26 de enero de 2012

PACTO SOCIAL, ERROR GARRAFAL.

“Patronal y sindicatos pactan una reforma laboral “dialogada” frente a una “Imposición del Gobierno”. Rosell, Toxo y Méndez firman el acuerdo sobre negociación colectiva y moderación salarial hasta 2014. (…) en un acto en el que han escenificado la reivindicación del diálogo autónomo de las partes frente a la reforma laboral que prepara el Gobierno, y en el que han hecho hincapié en la necesidad de repartir esfuerzos entre empresas y trabajadores para salir de la crisis. Este 'II Acuerdo para el empleo y la negociación colectiva 2012, 2013 y 2014' ha sido suscrito en el territorio neutral de la sede del Consejo Económico y Social (CES) por los presidentes de CEOE y Cepyme, Juan Rosell y Jesús Terciado, y los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez. Tras estampar su rúbrica, el secretario general de UGT ha indicado que "el diálogo social prosigue", y ha apelado al Gobierno a que se dé la oportunidad a los interlocutores sociales de "explicar directamente el alcance real del acuerdo a las instituciones europeas y al Gobierno alemán"(…) (Fuente: Publico.es, 25-1-12).

Los líderes sindicales sucumben a las presiones y firman a la baja, recortes de salarios y empeoramiento de las condiciones de vida, que analizaremos en otro momento más detenidamente. Esas cúpulas sindicales cometen el mismo error de “capitulación”, cediendo ante las presiones de la Patronal y las amenazas del gobierno del PP, que anteriormente habían cometido los representantes del Gobierno de Zapatero. No han contado con el sentir de las bases, y como explicamos en este análisis de urgencia, puede que se encuentren pronto entre el fuego cruzado de la lucha de las bases y de las presiones de los Poderes fácticos que les exigirán su cumplimiento.

Parece que no quieren tener en cuenta que la clase trabajadora no es tonta y sacarán las pertinentes conclusiones. Es preciso recordar que desde la derrota de las municipales, la cohesión del PSOE se rompió bajo tamaño impacto y la organización se empezó a convulsionar creando tensiones entre los individuos, que temerosos de una nueva derrota en las generales, empezaron a ofrecer un espectáculo siendo visto desde fuera como un grupo de personas cada vez peor avenidas, desmoralizadas, que no confiaban en Zapatero, ni en ellos mismos.

Luego del desastre electoral en las generales, sufrido el pasado 20N, dónde el partido perdió el 40% de sus votos respecto a 2008, 59 diputados y más de 4 millones de sufragios, nos señalan que las políticas aplicadas habian representado un fracaso estrepitoso, con un castigo por parte de las masas a la política aplicada en su contra. De nuevo se somete a los trabajadores a otro castigo, igualmente impuesto por los que están llamados a defender nuestros intereses de clase.

Los errores estratégicos y tácticos del gobierno encabezado por Rodríguez Zapatero de defender, “cueste lo que cueste y me cueste lo que me cueste”, una política de salvamento de la banca y del sistema capitalista, claudicando ante las presiones del capital financiero y los grandes poderes económicos, ha sido una de las claves fundamentales de la derrota del PSOE y la subida del PP al gobierno, que ahora está atacando de forma furibunda, porque la debilidad invita a la agresión.

No es solamente los efectos de la crisis, sino las políticas adoptadas para hacer frente a la recesión más importante del capitalismo desde el crack de 1929, lo que ha provocado que millones de trabajadores y jóvenes hayan dado la espalda al partido y se la están dando igualmente a los sindicatos mayoritarios. La brecha abierta entre la política ejecutada por la dirección del Partido y su base social, no sólo se ha concretado en un descalabro histórico, también se refuerza con los más de 10 millones de abstencionistas, votos nulos y en blanco.

Las personas no escogen las condiciones en las que nacen y viven, sino que les vienen impuestas por la propia historia. No es posible, como se imaginan los “idealistas y utópicos” en los que se han convertido la mayoría de los “socioliberales y socialdemócratas”, que gobernaban, que los individuos imponen su voluntad sobre la sociedad capitalista, por mucho prestigio que tengan, si no cuentan con la fuerza de la lucha de masas. No puede imponerse la voluntad “socialdemócrata”, como ha quedado demostrado por la claudicación de Zapatero, su gobierno y la dirección del Partido, que no pueden violarse los intereses del capital, si previamente no se ha tomado verdaderamente el control político y económico del Estado, nacionalizando las finanzas y las palancas fundamentales de la economía. Eso es materialmente imposible si utilizan exclusivamente sus recursos reducidos de la “grandeza de sus inteligencias”, o la fuerza de persuasión que creían serian suficiente para dirigir una cierta política social, o que bastaría con la fuerza de persuasión de su carácter y poder de convicción como así había venido actuando el compañero Zapatero.

Las cúpulas de los sindicatos se creen “grandes hombres de Estado” y han interpretado mal el papel que les toca jugar, creyéndose con la autoridad suficiente para pactar cuestiones que los trabajadores no van a poder asumir, porque los recortes son de tal calibre, que agravarán todavía más la situación económica y social.

Tanto en los procesos políticos como sindicales, la apatía y el malestar de las masas sigue aumentando. Los datos que arrojan los resultados de las votaciones de las elecciones generales recientemente celebradas, son la expresión más acabada del profundo malestar y decepción de la ciudadanía que esperaban una política genuinamente de izquierdas para hacer frente al paro masivo, a los recortes sociales y a la pérdida de derechos históricos de los trabajadores y se les ofreció lo contrario, recortes, ajustes y ataques a las condiciones de vida de las masas.

Ahora muchos de los trabajadores tenían todavía una cierta esperanza en que los sindicatos intentarían mejorar la situación, pero los efectos de los Pactos caminan en sentido contrario y la situación de las masas se verán agravadas. Existe una falsa teoría, según la cual, la historia la hacen los “grandes hombres de Estados”. Esa teoría tiene una consistencia igual de falsa y un valor científico tan incorrecto como las “teorías conspirativas” de la historia, utilizadas por aquellos reaccionarios y dictadores que atribuían las protestas, huelgas, manifestaciones y revoluciones a las malignas influencias de unos cuantos “agitadores” manejados desde Moscú en el terrible complot “judeo-masónico-marxista”, que denunciaban desde el régimen del fatídico “Patascortas”, que nos estuvo “salvando” durante los horribles 40 años.

La situación social se deteriorará tanto, que son inevitables huelgas y convulsiones, no descartándose incluso huelgas generales contra el PP y contra los Pactos firmados con la Patronal. Ahora bien, cualquier trabajador con una cierta experiencia sabe que las huelgas son provocadas por las malas condiciones salariales y laborales y no es cuestión de “agitadores profesionales”, que pueden desgañitarse en la puerta de una fábrica llamando a la huelga, pero si no existen condiciones naturales asumidas por la clase obrera, es imposible que la huelga salte. La huelga no es un acontecimiento normal y sin embargo se dan, a veces espontáneamente, cuando la clase trabajadora lo decida y otras veces, cuando sus dirigentes hacen llamamientos a ella y existen causas convincentes para llevarlas a cabo.

Puede ocurrir que en una fábrica exista un estado aparente de tranquilidad durante un cierto tiempo, incluso que los trabajadores no reaccionen a ataques de la Patronal, incluso cuando son mermadas y recortadas sus condiciones laborales y sociales. Esto ocurre a veces en momentos donde el terror al paro masivo que rodea la situación laboral es muy grande a perder el puesto de trabajo o cuando la desconfianza en sus direcciones sindicales es grande, porque han perdido autoridad por sus errores, flaquezas o pactos inaceptables contra la clase trabajadora, como puede ocurrir a partir de estos momentos, con el Pacto que se acaba de firmar.

Es preciso tener en cuenta que existe una cierta indiferencia y apatía de la mayoría de la clase trabajadora, aparentemente, pero puede ocurrir que en una minoría esté produciéndose un aceleramiento en el proceso molecular de la toma de conciencia que puede ser utilizada como mecha para emprender la hoguera de la rebelión y de la lucha contra las injusticias. Puede ocurrir que las direcciones, que se encuentran alejadas de la realidad de lo que ocurre en los tajos y no han calibrado bien la situación de ataques tan profundos que están sufriendo los trabajadores, saquen las conclusiones que todos los trabajadores están muy atrasados y nunca van a hacer nada, pero eso puede ser una falsa interpretación y en un momento dado, las luchas espontáneas, las explosiones sociales y los levantamientos, les tomen por sorpresa.

Debajo de una superficie de aparente tranquilidad, como creen los dirigentes que existe, se producen miles de cambios en los procesos moleculares de la conciencia de las masas, porque los miles de incidentes, injusticias, agravios, desprecios, abusos, violaciones de las leyes y presiones del Patrón, van aumentando gradualmente la toma de conciencia, el malestar y el cabreo de la clase trabajadora.

Al igual que ocurre con los procesos químicos, ocurre en la vida social, que los procesos de cambios a veces tardan en producirse, pero ningún científico, por ejemplo, ningún experto en química puede quejarse de que la reacción esperada en el laboratorio esté tardando demasiado, porque los procesos tienen su propio tiempo, especialmente si no se dan las condiciones adecuadas para que la reacción sea rápida, por la debilidad o insuficiencia del catalizador.

Ahora bien, al igual como en un momento adecuado, se alcanza el estado de transición química, llegado su momento, la presencia de un catalizador es de gran ayuda a la hora de acelerar el proceso y llevarlo a un desenlace exitoso de la forma más económica y rápida posible. Asimismo, en un cierto momento del proceso molecular de la toma de conciencia de las masas, el descontento acumulado en la sociedad, explota de forma inevitable y la situación cambia en un corto espacio de tiempo, como vimos los ejemplos hace ahora un año, cuando la Primavera Árabe extendió la lucha de masas por todos los países del Norte de África, traspasando a Europa y llegando a las puertas de Wall Street, donde todavía continúa cada vez con más fuerza.

Si los dirigentes del movimiento obrero, principalmente las cúpulas de UGT y CCOO, que acaban de firmar un Pacto que perjudica los intereses de los trabajadores, no se preparan para la lucha, si se han dejado embaucar por la situación de la gravedad de la crisis y solo ven el ambiente superficial, creyendo que la clase trabajadora va a asumir sin hacer nada indefinidamente esos recortes, el movimiento obrero saltará más tarde o más temprano y les pillará con la guardia baja y serán apartados por inservibles para las masas que buscarán una dirección firme que les lleve a comenzar las conquistas sociales como históricamente ha ocurrido siempre.

Las cosas se transforman dialécticamente en su contrario, más pronto o más tarde; lo hemos visto miles de veces en la historia, que capas de trabajadores previamente atrasadas y pasivas durante mucho tiempo, pueden pasar aceleradamente a la primera línea de la lucha social, sobre todo, si las mujeres y la juventud toman la vanguardia como así ha sucedido infinidad de veces, porque la conciencia se desarrolla mediante saltos bruscos y repentinos, que se vuelven contagiosos, porque cualquier accidente enciende la mecha, y como decía Engels, “lo que no ocurre en 20 años, puede ocurrir en 20 meses o en 20 semanas”.

En tales situaciones, hace falta la presencia de una organización correcta, o una corriente firme, consciente, audaz y adecuada que pueda jugar el papel de ese catalizador que antes mencionamos en la reacción química. Por todo ello, los compañeros de nuestra corriente, venimos insistiendo en la necesidad y la obligación que tenemos de fortalecer la formación de nuevos cuadros jóvenes, dotarnos de conocimientos de historia, economía, política, ciencia, filosofía y demás materias, para que estemos preparados y a la altura de las circunstancias, cuando la clase trabajadora necesite la herramienta socialista, tanto en los planos sindical como políticos, que les sirva para cambiar la sociedad, porque bajo el capitalismo no hay salida.

Cada vez más trabajadores llegarán a la conclusión a la que se refería Pablo Iglesias, cuando dijo aquello de: “El capitalismo es la causa de todos los males que padece la clase trabajadora” , por lo tanto solo “una sociedad socialista de seres humanos, libres, iguales, honrados e inteligentes”, podrá convertirse en una alternativa válida al sistema capitalista, corrupto, decadente y agotado. Para ello, es preciso continuar una lucha firme y sostenida, marchando hacia un frente de izquierda amplio, para derrotar al PP en Andalucía, cuya fuerza tiene que venir de una coalición encabezada por el PSOE e IU, con el concurso de los sindicatos de clase, para dar un giro a la izquierda y conquistar para los trabajadores un genuino programa socialista. Pero es imprescindible que antes, tanto los dirigentes de los partidos mayoritarios de la Izquierda, como la de los sindicatos UGT y CCOO, hagan un amplio debate en el movimiento obrero de masas, realicen una autocrítica adecuada y acometan la debida rectificación que solo puede venir de un verdadero giro a la izquierda. La lucha continúa, porque la lucha es lo único que sirve.

ÁREA DE COMUNICACIÓN Y FORMACIÓN.
IZQUIERDA SOCIALISTA DE MÁLAGA-PSOE.
Is-psoe.malaga@terra.es

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