El péndulo de la historia ha empezado a girar con fuerza en Europa, con un vuelvo a la izquierda en Francia y con una catástrofe para los partidos de la derecha de Nueva Democracia y del Pasok, castigados por el apoyo a los recortes sociales y a las políticas antiobreras, polarizándose la situación. François Hollande, representando a la izquierda en Francia ha conseguido el triunfo por un 51,7 % de los votos, derrotando a Sarkozy (48,33%), con una participación del 81,50 %.
François Hollande, representando a la izquierda en Francia ha conseguido el triunfo por un 51,7 % de los votos, derrotando a Sarkozy (48,33%), con una participación del 81,50 %. El triunfo de la izquierda abre una etapa nueva, no solamente en Francia, sino en toda Europa, mandando a la derecha de UMP a la oposición y dejando una situación pre-revolucionaria en Grecia. El capitalismo francés también padece la crisis capitalista y ante las recetas ultra-liberales aplicadas por “MerKozy”, los ciudadanos se han rebelado diciendo basta ya. Aunque Francia es la segunda economía europea tras Alemania, está atravesando los mismos problemas que el resto de países de la UE y cada vez está más en el punto de mira de los mercados financieros. Los capitalistas franceses estaban llevando a cabo los mismos recortes y contrarreformas que sus homólogos europeos están aplicando en sus respectivos países, pero con la victoria de la Izquierda se tendrá que producir un cambio en esos ataques brutales que han sido rechazados por el voto de los ciudadanos.
La derecha, con Sarkozy al frente, no había desatado tan radicalmente la gran ofensiva contra la clase obrera, como está haciendo aquí Rajoy, porque estaban esperando a las elecciones y pretendían evitar un gran desgaste electoral, pero todo ha sido inútil y los votantes les han ajustado las cuentas acabando con su carrera política.
Con anterioridad lo habían previsto algunos analistas como el periódico británico Financial Times, que en su edición del 11 de abril, hablaba del fracaso de Sarkozy. A pesar de la reforma de las pensiones de 2010, que incrementó la edad de jubilación y el periodo de cotización, exigía al gobierno francés “reformas fundamentales” inmediatas. Uno de los grandes problemas del capitalismo francés es el gasto público, el mayor de Europa, que representa más del 55% del PIB.
En ese mismo artículo se recogían las declaraciones de uno de los principales banqueros franceses: “Se debería haber hecho más, pero cuando se emprendan estas reformas en Francia, habrá que superar una resistencia popular muy fuerte”. Efectivamente, ni la burguesía francesa ha podido imponer todo su programa y ahora con los resultados tan adversos para la Derecha van a complicar mucho más la situación, porque incluso la potente clase trabajadora francesa, puede incrementar su presión con más movilizaciones, un terreno en el que su capacidad de impacto político y social se multiplica porque el fortalecimiento del ala izquierda encabezada por Jean Luc Mélenchon arrastra cada vez a más trabajadores a la lucha.
Por otra parte, la situación en Grecia ha sido un varapalo enorme para los estrategas del capitalismo que durante años han estado castigando a la clase trabajadora, que ha respondido admirablemente despreciando a los partidos que habían estado apoyando los recortes y ataques, como Nueva Democracia y el PASOK, que habían permanecido sumisos tolerando el golpe de Estado incruento que representó la imposición del Gobierno Tecnocrático.
En una rápida respuesta al voto de protesta anti-ajuste, los líderes de los dos partidos más votados de la elección, el conservador Nueva Democracia (ND) y el izquierdista Syriza, pidieron, respectivamente, modificar los términos de los "rescates" financieros.
Dos años de congelación o baja de salarios, incremento de impuestos y de la edad de jubilación, privatizaciones y cierre de cientos de comercios a cambio del dinero que presta el FMI sumieron al país en una de las peores recesiones de la Europa de posguerra, con un desempleo que supera el 21%.
Esos ataques y las penurias que provocaron exasperaron a los griegos, que este domingo castigaron en las urnas al ND y al PASOK, que dominaron la política del país desde el fin de la dictadura, en 1971, desplomándose el centro que ellos representaban, y que en los últimos seis meses habían gobernado en coalición y aprobado un segundo rescate financiero del FMI y la UE, a cambio de más ajuste.
Proyecciones a partir de datos oficiales mostraron que ND logró 18,9% de los votos y 108 de las 300 bancas del Parlamento, muy por debajo de los 151 que se necesita para tener mayoría.
El PASOK, por su parte, salió tercero con el 13,4% de los votos y 41 escaños, detrás de Syriza, una coalición de izquierda que con el 16,8% y 51 asientos se transformaron en el gran ganador de la jornada, informó la cadena CNN.
El partido de extrema derecha Amanecer Dorado, que tiene una plataforma antiinmigrante y propone minar las fronteras de Grecia, obtuvo, según las proyecciones, un 7% de los votos y 22 diputados, un extraordinario desempeño para una agrupación que hasta hace meses estaba en las márgenes de la vida política griega.
De acuerdo a estas proyecciones, ND y PASOK lograron, juntos, entre el 32 y el 34,5% de los votos, lejísimo del 77,4% que lograron en las elecciones anteriores, en 2009.
Sin una clara mayoría a favor de nadie, se deberá formar una coalición de gobierno. Si fracasan los esfuerzos de las tres fuerzas más votadas, el país debería celebrar nuevas elecciones, una perspectiva que preocupa a los mercados y acreedores.
La situación de pobreza y miseria a la que se ha sometido al pueblo griego, mostró su cara más amarga cuando el día 4 de abril Dimitris Christoulas, un farmacéutico jubilado, se suicidó ante el Parlamento, arrastrado a la bancarrota y con una pensión tan baja que no podía vivir dignamente y se inmoló como protesta al no estar dispuesto a rebuscar comida en los contenedores de basura, como se ven forzados a hacer miles de griegos.
No es un caso aislado, porque en Creta, un trabajador en paro de larga duración, tomó la misma decisión del suicidio agobiado por las deudas que no les permitía subsistir con dignidad. Y a los tres días, otro jubilado se suicidó en Kavala como protesta por los recortes brutales que le habían dado a su pensión. Grecia ha pasado en tres años a duplicar la tasa de suicidios, que antes de la crisis era la más baja de toda Europa.
El expolio del capitalismo al pueblo griego está siendo brutal, pues las medidas tomadas por el gobierno títere de los “Tecnócratas”, a las órdenes del FMI y la BCE, son una clara estrategia para meter la mano en el bolsillo de los trabajadores y entregárselo a los banqueros y especuladores.
Como decía recientemente un artículo que analizaba la situación económica “
“Los inversores privados tenían 200.000 millones de euros en bonos de deuda griega que, en la práctica, había perdido por completo su valor y no podría ser desembolsada en ningún caso por un país prácticamente en quiebra. A cambio de esta deuda sin valor, los inversores privados recibirán ahora 100.000 millones en nuevos bonos que Grecia tendrá que pagar obligatoriamente.
“Simultáneamente, el nuevo rescate de 130.000 millones acabará en su práctica totalidad en manos de estos inversores. Hasta 50.000 millones se utilizarán para recapitalizar los bancos griegos, 30.000 se regalarán como incentivos a los bancos extranjeros y el resto sólo se podrá utilizar para hacer pagos de deuda. Los trabajadores serán los que paguen finalmente la factura con la aprobación de nuevos planes de ajuste y recortes de derechos.
“Las perspectivas económicas siguen siendo desastrosas con una recesión que continuará como mínimo a lo largo del 2013. El propio FMI reconoce que probablemente Grecia no pueda pagar su deuda, y la posibilidad de un tercer rescate financiero es cada vez más cercana. Los representantes de la llamada troika (Comisión Europea, BCE y FMI) reconocieron recientemente en el Parlamento Europeo que es necesaria más devaluación interna, es decir que se precisa seguir rebajando los salarios, tratando de equipararlos a los niveles de países vecinos como Bulgaria o Rumanía (200 euros al mes)”.
Los resultados electorales han trastocado todo los planes de la burguesía que necesita desesperadamente, un gobierno estable para poder seguir llevando adelante sus planes, pero ha ocurrido todo lo contrario y algunos analistas plantean la posibilidad de elecciones anticipadas en dos meses, si no consiguen formar gobierno.
La lucha de la clase trabajadora y la juventud, van a seguir siendo, con sus movilizaciones masivas en las calles, el punto determinante, porque para conquistar un gobierno de izquierdas genuino, se necesitará la unidad y el concurso de los partidos y sindicatos obreros, que se base en el fortalecimiento, la reorganización y la movilización de la clase trabajadora, creando y extendiendo comités de acción en todos los centros de trabajo, en el campo, en las fábricas, en los centros de estudios e incluso en el seno del ejército y las fuerzas de seguridad, para defender un programa alternativo al capitalismo que abra el camino a un genuino Estado socialista que permita a los trabajadores acabar de forma definitiva con la lacra que representa el sistema capitalista que les ha llevado a la completa ruina y que no les ofrece ninguna salida digna para la mayoría de los que realmente producen, que es la clase trabajadora.
ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN:
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.A
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