ENMIENDA DE ADICIÓN A LA PONENCIA MARCO DEL CONGRESO PROVINCIAL DEL PSOE-A.
En
Andalucía, los resultados de las últimas elecciones han demostrado que la clase
trabajadora ha dado una gran lección de madurez y conciencia frenando en seco
al PP en las votaciones del 25 de Marzo. Ha derrotado a la burguesía en las
encuestas pagadas por el capital en una acción democrática impresionante,
impidiendo por cuarta vez que Arenas se alzara con la Presidencia de la Junta,
dejando al PP con solamente 50 escaños, cuando las encuestas les daban 59,
frenando en seco a la burguesía caciquil.
El
mandato de la clase trabajadora recibido en las urnas, que ha representado un
giro a la izquierda, ha expresado
claramente a los partidos de los trabajadores, que la política a desarrollar
debe ser favorable a las capas más desfavorecidas de la sociedad, al quedar
rechazadas las políticas de recortes y la reforma laboral del Partido Popular.
El
conjunto de los escaños del PSOE con 47 parlamentarios y de Izquierda Unida con
12, dan una holgada mayoría de las izquierdas, que permiten holgadamente formar
un Gobierno de las Izquierdas, al haber llegado a un entendimiento entre estas dos fuerzas que indican los deseos de la mayoría
de los votantes para que se produzca un giro a la izquierda del nuevo gobierno
de la Junta, que debe aplicar un programa socialista favorable nítidamente a
los intereses de los trabajadores, para defender lo público, la Sanidad, la
Educación, los Servicios Sociales y que ofrezcan alternativas para poder salir
de la recesión por la izquierda.
El
frenazo a las derechas ha sido tal que ni siquiera juntando todos los votos del
PP, con los extraparlamentarios del P.A. y de la derechista UPyD, pueden
superar la suma de los votos de las izquierdas. Los datos son de una apabullante
contundencia pues el PSOE consigue 1.523.465 votos (39,52%) obteniendo 47
escaños, con importantes respaldos siendo el partido más votado en Sevilla,
Huelva y Jaén.
Es
también muy significativo el giro a la izquierda que viene representado por el ascenso
de la verdadera fuerza triunfadora, que ha sido Izquierda Unida, que incrementa
sus apoyos en 120.000 votantes, pasando a obtener 437.445 votos (11,34%),
doblando sus escaños, consiguiendo 12 parlamentarios, lo que arroja una suma
total, de ambas fuerzas, del 50,86 % del censo de votantes que representa una
Mayoría Absoluta de 59 Parlamentarios
Es
preciso reconocer que la campaña de movilizaciones, tanto de los partidos en
las elecciones, como de los sindicatos en su convocatoria de la Huelga General
del 29-M, animaron el debate y la lucha,
habiendo influido sin duda en la movilización y en la comprensión de la
dimensión de los ataques a los Derechos Sociales y al nivel de vida de la clase
trabajadora, que representan las políticas de ataques que el PP está llevando a
cabo, lo cual ha sido positivo para frenar a la derecha, rechazando la
propaganda de los sectarios que insistían machaconamente que el PP y el PSOE
son lo mismo.
La
justa comprensión por parte de las masas del peligro que representaba un
gobierno de la derecha extrema del PP también en Andalucía, que cerrara el mapa
azul del territorio del Estado, provocó la afluencia del giro a la izquierda lo
que demuestra las tesis correctas que viene difundiendo nuestra corriente, que
es preciso caminar hacia la unidad de la izquierda, en base a la lucha que es
lo único que sirve, en base a la unidad y marchando hacia una mejora
democrática del funcionamiento interno que se logra con una mayor participación
en los debates y en la acción, teniendo ahora, en este proceso congresual que
se abre, la oportunidad de corregir el rumbo que nos marcan las masas,
produciendo el giro a la izquierda reclamado en las urnas.
La
recuperación de la Izquierda en Andalucía, donde queda confirmado el mandato
claro de un Gobierno de coalición, del PSOE con IU-LV-CA, refrendado
democráticamente por las bases de esta última fuerza, con más del 80 de apoyos,
ha llenado de confianza y ha levantado
la moral de derrota de amplios sectores de la clase trabajadora y gran parte de
la izquierda, que han comprendido que tenemos fuerzas para derrotar a la
derecha, en cuando que pasamos a la acción. La repercusión ha sido extensa,
pues no solamente en nuestra Comunidad Autónoma, sino que ha sido saludado como
muy positivo en muchas otras zonas del territorio del Estado.
Lo importante ahora, es que nuestras direcciones, tanto políticas como sindicales, aprovechen la oportunidad y el mandato recibido del pueblo andaluz, para romper con la lógica de las políticas pro-burguesas del periodo anterior, para seguir acumulando fuerzas pasando a la ofensiva para preparar la derrota del Gobierno del PP en el Estado, en el menor plazo posible, porque las políticas ultra-conservadoras que aplica el PP condena a la clase trabajadora y a los pobres a situaciones de paro, de miseria y nos encamina hacia la barbarie, por lo que tenemos la legítima obligación de combatirlas.
Desde un primer momento, tanto las direcciones del PSOE como las de IU comprendieron la necesidad de entenderse, barajándose, o bien un gobierno de coalición, o bien de la mayoría de izquierda con apoyos puntuales, ya que los votantes rechazarían en Andalucía la remota posibilidad de que el PP pudiese gobernar por acción y/u omisión, como ocurrió en Extremadura.
Los
compañeros de la CUT, como corriente interna dentro de Izquierda Unida, amenazaron
gravemente la unidad, incluso planteando la ruptura en caso de un gobierno de coalición, lo cual
demostraba un cierto sectarismo en los métodos que en nada beneficia a la lucha
y a las aspiraciones y necesidades de la clase trabajadora, que parece están
dispuestos a reflexionar por el bien de la unidad, ante la ofensiva del capitalismo, ya que lo
importante es mejorar y fortalecer las corrientes, tanto las que existen en IU
como en el PSOE, defendiendo la libertad de expresión y el método de la
democracia obrera, abriendo el debate en el seno de la clase trabajadora en su
conjunto, para buscar unidos el mejor camino para la transformación socialista
de la sociedad.
Esa
es la lección que nos han dado los votantes desde las izquierdas, cuya voluntad
debe ser respetada al representar la mayoría de la clase trabajadora, de la
juventud, de los parados, de los jornaleros, de las mujeres, de los
pensionistas, es decir, de las capas más desfavorecidas, que han rechazado de
plano las políticas del PP y han negado con su respuesta que exista un gobierno
de derechas en la Comunidad de Andalucía.
El
mandato ha sido contundente, las masas no quieren ni a la derecha, ni que se
aplique una política que favorezca a la burguesía, por lo que es preciso que
nuestra dirección del PSOE tome la debida nota y se disponga a dar un giro a la
izquierda en su estrategia general, debatiendo en el próximo congreso las
posiciones más a la izquierda que corresponda al deseo expresado en las urnas, para lo cual, es preciso romper con la lógica
del capitalismo, rechazar la política de recortes sociales e intentar combatir
la Contra-Reforma Laboral y las políticas antisociales que está aplicando el
PP.
Para
ello no queda otro camino que basarse en la lucha organizada de la clase
trabajadora, confluyendo con los sindicatos UGT y CCOO en sus planteamientos y
reivindicaciones para marchar todos juntos, tanto PSOE como Izquierda Unida, a
la vez que se hace un llamamiento al resto de sindicatos, partidos y
organizaciones de izquierdas, para pasar a la ofensiva, en defensa de un
genuino programa socialista, desconfiando y rechazando las exigencias de la
política burguesa impuesta por el golpe de estado financiero internacional que
está dispuesto a someter y esclavizar a la clase trabajadora eliminando las
libertades y los derechos conquistados con tanto esfuerzo y sacrificio por
nuestros padres, por lo que hacemos un llamamiento a organizarnos más y mejor,
luchando decididamente por la aplicación de un programa que represente la
transformación socialista de la sociedad.
Las
masas han decidido con su voto un Gobierno PSOE-Izquierda Unida en Andalucía,
pero si de verdad queremos representar y llevar a cabo las aspiraciones de los
parados, de los jóvenes, de la clase trabajadora, debemos marchar unidos y
oponernos frontalmente a los recortes sociales, debemos defender una sanidad y
una enseñanza públicas, garantizar los empleos y acometer una política firme y
contundente contra el paro, para lo cual hay que contemplar la nacionalización
de las empresas en crisis, suprimir las ayudas públicas a las multinacionales y
a los grandes empresarios, a la vez que debemos oponernos a la aplicación de
las leyes represivas que está aprobando el gobierno central del PP.
La
mejor forma de hacer frente al PP es fortaleciendo el movimiento de masas,
conquistando cada vez más democracia obrera, más poder desde las bases para
avanzar en las conquistas que necesitamos en las luchas sociales que se abren en
el este periodo convulsivo que se nos presenta, para poder crear las
condiciones suficientes y necesarias que nos permitan conseguir una auténtica
transformación social rechazando la involución ultra-derechista que pretende
imponernos la derecha del gobierno central del PP.
Nuestro
partido, el Partido Socialista Obrero Español, tiene que realizar un cambio
hacia la izquierda, también en cuestiones organizativas, profundizando en la
democracia desde las bases, como en la cuestión del programa, que represente un
giro a la izquierda, para ofrecer una salida a la clase trabajadora, que sea
asumida como propia por la juventud, los
trabajadores, los sindicatos y las organizaciones sociales, que restablezca la
plena confianza de la mayoría de la sociedad que son los asalariados y las
capas más desfavorecidas por la crisis.
Es
preciso dotarnos de una alternativa socialista que rompa con la dictadura de
los mercados, para poder cambiar la política económica y monetaria practicada
hasta ahora, porque va a ser imposible salir de la crisis utilizando los mismos
mecanismos liberales que han arrastrado a la economía a un auténtico colapso
recesivo, por lo que la mejor política será utilizar todos los recursos
financieros disponibles para la creación de un banco público estatal único,
mediante la nacionalización del sistema financiero para planificar la economía
y democratizarla bajo control de los trabajadores y nuestras organizaciones,
para poner la economía al servicio de los seres humanos, garantizando por parte
del Estado a los ahorradores y cuentacorrentistas los depósitos bancarios.
El
sistema está completamente colapsado porque los capitalistas de la banca
privada solo están interesados en seguir manteniendo sus beneficios, a base de
manejar a su favor los fondos del Estado, para conseguir insultantes ganancias
y ocultar sus fraudes en base a una especulación galopante. Por lo que es urgente en cuanto que el PSOE vuelva a
conquistar el Gobierno del Estado, contando con la unidad de Izquierda Unida y
otros partidos, como se ha hecho en Andalucía,
que se decrete la expropiación de los bancos privados, con indemnización
solo en caso de necesidad comprobada,
con el objetivo de concentrar todo el crédito en manos del Estado, para
gestionarlos democráticamente entre el Gobierno, los sindicatos de clase, los
propios empleados de la Banca, y el conjunto de las organizaciones obreras,
como la mejor forma de democratizar los recursos financieros, evitar la
corrupción y la especulación y exigir el desmantelamiento de los paraísos
fiscales.
Esta
política no significa, ni mucho menos, la expropiación de los pequeños
ahorradores y depositarios, sino todo lo
contrario, pues una vez nacionalizado y democratizado esos recursos
dinerarios, tendrán la garantía del Estado. De esa forma, una Banca Pública
Estatal, al servicio de la producción y gestionada democráticamente, puede establecer condiciones más favorables
para otorgar apoyos a los pequeños y medianos empresarios, a los agricultores,
a los pequeños comerciantes, a los pensionistas, a los ahorradores, a la vez
que se permitiría la inversión en los gastos sociales, vivienda, sanidad,
educación e infraestructuras públicas tan necesarias dando empleo a millones de
jóvenes y trabajadores.
De
hecho, la nacionalización en la práctica de la banca se está llevando a cabo de
una u otra manera por gobiernos de todo signo político, pero por desgracia, se
está llevando a cabo poniendo los recursos públicos al servicio de la burguesía
y salvando los intereses del capital privado. La consigna, nacionalizar las
perdidas, privatizar las ganancias, es el programa del gran capital. De ahí se
desprende este ataque sin precedentes a los gastos sociales y las conquistas
históricas del movimiento obrero, al que tenemos que hacer frente ofreciendo las
propuestas programáticas alternativas que siguen:
Por
una vivienda digna y accesible a toda la población.
Poner
en marcha un plan de construcción de un millón de viviendas sociales;
municipalización del suelo urbano para liberar suelo barato. Nacionalización de
las grandes empresas constructoras, fuertemente endeudadas, para gestionarlas
democráticamente bajo control obrero. La Vivienda es un Derecho de la
ciudadanía, no un negocio de especuladores y corruptos. Impuestos progresivos a
los especuladores que poseen gran cantidad de viviendas vacías, para forzar a
sacar estas viviendas en alquiler y evitar que la vivienda sea un medio de
especulación.
El
Gobierno debe desconocer el valor actual de las deudas hipotecarias de las
familias obreras, que están ligadas al valor artificial del suelo originado en
el boom inmobiliario, que se derrumbó.
Paralización inmediata de los embargos por hipotecas de viviendas y
bienes de las familias trabajadoras.
Ninguna familia obrera debe pagar más del 10% de su Salario Familiar en
vivienda. Plan de alquiler estatal con ofertas habitacionales que no sobrepasen
el 10% del Salario familiar.
El
Estado procederá a la expropiación de todos los inmuebles y viviendas
abandonados, o no ocupados durante un año, o que estén fuera de uso, para que
puedan alojarse las familias sin viviendas y sin recursos, o/y para que puedan
ser usadas socialmente como centros culturales y de ocio. La entrega y el uso
de cada inmueble deberá estar controlado por la Asambleas de peticionarios
correspondientes de cada zona, con representación de Asociaciones Vecinales,
Sindicatos de clase y Vecinos que tengan solicitada vivienda social.
En
defensa de la enseñanza pública
En
defensa de una red de enseñanza pública de calidad, gratuita, laica y
científica. Incorporación de los centros
concertados a la Educación Pública. Ninguna subvención estatal a la enseñanza
privada. Incremento del presupuesto educativo hasta el 7 % del PIB. Por una
universidad pública y gratuita para los hijos de los familias trabajadoras.
En
defensa de la sanidad pública: No a la privatización, no al copago.
Incremento
de un 20 % de los presupuestos de la Sanidad Pública, con el objetivo a corto
plazo de eliminar las listas de espera y mejorar la atención sanitaria global.
Plan de inversiones en Hospitales y medios sanitarios. No a la privatización de
la sanidad pública, al recorte presupuestario y el despido de trabajadores del
sector. No al copago. Desarrollo real de la Ley de Dependencia e incremento de
los puestos de trabajo del personal dedicado a la salud pública para atender
dignamente a todos los enfermos.
Luchar
contra la especulación y la corrupción
Que
no se cubran las pérdidas de las empresas privadas con dinero público.
Nacionalización sin indemnización de todos los especuladores que ahora declaran
pérdidas y presentan Expedientes de Regulación de Empleo, poniendo en peligro
miles de empleos entregando esas empresas en manos de los trabajadores con
apoyo financiero y técnico por parte del Estado. Fuerte impuesto progresivo a
las grandes fortunas. Lucha contra el fraude fiscal: expropiación de los
grandes capitales que defrauden a Hacienda. Los representantes del Partido en
las Instituciones no deberán cobrar más de la media del sueldo de un trabajador
cualificado.
Un
plan de choque de inversiones públicas
Contra
la huelga de capitales y la caída brusca de las inversiones privadas y dado que
los capitalistas españoles no invierten, se procederá a incrementar la
inversión por parte del Estado. Plan de construcción de viviendas públicas,
hospitales, centros de estudio y universidades, para dar empleo a los millones
de parados existentes y satisfacer las necesidades sociales. Inversión en I+D+i. Introducción de la
robótica y las nuevas tecnologías para garantizar los puestos de trabajo en
cada empresa que lo requiera, bajo una planificación racional de los recursos y
bajo control democrático de la gestión por los trabajadores.
Cuando
el empresario presente un ERE o el expediente para cierre, se le exigirá que se
abran los Libros de Contabilidad de la empresa o grupo de empresa al que
pertenezca. Se ejercerá el control social para evitar el vaciamiento de los
recursos financieros y demás bienes de la empresa y se fiscalizará el
funcionamiento correcto evitando los fraudes, robos y boicoteo a la producción,
que será puesta bajo control estatal.
En
defensa del empleo y contra el paro
Jornada
laboral de 35 horas semanales sin reducción salarial con el objetivo de
repartir el trabajo como un bien escaso.
Para
dar paso a la juventud y combatir el desempleo juvenil, jubilación a los 60
años, con contratos de relevo y fomento del contrato de aprendizaje.
Contra
la eventualidad y la precariedad, fijo a los 15 días en puestos fijos y
contratos de fijos discontinuos en puestos eventuales.
Lucha
firme contra la discriminación de la mujer, exigiendo el cumplimiento por Ley
de "a igual salario, igual trabajo", sin excepción con fuertes
sanciones para los patronos que infrinjan esa legislación.
Plenos
derechos laborales iguales como ciudadanos, tanto para los inmigrantes como los
nativos, por lo que es necesario derogar la actual Ley de Extranjería,
introduciendo también cambios que favorezcan el asilo político.
Nacionalización
de las empresas en crisis para defender todos los puestos de trabajo.
Como
apoyo social de urgencia, el Estado
entregará de forma obligatoria a todo trabajador en paro que no perciba
prestación económica alguna, ayudas de
emergencia en alimentos, ropas y bonos de transporte indispensables para tener
una vida digna, comprometiéndose el trabajador a prestar servicios sociales a través del
Municipio al que sea asignado provisionalmente mientras no se le oferte otra
alternativa laboral.
El
trabajo social prestado será proporcional al valor de la ayuda recibida y se
ejercerá un control público mediante la Asamblea de barrio o zona, en
colaboración con las Asociaciones Vecinales y los sindicatos y Comités de
Parado, que deberán realizar un censo para saber exactamente las familias o
personas que necesiten dichos servicios sociales básicos, que deberán ser
solicitados mediante votación positiva
de la Asamblea a la que estén inscrito, con el objetivo de erradicar de
inmediato los casos de pobreza extrema y solamente estarán exentos de prestar
ese trabajo social sustitutorio los niños, los ancianos y los impedidos por
enfermedad, mediante baja médica u hospitalaria.
Es prioritario
la legalización inmediata de todos los trabajadores que son explotados en la economía sumergida
con el mero requisito de proceder al alta de oficio a toda persona que esté
prestando servicios y no se encuentre en nómina, pasando a contrato fijo de
plantilla, con el único requerimiento de comunicar el alta al sindicato, a la
patronal y a la inspección de trabajo
por parte del trabajador afectado.
Por
los derechos sociales y el fomento de la actividad productiva
Mantenimiento
de los servicios de empleo dentro del Estado. No a las ETTs. Por un puesto de
trabajo o subsidio de desempleo indefinido igual a un Salario Mínimo
Interprofesional de 1.100 euros al mes a partir de los 16 años y salario máximo
de altos cargos públicos y privados que no superen cuatro veces el salario
mínimo, regulados a través del IRPF a través de una reforma impositiva
progresiva y justa.
Subida
automática de los salarios igual a la subida de coste de la vida con la
introducción de la escala móvil precios-salarios, con subidas y revisiones cada
3 meses bajo control de comités sindicales, asociaciones de consumidores y
gobierno para evitar la inflación descontrolada.
Poner
la economía al servicio del ser humano y no del lucro de una minoría, para lo
cual es preciso decretar la nacionalización de la banca y los monopolios, indemnizando a los pequeños
accionistas necesitados y poniendo estos recursos productivos bajo control
democrático de los trabajadores para impulsar la economía productiva. Con estas
palancas económicas fundamentales en poder de la sociedad, pueda llevarse a
cabo un verdadero plan que incremente la producción, cuya capacidad productiva
instalada está estrangulada en los momentos actuales en torno al 68 %.
Con
el objetivo de solucionar las necesidades
de las familias de los jornaleros, campesinos pobres y clase trabajadora
en general y fomentar la creación de puestos de trabajo, el Estado expropiará, con
indemnización en casos de necesidad comprobada, los latifundios de más de 200
Ha, para realizar una explotación en régimen cooperativo, con apoyo técnico y
financiero estatal que permitan reformar y modernizar las estructuras agrarias,
encaminadas a la industrialización y distribución social.
Para
luchar con firmeza contra el paro forzoso y cierre de empresas, se decretará la
expropiación sin indemnización por el Estado de todas las fábricas y empresas
cerradas por sus dueños o que estén con
expedientes y litigios de despidos que tengan reivindicaciones en marcha por parte de los
trabajadores, para que sean puestas en funcionamiento bajo control democrático
de sus propias plantillas, para lo cual, el Estado deberá garantizar el salario
fijado en convenio y prestarle ayuda,
apoyo técnico, financiero y
plantear una democracia real bajo control obrero.
Para
poder llevar a cabo ese ambicioso programa socialista, que es el que más pronto
podría sacarnos de la recesión, debemos poner en marcha un plan para organizar
las fuerzas de la clase trabajadora para luchar por cambiar este modelo
capitalista y avanzar hacia el genuino socialismo. Porque ese programa a favor
del pueblo y de las familias trabajadoras, es evidente que no lo van a aplicar
los empresarios y la burguesía por las
buenas. Solamente con la lucha y la movilización de masas podemos arrancar una
gran parte de estas demandas. Para que sean efectivas y llevadas a la práctica
es necesario un gobierno de los trabajadores, un gobierno PSOE-IU y otros
partidos de izquierdas, que responda de verdad a su base social, con la
colaboración plena de las fuerzas sindicales y asociaciones progresistas de
consumidores y usuarios.
La
unidad, la organización y la lucha de la izquierda se hace ahora más imperiosa
que nunca, porque bajo el capitalismo no hay salida para las cuestiones
sociales de la humanidad por lo que la lucha por el genuino socialismo ya no es
una utopía, sino que es una necesidad que reclama la colaboración y el apoyo de
las masas en acción, porque como dijo el clásico “la emancipación de la clase
trabajadora, será obra de la propia clase o no será”.
ENMIENDA PRESENTADA POR:
CORRIENTE
IZQUIERDA SOCIALISTA MALAGA-PSOE.A.
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