de pactos, conchaveos y consensos por un sindicalismo combativo, de clase y democrático, donde las decisiones sean votadas por las bases y se pueda rechazar democráticamente lo que no nos interese.





Para ello es urgente crear o fortalecer corrientes de izquierdas críticas en nuestras organizaciones donde reclamemos DEMOCRACIA SINDICAL YA¡¡ y participemos con propuestas concretas para dotarnos de un programa y un modelo en línea con el proceso de lucha iniciado por la juventud y las masas en acción después del 15-M que ha resurgido con fuerza este año 2012, buscando una confluencia democrática y sana, con respeto mutuo y desde la base para marchar unidos porque tenemos fuerzas cambiar las cosas.





La defensa de los intereses de los colectivos más desfavorecidos nos exigen que luchemos por un sindicalismo combativo, incluso cambiando a las direcciones que impidan contar con los votos democráticos de las bases porque en realidad, en los momentos actuales, los sindicatos y los partidos de izquierdas mayoritarios no nos representan correctamente, como indican los más de 11 millones que no han querido ir a votar en las últimas elecciones.





Se ha abierto un debate muy interesante entre los que dicen que hay que abandonar los partidos tradicionales y los sindicatos reformistas, y los que consideramos que existe otro camino, como es el que tomarán más temprano que tarde la inmensa mayoría de los trabajadores, cuando después de la polarización, la radicalización y las acciones por fuera de esas organizaciones, como está ocurriendo ahora en este maravilloso movimiento, y durante todo el periodo último con las luchas contra los recortes en Educación, Sanidad y derechos sociales que ha planteado el PP, saquen la conclusión de que esos sindicatos y esos partidos no son propiedad de los dirigentes sino que es patrimonio de nuestra clase y decidan entrar en masa a recuperarlos para que defiendan el programa que está surgiendo desde abajo.





Las direcciones de nuestras organizaciones tradicionales tienen que ser sensibles y buscar la confluencia con este movimiento, girando hacia la izquierda, para hacer un llamamiento a los trabajadores a afiliarse y participar activamente en esos sindicatos y partidos, ofreciendo para ello a las justas reivindicaciones del 15-M un cambio político, sindical y económico drástico, que acabe con los ataques y la falta de democracia que está empeorando nuestras condiciones de vida. Para ello necesitamos exigir cambios que deben producirse democráticamente y dotarnos de propuestas acordes con nuestras necesidades, para continuar una lucha sostenida en el tiempo porque votar cada cuatro años y si te he visto no me acuerdo, no sirve para nada.





Si cuando ha habido dificultades en los sindicatos y partidos de los trabajadores, la gente tomó el camino de irse a su casa y abandonar la lucha, porque se vió defraudada, lo único que se consiguió fue fortalecer el aparato y la burocracia en su deriva hacia la derecha, y muchos cargos que defienden un sindicalismo de moqueta y despacho, quedaron más contentos que si se les hace una verdadera oposición de izquierdas que los critique, los vigile y les haga cambiar, si no quieren correr el peligro de ser depuestos y cambiados por otro tipo de dirección más firme, como debe corresponder al modelo de democracia obrera que debiera ser el método de funcionamiento de los sindicatos y organizaciones de izquierdas.



Para ello tenemos que conseguir una auténtica democracia obrera donde las decisiones se tomen entre todos, contando con las bases que somos la inmensa mayoría y no por unos cientos de cuadros que se han alejado de la defensa de nuestros intereses y por tanto, habrá que luchar por cambiarlos si no quieren rectificar.





Es preciso abandonar la idea de que si nos vamos a nuestras casas y rompemos los carnets, los problemas van a mejorar por sí solo. La experiencia nos ha demostrado que eso ha sido un error. Ha sido todo lo contrario, la burguesía, notando la debilidad de los sindicatos ha desatado una brutal ofensiva contra los trabajadores, y amenazan con contra-reformas cada semana, nos van a crucificar a ataques, reformas y convenios a la baja, aumentando el problema de los despidos, el deterioro de la sanidad, los recortes en la educación y en los presupuestos sociales. Si no luchamos, eso es lo que nos espera, porque si la clase obrera no lucha, la derrota es segura y si se lucha, se puede perder pero también se puede ganar.





Nuestra propuesta es que la mejor manera de que los trabajadores defendamos nuestras conquistas es afiliándonos al sindicato o al partido que mejor consideremos que va a defender nuestros intereses, o mejor aún, fortalecer las corrientes internas de oposición que están surgiendo en nuestras organizaciones sindicales o políticas, o crear otras nuevas, pero no haciendo grupitos aparte, sino dentro de lo que hay. Los que fomentan el “apoliticismo” son auténticos demagogos, pues los problemas políticos deben solucionarse a través de posiciones políticas, con democracia real, con participación, canalizando las propuestas a través de los cauces que la lucha vaya abriéndose entre las fuerzas que representan intereses contradictorios y antagónicos, como son el mundo del capital y el mundo del trabajo.





La tabla reivindicativa que surja del debate tiene que estar basada en las necesidades reales que precisa la clase trabajadora: El punto fundamental es repartir el trabajo existente como un bien escaso, para combatir el paro, por lo que la batalla por la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, terminando con las horas extras para trabajar todos, es irrenunciable. El aumento de la jubilación es una trampa, por lo que debemos luchar para que nos jubilemos a los 60 años y exigir un contrato de relevo para que entre un joven en cada puesto que quede vacante.





Hay que exigir la terminación de la precariedad laboral siendo fijo a partir de los 15 días. El salario mínimo debe estar en torno a los 1.100 euros y para cumplir todo esto, hay que exigir la retirada de las Reformas laborales y los planes de ajuste. Las Administraciones del Estado tendrán como función desarrollar un plan de creación de puestos de trabajo a través del sector público (Desarrollo industrial, agrícola y comercial, repoblación forestal, reciclajes, vigilancia de seguridad, atención social, etc…), o en su caso dotar a los ciudadanos con un subsidio de paro indefinido igual al salario mínimo mientras que se ponen en marcha esos planes.





Para avanzar en la cuestión social es preciso defender la Empresa Pública reclamando la renacionalización de todas las empresas claves que han sido privatizadas a la vez que se ponen en marcha Planes de Inversión y Renovación tecnológica pero que garanticen los puestos de trabajo y la igualdad entre mujer y varón con idénticos salarios. El objetivo tiene que ser trabajar todos, repartiendo el trabajo, para aumentar el PIB por encima del 10 %, cuestión que es posible, según algunas escuelas económicas que no están sometidas al capitalismo.





La Sanidad y la Educación tienen que ser públicas, incrementando el presupuesto en un 10 % del PIB para mejorar su calidad. La vivienda es un derecho que tiene que ser cumplido por el Estado. Exigiremos la nacionalización de las grandes empresas inmobiliarias y constructoras, para que junto con la municipalización del suelo urbano, pueda acometerse un plan real de construcción de un millón de viviendas sociales y dotarnos de un gran parque de alquiler público cuya oferta a los ciudadanos no sobrepase del 10 % del salario mínimo por mes.





La Ley de Partido tiene que ser abolida y que se redacte una nueva totalmente proporcional y justa, que contemple también un salario máximo con elección y revocabilidad automática de los cargos, el desarrollo social de los derechos de Asociación, Reunión, Libre Sindicación, Petición, Manifestación y Huelga, para todos los ciudadanos, incluidos los Cuerpos de Seguridad del Estado y los Ejércitos, a la vez que contemple el legítimo derecho a la Autodeterminación de los Pueblos, aunque nosotros defendemos el Federalismo como el mejor modelo, que mantenga la unidad de la clase trabajadora.





En cuanto a las empresas que declaren la Ley Concursal, lo que antes eran quiebras y suspensiones de pago, el Estado debe proceder de inmediato a la incautación de todo su patrimonio y bienes, manteniendo los puestos de trabajo con ayuda financiera estatal y plantear la autogestión bajo control obrero para luchar contra la corrupción y los despilfarros, salvando los puestos de trabajo.





Para llevar a cabo un programa similar a éste, perfeccionado por el movimiento democrático desde la base, no queda otro camino que financiarlo mediante la creación de una Banca Pública Estatal, para lo que es necesario la nacionalización del circuito financiero y los monopolios, con indemnización a los propietarios en base a sus necesidades vitales que se compruebe democráticamente y ejercer un control obrero firme. De esta forma se podría planificar democráticamente la economía, incluyendo planes de Reforma Agraria que expropie los Latifundios ociosos y ofrezca respuesta al sector agrario en su conjunto.





En definitiva, el plan tiene que servir para poner la economía al servicio de los seres humanos y bajo control democrático de la mayoría de la sociedad que es la clase trabajadora y que no permanezca más en manos de los burgueses, capitalistas, corruptos y especuladores que son los que nos han metido en esta gran quiebra de modelo que está totalmente caduco, como es el capitalismo. Otro mundo es posible, SI, pero con democracia real, con planificación socialista y con un reparto justo de la riqueza creada que tiene que ser conquistado por el pueblo mediante la lucha por una nueva sociedad que ponga por delante del beneficio privado del capitalista los intereses de los seres humanos.





ÁREA DE COMUNICACIÓN.

Izquierda Socialista de Málaga-PSOE de Andalucía.

Is-psoe.malaga@terra.es













2 comentarios:

  1. LA verdad que sorprende un poco ver esto,porque despues de la apropiación que paso en nuestro pais,con las siglas del psoe,y con los personajes que se cobijaron bajo ese nombre.
    Si quedan personas honradas que realmente son de izquierdas es una esperanza

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  2. Con los pactos de la moncloa se inicio la traicion al movimiento obrero de este pais.
    No a los comites de empresa,no a las elecciones sindicales,pedir el voto cada 4 años y luego olvidarse.No a las subvenciones.No al enchufismo en la adm pública.

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