Los procesos de toma
de conciencia de las masas, si hacemos un paralelismo con cualquier reacción química, implica que en
un momento dado, cuando pasa una barrera decisiva, que científicamente es
llamada “estado de transición de fase”, alcanza una fase superior y se produce
un salto cualitativo.
Continuando con el símil, en química, esta fase, antes que el
reactivo pueda convertirse en un producto distinto, sufre un estado que no es ni una cosa ni otra.
Se están rompiendo los viejos vínculos y otros nuevos estás surgiendo.
Igual, poco más o menos, está
sucediendo en la actualidad, con la crisis que ha derivado en recesión,
que estamos sufriendo bajo el sistema capitalista. Lo viejo, caduco, podrido y
degenerado de este sistema no acaba de morir, aunque esté siendo tratado en la
UVI con constantes transfusiones financieras, totalmente inútiles, porque el
riego sanguíneo está detenido, mientras el nuevo estado que habría que estar
empezando a construirse, no acaba de nacer, por la impericia de los “ginecólogos de las izquierdas”, que, al
confundir el octavo mes del embarazo con el segundo, pueden provocar un aborto,
porque ni se atreven a decir si será necesario hacer la cesárea, ni dejan que el neonato salga con la ayuda de
la “partera de la historia”.
Tanto en química como en las luchas sociales, la energía que
se necesita para traspasar el punto crítico transformador a veces necesita de
catalizadores. Es necesaria una cierta cantidad de energía para hacer
reaccionar una molécula. Sin una energía adicional, que en un momento
determinado, pueda llevar el proceso de estado de transición, a un verdadero
cambio de fase, los procesos se ralentizan o incluso se abortan. Esa energía
adicional puede ser provocada por un reactivo, por un catalizador, por una
dirección firme en las luchas sociales, siguiendo el ejemplo del símil, pero en
la actualidad, millones de ciudadanos buscan esa nueva dirección y no la
encuentran, porque deben surgir del seno de los partidos tradicionales, dado
que fuera de los partidos de masas clásicos no puede formarse nada que resista
la fuerza del tiempo.
Retomando el lenguaje de la física y la química, sin que
exista la temperatura suficiente, las moléculas que reaccionan están bajas en
energía. Cuando la temperatura aumenta, las moléculas tendrán más energía, ya
que el calor es uno de los medios que pueden acelerar las reacciones. Es preciso tener en cuenta que en los
procesos industriales se utilizan los “catalizadores”, que permiten acelerar
los procesos porque de otra forma, su lentitud los haría inviables.
Buscando las analogías que podamos hallar entre esos
fenómenos físico-químicos y el papel que puede jugar una dirección correcta en
las direcciones obreras de las luchas sociales, sobre todo del trabajo como
catalizador, de la lucha social, para
poder ofrecer una aceleración adecuada a los procesos sociales transformadores,
podemos llegar a la conclusión, que ni el PSOE ni el PCE, en estos momentos,
como organismos políticos de dirección, como tampoco las cúpulas de UGT y CCOO,
como instrumentos sindicales, están jugando correctamente el papel que la clase
obrera espera, ni pueden jugarlo debido
a su falta de perspectivas, estrategia y tácticas adecuadas, como “catalizador” que la historia les está
exigiendo, para dar una salida inmediata por la izquierda a las cuestiones
sociales, por lo que serán las presiones de las bases, en el fragor de la batalla, con el
acaloramiento de las masas, las que les harán modificar sus actitudes o
programas, forzándoles a girar a la izquierda o se verán superados por la
presión.
Las relaciones entre estos factores sociales, entre capital y
trabajo, entre direcciones y bases del movimiento obrero, son extremadamente
complejas y tienen un carácter eminentemente dialéctico, y no mecánico, por lo
que, habiendo abandonado esas organizaciones hace tiempo el método del
“materialismo dialéctico” para analizar la realidad concreta e intentar
transformarla, están sus direcciones incapacitadas actualmente para ofrecer las
respuestas que la sociedad capitalista, obsoleta, caduca y degenerada, está
reclamando. De aquí se desprende la necesidad de dotar de nuevo a esas
organizaciones del método y la filosofía que corresponde a la clase
trabajadora, que no es otro que el “materialismo dialéctico”, tantas veces
desechado por la burguesía y por los propios reformistas. En un momento dado, la fuerza de las masas en
acción, a través de corrientes internas,
“formatearán” el PSOE, e IU y los dotarán de un “programa” con los “Megas”
que hagan falta para cambiar la sociedad.
Uno de los errores más perniciosos que vienen cometiendo las
direcciones de los partidos y sindicatos obreros actuales, es haber asumido la
lógica del capitalismo, incluso parte de sus teorías, según la cual, los
grandes hombres de Estado, (cuyo papel
algunos de esos dirigentes piensan que están jugando), son los que en realidad
modifican la historia a medida de sus ideas, lo cual se ha demostrado una
trampa tendida por los ideólogos del sistema, que insisten en que no existe más
que un camino, que es el capitalismo y les han convencido para que les ayuden a
explotar a las masas. Esa es una tesis
diametralmente opuesta a las que debieran defender unas direcciones que se
reclamen de la izquierda y que en verdad estén dispuestas a luchar por los
intereses de la clase trabajadora, a la cual dicen representar.
Esas falsas teorías de la clase dominante que han asumido,
tienen un valor científico similar a la teoría de la conspiración que llevan a
cabo los estrategas y voceros, radiofónicos, televisivos y de prensa escrita,
mercenarios del PP y de la burguesía, que atribuyen las convulsiones sociales y
las luchas sindicales a las malignas influencias de los agitadores mandados por
los sindicatos, de cuya mano negra acusan al PSOE y a IU.
Eso es completamente falso de “Pe a Pa”, porque en realidad,
las luchas sociales, llámense manifestaciones, concentraciones, protestas, o
huelgas, vienen provocadas por las malas condiciones salariales y laborales, a
las que se está sometiendo a los asalariados, a los empleados públicos, a los
pensionistas y a la juventud que observamos “indignados” cómo se nos ha robado el
futuro y encima, nos roban el presente también, cuando nos dicen que no hay
dinero para, por ejemplo, Educación o
Sanidad pero sí hay euros a raudales para salvar a los banqueros de sus
bancarrotas y estafas, cuyo ejemplo reciente lo tenemos en la “Operación
Bankia”, que ha sido el banco más apoyado por el PP, que está prácticamente en
bancarrota.
Las huelgas son hechos extraordinarios en la vida laboral de las
masas. Puede que los trabajadores no reaccionen cuando sus condiciones son
atacadas, puede que sí, e incluso a veces las luchas saltan sin aparentes
causas, cuando, por otra parte, existen
a veces condiciones y motivos pero no se da la respuesta necesaria. Algunos
pueden sacar la conclusión errónea de que la clase trabajadora es atrasada y
nunca se mueve, pero luego se alarman cuando las convulsiones son masivas y
sobrepasan sus expectativas, creyendo algunos dirigentes que tienen un grifo
para hacer luchas cuando a ellos les vengan en gana, y cometen otro error.
Esto se explica porque debajo de la superficie se está
produciendo el proceso molecular de la toma de conciencia, se están produciendo
cambios moleculares, originados por miles de incidentes, agravios, ofensas,
injusticias, recortes, abusos y perrerías varias que les están haciendo a la clase trabajadora, la Patronal y su
Gobierno, que van produciendo de forma gradual un poso en la conciencia de la
clase trabajadora, que en un momento dado, se expresa en un salto dialéctico de
transición de fase, al igual que cuando el agua empieza a hervir en una perola,
olla o recipiente puesto al fuego, cuando aparentemente, desde unos pocos
grados hasta noventa y nueve no ocurre nada, hasta que alcanza los 1OO y
comienza la ebullición, que incluso agita al recipiente y los garbanzos
empiezan a saltar, queriendo en algunos casos abandonar la olla.
Con los ataques, contra-reformas y recortes, ha venido
operando lo que se llama “el proceso molecular de toma de conciencia de las
masas”, siguiendo el símil de las luchas
sociales, porque en un momento dado, se alcanzará el estado de transición y
antes de que llegue a ese punto, la
presencia de un “factor subjetivo” que dirija a la clase trabajadora cuando inevitablemente se alcance el momento
adecuado que lleve el proceso a la necesidad de un desenlace triunfante del
modo más adecuado y correcto, será muy necesaria. En ese punto es cuando en realidad la clase
trabajadora va a seleccionar a la
dirección firme y adecuada y el programa de transición que nos permita superar
este sistema capitalista que se está cociendo
en su propia salsa.
Los trabajadores han empezado a sacar las conclusiones
pertinentes y ya saben lo que no
quieren, lo que les perjudica, lo que es la causa de todos sus males, que no es
otra cosa que este sistema capitalista. Pero en la dinámica dialéctica de la
lucha, sacará aceleradamente, en un salto brusco, en una “transición de fase”, que tiene que luchar por otro modelo de
sociedad, por el genuino socialismo y lo hará con firmeza, “derribando todas
las trabas que oprimen al proletario,
cambiando al mundo de base hundiendo al imperio burgués”, como dice una de las
estrofas de la “Internacional”, porque otro mundo es posible, pero si seguimos
luchando por el verdadero socialismo.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE-A
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